Comentarista de Goodreads

Juan José Díaz Téllez

España

registrado desde noviembre de 2019

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Libros y reseñas

Spin Nulo

Rubén Azorín/Juan Vicente Azorín

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Valoración: ★★★★

Una apasionante aproximación al mundo de la física cuántica y los universos paralelos.

Antes que nada quiero que sepáis que jamás leeréis una reseña negativa que haya salido de mi teclado por una razón muy sencilla: soy escritor, y como tal sé de primera mano el esfuerzo, la ilusión, la cantidad de trabajo y el grado de dedicación que implica el escribir un libro; la lectura, además, es un acto íntimo, algo muy subjetivo, y lo que a mí me puede parecer aburrido y sin alma para otra persona puede ser una auténtica maravilla.
Os digo esto porque las primeras cincuenta o sesenta páginas de la novela que nos ocupa me tuvieron en un sinvivir. En ellas, sin entrar en spoilers ni desvelar lo más mínimo, se desarrollan los primeros días en Bruselas de Ian Boom (el protagonista) en el CERN, donde se va a trabajar en la puesta en marcha del acelerador de partículas.
Me tuvo en un sinvivir porque, a pesar de que desde el minuto uno en el ambiente flota continuamente un tufillo a \\\»aquí se está cociendo algo\\\», las páginas van pasando sin altibajos pero a la vez sin grandes sorpresas: no hay fuegos artificiales ni cliffhangers que te hagan devorar frase tras frase; algo que llama la atención teniendo en cuenta el origen indie de los autores: en Amazon, donde ambos se mueven como pez en el agua, la tienda muestra de forma gratuita un número de páginas del inicio de cada libro (el equivalente digital a hojearlos en la librería física), y ahí hay que darlo todo; en el océano infinito de Amazon hay muchos peces y en esas pocas páginas hay que convencer al lector de que nuestro pez es el más grande, el más bonito, el que se convertirá en una delicatessen en su mesa. Eso no ocurre con Spin Nulo, y sin embargo llegó un momento en el que, sin darme cuenta, me descubrí buscando la forma de robarle minutos al día para leer unas cuantas páginas más.
Cuando acabé de leer la obra escrita a dos plumas por los hermanos Azorín, Rubén y Juan Vicente, me ocurrió algo que jamás me había pasado con un libro: tuve la imperiosa necesidad de volver a leerlo desde el principio sin dejar pasar un segundo, sorbo a sorbo, amarrando detalles que pasé por alto en un principio, y con el Google a mano para saber más de cada teoría, de cada apunte. Porque Spin Nulo, además de ser una novela que deja huella, es un interesantísimo trabajo de divulgación científica, de esa ciencia que se separa de la fantasía novelada por una delgada lámina, por momentos permeable.
¿Quiere esto decir que no es una obra para cualquier paladar?
Sí y no.
Si la persona que se sumerge en sus páginas no es (del todo) neófita en temas relacionados con física cuántica, aceleradores de partículas y demás parafernalia seguramente disfrutará a muchos más niveles la trama de la novela. Al resto nos tocará creer a pies juntillas lo que se nos propone o, como os comenté hace unas líneas, tener Google bien engrasado.
¿Recomiendo la novela?
Sin duda. En la banda promocional que acompaña a la obra se lee que el libro encantará a los fans de Cristopher Nolan y de Dan Brown. No sé si esto es bueno o malo, pero pondría la mano en el fuego sin temor a quemarme acerca de la certeza de esa afirmación. Mención especial merece el fantástico y curradísimo capítulo final.
Mi consejo: compra Spin Nulo y déjate llevar antes de que sea tarde. O pronto.

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La sangre manda, de Stephen King

Stephen King

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Valoración: ★★★★★

Un valor seguro, tanto en las distancias cortas como en las largas

La sangre manda es el título de la obra que el inigualable Stephen King acaba de repartir por nuestras librerías.

Que Stephen King es un escritor prolífico es algo que hoy en día no sorprende a nadie. De hecho, mientras escribo esta reseña a él le habrá dado tiempo a publicar un título más y tendrá otro en corrección.

