No soy de leer mucha ciencia ficción, pero este libro me llamo la atención por su sinopsis, además de que era corto y me vino perfecto para leerlo en los momentos libres. Sin embargo, no me convenció lo suficiente como para decir que me gusto.
Ultramundo nos presenta una sociedad ubicada después de la Tercera Guerra Mundial, donde las ciudades tal como las conocemos se han convertido en una enorme cloaca, y la única ciudad existente es la llamada Ultramundo, la ciudad flotante creada por el Emperador y donde los humanos brillan por su ausencia. La nueva sociedad esta creada por ultranoides y suprahombres.
El mundo que se presenta al principio me gustaba pero después le encontré más contras que pros. No es muy sorprendente la idea que se presenta ya que en varias películas, libros o incluso nosotros mismos hemos llegado a pensar que los robots y la tecnología dominarán el mundo en algún futuro. También le encontré muchas fallas a la descripción de los lugares, algunos no los terminé de entender y en otros se me plantearon muchas preguntas en la cabeza. Además, las definiciones o nombres con que se les llama a las cosas me parecieron muy básicos. “Ultramundo” “Ultranoides” “Suprahombres” “Hipertubo” “Ultravelocidad” y muchos más son los nombres que aparecen. Ya ven que tienen de común, no? Imaginen leer una oración donde las palabras que comienzan con “supra” o “ultra” se repiten al menos tres veces. Cansador y repetitivo sin dudas.
Respecto a personajes no pude conectar con ninguno, sentí que ninguno de ellos tenía una historia en concreta, realmente no se cuenta nada sobre el pasado de ellos, sus creencias, sentimientos, ALGO que los vuelva personas. Los sentí como máquinas que estaban en el libro en el momento justo, en el lugar ideal, y cada uno era perfecto para hacer lo que le tocaba.
Y la historia que se plantea la verdad es que es buena pero tampoco me convenció del todo. Es como que pasan muchas cosas juntas pero al mismo tiempo no ocurre nada. Cuando la acción al fin comienza, dura dos páginas.

Paloma Echeverria es una chica que trabaja como bibliotecaria y lucha contra la economía de España en 1992. Cansada ya de hacer malabares para pagar su alquiler y poder subsistir, decide cambiar de trabajo. Es ahí cuando se topa con el anuncio de una fundación que esta en busca de una bibliotecaria en Paraguay. En menos de dos meses, Paloma se embarca en la aventura hacia el Guairá, un pueblito en el centro del país. Allí descubre ciertas cosas que cambian su vida por completo. En el Guairá, la gente habla guaraní (idioma que ella no comprende), no existen televisores, teléfonos ni computadoras, Paloma debe aprender a vivir sin ciertas comodidades. Y además, la naturaleza esta por todas partes.
La trama me pareció excelente, pero no termino de convencerme. A ver, el libro tiene 180 páginas y pasan muchas cosas para ser un libro tan corto. La mayoría de los sucesos quedan en medio de la nada, no tienen conclusión alguna. El final del libro es apresurado y no se entiende tanto. Pienso que la autora podría haberse explayado más porque toca varios temas interesantes. Quisiera haber conocido más a los personajes y la cultura en la que viven. Siendo así, es un libro que leí una vez y que de seguro pronto se me va a olvidar. Había mucha trama y potencial en estas páginas, es una pena que haya sido más largo.
Los personajes me gustaron bastante pero como dije, no terminé de conocerlos del todo exceptuando a Paloma, a quién adoré por completo salvo por un suceso que pasa a mitad del libro y queda en la nada, algo fuerte y a lo que la autora no le dio importancia.
Las descripciones del libro sobre el Guairá son excelentes y me permitieron imaginarme el lugar a la perfección. Me encanto que se hablará tanto de la naturaleza y de su importancia.