Es bien sabido el poco valor que se da al arte en general en las sociedades actuales, pero siempre resulta doloroso leer acerca de ello. En este caso concreto, el libro se centra en la música, pero podríamos extrapolarlo a otras tipos de arte. No obstante, la música es un buen ejemplo del poco valor que se le da a la cultura, ya que muchas personas que se dedican a ella y que valen muchísimo apenas tienen oportunidades hoy en día para darse a conocer.

Además, la crítica de esta obra de teatro da un paso más allá y habla de la relación entre política y cultura. Destaca el gran valor que tiene para los políticos cada voto pero el poco que le dan a cualquier manifestación cultural. Y es que, en campaña electoral todo es relevante, pero después, tras haber ganado las elecciones los políticos suelen olvidar algunas de las promesas que hicieron y mucho más si tienen relación con el arte.

«Para unos solo es provechoso

aquel trabajo que da plata,

cuyo dios ostentoso

es el oro que brilla y mata

al hombre talentoso

que su mandato no acata […]»

La obra cuenta con dos actos y su lectura se hace ágil y fluida de tal manera que en apenas una hora puedes terminar de leerla. En el primer acto se presentan los personajes y se va conociendo la intención de cada uno. En el segundo acto es donde ocurre la acción, desencadenando en un final original.

También conviene destacar el prefacio escrito por el propio autor. En muchos casos los prefacios me han traído más de un disgusto ya que en numerosas ocasiones he encontrado que hasta el propio autor cuenta con demasiado detalle lo que va a acontecer durante la historia. No obstante este prefacio es más bien una declaración de intenciones por parte del autor pero no descubre absolutamente nada importante de la trama. Este es un gesto que siempre me gusta destacar de cualquier lectura.

Me ha gustado también otro detalle del autor: el intentar hacer partícipe de la obra al público. En determinado momento del segundo acto la obra está preparada para pedir colaboración al público, pero de tal manera que tampoco quede una parte aburrida o extraña, sino adaptada a cada tipo de audiencia. No quiero contar demasiado para dejar la sorpresa al lector.

En definitiva, un librito original y entretenido para relajarse pero cultivando la visión crítica.

Cuando leo que un libro es feminista o tiene toques de este movimiento, suelo sospechar que en realidad no sea así, y que incluso sea todo lo contrario, pero en este caso me equivoqué de lleno. Menos mal que me decidí a leerlo, porque contiene versos preciosos que creo que todas deberíamos leer en algún momento de nuestras vidas.

El libro se divide en dos partes. En la primera encontramos poemas que tocan temas muy interesantes como la naturaleza, el amor o la infancia. Pero lo que más me ha llamado la atención sin duda alguna ha sido la utilización de un lenguaje mágico, con toques esotéricos. Quizá si me lo hubieran descrito antes, no lo hubiese querido leer, me hubiera echado atrás, porque es un tema que no me parecía interesante en un principio. Pero tras leer estos poemas, me ha gustado mucho este uso de la magia en poesía, de hecho me ha fascinado. Es para mí muy original, nunca había leído este tipo de poemas, y ha sido todo un descubrimiento.

También destacaría en esta parte el uso de un vocabulario venezolano. Me ha gustado mucho, ya que el libro tiene muchas notas a pie de página que explican el significado de estas palabras, de las que yo no había oído hablar antes. Algunas de ellas tienen que ver con la magia, y esto ha sumado aún más si cabe, como he dicho anteriormente, ya que además he aprendido sobre el tema.

«Guerrera Divina,

sacuda ese plumaje sorprendente… y cante.»

La segunda parte del libro contiene poemas más actuales, y me gustaría destacar que la gran mayoría de ellos fueron escritos por la autora en una sola noche, una noche de fiebre y creación.

Según la propia autora, esta parte contiene poemas que sobre todo tocan el tema del amor, del amor romántico, y que, aunque es feminista, cree en él. Fuera del debate del amor romántico, yo destacaría los poemas que hablan del amor a una misma, de quererse, mimarse y respetarse. Se trata de poemas emponderantes, brillantes, sororos, en los que la voz de la poetisa nos anima y nos aplaude a la vez por todo lo que hemos pasado y pasaremos.

«Cuando él te pegue, amazona,

ya no te arrodilles.»

En conclusión, he disfrutado mucho con las dos partes del libro, sobre todo los poemas que tratan de magia y empoderamiento, aunque el resto también me ha gustado. Me ha parecido un tipo de poesía que yo no conocía hasta ahora, pero que me ha aportado más de lo que podría haber pensado en un principio. Creo que la poesía tiene que transmitirte algo bueno, tiene que auxiliarte en algunos momentos y puede también animarte, y este poemario ha conseguido todo esto y más en mí. Un libro recomendable no solo para pasar un buen rato, sino también para sentirse acompañada.

Que el libro comience con una introducción de la propia autora en forma de poema me ha parecido una entrada triunfal para dar comienzo a un poemario.