Y probablemente en este momento, en su casa allá en Maine, estará escribiendo uno más en su ordenador con la mano izquierda mientras con la derecha escribe otro manuscrito con pluma de ave y tinta.

Bromas aparte, nos encanta que Stephen King sature el mercado, porque tiene público de sobra para hacerlo.

Y que sea por muchos años.

Los que me conocéis sabéis que de Stephen King me leería hasta la lista de la compra, que no me importaría darle un golpe (pequeñito) con el coche con tal de que me escribiese el parte de accidente, así que hoy juega en casa, pero…

¿Ha cumplido La sangre manda con mis expectativas?

Veamos.

LA PORTADA

Antes que nada: la portada. O el portadón, para hacerle justicia.

En un precioso color oro viejo, con las letras y los detalles principales en riguroso luto y además en relieve, la portada es un regalo para los sentidos. Un trampantojo en el que, a primera vista vemos un gato negro, pero una observación más cercana hace que aparezca ante nuestros ojos, como por arte de magia, una rata conformada por los ojos del gato y su hocico.

Esta imagen (la de la rata, al gato se lo han sacado del bolsillo) es la que da nombre al último de los cuatro relatos que componen el libro. La sangre manda es el título del tercero.

De modo que la portada es una mezcla entre el elemento principal de uno de los relatos, el título de otro, y un elemento (el gato) que no aparece en el libro.

Y el resultado es tan sumamente elegante, tan bonito, que daría igual que ninguno de los elementos apareciesen en el interior.

Su objetivo es llamar la atención, prepararnos para lo que nos vamos a encontrar en el interior, y eso lo consigue con creces.

Vamos ahora con los relatos, uno por uno.

EL TELÉFONO DEL SEÑOR HARRIGAN

Hay algo que es común a los cuatro relatos de los que consta La sangre manda, algo que no nos parecerá novedoso a los seguidores del maestro, y es su casi insultante facilidad para crear personajes a los que te parecerá conocer de toda la vida y ambientaciones que llegan muy adentro en apenas un puñado de palabras. 

En «El teléfono del señor Harrigan» trenza un par de personajes principales potentísimos con un momento histórico clave en la historia moderna, cuya relación quizás nos pueda traer a la mente el magnífico Verano de corrupción. Un relato basado en la relación especial que se establece entre el señor Harrigan y Craig, un niño huérfano de madre. Gran secundario para fijar su personalidad es el padre de Craig.

El entorno histórico en el que se desarrolla la historia tiene tanto o más peso que los personajes principales: el nacimiento de Internet, el primer modelo de Iphone, una tecnología de la información que comenzaba a florecer y que a los viejos dinosaurios como el señor Harrigan les parece obra del demonio. Pero… ¿qué ocurre cuando Craig pone en sus manos el primer iPhone que salió al mercado?

Lo que podíamos esperar de una obra de Stephen King, que nos genera un mal rollo sin la necesidad de ser explícito, insinuando más que mostrando, que consigue que en nuestra cabeza seamos nosotros mismos los que vayamos encajando las piezas que él tan sólo nos muestra de pasada.

Como curiosidad, a nivel personal, el señor Harrigan se me dibujó en la mente desde el minuto uno como el señor Potter, de Qué bello es vivir. No sé si ha sido intencionado por parte del autor, pero sospecho que sí.

LA VIDA DE CHUCK

«La vida de Chuck», el segundo de los relatos que nos presenta el libro, nos regala una historia en tres partes que, como si se tratase de una imagen vista al microscopio al que se fuera cambiando la lente, nos dibuja  en primera instancia una historia a vista de pájaro, para luego ir aumentando la graduación, acercándonos a cierto personaje y acabando como un relato intimista, que a mí al menos me hizo pensar en cosas que normalmente pasamos por alto.

