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Tiempo Libro

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Libros y reseñas

Nadie duerme

Barbijaputa

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Valoración: ★★

Nadie Duerme

Descubrí este libro medio de casualidad y sentí que me apetecía leer algo reivindicativo y a la vez conocer a una nueva autora de la que únicamente sabía que tiene miles de seguidores en Twitter y ni siquiera sabía que publicara novelas. Como influencer nunca he tenido curiosidad por su contenido pero tras leer el argumento de este libro noté el impulso de leer para ver la visión tan pesimista que se muestra, y más teniendo en cuenta la actualidad tan convulsa que estamos viviendo estos años con respecto a temas como el feminismo, los extremismos y el activismo radical, en general.

La premisa de la que parte la novela es simple: en un futuro próximo, el feminismo se convierte en el enemigo público número uno del nuevo partido fascista que llega al poder tras una serie de acontecimientos sociales que tienen descontenta a la población de un estado inventado pero que tiene mucho en común con los de nuestro ámbito social y político. En muy poco tiempo, comienzan a cambiar leyes y empieza la verdadera represión contra las mujeres y muchos de los avances conseguidos en el último siglo. Todo ello genera una atmósfera opresora que traspasa las páginas y me ha transmitido una angustia como hacía mucho que no sentía al leer una distopía con los regímenes que suelen crear, quizás porque esta vez lo he visto completamente factible, viendo la deriva ultraderechista que están tomando la mayoría de los países democráticos. No creo que este sentimiento de inquietud al leer haya tenido tanto que ver con la forma de narrar de la autora y sí más con los hechos que se narran, que en ocasiones ponen los pelos de punta con una mera descripción aseptica.

En medio de esta nueva deriva antifeminista (antimujeres, diría yo, porque asistimos al resurgir de un estado dictatorial en el que ser mujer, que no necesariamente ser feminista, se convierte en una mancha negra en el carnet de ciudadana, de modo que tienen prohibido reunirse varias en un mismo lugar, por ejemplo), conocemos la situación y su evolución gracias a la voz narradora en primera persona de la protagonista, de quien ni siquiera sabemos su nombre y solo su apodo, Búho, como el de sus compañeras de comando en la lucha feminista, Águila, Alondra y Mirlo. Búho no me ha resultado demasiado atractiva como protagonista ni como narradora, ya que a veces es una mera espectadora de lo que le va ocurriendo, y sus pensamientos son siempre recurrentes y repetitivos (con respecto a su trauma infantil, su hermana o la lucha) y aunque sus sentimientos se describen de forma plana, no ha llegado a transmitirme ni angustia, ni miedo, ni siquiera el leve toque de amor que hay, y solo ligeramente muestra rabia a través de las palabras pero no la suficiente para llegar a conmoverme.

El resto de personajes quedan desdibujados en detrimento del proceso de descripción y desarrollo de las tácticas terroristas que se plasman y ninguna de las chicas ha logrado caerme bien ni un poquito (para ser justa, sería más preciso decir que no me han caído sin más porque no las conocemos realmente). Además, Barbijaputa se ha empeñado en forzar un romance que pasa sin pena ni gloria por las páginas, sin un poquito de sentimiento emotivo para que llegue a calarnos. Por supuesto, no hay personajes masculinos relevantes más allá de los hombres enemigos (los objetivos que van matando y el líder del partido machista que llega al poder), porque no hay ni aliados espontáneos ni padres, ni hermanos ni ningún recuerdo bonito con respecto a alguien del otro sexo. En mi opinión, un pelín extremista y exagerado, lo que convierte las circunstancias personales de los personajes femeninos en muy poco realistas.

