Esta novela de ciencia ficción, que nos trae a una tierra destruida tras su tercera guerra mundial, donde la tierra ya no es más la de antes, donde habían calles, ahora estaba inundada y la gente vivía en cloacas subterráneas, y que gracias a la avanzada tecnología podían hacerse mejoras en sus cuerpos para sobrevivir bajo el agua, pero la clase alta, la prestigiosa, que pudo salvarse de toda la malaria que había en las cloacas vivía arriba, en la ciudad colgante, “ultramundo” gobernada por Caelus quien tenía aspiraciones a crear a los ultranoides, una nueva especie inmortal que serviria para establecer una sociedad mejorada, con una mente superior y, así, terminar con la raza humana.
Dicho esto, este libro en parte nos muestra un futuro donde los humanos no cuidaron el planeta, eligieron el poder y el dinero y sacrificar vidas por ello, un planeta destruido por completo que simplemente no resistió más, y en algún punto nos puede servir de ejemplo para nosotros no cometer esos errores como sociedad y terminar así.
Algo que no me gusto de este libro es la forma en que está narrado, siento que estoy leyendo un libro para chicos, porque si aparece un problema dicen una frase y ya parece la solución mágica, y no tiene diálogos concisos, pero esa es solo mi opinión y quizá solo yo lo creo así. Más allá de eso no deja de ser un buen libro para disfrutar.

Me deja con una sensación de esperanza y de empatía, ya que yo soy completamente igual al protagonista, y, de cierta forma me pasó lo mismo. Además, estoy obsesionado con Italia y las cosas que pasan por la cabeza del personaje son cosas a las que estoy acostumbrado.
Deja también ese resquemor dulce de un buen whisky, incomoda como el hielo que te choca y moja los bigotes y finalmente te pega un buen martillazo en la cabeza para levantarte con una resaca de las miles que quedan. Nada más preciado que un buen whisky para calentar los huesos en invierno. ¿Hay algo peor que estar triste en navidad?, bueno, en Argentina la navidad es en pleno verano, desde aquí escribo, no hay nada peor que estar triste en verano, porque el whisky, al igual que este libro, se disfruta más si el frío muerde fuerte la médula, te pone roja la nariz, como el alcohol y te hace ser un completo idiota. Felicitaciones al autor, ha escrito una obra maestra. Desde mis mejores tangos de argentino orgulloso le digo: grande!