En su primera parte nos muestra una visión apocalíptica, de un mundo que se viene abajo sin remedio, y cuyos personajes intentan ponerse a salvo mientras los medios de comunicación emiten un único y críptico mensaje:

«Charles Krantz, 39 magníficos años.

¡Gracias, Chuck!»

El mensaje se repite en cada rincón, e incluso los aviones lo dibujan en el cielo, y servirá de hilo conductor en cada una de las partes.

Poco más se puede decir de esta gran historia sin caer en los odiosos spoilers, más allá de que deja poso, y que probablemente te descubras pensando en ella días después de haberla leído.

Una demostración más de que King es un maestro moviendo los hilos que conectan con nuestra fibra sensible.

LA SANGRE MANDA

El plato fuerte de esta compilación de relatos es precisamente el que le da nombre: «La sangre manda».

En esta historia, que ocupa por sí sola más extensión que las otras tres juntas, acompañaremos a Holly en la búsqueda del culpable de un atentado en un colegio.

Aquí hay que hacer un importante inciso: en este relato se habla sobre sucesos ocurridos en la trilogía de King «Mr Mercedes» y de la obra «El visitante», por lo que, si no has leído ninguna de ellas, te vas a comer unos cuantos spoilers.

¿Es esto razón suficiente para posponer la lectura hasta haber dado buena cuenta de los títulos anteriormente nombrados?

Esa es una decisión que debes tomar tú. Aunque yo no lo creo.

Probablemente este relato se disfrute de maneras distintas, si ya conocías a Holly será como un reencuentro con una vieja amiga mientras que en caso contrario te picará la curiosidad como me ha ocurrido a mí y saldrás corriendo a por «El Visitante» a tu lector de ebooks o a la librería más cercana.

Dicho esto, yo no conocía a Holly, mi primer contacto con ella ha sido en este relato, y debo reconocer que el personaje me ha enamorado, tanto es así, que me apunto «El visitante» para mi próxima lectura.

A lo largo y ancho de las hojas en las que se va desgranando la historia, acompañaremos a Holly en su investigación a la caza y captura de un asesino que parece alimentarse del dolor de sus víctimas. Si ya habéis leído «El Visitante» probablemente os resulte familiar. A los que, como yo, os suene todo a nuevo, os encontraréis con una amenaza terrorífica de la que querréis conocer más.

LA RATA

El último de los relatos, La rata, me ha generado sensaciones contrarias. 

Drew, un escritor de relatos cortos incapaz de abordar su primera obra larga tras fracasos previos, se aleja de su mujer y sus hijos pese a la resistencia de ella, para abordar la escritura de un western cuyo argumento se dibuja con una claridad meridiana en su cabeza.

Para ello, se traslada por unos días a una cabaña de la familia en lo profundo del bosque, prácticamente aislada del resto del mundo, que llevaba años con el mantenimiento mínimo y poco más, para concentrarse en el trabajo.

La historia cuenta con todos los ingredientes para convertirse en un cuento de miedo típico de campamento, de los que se relatan entre susurros a la luz de una hoguera en plena noche, con fantasmas, un temporal inesperado y sucesos paranormales, pero a última hora pega un volantazo y un cambio de rumbo que no me acabó de convencer.

¿Es por ello un mal relato?

En absoluto, la ambientación es magistral, la sensación de ahogo al no poder salir de la cabaña casi se puede sentir físicamente, peeero a mi forma de ver es el menos King de los cuatro. Y lo peor, que en cuanto aparece la rata que le da título, se diluye.

Quizás sea más culpa mía que del relato, pero es que cuando King repartió las cartas de juego en la mesa, pensé que estábamos ante un clásico relato de visitas del más allá en una cabaña aislada, y sin embargo la historia tomó un camino muy distinto.

EN MI HUMILDE OPINIÓN…

Nos encontramos ante una muy buena antología, con una portada preciosa, y cuatro relatos de gran nivel, con uno que hará las delicias de los seguidores de Holly, pero que cabreará a buen seguro a quienes se encuentren con algún que otro spoiler importante sin esperarlo.

Avisados quedáis.

Larga vida al Rey

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