La novela está escrita con una prosa poética y evocadora que nos sumerge en el mundo de los recuerdos, la nostalgia y la pérdida. El autor construye una historia compleja y conmovedora que explora temas como la identidad, la memoria y la naturaleza.
La novela comienza con la desaparición de Alejandro Plata. Su hermano, José, y su madre, María, se embarcan en una búsqueda desesperada para encontrarlo. Por su parte, su amante, Ana, lo espera pacientemente, añorando su regreso. A lo largo de la novela, los tres personajes nos van narrando sus recuerdos de Alejandro. José nos cuenta cómo era su hermano, un hombre apasionado por la vida y la naturaleza. María nos habla de su hijo, un niño soñador y sensible. Y Ana nos revela su amor profundo por Alejandro, un amor que la ha marcado de por vida.
Mientras los tres personajes van relatando sus historias, el río Magdalena va cobrando vida. El río es un personaje más de la novela, un testigo silencioso de las vidas que pasan a su lado. El río es también un símbolo de la memoria, un lugar donde los recuerdos se guardan y se transmiten de generación en generación.
Ferreira escribe con una prosa poética y evocadora que nos transporta a un mundo de sensaciones y emociones. El autor utiliza un lenguaje rico y expresivo para describir los paisajes, los personajes y los sentimientos. Por ejemplo, Ferreira describe el río Magdalena de la siguiente manera: «El río Magdalena era un río volador. Se movía con una gracia hipnótica, dibujando círculos en el agua. Sus aguas eran oscuras y profundas, como si escondieran secretos antiguos.» Esta descripción nos ayuda a visualizar el río y a sentir su presencia.
La historia de «Recuerdos del río volador» es compleja y conmovedora. La novela explora temas universales como la identidad, la memoria y la pérdida. La novela nos hace reflexionar sobre la importancia de la memoria. Los recuerdos son lo que nos hace quienes somos. Cuando perdemos los recuerdos, perdemos una parte de nosotros mismos. La novela también nos habla de la pérdida. La pérdida de un ser querido es una experiencia dolorosa que puede dejarnos marcados de por vida.
Ferreira construye un mundo rico y detallado en «Recuerdos del río volador». El autor nos lleva a un viaje por Colombia, un país lleno de belleza y diversidad. La novela nos muestra la historia, la cultura y la naturaleza de Colombia. Ferreira nos introduce en la vida de los campesinos, los indígenas y los afrocolombianos.
«Recuerdos del río volador» es una novela imprescindible para los amantes de la literatura latinoamericana. Es una obra maestra que nos dejará con una profunda impresión. La novela es una lectura muy recomendable. Es una novela que nos hará reflexionar sobre la condición humana y el poder de la naturaleza. «Recuerdos del río volador» es una novela magistral que nos ofrece una experiencia de lectura inolvidable. La novela es una obra de arte que nos conmoverá y nos hará reflexionar.

Esta obra, no muy extensa pero intensa, nos presenta a la protagonista, Guinea, aterrizando en su Argentina natal, tras haber tenido que abandonar los Estados Unidos, donde se ha desarrollado buena parte de su vida, por el escándalo por su relación con un alumno mucho más joven que ella. Su llegada al aeropuerto coincidirá con un apagón que arrastrará a Guinea a vivir con Rostov, a quien conoce de modo fortuito, y el hijo de este, Vladimir. La situación se hará cada vez más tensa en el cuasi confinamiento que vive el trío, mientras llegan ecos de la sociedad que se desintegra a su alrededor y ellos luchan por sobrevivir, en una convivencia cada vez más empañada por los instintos que amenazan por desbordarse.
Vladimir es una novela que aborda muchos de los tabúes y miedos que existen en nuestra sociedad, desde la relación de la mujer con el varón mucho más joven, hasta la pérdida de control cuando la supervivencia está en juego, los encierros agobiantes que los confinamientos hicieron reales… El gran apagón sume en el caos y la miseria a una sociedad dependiente de la electricidad (la nuestra), y la empieza a desintegrar a una velocidad impresionante. Leticia Martin nos pone ante un espejo incómodo de mirar, pero no lo hace poniendo el foco en una gran panorámica del mundo o de la gran ciudad de Buenos Aires, sino con el microcosmos, cada vez más tensionado, que forman Guinea, Rostov y Vladimir.
Guinea, la protagonista, es el personaje cuya intención de emprender una nueva vida se ve frustrada por los acontecimientos, pero también un poco por su actitud ante ellos. Rostov, ese hombre amable que la ayuda y la exaspera. Vladimir, el adolescente misterio, lo prohibido, la perturbación dentro de esa casa. Este es el triángulo tenso e imposible sobre el que se sustenta esta impresionante novela, una pieza intensa que aúna la ficción especulativa y la introspección de un personaje que ya estaba perdido antes de que el mundo también se echar a perder. Una extraordinaria pieza literaria que lee nuestro mundo de una manera única.

William, el ex marido de Lucy, le dice que deben marcharse de Nueva York; él sabe, por su trabajo, que se acerca el gran estallido de la pandemia y ha alquilado una casa en un acantilado en Maine, el estado donde Lucy tuvo sus (humildísimos) orígenes. Este inicio abre la puerta a unos meses que todos podemos recordar, pero que aquí conoceremos desde el punto de vista del inolvidable personaje de Elizabeth Strout.
Lucy, primero reacia a la mudanza, luego asustada, se analiza a sí misma en primera persona, observa la evolución de William y su relación con él, se preocupa por los problemas matrimoniales de sus hijas Chrissy y Becka y, como todos en aquellos años vive con preocupación los desarrollos de la pandemia, aunque distanciada físicamente, dentro de un entorno rural que William ha escogido porque también hay algo que lo une a los orígenes de él.
Lucy es una narradora que tiende a juzgar a todos y a todo lo que hay a su alrededor, a describir con lenguaje muy terso y directo todo lo que piensa y siente. Un carácter, tal vez difícil, que ha ido desarrollando a lo largo de una serie de novelas, de las cuales esta es la cuarta. En cada una de ellas, Lucy conjura sus humildes orígenes y disecciona su vida actual, como escritora en Nueva York. Ahora Lucy es una mujer mayor, con muchos recuerdos a sus espaldas, que evoca también en este libro (por lo que no es necesario haber leído los anteriores para disfrutarlo). En esta novela aparecen además otros elementos del universo literario de la autora, como por ejemplo diversas menciones del personaje de Olive Kitteridge, protagonista de otra de sus series de novelas.
Es el particular carácter de Lucy, junto con sus intentos de interpretar y comprender a William y a sus hijas, lo que domina esta historia de eventos que no se salen de lo corriente, en medio de un miedo que todo el planeta vivió. Strout se ocupa con detalle del contexto histórico y social de su personaje, que no duda en tomar partido en asuntos como el Black Lives Matter o el asalto al Capitolio. A veces hay en la voz de Lucy algo de intransigente y distanciada, pero esa dureza es precisamente lo que la hace más viva y real.
Ha sido interesante conocer las andanzas de Lucy Barton durante esos meses. De todas las obras literarias que he leído situadas en el periodo de mayor intensidad de la pandemia, creo que esta es la que mejor refleja las sensaciones y percepciones de las personas corrientes, la duda y la incertidumbre. La prosa de Elizabeth Strout siempre acierta en la disección de los caracteres y esta recomendable novela es un buen ejemplo.

