Tiempos de tormenta es la continuación del primer libro de la saga familiar La Mansión. En este libro seguimos con las andaduras de la familia Von Dranitz y su asentamiento en el pueblo donde se encuentra la mansión familiar que Franziska consiguió recuperar después de la reunificación de Alemania.
 
Aunque la primera parte la saboreé con gusto, reconozco que esta segunda parte no me ha llenado tanto. Da la sensación de que no ha ocurrido nada interesante, no hay giros inesperados ni cambios substanciales en la trama. Por consiguiente, su lectura se me ha hecho lenta y todo lo sucedido me ha parecido irrelevante y lleno de nimiedades. En general, cuando acabé la lectura tenía la impresión de que terminé el libro en el mismo estado en que lo empecé.
 
No obstante, ha sido una lectura que, a pesar de sus carencias, he disfrutado por la narración de Anne Jacobs. Es una autora cuyo estilo me transmite mucha armonía y la manera de contar lo que transcurre en la vida de los personajes produce ternura. Además, la descripción del entorno y paisajes de la zona lo hace de manera muy cuidadosa y detallista. En comparación con el primer libro, no nos encontramos episodios históricos de la guerra, pero se puede percibir sus consecuencias y el resquemor que ha dejado en personajes como Walter y Franziska o las continuas comparaciones entre gente de la RDA o RFA.  
 
En esta segunda entrega también aparecen nuevos personajes y me ha gustado mucho que se intercalaran las voces narrativas de los personajes principales con las de personajes secundarios como Mine, Sonja y Ulli. De hecho, sus capítulos me han resultado hasta más interesantes y resaltables que todo lo que cuenta Franziska, por ejemplo. Otra particularidad que destacar del libro es la fortaleza que transmiten todos sus personajes femeninos. Anne Jacobs nos ofrece una Franziska terca, una Jenny soñadora, una Sonja insegura, una Mine servicial, pero todas llenas de una determinación implacable; personas resolutivas y decididas a superar todo tipo de obstáculos.
 
Finalmente, del libro me quedo con la estampa final. La lectura merece la pena nada más que para llegar a ese capítulo final, pues es una historia que nos sigue recordando la importancia de los vínculos familiares, el apoyo de la comunidad y la lucha por perseguir tus sueños y conseguir tus propósitos a pesar de los fantasmas del pasado y las adversidades del presente.