Reseña: No podemos reseñar una publicación que no trata de ser un libro al uso por la simple y sencilla razón de que el autor así lo ha diseñado. Una sucesión de preguntas sin respuestas la gran mayoría de ellas de actualidad o en su defecto con una gran variedad de temáticas que nos recuerdan al popular y elaborado juego que está en mente de todos y que trata precisamente de explorar los conocimientos del jugador avezado en cultura general y cuyo objetivo no va más allá que proporcionar unas horas de asueto y divertimento en compañia. Algo parecido logra el escritor de este libro al que reseño, sin más argumento que el intento de que su escritura emule de alguna manera al ya nombrado Trivial o a alguno de sus muchos juegos imitadores de la temática cultural de preguntas y respuestas, bien sea en formato tablero o electrónico o como en este caso, de forma editorial. Temáticas como cocina, deportes, trabajo, educación, salud e higiene, animales, etc. entre otras muchas hacen que el lector pueda elegir entre una extensa variedad de materias de diferentes ámbitos de la sociedad, relaciones sociales o historia por ejemplo, que hacen un intento de amenizar el paso de las páginas del libro.

Lo siento no lo puedo evitar… cuando la editorial me hizo llegar una nueva elección de publicaciones a reseñar, el «logo Disney» fue lo primero que me asaltó y me encendío la alarma de elección automática y así lo hice. Aún sabiendo que todos, o casi todos, llevamos un niño dentro, a mis casi 56 años yo particularmente lo llevo muy a gala… es ver algo relacionado con la mayor compañia de entretenimiento global, e inmediatamente verme sumergido el mundo que nos transmite de fantasía, felicidad, alegría, niños y adultos disfrutando por igual y personajes de leyenda… y lo digo con conocimiento de causa. Mi viaje a Disneyland Paris se convirtió en el VIAJE con mayúsculas, en todos los aspectos. Se que a mi posible lector interesado en el libro de Robert Iger, mi experiencia vital en relación a Disney le podría interesar poco o nada, por ello paso describir las sensaciones que a mi me ha transmitido esta obra. Desde el comienzo, el relato se muestra muy fluido y entendible, por lo que facilmente Robert y sus experiencias en el ámbito empresarial hacen que lo que se podría haber convertido en algo tedioso y dificil de digerir traducido en un tratado de como hacer las cosas bien desde el punto del CEO de una gran empresa, finalmente nos lleve a disfrutar de un relato que nos sumerge en un mundo de grandes corporaciones empresariales con sus tiras y aflojas, sus bajos instintos a veces y sus grandes logros, también, si, pero como en las clasificaciones cinematográficas, todo llevado al nivel de «autorizado para todos los públicos». Una sucesión de personajes, estos reales, relacionados con el mundo de las finanzas, medios de comunicación, mandatarios, políticos, presidentes de grandes corporaciones, su propia familia… y Steve Jobs, conforman de mano de Robert Iger una mezcla de experiencias y relaciones con todos ellos, en muchos casos de amistad, y que finalmente lo han llevado a ser uno de los CEOs de mayor reconocimiento a nivel mundial y todo ello lo comparte con sus lectores en este libro de una manera magistral.

Reseña: “ … a pesar del título, el editor enfatiza que los libros no son literalmente para “tontos”, sino para inexpertos o principiantes en una materia“… Esta frase extraida de un análisis de la serie de libros para aprendizaje famosos por sus títulos terminados en ” … para Dummies” y que han llegado a ser un éxito editorial por su simplicidad en explicar de una forma fácil y sencilla de entender, cuestiones que podrían llegar a ser complicadas de entender como la astronomía, internet o excel para ordenadores. Permítame mi lector el comienzo de esta entrada para establecer la similitud entre las publicaciones que comento anterioriormente con el libro que reseño en esta ocasión como una obra que perfectamente podría titularse “Empresas para Dummies”… Cierto es que esta publicación está destinada a lectores profanos en temas de funcionamiento empresarial o a estudiantes a punto de finalizar sus estudios y cuyo horizonte está situado en buscar hueco en un mundo tan complicado como es el de los negocios. En ella el autor hace un repaso por los diferentes sectores susceptibles de que se les pueda aplicar un tipo de funcionamiento “empresarial” ligado todo ello con un montón de obviedades para los leyentes más avezados en todo lo que supone el mundo de los negocios y sus intríngulis más profundos. En el contenido podemos encontrar un repaso aplicado a un número muy ámplio y variado de sectores los cuales son perfectamente analizables en su funcionamiento desde el punto de vista de meramente empresarial. Hospitales, Instituciones, Institutos o Colegios, autónomos e incluso el propio Estado son explicados en sus funcionamientos como corporaciones tanto del espectro privado como público.