La novela comienza con un accidente de tráfico de terribles consecuencias, por el que es condenado Ajay, servidor de Sunny Wadia, el heredero de la familia Wadia, omnipotente en el estado de Uttar Pradesh. A lo largo de sus capítulos, este libro despliega ante sus lectores una historia centrada especialmente en tres personajes: Ajay, cuyos humildes y desventurados orígenes y trayectoria son el núcleo principal de la primera parte de la novela; Sunny, el joven rico que parece tenerlo todo, pero vive dominado por la sombra de Bunty, su todopoderoso padre que domina la región, y Neda, la joven periodista que va a aparecer en la vida de Sunny y darle un vuelco.
A través de una serie de hábiles cambios de punto de vista, saltos temporales y una estructura de la narración dinámica, a la par que clásica, la autora nos va sumergiendo en la brutal historia cuyas piezas acaban por estallar la noche del fatídico accidente. El puzle lo iremos reconstruyendo durante la lectura, conociendo en profundidad a estos personajes y sus luchas por realizarse en un mundo hostil. En este libro oceánico conocemos los lugares más pobres y humildes, de los que procede Ajay, personaje golpeado por el destino y con una evolución espectacular, hasta los más ostentosos y obscenamente lujosos, la máxima exhibición de riqueza y poder que rodea a los Wadia. Como marco, un país cuyas ciudades se expanden de modo imparable, aplastando a las masas campesinas que son apartadas de sus hogares por personajes como los Wadia y sus aliados (y rivales). Uttar Pradesh es un hervidero de personas aplastadas por el avance despiadado de los negocios de estos hombres fuertes. Personajes como la periodista Neda intentan atar cabos, pero serán arrastrados también por el poder y la ambición de los auténticos señores, que controlan todo el poder político y social.
Uno de los aspectos que he encontrado más destacables en esta novela es el modo admirable en que la autora combina esta trama social, centrada en la corrupción sistémica del país, con las emocionantes historias de sus personajes. Además de la increíble trayectoria de Ajay, desde la pobreza absoluta hasta el servicio de los más poderosos, el otro gran pilar de esta obra es Sunny Wadia, de compleja y atormentada personalidad: un joven que lo tiene todo, pero dominado por poderoso y tiránico padre, oscilando entre ser el rebelde que quiere, en cierto modo, limpiar los orígenes de su fortuna, y el muchacho que haría lo que fuera por agradar a su padre. Ese desgarro interior conducirá a Sunny a muchas decisiones cuestionables y a algunos encuentros y relaciones indeseables.
«La edad del vicio» es una gran novela, con aliento de clásico, que no retrocede ante retos como introducir nuevos personajes importantes y giros narrativos inesperados (bien justificados) en partes avanzadas de la trama. He disfrutado especialmente de las historias de orígenes de algunos de sus personajes, al modo de las novelas intercaladas en el Quijote, del mismo modo que el ascenso de Ajay en la escala laboral no puede dejarme de recordar el constante cambio de amos de Lázaro de Tormes. Esta novela es un viaje por las mejores maneras de contar historias, construyendo una llena de emoción y brutalidad, de un realismo hipnótico, sentimientos tormentosos y mucha acción y violencia. La vida y la muerte en todas sus dimensiones en una obra que recomiendo a todos los aficionados a la gran literatura, pero que también puede gustar a quienes gustan de novelas con tramas adictivas. «La edad del vicio» es ambas cosas: un hallazgo extraordinario.

Cleo es una joven periodista a punto de cumplir los 30 años. El tema central de sus textos es la búsqueda del «flamenco» o el hombre definitivo, en la que, por el momento, no ha tenido mucho éxito. Aunque su carrera londinense está en ascenso, este hecho la frustra. Su jefa prácticamente la obliga a irse a la isla irlandesa Salvación, con la misión de casarse consigo misma y escribir una serie de piezas sobre ello. Cuando llega a Otter Lodge, la casa que ha alquilado para sus estancia, se encuentra con una sorpresa: Mack, un atractivo estadounidense, dice haberla alquilado también.
Este es el punto de partida de una comedia romántica diferente, que a la vez contiene los elementos clásicos del género. Cleo y Mack, primero enfrentados, irán conociendo poco a poco lo que tienen en común, y conectando de un mod inesperado. La historia transcurre a lo largo de varios meses (incluyendo una Navidad inolvidable) en un encantador entorno rural y marino: la isla de Salvación, habitada por un plantel de personajes inolvidables, en especial el grupo de mujeres con las que Cleo vive momentos de auténtica sororidad.
Uno de los puntos más interesantes de la novela es cómo conocemos a sus dos personajes principales. Estos son retratados por sus propias palabras, acciones y pensamientos de modo muy intenso y detallado, por medio de la primera persona narrativa, en la que se alternan capítulos contados por cada uno de los dos. El centro, sin duda, es el proceso de evolución de Cleo, joven profesional triunfadora (y un poquito insufrible), que acepta a regañadientes participar en el experimento que le propone su jefa, gracias al cual acaba viviendo muchas experiencias inolvidables e inesperadas en un entorno, a priori, tan poco emocionante. Con Mick, sobre todo al principio, tiene muchos diálogos punzantes e ingeniosos, pero sobre todo con las mujeres de Salvación, un grupo humano variado y lejos de los estereotipos, y que es otro de los grandes hallazgos de la novela.
¿Y qué pasa con la historia de amor? Como todo buen romance, hay impedimentos para que la relación entre Cleo y Mick pueda prosperar. El modo en que se asumen, y cómo aprenden ambos a reconducir sus vidas, es la gran enseñanza de este libro, una historia muy recomendable sobre segundas oportunidades y, sobe todo, sobre aprender a amarse para ser libre para amar.

Apareciendo como narrador en persona de su propia historia, el libro empieza con un Ferran exhausto tras horas de videoconferencias. El narrador en primera persona comienza enlazando sus peripecias con estos medios de comunicación online con la experiencia en común vivida por tantas personas, sobre todo a raíz de la pandemia de la COVID-19. Tras recibir un correo electrónico de un presunto desconocido, Ferran se embarca con su perra Nim en una aventura interior en la que reflexionará sobre los efectos positivos y negativos, las repercusiones en las personas y las empresas, así como los modos de mejorar y utilizar de modo más productivo y efectivo las relaciones online.
Intercaladas en el sencillo marco narrativo del hombre que se retira a un lugar apartado para leer lo que los expertos en el tema han escrito y relacionarlo con su experiencia, alterna estos momentos introspectivos con paseos con su perra y llamadas a su hija, que estudia en la lejana Escocia. Así, de modo sencillo, pero muy efectivo, se van viendo en la práctica las situaciones de comunicación directa o mediada por la tecnología. Su anónimo correspondiente planteará a Ferran temas de reflexión que este irá resolviendo combinando la bibliografía que consulta y su propia experiencia personal.
Esta forma de discurrir, pausada y progresiva, llevará a unos pensamientos en formato muy breve que condensan los principales consejos que el autor-personaje nos regala para una mejor gestión de las relaciones online, tanto en el mundo de la empresa como en el ámbito personal. Aunque es importante conocerlos en las palabras del autor, anticiparía que una de las claves es el equilibrio.
En conclusión, «A 1778 km de distancia» es un volumen muy aconsejable para quienes nos preguntamos cuál es la mejor manera de afrontar los cambios en los que estamos inmersos en nueva era de la comunicación online.
 