El libro tiene varias partes, de las cuales me ha llamado la atención una titulada Amores de cuatro estaciones. En esta parte nos encontramos con cuatro poemas de amor, uno para cada estación: Primavera apasionada, Verano auténtico, Otoño de oportunidades e Invierno de locura. Por supuesto, no solo se trata de un título, sino que el vocabulario utilizado coincide a la perfección con cada estación.

Otra parte que me ha parecido interesante se titula Los siete pecados capitales de agravios y males. En ella hay un poema para cada pecado, y no solo critica a los demás, sino que también reconoce en primera persona el poseer algún pecado ella misma. Al fin y al cabo, somos personas, y no está bien solo ver el pecado en los demás, sino también en ti misma.

«Brioso y galopante,

siempre arrullas a los cielos,

eres sol, eres instante,

eres luna, eres desvelo

de los momentos agonizantes.»

Me ha llamado la atención además el uso de un lenguaje moderno, actual. No suelo leer poesía ni ningún otro género que use un vocabulario tan informal como en este libro. Palabras como empanado, peña o acojonan se mezclan con otras como inoculan, abrumada o rutilantes. Por lo menos a mí me ha parecido cuando menos curioso.

En numerosos poemas la autora se rebela contra el desamor, regañando al infiel, al desleal, dejando claro que no necesitamos otra mitad porque estamos bien completas nosotras solas. También critica el bullying y a los meros espectadores que no hacen nada por evitarlo.

En definitiva, creo que este poemario es bastante diferente a muchos otros, y ofrece no solo críticas contra la sociedad, sino también te hace reflexionar en lo que tú podrías estar haciendo mal, siempre por supuesto humanizando nuestros errores. Un libro distinto para pasar un buen rato.

Algo que no ha sido de mi agrado ha sido el uso de tópicos en este libro. El hombre que tiene que salvar a la mujer, y ella tan feliz. Eso sí, ella le salva ‘por dentro’. Los tópicos no solo impregnan el argumento, sino también los personajes.

Por un lado tenemos la figura masculina de Ernesto, un hombre de éxito que ha dejado a su mujer en un acto de sinceridad, ya que no sentía nada por ella. Él cree que es más libre ahora, hasta que topa con Lucía, la cual le aclara que la libertad se puede disfrutar en pareja, pero depende de lo que sientas por libertad.

Por otro, tenemos las figuras femeninas de la novela, encarnadas en la secretaria de Ernesto y Lucía. María, la secretaria, es en ocasiones ninguneada por su jefe, pero ella en vez de sentirse mal, piensa que es normal, porque él es superior a nadie. Además, Lucía se presenta como una mujer exótica en sus opiniones y pensamientos, extraña y misteriosa.

A priori puede parecer machista, pero la autora lo contrarresta con reflexiones más igualitarias como que Lucía trabaja, y su amiga no, y se siente atrapada en casa.

«Las ataduras son fruto de nuestra inseguridad para afrontar lo difícil, que cada cual tiene su propio tiempo, y que lo que se comparte en un momento dado con personas precisas es puramente circunstancial para aprender algo.»

Las enseñanzas filosóficas del libro me parecen de gran belleza, y aún siendo lo que más me ha gustado, no me pegan en un libro de este tipo. Tiene un trasfondo my bonito, pero me han parecido demasiadas, y eso me ha resultado a la larga agobiante.

Siento que si me gustara este género hubiera disfrutado más del libro y me hubiesen molestado menos los clichés utilizados, pero no ha sido el caso. Quizá sea recomendable para alguien que disfrute de novela romántica, pero no para personas con mi parecer.

Este libro reúne una serie de poemas fuera de lo común, y otros con temas algo más esperados y tratados por la literatura.

Es la primera parte, y la que encabeza el título del libro, la que más llama la atención. De trata de poemas sobre enfermedades raras, diagnósticos que nadie querría que le hicieran, tanto físicos como psicológicos. Esta parte se llama Colección de flores raras, y da la sensación de que las autora ha tratado con cariño a estas personas que padecen ciertas enfermedades o trastornos poco comunes, apenas estudiados. Aunque cada poema trata de una enfermedad en concreto, la autora nos regala uno sobre todas estas personas, titulado Nosotros los trastornados. En este poema en concreto podemos apreciar el dolor de estos enfermos hacia la sociedad, que les da la espalda, que los tiene miedo o asco, que finge que no existen. Es, quizá, el poema que más me ha llegado al corazón, y por ello os dejo a continuación un pequeño fragmento del mismo:

Nosotros, los trastornados, somos la fuente
de que manan mil reproches, la llaga que nunca cura
y se propaga, la arritmia que pone al corazón
al borde del abismo, el miedo que como un caballo
desbocado se impone en las noches solitarias,
el fuego capaz de rebatir las glaciaciones y el hielo
que en ocasiones al tuétano hace arder.

Tras estos poemas, nos brinda la oportunidad de saber sobre estas enfermedades a través de una parte que se llama Glosario mínimo de enfermedades raras y anomalías médicas. Aquí nos da una información breve, pero en la mayoría de casos necesaria, sobre las enfermedades de las que trata su poemario.