Resumen: En definitiva, un manual muy somero de como comenzar en el mundo de los negocios y asimismo, como utilizar las primeras claves, sólo las primeras, para comenzar la arriesgada aventura de fundar una compañia desde sus primeros mimbres. Lectura interesante para aquellas personas que están terminando sus estudios y se están planteando dar sus primeros pasos en el sueño de crear algo que le permita una independencia económica sin depender de terceras personas o incluso para aquellos cansados de soportar a un jefe y que anhelan dar el excitante salto de autofinanciarse con su propio trabajo, crear una startup, emprender y de paso, abandonar la tranquilidad de un salario “asegurado” a final de mes… aunque esto último suene, en los tiempos que vivimos, a algo lo más parecido a una entelequia…

Miedo, Infierno, Soledad, Vacío, Destrucción, Tristeza, Silencio, Daño, Muerte… y un largo etcétera de vocablos con un mismo sentido… Todo un tratado de antipositivismo, valga la expresión, aplicado a la poesía y dirigido desde el propio yo interior del autor y que da la impresión de que al tiempo que escribe, parece olvidar que un escrito pueda ir dirigido a un lector esperanzado en encontrar tristezas, como no, pero también alegrías… en definitiva, la vida misma. Cierto es que no podemos obviar a cierto leyente un poco o muy afligido con su propia vida y la de los que le rodean y al que le podría resultar cómodo debatirse en las miserias humanas más profundas, incluso hasta como «modus vivendi»… postura esta respetable pero no se sí compartida por la mayor parte del resto de potenciales clientes ávidos de lectura poética con todos sus ingredientes vitales… o tal vez eso no sea lo importante. Definitivamente y con toda la materia hasta ahora descrita, y sin ser una persona acostumbrada a la lectura poética como lo soy yo mismo y sin entrar en el análisis del significado final del libro, me parece que el relato se compone de una sucesión de poemas bien hilvanados, con una métrica que facilita mucho su lectura pero con un objetivo que no es otro que transmitir la instrospección de una persona que pasa un mal momento sentimental, llevado al extremo incluso de la posible autodestrucción sin ningún tinte de busqueda de las soluciones tan habitualmente esperadas al final de un relato que como colofón solo aporta pena, amargura y resentimiento hacia una sociedad ciertamente imperfecta, pero sociedad al fin y al cabo.

