Nuestra historia comienza con un matrimonio a punto de quebrarse para siempre. John y Mary Ann están a punto de divorciarse y emprenden su último viaje como pareja hacia Sandpoint. De manera que el relato, al menos al inicio, es bastante lúgubre y triste. Casi puede respirarse la irritabilidad y ansiedad que rodea a ambos personajes, así como también sus sentimientos de culpa y remordimiento.

Y de pronto, la niebla y una intensa nevada logran que nuestros protagonistas se pierdan en medio de la nada. Pero ¿se encuentran realmente perdidos? ¿O es esta aterradora circunstancia una oportunidad para encontrarse a ellos mismos?

Habiendo retratado brevemente mis primeras impresiones de esta lectura, me gustaría ahondar un poco más en mi opinión personal. Pero antes, considero necesario mencionar que me resulta un tanto complicado realizar un juicio claramente definido de esta novela, porque no me desagradó del todo pero sí me dejó sabor a poco en muchas cuestiones. Por lo tanto, he decidido estructurar mi reseña rescatando tanto aspectos positivos como negativos de la lectura. ¡Allá vamos!

Comencemos con los elementos positivos de esta novela, que he reducido a tres grandes puntos:

~ Diversidad de personajes ~

Al inicio de la lectura, podríamos pensar que todo el relato girará en torno a el matrimonio desaparecido en las montañas del norte de Estados Unidos, pero esto no es así. La novela se encuentra en constante movimiento, yendo de aquí para allá, guiándonos a través de diálogos diversos a todos y cada uno de los personajes que en mayor o menor medida se relacionan con la pareja perdida. De manera que la prosa del autor produce una sensación de dinamismo inigualable, porque nunca nos limitamos a una sola situación, sino que nos trasladamos a múltiples escenarios que comprenden a distintas personas y sus problemas individuales.

Para aclarar aún más esto último, se trata de una historia que no tiene solo dos protagonistas, sino varios. Cada personaje en la narración lidia con sus propios demonios, y el conflicto producido por la desaparición de John y Mary Ann parece ser el motor que desencadena la necesidad de arreglar todos los errores y cuestiones inconclusas de su pasado. De modo que inicia una travesía de reflexión, tanto para la pareja extraviada como para el universo de personajes envueltos en el relato.

~ Reflexiones profundas ~

Este elemento es sin duda una de las mejores características de la lectura. El punto de partida para las meditaciones de todos los personajes es, como mencioné anteriormente, la desaparición de John y Mary Ann. Y lo interesante de este «viaje introspectivo» que experimentan todas las personas involucradas en el relato es la diversidad de temas que atraviesa: religión, ética, filosofía, amor -en todas sus dimensiones imaginables-, política, el contacto con nuestros instintos de supervivencia, lo primitivo del ser humano, la belleza de lo inesperado y esta marcada idea de que nunca es demasiado tarde para hacer las cosas bien.

Es realmente precioso como se entrecruzan distintas voces y perspectivas en torno a cada uno de estos temas. Incluso parece que el escritor nos invita, sutilmente, a escuchar distintas opiniones y añadir la nuestra a la reflexión global de cada tópico tratado en su libro. Sencillamente admirable.

~ Lectura amena ~

El libro es de fácil lectura a pesar de su extensión. Es la típica novela que podemos leer en cualquier lugar -el micro, la facultad, en las largas esperas- sin temor a perder el hilo del relato.

Esto no significa, bajo ningún precepto, que sea una narración carente de poesía o descripciones detalladas, porque son elementos que sin duda están presentes en la novela. El autor no escatima en recursos para embellecer su forma de retratar la historia, al punto de darnos la impresión de que realmente formamos parte del relato y vivenciamos todo lo que experimentan los personajes.

Cerrando de esta forma con los aspectos positivos de la novela, continúo mi reseña con la mención de sus elementos negativos.

Para no resultar tediosa perdiéndome en detalles que no disfruté en lo absoluto, me limitaré a dos grandes cuestiones que me molestaron profundamente: cabos sueltos y la idea utópica de que todo lo que ocurre en nuestras vidas es fácil de resolver.

– Cabos sueltos –

Constituyen un error grave que además de restar realismo al relato, nos dejan con una impresión amarga de la historia en general. Puntualmente, el autor parece poco informado en cuestiones referentes al rescate de la pareja, tanto vinculadas a las condiciones climáticas de la zona donde se desarrolla el mismo como a las formas de actuar de los rescatistas.

En relación con lo anterior, no puedo ser demasiado específica porque arruinaría la historia a quien esté deseando leerla, pero realmente resultan muy molestas la falta de explicación de algunas situaciones y la liviandad de otras que en la vida real no podrían tener lugar. Entiendo, es un relato ficticio, pero esto último no es una excusa para escribir vagamente sobre cuestiones serias o desdibujar elementos que efectivamente tienen lugar en nuestra realidad concreta.

Es decir, no estamos hablando de una novela de fantasía, donde todo es posible, estamos hablando de una novela con una base realista muy fuerte que da la impresión de ser inconsistente en más de una oportunidad. Pareciera que el escritor se hubiera concentrado más en el calidad reflexiva de su novela que en su base realista, improvisando de esta forma en los cimientos de su historia. Esto último es muy decepcionante.

– Tinte excesivamente utópico –

Esto se encuentra estrechamente relacionado con lo anterior; el autor dejó de lado la base realista de su historia. Con esto me refiero a que todo parece resolverse por arte de magia en la narración, sin grandes complicaciones, como si la situación en la que se encuentra, por ejemplo, la pareja extraviada fuese un paseo de fin de semana.

Como consecuencia de lo anterior, la historia se aplana en más de una oportunidad porque ya no esperamos grandes dificultades o giros. O si los esperamos, sabremos que tendrán pronta resolución porque el patrón narrativo es siempre el mismo. Esto ocurre porque, en su intento de ser optimista, el autor terminó reduciendo a la nada o simplificando en extremo cuestiones que de ninguna forma podrían resultar de la manera en la que efectivamente concluyeron. Nuevamente, en una historia fantástica esto podría ser pasado por alto, pero en una novela realista es un error contundente.

Estos dos elementos, que lamentablemente eclipsan en buena parte todos los aspectos positivos de la lectura, son los que me han llevado a valorar la novela con tres estrellas y no la totalidad de la puntuación.

Teniendo en mente todo lo expuesto previamente e inclinándome por los aspectos positivos de la novela antes que por los negativos, concluyo la reseña diciendo que si bien es una lectura de la cual esperaba mucho más, vale la pena leerla por su carácter reflexivo inclinado hacia la superación espiritual y la importancia de ser perseverantes, porque considero que es un mensaje que vale la pena compartir en los tiempos que corren

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           ¡Muchas gracias por leerme!