La nueva novela de Lara Moreno se titula y define por el espacio en que tiene lugar. Es una novela de Madrid, del centro de la ciudad gentrificado en el que unos viven y otros acuden a trabajar. En uno de sus edificios de viviendas viven Oliva y su hija, trabaja Damaris y hace ambas cosas furtivamente Horía… Sus existencias, extrañamente paralelas, sutilmente entrelazadas, sustancian esta historia contemporánea, dura, reveladora, llena de verdad que todos conocemos peros sigue sin contarse demasiado.
Oliva, profesional, separada del padre de su hija, vive en pareja con Max. Es una relación llena de pasión, una pasión que hace que le cueste percibir que está entrando en una espiral destructiva en la que progresivamente la hunde el comportamiento de Max. En un piso cercano trabaja Damaris, migrante procedente de Colombia, marcada por la tragedia, sobreexplotada por sus amables empleadores. En la portería, Horía, huida de su trabajo en los invernaderos del sur, se esconde, espera a su hijo huido, trabaja en la oscuridad por lo mínimo para sobrevivir. Las tres son muy diferentes, pero las tres son madres dispuestas a todo por sus hijos, y se enfrentan a las grandes opresiones que en nuestra época siguen reservando un mayor espacio para las mujeres: el maltrato y la explotación.
Esta excepcional novela nos las muestra intentando sobrevivir, a veces en momentos de negación o resignación, otras en momentos de rebeldía en los que luchan por salir a flote. La autora refleja con mucha habilidad cómo todo el dolor de Oliva, Damaris y Horía parece fluir como una corriente subterránea, una realidad que contrasta con una superficie, unas palabras que parecen mero engaño. Cómo las primeras engañadas son ellas, al creer que Max cambiará, que los señores de verdad se preocupan por ella, que en los invernaderos hay un futuro mejor… Al leer esta novela, en tercera persona, vamos navegando entre los puntos de vista de las tres, entre una apariencia objetiva y un desgarro de tono casi poético.
\»La ciudad\» es una historia de violencias silenciosas o silenciadas, ocultadas por las palabras o directamente negadas. Sus protagonistas viven vidas que sabemos que son reflejos nada lejanos de la realidad, que podrían tener muchos nombres y apellidos auténticos en lugar de los suyos. El relato de estos avatares parecería prestarse a un estilo narrativo lleno de intensidad verbal, en carne viva, pero Lara Moreno hace una elección muy diferente, y acertada: el tono general es austero y sobrio, casi periodístico, sin ser frío. Los grandes estallidos emotivos son raros y se dan en momentos clave que los piden. Paradójicamente, esto hace que la novela se lea, por momentos, con la ansiedad de una historia de suspense, con sus elipsis que desnudan la historia de artificios y dejan a quien la lee solo con las preguntas por los porqués. Si hay una palabra con la que definiría esta historia es \»inquietante\».
Recomiendo su lectura, sin dudarlo, y en especial a las personas que creen que la novela ha de ser un espejo de la vida. Esta lo es, a la par que escrita con vigor y rigor literario.

Tras un prólogo en el que Peñafiel evoca su trabajo como entrevistador de múltiples personalidades de la vida social, el volumen se divide en secciones relacionadas con diversos temas y personajes. Las más importantes son las dedicadas a la familia real española, empezando por «Juanito», el niño que acabará convirtiéndose en el rey Juan Carlos I. Las anécdotas sobre su infancia y sobre el trato recibido al llegar a España bajo el régimen de Franco, su relación con su padre, sus primeros amores y la trágica muerte de su hermano ocupan un lugar importante en estos capítulos. Luego llegará la sección sobre su unión con Sofía de Grecia. El autor no oculta en ningún momento sus juicios de valor sobre todos estos personajes que ha podido tratar en muchas ocasiones de un modo muy cercano. Esto incluye observaciones y reflexiones muy interesantes sobre la relación entre las parejas reales, en especial la española y las formadas por sus hijos. Uno a uno, Sofía, Felipe VI, Letizia, el rey emérito… desfilan en estas páginas en su lado más humano, en capítulos breves pero que los diseccionan en anécdotas y momentos significativos y, en muchos casos, inéditos.
El desfile continúa remontándose a historias sobre Franco, que ilustran su excesiva pasión por la caza y las circunstancias de su muerte. La fotografía de Franco agonizante, publicada con enorme polémica en su momento, es una de las que forman la interesante selección de imágenes que ilustra este volumen.
Los siguientes capítulos tratan sobre los duques de alba consortes de la difunta Cayetana y lo que Peñafiel llama «primeras damas» (se refiere a las esposas de los presidentes del Gobierno). El acceso a la confianza y la información del periodista, junto con un fino análisis de los caracteres de estos personajes, a veces un tanto opacados para la opinión pública, son de sumo interés. Se notan en estas páginas la convivencia, las confidencias y el arte del entrevistador que logra que los entrevistados le hagan llegar sus pensamientos más escondidos, aunque Peñafiel hace valer su discreto silencio, el del periodista que «valía más por lo que callaba que por lo que decía». Poco a poco, a pesar de estas palabras que son casi su lema, va diciendo cosas que en su momento permanecieron ocultas, y que el paso del tiempo, o el renovado punto de vista del autor, le aconseja sacar a la luz.
Es impresionante la cantidad de bodas, funerales, coronaciones, viajes reales y eventos de todo tipo a los que ha asistido a lo largo de los años, y que le dan toda la autoridad para titular un capítulo «Mis reinas», repasando desde Isabel II de Inglaterra hasta Noor de Jordania. No faltan muy importantes reflexiones, llenas de sentido común, sobre la evolución que ha tenido la realeza en materia de bodas y divorcios.
El libro iba a terminar con un capítulo bastante simpático sobre mascotas, pero la actualidad se impone, y se añade un epílogo sobre nueva ruptura real. Completa el volumen una bibliografía.
Este libro, ante todo, es la verdad de Jaime Peñafiel, el periodista y padre que ha conocido a otros seres humanos, por encima de toda la pompa y la circunstancia de las reales personas, o del glamour de las socialités. Nos ofrece una ventana muy especial para conocer a personajes excepcionales de nuestra historia y vida social, de un modo ameno y cercano, crítico y respetuoso.

En los últimos años ha crecido el interés por el modo de vida de Corea del Sur. Su dinámica mezcla de tradición y modernidad y la llegada masiva de su música y cosmética han atraído, con razón, a una legión de admiradores. Este libro ofrece información y consejos con los que cualquier persona aficionada puede aplicar en su vida muchas de las aportaciones del estilo coreano de hacer las cosas.
La primera sección se dedica al cuidado de la piel, con interesantes informaciones sobre productos y la explicación de la famosa rutina coreana de los diez pasos. Este es el secreto del excelente aspecto de muchas cantantes y actrices coreanas.
Después conocemos cómo la moda coreana ha llegado ha ser tan influyente, algunos consejos de estilo e interesante información sobre los diseñadores favoritos de algunos de las mayores estrellas de K-pop.
Este movimiento musical, sus orígenes y grupos más destacados, son el centro del siguiente capítulo. Además de los más célebres, como BTS o PSY, los lectores podemos conocer mejor este fenómeno musical tan único, sin duda la punta de lanza del auge actual de lo coreano en el mundo.
El audiovisual coreano ha llegado hasta lo más alto con el Óscar a la Mejor Película de «Parásitos». La siguiente sección del libro traza una breve historia de las producciones televisivas y cinematográficas del país, y se centra especialmente en las series más rompedoras, adictivas y actuales.
Luego es el turno de la gastronomía coreana, incluyendo tanto sus platos como todo el arte de vivir las comidas. ¿Qué recetas probar? ¿Cuáles son los ingredientes más característicos?
Los últimos consejos son relativos al hogar al estilo coreano, un hogar sencillo y que ayude a la serenidad. Los lectores podemos saber cómo tener una habitación o una casa decorada como en Corea, sin olvidar un lugar para los artistas de K-pop favoritos.
Este libro ofrece una presentación muy atractiva de la cultura coreana, con textos sencillos, consejos prácticos e ilustraciones fotográficas que nos traen lo mejor de un país apasionante que cada vez aman más personas. Muy recomendable para conocer y adoptar elementos de un estilo de vida y una cultura de los que podemos aprender mucho.