La trama en general es un alegato feminista en el que la moraleja viene a decir que si la causa es justa, vale cualquier medio para alcanzarlo, que lo que importa no es el individuo ni su vida sino la causa a la que sirve que, como es justa, no puede haber nada más, como por ejemplo, una vida personal. De hecho, en todo el libro asistimos a la creación de un grupo terrorista de una manera muy didáctica, con todos los métodos de manual que se suelen seguir y, por interés personal, es uno de los aspectos que más he disfrutado y donde he podido ver que la autora ha sabido asesorarse de expertos o de ensayos sobre el funcionamiento y la dinámica de grupos similares. Pero al final el libro se queda solo en eso y, para mi gusto, Barbijaputa no ha sido lo suficientemente hábil como para haber dado una fuerza más realista a los personajes (ojo, no me refiero a sus historias personales que son las de millones de mujeres cada día en todo el mundo) para haber podido conectar de una forma más humana con ellas y no haberlas tratado como si fueran meros engranajes del mundo tan pesimista que se ha esforzado por retratar.
Viendo con perspectiva la novela, creo que no está pensada para que los personajes sean lo relevante de la historia sino sus motivaciones, sus decisiones y toda la situación en general, para removernos al por dentro y plantearnos dilemas morales que muchas veces son imposibles de resolver: ¿Es justicia o venganza? ¿Si la justicia falla, quién se debe encargar de equilibrar la balanza? ¿Se puede ser verdugo de un asesino y tener la conciencia tranquila? Así que, a grandes rasgos, me ha parecido más un medio para concienciar de algunos de los temas que toca (como la violencia de género, las agresiones sexuales, la indefensión de las víctimas ante el aparato judicial, el escepticismo en la sociedad, etc.) que nos invitan a reflexionar durante la lectura, pero que al terminar no nos deja más que un mal sabor de boca porque no hay ni un solo mensaje positivo que haga que merezca la pena todo lo que hemos leído. Me ha hecho sentir muy incómoda a pesar de que comparto prácticamente todo el ideario (no el modo) que defiende pero al final ha resultado una lectura demasiado panfletaria, repitiendo una y otra vez las mismas ideas polémicas, porque está más centrada en la reivindicación que en el desarrollo de una buena trama.

Para resumir todo lo anterior, me he encontrado con una buena idea de base con la construcción de un régimen que a priori nos parecería imposible volver a vivir, pero al que la autora le da un aire tan verosímil que da miedo creérselo porque no parece tan difícil llegar a esa situación. Sin embargo, creo que para mí ha sido lo único interesante de toda la novela puesto que la trama no tiene demasiado de dónde rascar y supongo que disfrutar más o menos de la historia dependerá de los gustos de cada lector. En mi caso, no ha sido lo bastante atrayente como para llegar a recomendarlo de forma personal pero si os llaman la atención las historias distópicas con mundos desalentadores y el tema del feminismo os toca de cerca (que debería), no veo problema para que este libro os guste más que a mí.

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Escóndete (Detective Warren 1)

Lisa Gardner

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Valoración: ★★★★

RESEÑA Escóndete

Voy a empezar aclarando que acepté esta lectura porque últimamente estoy retomando mi afición al thriller y en realidad me daba igual una que otra novedad pero tenía claro que quería conocer a una nueva autora. No sabía de qué iba y me daba lo mismo, aunque quizás debería haberme informado antes porque al parecer, y aunque es el inicio de una nueva serie autónoma, los personajes de esta novela ya aparecen en otras series (aunque si no me equivoco, como secundarios). No os preocupéis por esto porque yo si no lo hubiera leído al terminar la novela y documentarme para redactar esta reseña, ni me habría enterado, porque la historia está tratada de forma completamente independiente (para que me entendáis, Agatha Christie escribió varias novelas protagonizadas por Miss Marple o Poirot y el orden en el que se lean da exactamente igual porque lo que importa es el caso de esa novela). Así que independientemente de esto, esta novela no ha parado de ser una sopresa tras otra.

Dicho todo lo anterior, el caso en el que se ven involucrados la sargento D.D. Warren y el detective Bobby Dodge es bastante escabroso en todos los sentidos. La trama comienza con el descubrimiento de una especie de sótano secreto en los terrenos del Hospital Psiquiátrico de Boston, abandonado hace décadas. En ese zulo localizan varios cadáveres de niñas desaparecidas 30 años atrás en un estado muy curioso (y perturbado) de momificación. Una de ellas lleva un objeto personal que permite identificarla con un nombre: Annabelle Granger . ¿Qué tiene de extraño? Pues que al día siguiente de que los detalles del macabro hallazgo salgan en las noticias, una treintañera Annabelle Granger se presenta en comisaria viva y sin saber por qué uno de los cadáveres lleva su nombre y Warren y Dodge tienen que averiguar si dice la verdad y por qué no hay ningún registro con su nombre en los últimos años, como su no hubiera existido. Así, la historia abarca unas tres décadas de desapariciones misteriosas, acosadores de niñas, asesinos con trastornos mentales, una familia con tanto que ocultar que hasta ha ocultado su propia existencia durante años y una pareja de policías que tiene una cuenta atrás para resolver el caso porque el asesino no parece estar del todo inactivo y por algo Annabelle se ha estado ocultando hasta ahora.

