El secreto de Fray Anselmo no es lo que parece. Ni de lejos. Lo que en principio apuntaba que podría ser un relato de intriga (el fraile del título decide confesar por escrito todo cuanto sabe, incluido el asesinato cometido por su propio sobrino) es en realidad un folletín medieval de amores, grandes familias, mentiras y engaños, al más puro estilo de la literatura de otros tiempos, rimas incluidas. No sé si está concebido por la autora como un poema o si es casualidad, pero eso ya me descolocó en un principio. Aun así es fluido, pero al buscar la rima alarga innecesariamente los párrafos y con tanta descripción y tanta figura acaba volviéndose tedioso: demasiada descripción que hace que se pierda el hilo de la historia, ya de por sí enrevesada y a la que hay que añadir la cantidad de datos históricos relativos a la España del siglo XVI y, más concretamente, a la de las Islas Canarias, que se nos regala. Aunque no es lo que esperaba, reconozco el mérito de la autora al concebir una obra que sin duda destaca sobre las que estamos acostumbrados hoy día.

14 microrrelatos fantásticos, como su nombre indica, es una colección de relatos originales divididos en dos categorías: siete tristes y siete divertidos que te hacen sentir de todo. De los tristes, algunos lo son de verdad, pero en general me resultaron más bien nostálgicos y tiernos salvo el de la abuela del metro, que me hizo sentir de todo. Los divertidos no lo son tanto, pero sí que te hacen sonreír, sobre todo los reivindicativos de Caperucita. Pero la palma se la lleva el último, que está entre los divertidos pero no sé por qué (a lo mejor por eso va el último, el que no encaja). Supongo que porque triste no es, pero divertido… da más mal rollo que otra cosa, aunque hay una escenita con la que reconozco que se me escapó la risa, muy digna de un viajecito lisérgico. Una colección desigual, pero al ser narraciones tan cortas se lee en un suspiro, ideal para una tarde tranquila. Quizás para el otoño que empieza, una época especialmente propicia para sumergirse en esas historias que provocan sentimientos, a veces encontrados.

??????, ??????????? ? ??????? es una obra de teatro, continuación de ?? ?????? ?? ???????, que nació como proyecto para acercar el teatro clásico al público juvenil, pues Carlos Espejo, además de dramaturgo y director de teatro, es profesor.
Pues bien, la obra que nos ocupa te hace sentir un agradable cosquilleo nada más empezar, pues el Dramatis Personae del inicio es una delicia que anticipa en qué maravilloso universo vamos a sumergirnos. Fue una sorpresa mayúscula encontrarme con que los personajes más célebres de las grandes tragedias y comedias de William Shakespeare eran mis compañeros de viaje en esta historia llena de magia y sorpresas. Una luna de miel, una isla mágica, héroes, villanos, regresos inesperados, un misterio, musas y duendes en una época actual. Las referencias y guiños a la obra del Bardo y a otros grandes nombres de la literatura hacen de esta comedia algo fresco que te hace sonreír a cada paso. Una forma divertidísima de el teatro clásico. Nada me gustaría más que verla representada; sería una velada memorable.

Empecé con ilusión, porque si hay una ciudad que me gusta es Barcelona, y el Modernismo, otro tanto. PERO resulta pesado debido a las excesivas descripciones (y eso hace que durante páginas y páginas no suceda nada realmente interesante), más parece un tratado que una novela, y ojo, que en lo que ambientación y contexto histórico se refiere es de 10: las diferencias sociales, el anticlericalismo imperante, la nueva burguesía, la explosión artística del Modernismo, la industrialización y los nuevos tiempos, que no gustan a todos… Vives la ciudad y sus tormentos como si estuvieras allí. PERO te encuentras que los personajes son más bien planos, buenísimos o malísimos, o sin dudas ni flaqueos, blancos o negros, sin pizca de grises, pintando así una sociedad maniquea, y eso, señores, no hay quien se lo crea.  Al final se queda en un dramón envuelto en el precioso paquete de la Barcelona modernista. Le doy 3/5⭐ por la ambientación. La trama y lo demás algo menos. Quizás es que no estoy muy hecha al drama en el que nada parece salir bien o que cuando parece que sí se va todo a paseo y vuelta a empezar. Para eso ya está la vida.