Esta obra cuenta las investigaciones de dos inspectoras novatas, las hermanas Berta y Marta Miralles, a quienes se les encarga como primera misión investigar la muerte de la presidenta de la Comunidad Valenciana llamada Vita Castellà. Partiendo de las obvias similitudes con los acontecimientos que rodearon la muerte de una célebre alcaldesa de la ciudad de Valencia, es tentador leer la historia como un «roman à clef» y tratar de imaginar que refleja las teorías de la autora sobre lo que pudo suceder en aquellos movidos años en la comunidad levantina. Pero, sin duda, esta obra es mucho más que su punto de partida y la muy novelesca realidad en la que, en parte, se basa. Esto ocurre, sin duda, gracias a la creación de Berta y Marta Miralles, esos caracteres opuestos, realistas, tan simpáticos como (a veces) exasperantes, que dan a la novela un aire muy diferente al de otras de un género que, con frecuencia arrastra una excesiva gravitas, con sus protagonistas veteranos, quemados y sumidos en la tragedia.
En «La presidenta» hay una verdadera espiral de crímenes, ocultaciones y daños colaterales, pero todo ello es afrontado por las voluntariosas hermanas con una mezcla de inocencia, ética y perseverancia que resulta irresistible. Frente a ellas, un sistema al parecer diseñado para no dejarlas avanzar, y al que se enfrentan con un idealismo que en ocasiones parece rozar la inconsciencia. A su lado, una auténtica maraña de intrigas, algunos aliados, y muchos más enemigos (y algún fuego amigo), una trama construida con destreza y, por añadidura, y con lo que llamaría gracejo, un par de apuntes sobre los males endémicos de corrupción y clientelismo que aquejan a este país.
En conclusión, nos encontramos ante una intriga policiaca muy bien construida, recreada sobre elementos de nuestra realidad, con unas protagonistas muy originales y diferentes. Me parece una novela muy recomendable y que gustará a los aficionados al género policiaco ambientado en la España actual, que la disfrutarán tanto como yo lo he disfrutado.
 
 

«Las herederas de la Singer» cuenta, intercaladas, las historias de Aurora, Águeda, Ana y Alba, bisabuela, abuela, madre y nieta, desde la juventud de la primera en un humilde pueblo minero asturiano, hasta la de la última, en una zona privilegiada de Madrid. Cada una de ellas tiene una fuerte personalidad, muy bien diferenciada en la escritura de la autora, y se enfrenta a circunstancias vitales aparentemente muy diferentes, pero sus luchas no distan tanto entre sí. La estructura de la historia, con alternancia de tiempos, espacios y voces narrativas, ayuda a establecer este contraste y este paralelismo.
Aurora, en vísperas de su boda, recibe el regalo de una máquina de coser Singer de segunda mano, pero también vive un acontecimiento traumático que marcará su vida. Su fuerte carácter se enfrenta a obstáculos tanto individuales como colectivos, desde superar un puesto de trabajo como carbonera hasta sobrevivir a la Guerra Civil Española. Su hija Águeda, desconocedora del misterio de su origen, representará el destino de tantas personas que abandonan el pueblo por la ciudad. El segundo escenario de esta novela es Oviedo, retratado en sus calles y su modo de vida durante el matrimonio de Águeda y la crianza de su hija Ana. Esta representa, con su matrimonio y su vida en Madrid, un ascenso social que no siempre está asociado a una mayor felicidad. Su hija, Alba, es una joven valiente y contemporánea, que, paradójicamente, se enfrentará a desafíos no muy diferentes de los de sus antepasadas.
«Las herederas de la Singer» se lee con emoción por los perfiles humanos de este protagonista colectivo y femenino, pero también con interés por el retrato de la evolución de la sociedad que representan sus vidas. La novela está secuenciada con múltiples saltos temporales y cambios en la voz narrativa (tanto en tercera como en primera persona de las protagonistas). Esta construcción, lejos de resultar confusa, nos ayuda a relacionar los hilos de la trama, a conocer mejor las razones de ciertas decisiones y las consecuencias de otras. La historia está llena de giros argumentales constantes y bastantes sorpresas que conseguirán mantener el interés de cualquier lector, y que ilustran perfectamente cómo van asumiendo los retos de la vida estas cuatro mujeres.
En conclusión, una novela muy recomendable, que gustará tanto a quienes disfruten con las historias familiares que se desarrollan a lo largo de varias generaciones, como a las personas aficionadas a novelas con un detallado trasfondo histórico. Pero, sobre todo, una obra con la que conocer mejor cómo han vivido las mujeres de la España del último siglo, a través de las luchas de Aurora, Águeda, Ana y Alba.

A la hora de acercarnos a esta novela, las personas que hemos podido vivir, como niños o jóvenes, en un mundo parecido al que describe, la leeremos de un modo diferente, pues nuestra experiencia condiciona la percepción de lo que en ella leemos. La Edad de Tiza puede ser ese tipo de libro para una generación y circunstancias similares. Para otros lectores, además de una original intriga juvenil, ofrece un excelente acercamiento a la intrahistoria de los adolescentes de los primeros noventa, en un colegio religioso masculino en un Madrid en crecimiento.
La novela se presenta como los recuerdos narrados en primera persona del protagonista, llamado no casualmente Álvaro Velayos. Como adulto tiene que retornar al hogar familiar, donde se reencuentra con su madre, dedicada con mucha energía al trabajo caritativo, y decide indagar sobre un asunto misterioso relacionado con su pasado en el colegio. La mayor parte de la novela transcurre en ese flashback, donde conocemos a los amigos y enemigos de Álvaro en la institución escolar, los nombres e inevitables motes de todos ellos, y las dinámicas con las que funciona su colegio, incluida la dicotomía entre fingimiento y realidad.
Álvaro y sus amigos, en el mejor estilo del cine ochentero-noventero (y de las auténticas pandillas de la época), tienen su propia agencia de detectives \\\»Mascarada\\\», y se proponen investigar cuantas cuestiones intrigantes encuentran a su alrededor. En la narración del pasado, se presenta ante ellos un \\\»caso\\\» que consideran que puede ser importante: la desaparición de la cinta que poseía un profesor de \\\»El grito silencioso\\\» (famoso documental antiabortista que circuló ampliamente en la época). ¿Por qué son castigados tan duramente los estudiantes a causa de la pérdida de la cinta? ¿Acaso contiene algo más?
En la mejor tradición del McGuffin, acompañamos a los jóvenes \\\»detectives\\\» en sus pesquisas, y por el camino conocemos, con deliciosa ironía y bastante desasosiego, cómo respiran el colegio religioso de las afueras, sus adolescentes alumnos… todo ello aliñado por un delicioso cóctel de cultura pop y menudos recuerdos que resultarán en nostalgia irremediable para algunos y curiosa ambientación para otros.
\\\»La edad de tiza\\\» es una novela excelente, brillante en su tono tragicómico, en su intriga de lo cotidiano y en su juego de espejos. La recomiendo por muchas razones, pero sobre todo por el modo en apariencia ligero con el que se tratan temas profundos, y por la pincelada certera e irónica con la que nos traslada a un tiempo que, ay, ya es evidente pasado.

El color de la portada de este libro, bello y acogedor volumen de alegres ilustraciones, letra de tamaño amigable, papel sólido y más sólida tapa dura, es amarillo, lo cual no es ocioso en la obra de Albert Espinosa. De sobra es conocida la peripecia vital del autor, un tesoro de experiencias con las que ha nutrido sus libros y ficciones audiovisuales. Los amarillos son, para Albert Espinosa, esas personas que te impactan de modo especial. Las historias e ideas que nos llegan y transmiten algo especial son soplos. El número clave de todo, con el que el autor ha tenido encuentros a lo largo de su vida, es el 23. Con estos elementos, Espinosa crea estas páginas amistosas y cercanas que hablan a quienes han tenido que enfrentarse a cambios y desafíos en su vida; es decir, a todos nosotros.
Albert Espinosa transmite un cosmovisión propia, con un vocabulario especial, una filosofía de vida para afrontar las situaciones y las relaciones difíciles. Lo hace en 23 \»soplos\», en breves capítulos, conducido cada uno por una historia vivida o relatada por un \»amarillo\» con el que se ha cruzado en su vida. En todos los \»soplos\» hay un enseñanza, una reflexión, una protesta incluso… pero sobre todo una lección práctica de resiliencia, que llega incluso a la época de la pandemia, sobre la que el autor muestra su preocupación por la actitud insolidaria de algunas personas, \»ruidosos\» que interfieren en las vidas de los demás.
En las últimas páginas se nos muestran nuevos caminos en forma de \»soplos\» cinematográficos, literarios, musicales… con los que el autor quiere inspirar a los lectores.
Este libro se lee en un suspiro y es un verdadero cofre de buenos consejos, lleno de energía positiva, a la vez que sensata y realista. Es un libro para ayudarnos en los malos momentos y congraciarnos en los buenos, para acudir y rememorar sus breves \»soplos\» en función de las necesidades de ánimo. En resumen, un libro amigo y compañero en la vida.