Dificil y ardua tarea es aquella la que supone para el lector de un relato, especialmente en sus comienzos, el esfuerzo de desentrañar el significado más oculto de la mente de un escritor hasta el momento en que el propio escrito y de la mano del propio autor se va desliando la madeja urdida con anterioridad al comienzo de plasmar en un papel el guión del libro en ciernes. Claustrofóbico y en determinados pasajes agobiante y angustioso… Ana María Rotundo nos traslada unas sensaciones en los primeros compases del libro a las cuales está sometido el personaje principal, Al, después de sufrir un accidente que le deja imposibilitado de poder transmitir a aquellos que le rodean en los primeros momentos vividos en el hospital que lo acoge, todo aquello que le supone extraño y desconocido. Una mente encerrada en un cuerpo inerte deseoso de comunicar sus inquietudes, sus dudas y unas extrañas relaciones con unos pesonajes a los cuales trata de ubicar y que en un principio les resultan totalmente desconocidos. Por momentos y en buena parte del relato, la historia resulta enrevesada y dificil de descifrar debido al conglomerado de relaciones que se van estableciendo con los diferentes “actores” y el propio Al, Enós… Tramas familiares, económicas, empresariales, sentimentales, desengaños amorosos y traiciones de pareja… un entramado en el que se va desarrollando la historia. Relato con una narrativa no exenta de tópicos por razones de raza, género y condición sexual tan en boga actualmente, que salpimentan una narración plagada de filosofía modernista apropiada para un lector avezado en un tipo de lectura que le suponga una introspección en su propio yo y su posible aplicación por comparativa entre él mismo y lo que está leyendo. En definitiva, lectura para sumergirse en ella con la clara intención de que las distracciones externas no te saquen de una trama complicada, confusa a veces pero con los enlaces suficientes para convertirla en una interesante apuesta por la narrativa contemporánea.

Ildefonso Falcones nos transporta en esta nueva novela, a la Barcelona de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. En ella nos describe con su habitual maestría, el relato en el que nos muestra una serie de personajes cuyas vidas se entrelazan y al mismo tiempo transcurren de forma tortuosa al amparo de una ciudad que al igual que el resto de Cataluña, España y en mayor medida sí cabe en toda Europa, las cuales sufren los avatares propios de los inicios de la revolución industrial. La prosa que va desgranando vidas como las de Dalmau, Enma, Josefa, Montserrat o Lerroux, corre en determinados momentos del relato el riesgo de convertir el libro en una mezcla de intrincada política, en algunos casos territorial, y por otra parte en un exceso descriptivo de una ciudad como Barcelona en la que el lector foráneo se ve desbordado por un exceso de detallismo urbano que hace que la narrativa se vuelva “densa” y en algunos momentos más extenuante de lo deseable debido a la profusión de nombres de calles, avenidas, edificios, parajes, etc. etc., los cuales obligan a un esfuerzo imaginativo al leyente no familiarizado con estos detalles y que finalmente lo hacen distraerlo del motivo principal de la trama del relato. En el momento en el que el lector es capaz de abstraerse de los detalles que hacen el libro un tanto intrincado, es capaz de descubrir que Falcones engarza de forma exquisita las descripciones, tan de su gusto, de la arquitectura barcelonesa apoyándonse en uno de sus personajes principales, el joven Dalmau Sala y su incipiente genialidad pictórica y arquitectónica con genios ya consagrados de la arquitectura y pintura catalana como lo fueron Antonio Gaudí, Domenech i Montaner, Puig y Cadafalch, Isidre Nonell o Ramón Casas. Construcciones como el parque Güell o la propia Sagrada Familia hacen que el lector vaya trazando una imagen mental de un estilo constructivo urbano y asimismo pictórico, hasta ese momento totalmente desconocido. La caida a los infiernos del personaje principal propiciado por la vorágine a la que se ve sometido por sus relaciones con la burguesía catalana del momento todo ello de la mano de su genialidad artística y la metáfora que el autor dibuja de forma magistral para llevar al lector a unos personajes que a menudo se muestran violentos y tétricos a partes iguales como muestra de los avatares de la vida y al mismo tiempo como revulsivo para alguien quien en su interior conviven su parte miserable tanto como su necesidad de salir a flote y volver a ser aquella persona que tanto prometía ahora ya sin los excesos que la vida le había puesto en bandeja y tan dolorosamente le había arrebatado, hacen que la novela se vuelva de aquellas de las que es dificil despegar. Una eclosión de emociones con los ingredientes para ser un relato en el que se combinan los vicios humanos, la ira, el engaño, el triunfo, el fracaso y finalmente el amor, todo ello culminado en un desenlace que no por inesperado deja de ser una muestra de maestría narrativa que el autor destila durante toda la obra, especialmente en su segunda mitad, para configurar una obra, a mi entender, digna de elogio y en consonancia con obras anteriores del propio Ildefonso Falcones.