Si hay algo que amo en las historias son los movimientos en el tiempo, el ir y venir del relato.

Cuando comencé a leer Academia de Artes Marcianas, de Gonzalo Senestrari, esto fue lo primero que me cautivó: una historia contada en un ir y venir de escenas que atraviesan el tiempo y pasan por diferentes puntos de la vida de estos personajes.

La historia comienza con una escena que intriga. Un joven amigo de su hijo llega a la casa de Wilco ensangrentado y le cuenta que han secuestrado a uno de sus amigos. Pero, en el capítulo siguiente, la historia tiene otro comienzo, muchos años antes, cuando Wilco es aún un chico en edad escolar a quien convocan a una academia bastante misteriosa.

Sin embargo, la historia comienza también un poco antes, con una pregunta: «¿Qué no te gusta?» La respuesta de Wilco es muy diferente a la de sus compañeros y eso llama la atención de ciertas personas.

Esta historia combina elementos muy diversos. Además de los saltos temporales al nivel de la narración y el foco en las distintas historias, este relato incluye una historia de amistad, un vínculo familiar, reflexiones sobre el poder y la corrupción, deseos de cambiar el mundo, miradas diferentes sobre cómo hacerlo, illuminattis, personajes históricos y fechas significativas de nuestra historia.

Mediante estos elementos recorremos el camino hacia un cambio en el mundo, uno profundo y significativo, que deja atrás lo que conocimos. O no lo hace.

Cuando a un adulto Wilco ese pasado se le vuelve encima debemos replantearnos cuánto de ese cambio puede sostenerse.

Este es el primer tomo de una historia que seguro tendrá su continuación. Así podremos responder mejor algunas preguntas. ¿Es posible ganarle a la estupidez del mundo? ¿Es posible escapar a los efectos del poder sobre las personas? ¿Un mundo diferente es posible?