La Inglaterra decimonónica es, sin duda, uno de los periodos favoritos del romance histórico, y,ha producido novelas y series que han enganchado a millones de lectores en todo el mundo. Pero si hay una reina del género, esta es Lisa Kleypas. Su última gran serie está dedicada a los Ravenel, una familia noble de fuerte carácter a cuyos miembros hemos podido conocer en las cinco entregas anteriores, iniciadas por la herencia por Devon del título familiar.
La que nos ocupa está dedicada a Cassandra, una de las primas gemelas de este. Como suele suceder en las series de romántica, los libros pueden leerse de modo aislado sin ningún problema, ya cada volumen se centra en la historia de una pareja concreta de personajes, y los lectores reciben la información justa y necesaria sobre los antecedentes de la situación para comprender la trama.
Tom Severin es un inteligente empresario, totalmente plebeyo, que ha construido su fortuna partiendo de la nada, gracias a una inteligencia científico-matemática y una visión para los negocios envidiable. Aunque forma parte del círculo de amistades de los varones de la familia Ravenel, no es hasta el comienzo de este libro que conoce a la bella y voluptuosa Cassandra, en un primer encuentro descrito con la maestría, el humor y la ternura a los que nos tiene acostumbrados Kleypas. Cassandra quiere una familia tradicional, y sus intentos de encontrar un amoroso marido durante la rígida temporada social no han dado frutos por el momento. Tom Severin quiere una esposa, pero su triste pasado hace que rehúya los sentimientos, y sus ideas sobre el matrimonio lo ven más como una sociedad de intereses comunes que como una tierna unión; además, es de una clase social inferior a la de ella.
Planteadas así las cosas, la autora usa su notable habilidad para que estos caracteres opuestos choquen, se atraigan, vuelvan a chocar… mientras los acontecimientos externos hacen que Cassandra se vea apartada de esa sociedad cuyas convenciones la ponen en una situación comprometida, a la vez que Tom descubre que, tal vez, sí tenga un corazón… Un pretendiente cruel, una valiente doctora, un niño de las calles… la constelación de personajes de esta novela es admirable, construida con pinceladas más que precisas, a la vez que el retrato de los personajes principales los llena de vida y los hace inconfundibles ante nosotros: la ternura y bondad de Cassandra, los miedos que Tom guarda en el fondo de su alma, la compañía y el ejemplo de los libros, el valor de la ciencia y el conocimiento para el progreso humano…. los Ravenel se despiden como solo lo podría hacer la gran Lisa Kleypas: mostrándonos un amor que da sentido a las vidas, pero ante todo unas vidas dentro de un mundo en cambio constante, de auténticos seres humanos, aunque vivan dentro de un romance.

Este precioso volumen se estructura en actos, a modo de etapas en la vida del autor, y también como las obras teatrales. Tanto los detalles biográficos desde su infancia como sus obras publicadas o estrenadas en vida desfilan ante nuestros ojos, entre fragmentos de narración mesurada de los hechos y multitud de testimonios recogidos en entrevistas a muchos de los que lo conocieron, desde su hermana Isabel, Pepín Bello, Margarita Xirgu, Dalí… Ilu Ros dibuja los instantes seminales o clave de la vida del poeta, a modo de escenas, eligiendo los más definitorios, tal vez los más líricos, los que pudieron influir de un modo especial en su vida y su obra. Ante nosotros, dibujados con trazo muy personal, pero inconfundibles, desfilan los hombres y mujeres de la cultura del momento, las etapas formativas del autor (desde las tertulias granadinas hasta la estancia en Nueva York, pasando por la residencia de Estudiantes…), y todo con un cuidado exquisito en la selección de los momentos y las citas.
El formato de biografía ilustrada en forma de cómic hace que esta obra sea una manera muy especial y diferente de transmitir la realidad del autor. El modo en que la expresividad del trazo de Ilu Ros transmite las honduras de textos de obras tan complejas e intensas como «El Público» y «Yerma» se queda en la retina de quien lee esta obra. El mismo cuidado pone en la recreación de ese mundo infantil y juvenil de Federico en Fuente Vaqueros, en Asquerosa, en Granada… escenas que debieron de tener un valor formativo fundamental en la vida del poeta, y que la autora sitúa ante nuestros ojos de un modo muy especial, personalísimo y lleno de su propia realidad.
En conclusión, una obra creada desde el amor al escritor y el ansia de darlo a conocer con rigor, a la vez que con libertad, muy recomendable tanto para quienes ya conocen y admiran a Federico, como para quienes quieran una introducción a su figura que es una obra de arte en sí misma. La biografía de Lorca que el siglo XXI se merece.

Esta novela cuenta la historia de Frances «Frannie» Langton, una criada mulata del Londres decimonónico, acusada de un doble asesinato. La historia está escrita en primera persona y tiene la peculiaridad de que se dirige en segunda persona a un narratario, su abogado defensor. Como Lázaro de Tormes, ella va a contar su historia desde el principio, de modo que su lectordestinatario (y ella misma) comprendan cómo ha llegado al punto en el que se encuentra su vida.
Frannie nace en Jamaica. Es una mestiza de origen misterioso en una época en la que abolición de la esclavitud es más formal que real, casi regalada como «criada» a dos amos oscuros y de nada soterrado racismo. Su presencia en las dos casas, la primera en Jamaica y la segunda en Londres, estructura en dos partes bien diferenciadas esta historia narrada desde la cárcel y a la espera de juicio y posible condena.
Su primer amo la implica en actividades oscuras, que la propia Frannie nos se atreve a nombrar en sus escritos, pero comete el acto tal vez más imperdonable de proveerla de cultura, conocimientos, el dominio del lenguaje. Frannie será una criada, pero es dueña también de la cultura que la oprime. Su primer amo, implicado en horrendas investigaciones sobre las razas, la cederá luego al segundo, con quien ella vivirá en Londres, y con quien seguirá hundiéndose en esa espiral de odios no nombrados. También en Londres, Frannie conocerá el amor de su señora, la vida de las clases bajas y de otros como ella pero que no han vivido como ella…
Una novela de oscuridad, de sobreentendidos, de verdades demasiado espantosas para nombrarlas… pero también una ficción histórica rigurosa, basada en numerosos referentes reales, que da la voz a un arquetipo de los silenciados, sin caer en el tópico, el victimismo o el paternalismo, que la propia Frannie critica en sus palabras. Frannie, acusada por el simple hecho de ser lo que es, luchadora, pero a la vez confusa sobre lo ocurrido, es un personaje único con una voz muy especial y diferente.
Recomiendo esta novela por la fuerza de su narración, por sus misterios, por la densidad y peculiaridad del carácter de su protagonista y por el relato de la opresión que hace, lleno a la vez de mesura y de intensidad. Gustará por igual a los amantes de los misterios y lo gótico y a quienes quieran novelas que expongan sin sentimentalismos (pero con sentimientos) la realidad de las injusticias del mundo.