Curiosamente, el personaje que más me ha gustado ha sido Annabelle, una chica independiente (y tanto, solo tiene contacto con su perra y con un repartidor de UPS que le lleva todo a casa), decidida y obsesionada con la seguridad y con no dejar ningún rastro de sus movimientos. Sabe defensa personal y sabe moverse sin ser vista, tanto literal como figuradamente. A la vez, resulta ser divertida y con un gran sentido del humor, pese a lo difícil que ha sido su vida desde que era una niña pequeña y, sobre todo, a pesar del extraño comportamiento de su familia. También el detective Bobby Dodge me ha parecido muy interesante: un antiguo francotirador envuelto en un caso turbio en el que le cargan el muerto (literal) y tiene que acatar su “castigo” de verse degradado a simple detective de homicidios en vez de seguir como agente de operaciones especiales, pero su formación y su pasado lo convierten en un personaje muy elaborado y que da mucho juego. Por el contrario, y no sé realmente por qué, la sargento D.D. Warren no me ha caído muy allá, aunque al no tener su punto de vista desde la narración y solo desde su interacción con los otros dos protagonistas, no sé si he llegado a conocerla de verdad pero la sensación que me deja es la de una mujer antipática, con poco sentido del humor, demasiado centrada en su trabajo y con poca vida personal.
La novela está narrada de una forma peculiar: los capítulos de Annabelle están escritos en primera persona desde su punto de vista y con su particular sentido de la ironía, mostrando toda su confusión ante su vida, la huida de su familia y la figura de un padre misterioso que no ha permitido a su hija llevar una vida normal, cambiando de identidad y de ciudad cada cierto tiempo escapando de un “hombre del saco” indeterminado durante décadas. En cambio, los capítulos propios de la investigación policial están escritos en tercera persona y siguiendo los pasos del detective Dodge, dejando a la sargento Warren en un chocante segundo plano, teniendo en cuenta que es ella la que da nombre a la serie de novelas que se inician con este caso. Al principio creía que este cambio de narradores y de estilo podría ser algo que me ralentizaría la lectura pero no ha sido así, e incluso diría que más bien todo lo contrario. Conocer tan bien los pensamientos, las emociones y las dudas de Annabelle me han ayudado a conectar de una forma especial con ella, mientras que la investigación más fría y aséptica por parte de los policías me han servido para elaborar teorías y empezar a sospechar con cada giro argumental que iban descubriendo.
La sorpresa que me he llevado con esta autora es enorme porque normalmente suelo valorar los libros de misterio en base a lo enganchada que me mantengas y lo interesante que sea el caso, pero en esta ocasión también he podido comprobar lo diestra que es en la construcción de personajes, y eso teniendo en cuenta que se trata de unos personajes que se supone que ya debería conocer, puesto que no son sus primeras apariciones, y aún así he sentido toda su personalidad y toda su historia detrás del caso en el que se ven envueltos. La documentación que hay detrás de la descripción de los protocolos de investigación y de los procedimientos policiales se hace patente en cada fase y da la sensación de estar viendo la resolución de un caso lo más próximo a la realidad. Además, la ironía con la que escribe en muchas escenas y la narración tan experta que tiene ha hecho que no solo leyera y leyera para saber cómo acabaría la complicada resolución de los asesinatos sino porque realmente estaba disfrutando con cada párrafo de su prosa.

Para resumir, me he encontrado una novela que atrapa por completo por el ritmo tan rápido que coge desde un principio y a pesar de su grosor se lee en muy pocos días porque la autora utiliza tanto la voz ágil de los personajes como el dinamismo de la investigación para hacer que la velocidad de lectura sea vertiginosa. El misterio central es sencillamente fascinante, involucrando varios casos sin resolver, varios sospechosos con historias tan perturbadoras como morbosas, mentiras y secretos que terminan en tragedias y una resolución que seguro que nadie puede ver venir porque la verdad de lo que está ocurriendo está tan perfectamente trabajada que habría que ser la propia escritora para adivinarla. En definitiva, si no habéis leído nada de Lisa Gardner, podéis hacer como yo y comenzar con esta novela porque no influye que esté conectada a otras por los personajes, aquí lo que importa es averiguar quién mató a todas esas niñas en los años 80 y por qué, y esa trama queda tan perfectamente ejecutada que tengo que la certeza de que no va a ser lo último que lea de la autora.