Tras esta parte tan interesante del libro, nos adentramos en otra algo más común, pero no por ello falta de belleza: Las noches y los días. Se trata tan solo de tres poemas, eso sí largos, compuestos de numerosas partes, unas seguidas de otras. Uno de los poemas es dedicado a la noche, y tras éste, viene el que dedica al día. Entre ellos podemos ver similitudes, pero también diferencias, y resulta agradable el poder leer uno detrás del otro, para poder percibir estas características. Por último, nos encontramos con un poema de solo dos partes, acerca de la vida al revés con respecto al día y a la noche: hay gente más creativa por la noche, que prefiere descansar durante el día, y este poema llama la atención sobre este tema.

La última parte se llama Itinerario: Biblioteca, y nos trae poemas más íntimos, sobre la vida entre libros de la autora. El que a mí más me ha gustado ha sido Amor e infancia, dónde la autora nos desvela los títulos de los libros de su vida, usándolos como parte de sus versos, de una manera ingeniosa.

Este thriller me ha mantenido alerta desde el principio, y ha sido difícil dejarlo en algunos momentos. Su lectura engancha aún teniendo momentos de respiro, porque la autora juega todo el tiempo con tus expectativas como lector.

Sinceramente, no esperaba muchas de las cosas que suceden a lo largo de la historia, y esto me ha sorprendido gratamente.En un principio, parece difícil seguir la lectura, básicamente porque no se está acostumbrado a leer tantos nombres difíciles para un occidental, y aparecen varios en las primeras páginas. No obstante, gracias al ritmo trepidante de la trama, te acostumbras rápido a esto, y resulta pronto una lectura fluida y fácil.

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La narración es cambiante, a veces en primera persona, otras en tercera. Esto juega un papel importante a la hora de saber sobre los diferentes personajes, pero también llega un momento en el que hasta tú crees volverte loco con estos cambios, eso sí, acertados. Así, Mi-ae Seo te atrapa y tú ni siquiera sabes que estás en una trampa.

Durante todo el libro no para una de hacerse la pregunta que viene en su propia sinopsis: ¿un monstruo nace o se hace? En un principio, de hecho, la protagonista nos da su respuesta, pero realmente te estás todo el tiempo preguntando lo mismo, viendo la interacción entre personajes, y sobre todo, conociendo cada vez más la vida del asesino en serie Lee Byeong-do.Esta novela coreana a sido todo un descubrimiento para el género, y promete mucho en el futuro.

El libro empieza fuerte: el inspector Rojo se convierte en novio, marido y viudo en escasos minutos, el día de su boda. Este acontecimiento tan deseado por algunos se convierte en el miedo de toda la población, al tener que el asesino siga matando a más recién casadas. No obstante, el modus operandi de este criminal comienza a cambiar, por lo que la novela no deja de dar interrogantes. No obstante, se van desentrañando todos a medida que se avanza en la lectura.

La acción de este thriller apenas deja tiempo para un respiro, aunque la autora ha sabido compensar todos estos momentos con otros más tranquilos como recuerdos o diálogos. Así, no da nunca sensación de agobio, y la lectura se hace fluida y amena.

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Durante todo el libro no para de haber sospechosos, pero se van descartando a base de pruebas. Conviene destacar todas las explicaciones que da la autora sobre balística, química del cuerpo, modus operandi de asesinos en serie, y un largo etcétera. Estos temas policiales no son usualmente conocidos, y en este libro se puede aprender un poco más del tema.

El único pero que pongo al libro es el final, para mí difícil de seguir y no demasiado creíble, pero por lo menos se trata de un libro autoconclusivo. No obstante, durante toda la lectura he disfrutado mucho con las descripciones y personajes, y sobre todo con tanta acción y preguntas.

Aunque en un principio esta novela parece más bien una historia de fantasmas, poco a poco, al leerla, te das cuenta de que se trata más de un thriller, que enseña su lógica según te sumerges en la lectura.

Esta novela recuerda a las de Edgar Allan Poe, o a otros escritores del romanticismo, con testimonios oscuros de personajes siniestros y descripciones de bosques y mansiones que quitan el aliento. Estos toques góticos son los que juegan con el lector, haciendo que éste juzgue el libro al principio de la lectura, para luego hacerle cambiar de opinión al final de la misma.

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La historia se puede dividir en dos partes: la primera, en la que un doctor viaja a la casa de al lado de la familia Soto, donde Anabel sufre un accidente que la lleva a requerir su ayuda; y la segunda, en la que la propia Anabel cuenta su historia y la de su familia.

Los personajes, aunque no muchos, van desvelando los secretos de esa extraña mansión en la que hay multitud de pasillos, puertas enormes, otras pequeñas, algunas que no dan a ninguna parte, habitaciones olvidadas, cuadros de antiguos inquilinos… Así, se puede ir encajando cada pieza de este puzzle, que al final cobra sentido para deshacer todos los juicios que se han hecho en un principio.

Un libro entretenido, sin demasiados detalles que terminen sobrando, dando la información con cuentagotas para que la lectura se haga amena y enganche una vez que te sumerges en sus páginas.