Empiezo esta reseña con el firme propósito de no desvelar detalles importantes de la trama a quienes no conozcan las dos primeras entregas de la trilogía. Aunque lo más recomendable es haberlas leído antes de abordar este libro, he llegado a la conclusión de que también podría leerse por sí mismo.
\\\»No morirás\\\» es la historia de la caza contrarreloj de un violento asesino psicópata conocido como \\\»el mutilador de Mors\\\», por ser esta población el lugar donde empezaron sus crímenes. Guiado en principio por lo que él considera una justa venganza, este criminal está a la fuga y siendo perseguido por el inspector Nicolás Valdés y su equipo policial. Al comienzo de la novela, Valdés se encuentra ausente, atormentado por hechos terribles sucedidos en la entrega anterior. Sin embargo, sucesos de enorme gravedad hacen que vuelva a incorporarse a la caza de este frío y astuto criminal, que vuelve a retar a sus perseguidores con crímenes aún más atroces y enigmáticos que los anteriores.
Ruiz Grau destaca, como en las novelas anteriores, por el detalle en la descripción del trabajo policial y criminal, que revela una minuciosa tarea de investigación previa, pero sobre todo por la construcción psicológica de los personajes, tanto policías como criminales. El emocional Nicolás, el gracioso Alfonso, la impulsiva Alicia… son personajes que van creciendo y evolucionando para el lector, que va conociendo los matices de su carácter y cómo las terribles experiencias que viven los moldean.
El otro pilar de la novela es la construcción de la intriga, el juego de motivaciones e impulsos tanto de los criminales como de los policías. En este caso es más personal que nunca, al estar en juego la vida de una persona muy querida por Nicolás. En el caso del mutilador, en esta novela tendrá un nuevo y joven cómplice que lo ayudará en sus crímenes, y también el retorno inesperado de alguien a quien no veíamos desde la primera novela, y que tendrá apariciones breves, pero cruciales.
¿Cuál es la excusa del mutilador para reemprender su carrera criminal, más de un año después de los hechos de la novela anterior? Sin desvelar detalles, diré que una de las cosas más bonitas de este libro es el homenaje que hace a la novela negra y policiaca española, con menciones a autores de género de las investigaciones criminales, más clásicos o más nuevos; novela de novelas, en esta trilogía siempre han tenido importancia las menciones de libros y canciones que configuran el mundo de sus personajes, pero en esta tercera entrega se hacen fundamentales en la construcción de la historia.
En conclusión, una novela muy recomendable, que mantiene en tensión a quien la lea y se devora en un suspiro, a pesar de tener cierta extensión. Un cierre fabuloso a la trilogía del mutilador de Mors, cuyo final nos hace concebir esperanzas de saber más en el futuro sobre otras investigaciones del inspector-jefe Valdés y sus compañeros de Canillas.

John Grisham es un indiscutible maestro del thriller legal. Año tras año, sus historias de abogados que resuelven casos y su conocimiento del sistema jurídico americano han enganchado a lectores del todo el mundo. «Los guardianes» es una muestra excelente del mejor Grisham, que une algunos de los elementos que lo han hecho célebre con un aliento reivindicativo y una cierta intención social. El protagonista, un abogado que, desencantado con su profesión, se hace sacerdote episcopaliano, trabaja para el Ministerio de los Guardianes, un grupo de abogados que intenta conseguir la libertad de personas condenadas injustamente. A lo largo de la novela conocemos a algunos de estos presos inocentes que son ayudados por los Guardianes, incluido Frank, que ahora trabaja para ellos. Pero, sobre todo, recorremos el Sur de los Estados Unidos y acompañamos a Post en sus investigaciones para demostrar la inocencia de Quincy Miller, un hombre negro condenado por un jurado de blancos y probablemente por una conspiración delictiva que quiere desviar la atención del verdadero criminal.
Además de por la impecable construcción de la trama, esta novela destaca por el retrato de su personaje protagonista. En un mundo de héroes cada vez más oscuros, el humilde Cullen Post es el auténtico héroe, que pone los principios morales, una conciencia tranquilla y la búsqueda de la auténtica justicia, por encima del dinero y la influencia que podría haber ganado en su prometedora carrera como joven abogado. Su idealismo y el de sus compañeros son las fuerzas del bien que mueven esta historia: son el David que lucha contra el Goliath de la corrupción, el crimen y el racismo. Su visión luchadora del ejercicio del derecho es muy inspiradora y me ha impactado como lectora, porque lo hace desde la alegría, el optimismo y la perseverancia.
Al final del libro, el autor explica que se ha inspirado en un personaje real y en un grupo de abogados real para escribir su novela. Es algo bueno que historias como esta se conozcan y se cuenten con tanta maestría. Una vez más, Grisham nos ha llevado de la mano por los entresijos del sistema legal con una historia muy bien contada y muy recomendable que intriga y conmueve por igual.

Stephen King es un auténtico maestro de la novela corta y el relato. Baste recordar su excepcional «Las cuatro estaciones», cuyas historias no contienen elementos sobrenaturales. Las cuatro novelas reunidas en este volumen bajo el título de la más extensa de ellas son más desiguales y sus temas y atmósferas corresponden a un King más típico, el gran creador de suspense en medio de lo cotidiano, el buscador de la oscuridad oculta.

«El teléfono del señor Harrigan» es la primera de ellas. Con un aire a ciertas historias de terror clásico (que King no tiene problema en admitir), el elemento central es la relación entre un millonario retirado en un pueblo como un ermitaño, el joven narrador y un teléfono móvil inteligente de primera generación que este regala al anciano. Tras la muerte del millonario, el móvil mostrará todo su valor como herramienta de comunicación. Quizá sea la narración de aire más clásico, lineal y redondo en todo el libro.

«La vida de Chuck», por el contrario, presenta la estructura más compleja, que se explica por ser la unión de tres relatos escritos independientemente, unidos por el autor mediante el personaje del título. La presentación de estos tres actos se hace en orden inverso al cronológico, lo cual sin duda contribuye a incrementar el interés de la lectura. Con todo, tienen un aire muy diferente. Podría decirse que pertenecen a género literarios distintos: el primero (para mi gusto, el más logrado) es apocalíptico; el segundo es una estampa realista y entrañable; el tercero nos lleva al conocido terreno del suspense sobrenatural. Si el primero es el más hechizante y sobrecogedor, el segundo desliza la clave interpretativa de la historia y el tercero superpone a esta la explicación de índole más mágico. De las cuatro, esta me ha parecido la novela más original, la que más hace pensar después de la lectura, aunque cabría debatir sobre su cohesión interna.

«La sangre manda», que da nombre a esta colección, es la novela más extensa que contiene. En ella, el autor retoma a los investigadores de «Finders Keepers», la agencia de detectives de las novelas de la trilogía de Bill Hodges y Mr Mercedes y de «El visitante». La dirige ahora Holly Gibney, que ya actuó como protagonista en «El visitante», y que aquí toma la voz narrativa en primera persona durante gran parte de la historia. A Holly hay que quererla: es la auténtica heroína de la literatura actual, vencedora de sus propios fantasmas interiores, enfrentada a problemas reales, sin ningún rasgo idealizado ni excepcional, llena de debilidades, y, con todo, heroína por su fina inteligencia y su bondad sin aspavientos. La extensión de esta novela, en otro autor menos prolífico con las palabras que King, podría haber dado para un volumen independiente, pero aquí aparece agrupada con las otras tres, aunque presidiendo la colección. En esta ocasión, un misterioso y sangriento atentado en una escuela y algo que a Holly no le cuadra en un presentador de noticias locales son el punto de partida de una investigación relacionada con la que realiza en «El visitante». En esta ocasión conoceremos más detalles sobre la vida familiar de Holly y veremos cómo su plan para vencer a la nueva amenaza se va desarrollando ante nuestros ojos y la preocupación de sus amigos y colegas.