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La desaparición de Stephanie Mailer

Joël Dicker

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Valoración: ★★★★

Dicker en estado puro

Comenzaré aclarando que he “leído” esta novela por primera vez de forma diferente: mediante un audiolibro. No sabía muy bien cómo iba a salir esta experiencia y más siendo uno de mis autores favoritos por los que siento verdadera adoración y disfruto leyendo cada palabra de cada página. Sin embargo, en mi desconocimiento de esta forma de lectura no era consciente de la calidad que puede llegar a tener, así que ha sido un completo placer haber ido “leyendo” esta historia con las voces de profesionales como Luis Posada (que os sonará más como Leonardo DiCaprio o Johnny Depp), Nuria Mediavilla (la voz de Kate Winslet o Angelina Jolie) o Raúl Llorens (para mí, el Capitán América). Así que el disfrute ha sido doble porque la lectura ha sido, literalmente, inmersiva y podía ir escuchando la novela por la calle o mientras hacía las tareas en casa. Así que, por si no lo he dejado claro, si todavía dudáis con el formato audiolibro, os recomiendo que os lancéis a probar porque a lo mejor os gusta, quién sabe.

Dicho esto, La Desaparición de Stephanie Mailer es Dicker en estado puro desde el inicio de la novela. Reúne misterio, desapariciones, asesinatos, unos sospechosos de lo más variopinto, historias del pasado que vuelven a perturbar el presente, y además, un halo de melancolía hacia el mundillo de los escritores, que parece ser una seña de identidad de este autor. Además, mejor debería aclarar también que la tal Stephanie ni es el protagonista ni el problema principal a resolver en esta novela de suspense, más bien es un elemento fundamental para que se desencadenen los hechos que dan lugar a la trama: un cuádruple asesinato en los años 90 que no se cerró correctamente. Ahora, veinte años más tarde, la señorita Mailer acude a los principales investigadores del caso de aquel entonces para advertirles de su supuesto error en el archivo del caso. Entonces, sí, la señorita Mailer, cumplida su función en la trama, desaparece y ahí comienza todo.
En medio de todo esto nos encontramos al coro de personajes más amplio que le he visto a este autor. Me centraré en los principales, que son además los tres investigadores tanto del caso 1994 como en 2014. Por un lado, Jesse Rosenberg tiene cuarenta y pico y quiere retirarse de la policía para cumplir un sueño de juventud: abrir un restaurante. Pero justo cuando le están brindando los honores por su prejubilación, aparece Stephanie y le chafa el plan, porque ahora tiene que volver a contactar con Derek Scott, su compañero hace 20 años y mejor amigo desde entonces. Derek no está por la labor de remover el pasado y reabrir el caso porque está felizmente casado, con hijas y con un tranquilo trabajo de oficina en la comisaría. Sin embargo, cuando se les suma Anna Kanner, la subjefa de su departamento, ansiosa por demostrar que se merece el puesto que ocupa en un mundo de hombres (todo un puntazo incluir este aspecto con todo lo que tiene que aguantar), los tres deciden empezar a indagar y poco a poco ven que algo no cuadra en ese asesinato de una familia entera y una testigo presencial.

El trío de ases que encabeza el reparto está construido en cuanto a historia personal un poco demasiado. Me explico: hay anécdotas, historias personales y capítulos enteros que sólo sirven para que los conozcamos a ellos, pero algunas bien podrían haberse simplemente comentado o directamente no son necesarias (como el caso de la situación matrimonial de Anna o la historia del restaurante de Jesse). También es verdad que no deja de ser una forma de que conozcamos en profundidad a todos los implicados, pero para mí uno de los fallos de este libro sería que tenemos construcción innecesaria incluso para los secundarios menos relevantes. Por eso, en lo que creo que todos coincidiremos es en que a esta novela le sobran páginas, capítulos e historias enteras. Bastantes, diría yo. Reconozco que para mí es un placer leer cada frase que escriba este autor, y disfruto mientras leo, pero también me doy cuenta de que más o menos un 25% de este libro es paja, otro 25% es construcción innecesaria de ciertos personajes (con historias personales, pasados y anécdotas que no aportan nada) y por fin la otra mitad restante ya es la trama en sí dedicada a la investigación central, los interrogatorios, las versiones de testigos y sospechosos y todo lo que conlleva un thriller convencional.

