Nos cuentan historias de inmigrantes mexicanos, de españoles que viajaron a Estados Unidos a «cambiar de aires», de nativos Americanos que buscan su lugar en el ajetreado mundo, ancianos con perdida de memoria, bueno… son historias muy buenas que de verdad te mueven algo de conciencia en la cabeza y son super cortas.

La verdad es que el libro se disfruta, los personajes son geniales, son demasiado reales y es fácil identificarse con unos cuantos, dependiendo cada quien.

Este sin duda es una recomendación más que recalcada, es una cosa preciosa, te deja un aprendizaje muy padre y real, y de hecho te hace valorar las cosas pero con una perspectiva diferente, no la típica que cambia tu vida, pero sí que te hace cuestionarte el rumbo de uno de los países más potentes del mundo, y el impacto que esto tendrá.

Sin duda mi historia favorita, la que más me hizo sentir identificada fue la de «Emprendedora», y si lo leen pues sé que sacaran conclusiones diferentes a las mías, pero eso es lo importante. Pero el relato que más impactó fue el último, de verdad me quede muy sorprendida y me gustó mucho, fue crudo, real y poco esperanzador, pero valió la pena leerlo porque me confirma varias cosas que había sospechado desde antes en torno a ciertas cuestiones.

Otoño fue un libro que francamente me costo DEMASIADO leer, no por que fuera malo, sino porque en las primeras hojas realmente no me atrapaba, sin embargo me obligue a continuar y poco a poco me fue envolviendo entre sus paginas hasta que simplemente no pude parar de leer hasta que lo termine. Esta es una historia de amor juvenil, si te gusta este tipo de dramas sin duda te va a encantar.

Te recomiendo que si al principio te sucede como a mi, no pares. De verdad no pares, es un libro que estoy segura te encantara, aparte que la forma en la que el autor va redactando es muy sencilla de leer y no lo sientes pesado, te envuelve y al llegar al final te dara un bajon pero deja sin duda con un magnifico sabor de boca.

«A veces pienso que mi vida ha sido un continuo otoño, mi amor, triste y con muy pocos días de sol, tan solo aquellos en los que tú permaneciste a mi lado. Un otoño que presagiaba el duro invierno en el que ahora estamos sumidos nuestra hijita y yo. Un otoño bucólico en el que, desde que te fuiste, nunca dejo de caer la hoja.
nos vemos pronto mi amor.»

Qué difícil es cuando no eres igual que los demás. Es verdad que cada uno es diferente al otro y que nunca seremos dos personas iguales, aunque se traten de gemelos, trillizos, etc., pues hasta la combinación genética es diferente, así como la vida que tenemos después de nacer. Pero sin duda hay muchos que siguen pensando que la igualdad debe ser desde el interior al exterior, cosa que a algunos efectos suele ser bien recibido, pero que a otros no son los ideales.

Aunque trabajen arduamente por encontrar una línea que una a todos, puede, pero nunca seremos iguales, eso deriva en que nadie es educado igual, nadie vive igual y, sobre todo, nadie es igual. Esas diferencias nos hacen únicos, y es lo que debe importar más que las cosas que quieren hacernos similares. Por desgracia, hay muchas personas que lucha porque esa igualdad no sea sólo en cuestión de derechos sino hasta la represión de lo que somos o no somos. Y eso está mal.

Esto es lo que nos cuenta Santiago Ho en Quinceañera.

Decidi leer este libro porque la sinopsis me había llamado mucho la atención, y me apetecía bastante sumergirme en una novela de ciencia ficción después de tanto tiempo.

Un parpadeo, y Mary comenzó a existir; a pesar de ser nueva en este mundo, sabe y entiende gran parte de lo que la rodea. Junto con sus compañeros de la sede europea, comenzará el primer curso de estudios pentadimensionales, con asignaturas que les permiten alterar el medio que los rodea, viajar en el tiempo… un poder inabarcable. Sin embargo, a pesar de que todo parece estupendo, Mary no puede quitarse de la cabeza la misteriosa desaparición de Louisa, la chica que debería ocupar su lugar, y de la que nadie quiere hablar, además, un grupo fanático de intolerantes acecha desde las sombras a todos aquellos que son como Mary, ¿puede que ella sea la siguiente en desaparecer?

Desde luego, lo primero que tengo que hacer es quitarme el sombrero ante el inmenso y admirable trabajo que ha hecho la escritora con el worldbuilding de esta historia, y es que entre la sociedad, las personas que la habitan, su forma de vivir, las diferentes sedes o lugares en los que tiene lugar la trama, y todo el tema de la pentadimensionalidad, ha sido espectacular; todo estaba explicado hasta el más mínimo detalle y, desde luego, ha resultado tremendamente original y sorprendente.

Ahora bien, también es posible que ese aspecto haya tenido un efecto algo negativo en la trama, y es que se desarrolla tanto la ambientación, que este primer libro de la saga ha terminado resultando bastante introductorio, se centra más en presentar a los personajes y en cómo funciona todo, que en los sucesos, la misteriosa desaparición y los ataques de la secta, que no empiezan a cobrar peso hasta casi el final del libro.

Y, sintiéndolo mucho, con lo que me encantan a mí las historias de amor, el romance que se está forjando en esta historia no me está gustando demasiado, porque no veo que exista amor ni me gusta demasiado el chico escogido. De todas formas, espero que esto cambie más tarde.

De todas formas, creo que Piso 201 ha sido una novela que me ha sorprendido mucho. Muy entretenido e interesante.