No me suele gustar la trama del terror, pero este libro te otorga una mirada diferente del género. La isla de los pájaros está ambientada en un neupsiquiátrico submarino, donde aplican un “juego” de simulación donde los participantes no saben que es real y que no. Se supone que todo está ideado para que el paciente logre un cambio radical en sí mismo, pero nada sale como se esperaba. 

A medida que la trama avanza, te das cuenta que nadie en ese lugar está realmente sano. La locura abunda hasta en los propios enfermeros y doctores. Además, las descripciones de los enfermos son tan detalladas que parece que pudieras verlos en persona. Caníbales, asesinos despiadados, y más, podrás encontrar en La isla de los pájaros. 

Es increíble lo que la brutalidad humana puede hacer con personas enfermas. Lo peor de todo, es que yo creo que esto podría ser real en algún momento de la historia. El humano puede llegar a ser un ser horrible, con acciones demasiado brutales. Más allá de eso, David Fox logró crear una sangrienta historia llena de momentos atrapantes, que no podés dejar de leer. Si sos amante del thriller psicológico o del terror gore, La isla de los pájaros es especial para ti.  

Los libros de cuentos jamás habían llamado mi atención, hasta que Historias que trajo el viento llegó a mis manos. A través de pocas palabras y páginas, Alejandro V. Casañas relata increíbles historias totalmente diferentes entre sí. Con sesenta y ocho cuentos, este libro se convirtió en uno de mis favoritos con historias cortas. 
A pesar de que Historias que trajo el viento tiene tantísimos cuentos, sólo algunos me resultaron tan buenos como para volver a leerlos. Por ejemplo, La Banshee, La secretaria del Ministerio o Charla de Café, entre otros. Algunos de ellos tienen un centro sobrenatural, otros son realistas, o hasta históricos. Pero no te dejan con ganas de más y su narrativa es tan buena que poseen un contexto enorme en tan pocas páginas. 

Estoy realmente contenta de haber encontrado esta historia. La diversidad de cuentos te lleva a pasar por varias emociones. Algunos me hicieron reír, otros largar algún lagrimón. Y los demás te dejan un mal sabor de boca. Totalmente recomendable para pasar por esta larga cuarentena. ¡Nos vemos en la próxima! 

Con personajes entrañables y bien definidos, Academia de artes marcianas te lleva por las aventuras del adolescente Wilco Faia. La vida aburrida y monótona no encajaba con sus pensamientos tan diferentes del resto de sus allegados. Su manera de ver la vida difiere tanto del resto, que muy a menudo es tomado por una persona sin sentimientos y totalmente fría. 

El núcleo familiar de Wilco está conformado por su hermana melliza Rita, caprichosa y desinhibida. Y por Francis, su padre que fue transferido a un mejor trabajo cuando a Wilco le ofrecieron un lugar en una importante “academia para prodigios”. 

 
En esa nueva ciudad, los mellizos conocen a un par de amigos, Pier y Sid, quienes los ayudaron a adaptarse de una mejor forma al nuevo lugar. Humanizaron a Wilco, tanto como Wilco los hizo más inteligentes. Pero como no todo puede ser tan bueno, los secretos que comenzaron a guardar hundieron esa amistad hasta el fondo, sin retorno. 

En nuestro devastado planeta solo quedaron unos miles de humanos, llamados desde ese entonces como hombres-ratas. Esta parte en especial me recordó a la película Demolition Man donde Sylvester Stallone encarna a un ex agente de policía que fue criogenizado por un delito que cometió y despierta en una sociedad avanzado, donde las personas no se tocan, no dicen groserías, no utilizan papel, ni comen de forma desordenada. Debajo de las ciudades, una nueva sociedad nació que no estaba de acuerdo en unirse a esas nuevas tradiciones. En Ultramundo tampoco está permitido el contacto físico, ni las relaciones sexuales, así como las emociones humanas.

Los Ultrahumanos están modificados con un neuroprocesador que está comunicado con Madre, la inteligencia artificial encargada de mantener todo en control en Ultramundo. No solo inhibe enfermedades, sino también controla emociones que un humano promedio debería sentir. Por ejemplo, amor, tristeza, nostalgia, etc. Caelus fue el encargado de mantener a esos pocos humanos lo más controlado posible. No quería que sus subordinados cometieran errores como los hombres de antaño y creía que los neuroprocesadores eran su mejor elección.

En las cloacas, lugar llamado así por el emperador Caelus, los rebeldes se unían para poder atacar Ultramundo y salvar a los pocos humanos que aún quedaban con vida. La mayoría ya había muerto a manos de los Ultranoides, la tropa más actualizada y renovada de robots de Caelus. O habían enfermado por los residuos que caían a la Tierra desde la gran ciudad en los cielos. Ahora llegó el momento de contraatacar, y la traición al emperador podría llegar de quien menos lo espera.