«La rata» es la novela que cierra el conjunto, y es una buena elección para el puesto: pertenece a ese género de terror con muchos elementos psicológicos que deja un agradable mal regusto al final de la lectura, impregnando la mente del lector de las dudosas sensaciones del protagonista. Este es Drew, profesor universitario de escritura creativa y padre de una feliz familia con mujer y dos hijos, pero autor frustrado por su incapacidad para pasar del relato a la novela, para llegar a escribir una obra extensa completa. Las palabras se le resisten a Drew no por falta, sino por exceso, hasta el punto de haberle bloqueado y creado problemas psicológicos graves en el pasado. Un día, sin embargo, la esquiva inspiración para una novela le llega, y él decide, para preocupación de su esposa, que va a retirarse a una apartada cabaña por unos días para encarrilar su obra. Allí, una tormenta y el aislamiento consiguiente lo llevarán a lo que parece un pacto fáustico… La historia de «La rata», aunque narrada en tercera persona, nos introduce magistralmente en la mente del protagonista, hasta el punto de compartir su confusión y sus temores en todas las situaciones que se le presentan.

«Penitencia» narra la historia de de Jon, actor en una popular serie de muy larga duración que acaba de dejar ese trabajo que tan famoso lo ha hecho para retirarse a una vieja casa restaurada en una remota zona rural. En su búsqueda de anonimato solo se interpone la casa de al lado, que no ha podido comprar, y que parece deshabitada. Jon se muda solo a su nuevo hogar, e intenta mantener un perfil discreto, mientras va considerando sin prisas nuevos rumbos profesionales, pero pronto extraños ruidos y acontecimientos inesperados en la casa vecina perturbarán su tranquilidad y tendrán al lector pendiente de una continua sucesión de acontecimientos inesperados.
El nuevo libro de Rivero nos presenta a un personaje cuyo ambiente profesional sin duda será familiar para el autor, y nos muestra que este está convirtiéndose en un maestro en el género que ha dado en llamarse «domestic noir», un tipo de thriller que no contiene una intriga para ser resuelta por policías o detectives, sino que se desarrolla y resuelve (o no) por el propio transcurrir de las acciones y decisiones de los personajes y, en el caso de esta novela, por un uso muy diestro de la dosificación de la información, los saltos temporales y la narración restrospectiva de hechos por parte de personajes (fiables o no).
Jon quiere librarse del personaje que lo ha hecho popular, un psicópata en una serie con título en inglés. Por eso se va a su nueva casa, acondicionada con todas las comodidades que cabe esperar en el hogar de una estrella de cine. Pero pronto empiezan a no encajar cosas: no solo los extraños ruidos de la casa de lado, sino la soledad de Jon y, sobre todo, su relación con el personaje que acaba de abandonar y del que huye, pero del que le cuesta demasiado desprenderse.
El otro personaje destacado es Laura, relacionada con la casa de al lado, un personaje de pasado complejo y trágico (que no debe ser desvelado en una reseña), que se revela tan poliédrico e inesperado como Jon. Cuando Jon empieza a interactuar con ella, el juego de espejos, ocultamientos y mentiras desencadenará una serie de acontecimientos brutales que pondrán a Jon en un nuevo lugar, o tal vez en el destino que le correspondía, elegido o no. Finalmente, a modo de coda, el libro nos ofrece un revelador flashback.
Recomiendo a este libro a todas las personas amantes de una buena intriga y de los misterios oscuros que se desarrollan tras las paredes de los barrios y pueblos de apariencia más tranquila. Pablo Rivero demostró lo bien que se movía en ese terreno con «Nunca volveré a tener miedo», su primera novela, y esta obra sin duda lo ha confirmado, con una trama aún más intensa y un desenlace redondo.
 

La novela está narrada en primera persona por Gloria, la protagonista y hermana mayor, y transcurre en una localidad ficticia de la Rioja, a mediados del siglo XIX. Ella y sus hermanas Teresa y Verónica son las hijas del propietario de las Urracas, un viñedo improductivo con una enorme y decadente casa que la familia apenas puede mantener. Desde la infancia, estas tres hermanas pelirrojas han oído la historia de la maldición familiar y de los demonios que dominan a las mujeres de su estirpe. Sin embargo, cuando los acontecimientos les den la oportunidad de luchar por ellas mismas, demostrarán que son algo más que un destino escrito de antemano.
Aunque no abarca un periodo de tiempo excesivamente largo, la novela tiene el aire de las grandes sagas familiares históricas, con un toque de novela gótica (confeso, al mencionar «Jane Eyre» o «Frankenstein» entre las lecturas de sus personajes).
Los personajes mejor retratados son los de las hermanas Veltrán-Belasco. Las tres son fuertes, inteligentes y luchadoras, con momentos mejores y peores en sus vidas, pero siempre dispuestas a afrontar las dificultades, ayudándose unas a otras con auténtica sororidad. Su carácter se va fortaleciendo, evolucionando y desarrollándose a lo largo de la obra. Los antagonistas son las fuerzas vivas del pueblo, encabezadas por su alcalde-cacique, pero sobre todo esa invisible «maldición», cuya verdadera naturaleza se va revelando a lo largo de la obra. También tendrán aliados, dentro y fuera del pueblo, que se irán ganando con inteligencia y lealtad.
Las Urracas es, sin duda, otro personaje de la obra. La propiedad, al principio estéril, y el caserón, al principio decadente y al borde de la ruina, evolucionarán a la par que las vidas de las hermanas crecen y se desarrollan con perseverancia. Este es un gran logro de ambientación de esta obra que, por otro lado, parece tener más bien influencias de obras decimonónicas anglosajonas, sobre todo las llamadas novelas góticas, por lo que no se puede hablar de una obra realista. Aunque la ambientación riojana es suficiente en detalles, no es una novela histórica al uso rica en investigación, sino una novela sobre una familia que va lucha por abrirse camino, que roza lo sobrenatural en ocasiones, sin cruzar la línea, lo cual crea hábilmente intriga y misterio.La trama tiene una buena cantidad de giros y la autora es hábil aprovechando el uso del punto de vista de Gloria para ocultar información y luego proporcionar sorpresas a los lectores.
En conclusión, una historia muy recomendable, que gustará por sus personajes fuertes, la construcción de su intriga y la intensidad de las emociones.

La cuarta novela de Paul Pen juega con elementos del suspense que ha hecho popular al autor. Al principio conocemos a Frank y Grace, matrimonio ideal norteamericano que emprende con una autocaravana un viaje para iniciar una nueva vida al otro lado del país. Al principio, salvo pequeños detalles, parecen el paradigma de la parjeja perfecta, dialogantes y bien avenidos con sus hijos (un niño y una adolescente). El primer punto de giro de la trama llega cuando, mientras intentan localizar unas fuentes termales en una región apartada, atropellan («¿accidentalmente?») a una mujer llamada Mara. Este encuentro y sus reacciones dispares ante él son la base de una trama adictiva que se va enredando por momentos.
El autor muestra especial maestría dosificando la información; las revelaciones sobre el pasado de los personajes hacen que cambiemos nuestra opinión sobre ellos continuamente. Otro detalle maestro es la construcción de un entorno cerrado en un espacio (paradójicamente) abierto. Los personajes se ven atrapados, sin contacto con el mundo, el aire de hace más denso, las emociones se magnifican, la tragedia se va edificando…
«Un matrimonio perfecto» es una novela de pocos personajes,pero descritos con trazo firme. El de más aristas y recovecos, sin duda, es Frank, el amante padre. Mara, la atropellada, es la que más va a evolucionar a la vista de los lectores. Grace, esa esposa perfecta, gurú del matrimonio en Youtube, que verá puesta a prueba su fe en la vida que tanto ha trabajado por construir. De los dos hijos, la adolescente es un ejemplo de «Generación Z» casi tópico, aunque retratado desde la empatía y la comprensión.
Esta novela, con su potente suspense y la hábil construcción de la trama, tiene todas las cualidades para convertirse en un éxito. Me parece muy recomendable para todo tipo de público, en especial para quienes gustamos de hallar los rincones oscuros de lo cotidiano. Un último aspecto que quisiera destacar en ella es el tema que subyace tanto en la historia que narra como en aspectos más secundarios: la diferencia entre apariencia y realidad, la importancia que la sociedad actual (y sobre todo las redes) dan a la superficie, y cómo hay personas dispuestas a llegar demasiado lejos por no sufrir las consecuencias de sus actos y evitar que su verdad salga a la luz.