Sin embargo, como comentaba antes, muchas de esas páginas están dedicadas al ambiente escritoril y lo cierto es que he disfrutado de cada una de ellas. Por ejemplo, como trasfondo de la mayor parte de la novela tenemos una obra de teatro en la que el director y autor del guión asegura que recreará lo sucedido hace 20 años y en la que revelará quién fue el asesino en el último acto, poniendo en peligro a los actores y al público porque los culpables podrían ponerse nerviosos si piensan que los van a desenmascarar. También hay referencias al drama de una novela robada y algunos escenarios como una librería de segunda mano. Así que todo en conjunto deja un regusto muy agradable también para los que somos aficionados a la lectura y la escritura.
Por otra parte, el autor tiene la destreza de convertir en misterio hasta el detalle menos relevante de la trama y nos mete la curiosidad en el cuerpo para que queramos saber. Su estilo no es demasiado elaborado, más bien es sencillo en cuanto a lenguaje y estructuras, pero cuida mucho la forma de narrar los hechos y cuándo ir soltando datos y enlazándolos sin contarlo todo de golpe, así también no ayuda a trabajar las teoría mientras leemos. Por último, el desenlace es imprevisible y muy bien hilado, pero para mi gusto demasiado simple para lo enrevesada que ha sido toda trama. En realidad no es un problema porque el libro es adictivo precisamente porque sabemos que lo que pensamos que ocurrió en 1994 no es lo que realmente ocurrió por lo que necesitamos leer y leer para llegar a la explicación y mientras tanto, vamos pasando de un sospechoso a otro.

Para resumir, no he echado en falta nada en esta novela y por el contario es posible que me ha haya sobrado porque, esta vez, Joël Dicker ha pecado por exceso pero yo se lo perdono todo. No he podido soltar el libro (técnicamente, la APP para escuchar a cada rato el audiolibro) y me ha encantado conocer a estos personajes, quizás demasiado en profundidad. Es un libro extenso pero que si coge con ganas, se hace muy ameno y mantiene la intriga lo suficiente arriba para no parar de leer hasta el final, sorprendente y adecuado para una buena novela policíaca con muchos más elementos, además del misterio central. Desde luego si no habéis leído nunca a Dicker, no recomendaría que empezárais a leerlo por esta novela porque quizás no queráis volver a leer nunca nada más de él. Soy consciente de lo mucho que me gusta a mí pero comprendo que sus libros son demasiado largos para que todo el mundo disfrute de cada palabra como lo hago yo. Pero si aún así seguís sintiendo curiosidad, dadle tiempo en los primeros capítulos y os enganchará sin remedio.

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El misterio del mapa (Poptropica 1)

Jack Chabert

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Valoración: ★★★

Humor irreverente para los más peques

Un libro a todo color lleno de chistes absurdos, acción ridícula, personajes desternillantes y muchas risas. Los tres protagonistas son tan distintos entre sí que se crean unas situaciones de los más extrañas de las que salen victoriosos con un ingenio, con enorme compañerismo y una imaginación desbordante. Se añaden además muchos elementos curiosos que introducen en los niños las ganas por interesarse en la Historia (como los vikingos, que a mí hace falta poco para interesarme). Si yo a mi edad he podido disfrutar como una enana de estas alocadas aventuras, no me imagino cómo se lo pasarán los más pequeños de la casa.

 

Un libro a todo color lleno de chistes absurdos, acción ridícula, personajes desternillantes y muchas risas. Los tres protagonistas son tan distintos entre sí que se crean unas situaciones de los más extrañas de las que salen victoriosos con un ingenio, con enorme compañerismo y una imaginación desbordante. Se añaden además muchos elementos curiosos que introducen en los niños las ganas por interesarse en la Historia (como los vikingos, que a mí hace falta poco para interesarme). Si yo a mi edad he podido disfrutar como una enana de estas alocadas aventuras, no me imagino cómo se lo pasarán los más pequeños de la casa.

 

Un libro a todo color lleno de chistes absurdos, acción ridícula, personajes desternillantes y muchas risas. Los tres protagonistas son tan distintos entre sí que se crean unas situaciones de los más extrañas de las que salen victoriosos con un ingenio, con enorme compañerismo y una imaginación desbordante. Se añaden además muchos elementos curiosos que introducen en los niños las ganas por interesarse en la Historia (como los vikingos, que a mí hace falta poco para interesarme). Si yo a mi edad he podido disfrutar como una enana de estas alocadas aventuras, no me imagino cómo se lo pasarán los más pequeños de la casa.

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