Comparada por algunos con Stephen King, C.J. Tudor muestra en esta narración auténtica maestría para ese suspense que no necesita escenas espectaculares, sino que trabaja la sugestión, el insinuar los horrores más que mostrarlos y, sobre todo, el crear en sus lectores la impresión de que, tal vez, los verdaderos monstruos son algo más cotidiano de lo que pensamos.
El protagonista, Joe Thorne, vuelve su lugar de origen, la decadente población de Arnhill, un antiguo centro minero que parece estar desintegrándose socialmente. La razón de este retorno nada deseado es un mensaje que le avisa de que los acontecimientos como los que rodearon a la desaparición de su hermana Annie, veintincinco años antes, están ocurriendo otra vez. Un niño ha muerto asesinado por su madre, profesora en una academia local, y Joe consigue una plaza de profesor en ella, con objeto de investigar. Pronto se verá perseguido por su pasado, tanto su antigua pandilla del pueblo, con la que guarda un enorme secreto, como sus actuales errores y adicciones.
«La desaparición de Annie Thorne», nos muestra a la vez los monstruos bien reales (y realistas) del acoso escolar, el alcoholismo, la enfermedad… Y planeando sobre ellos ( o tal vez bajo ellos), el secreto que esconde Arnhill, un misterio cuyo conocimiento cambió las vidas de los protagonistas para siempre.
Los personajes son retratados con precisión, y tienen recovecos y aristas, especialmente Joe, el antihéroe protagonista. Los ambientes, en ocasiones agobiantes y terroríficos, son descritos de modo muy envolvente, muy sensorial, sin descuidar olores y sabores.
En conclusión, la segunda obra de Tudor es muy recomendable para los amantes de obras como las del mencionado Stephen King, donde una pequeña ciudad y vidas sin aparente interés ocultan misterios ancestrales y poderes inexplicables. La autora muestra una técnica muy hábil a la hora de dosificar la información; las revelaciones se suceden, incluida alguna sorpresa final, y hacen que el interés de los lectores se mantenga.

En esta novela, Isabel San Sebastián nos presenta a Alana, su protagonista más conocida, como una mujer madura y asentada en la corte de Alfonso II el Casto. Aunque contiene referencias a los dos muy disfrutables volúmenes anteriores, esta obra puede leerse de modo independiente. Su protagonista y narradora se une en esta ocasión a una expedición atraída por tres misterios. El primero es la recién hallada tumba de Santiago, que será el motivo por el que partan de Ovetao (Oviedo) a Iria Flavia, a Compostela, arrostrando múltiples peligros y peripecias. El segundo es de índole más personal: conocer el destino de su hijo, un hombre de la Iglesia al que lleva muchos años sin ver. El tercero es saber lo que ha llevado al rey, un amor imposible, a optar por la castidad.
Se trata de una obra extensa y bien documentada, que nos ofrece de modo ameno muchos datos sobre el periodo y sobre el camino de Santiago primitivo. El interés se sostiene bastante bien a lo largo de los diferentes capítulos, aunque con algunas reiteraciones. Los personajes están retratados de un modo muy vívido, especialmente Alana, en la que se nota la evolución sufrida desde las dos primeras novelas, y el atormentado rey Alfonso. Los secundarios, hombres de armas y letras, nobles y otros acompañantes y personas que conocen en el camino, cumplen perfectamente su función y crean un ambiente medieval que evoca autenticidad.
La autora incluye además notas históricas y una breve guía del camino de Santiago primitivo, que muestran la rigurosa documentación en que ha basado su novela.
Recomiendo esta obra a personas aficionadas al género histórico, a la Edad Media y a la literatura relacionada con el Camino de Santiago. Sin duda disfrutarán recorriéndolo con Alana.

La lectura de la historia de Celie, y también de su hermana Nettie, ha sido para mí el descubrimiento de una obra llena de intensidad y de verdad. Conocía la existencia de esta novela por la adaptación cinematográfica que Steven Spielberg hizo en los años 80, pero he de decir que la experiencia de la lectura ha superado al visionado de esta gran película.
Celie y Nettie viven una triste infancia, víctimas del abuso de quien creen su padre. Separados sus destinos, Celie se casa con un viudo que la quiere para que cuide de sus hijos y Nettie se vincula a una pareja religiosa que se embarca en una misión en África. La existencia de Celie transcurre entre la tristeza y el tedio hasta que conoce a Shug, la amante de su marido.
La novela tiene una estructura epistolar. La mayor cantidad de cartas son de Celie, y las dirige a Dios o a su hermana Nettie, incluso ignorando si esta sigue viva. La otra corresponsal es Nettie, que narra su viaje «de vuelta» a África, pasando por Europa, con una misión religiosa. Celie y Nettie contrastan en muchas cosas: en su lenguaje, en su experiencia vital, en los caminos que eligen… Ese contraste, y la evolución de ambas ante los retos que les presenta su existencia, nos presentan una obra impresionante, donde el racismo, la pobreza, el abuso, la religión, la familia, el amor y otros muchos temas contemporáneos fundamentales son presentados para nuestra reflexión. Y esta es la mayor grandeza de la obra: que una voz sencilla y humilde como la de la sufriente Celie nos llegue tan hondo.

Danielle Steel es una autora superventas que lo ha conseguido todo en el campo de la llamada «narrativa femenina». En este volumen nos presenta las historias de cuatro mujeres jóvenes y profesionales que comparten un apartamento en la Gran Manzana. Cada una tiene su personalidad y sus proyectos, y diferentes puntos de vista sobre lo que quieren de la vida, el trabajo, el amor o la familia. Esta obra resulta de lectura muy agradable y amena, por la combinación de las luchas y las aspiraciones laborales de estas cuatro jóvenes, que trabajan en el diseño de zapatos, la medicina, las inversiones y la escritura, con sus sueños en un plano más personal. Un aspecto que me ha gustado mucho de este libro es que, a pesar de que las tramas amorosas y románticas tienen bastante importancia y el «happy ending» inevitable está ahí, Claire, Abby, Morgan y Sasha buscan algo más, como mujeres profesionales, como amigas, como hijas… Creo que esta novela podría pasar el test de Bechdel y es una buena prueba de cómo la narrativa de Danielle Steel está a la altura de los tiempos que corren.

La última novela de Mary Higgings Clark publicada en España es una narración de misterio en lugar cerrado, en la tradición de la que es modelo fundamental la británica Agatha Christie. En esta ocasión, los protagonistas son viajeros en la primera travesía del transatlántico ficticio «Queen Charlotte», un barco que evoca todo el lujo y glamour del Titanic y el Lusitania. El macguffin de la historia es un valioso collar y la víctima Lady Em, una aristócrata que planea donarlo tras el viaje. El variado plantel de pasajeros y el juego de engaños, traiciones y maquinaciones crean una trama perfectamente engrasada por una profesional del género que sabe cómo hacer funcionar este tipo de historias. Personajes dibujados de modo básico, excepto la heroína en apuros -la injustamente sospechosa gemóloga Celia Kilbride-, capítulos breves sin ornamentos y un final feliz con la dosis exacta de sorpresa, premio para los buenos y castigo para los malos, hacen de esta historia un amable entretenimiento con pocas pretensiones de los que son de agradecer de vez en cuando.

Fin de guardia es el tercer y último volumen de las investigaciones del inspector retirado Gustavo William Hodges, un policía que vive su jubilación en una ciudad no nombrada del Medio Oeste. En Mr. Merdedes conocimos al personaje, al asesino que lo atormenta y al heterogéneo y encantador equipo de investigadores que Bill acaba formando. En Quien pierde paga, el segundo volumen, el foco se desvía a otro criminal, cuyas andanzas sigue la agencia «Finders Keepers», creada por Hodges. Durante este segundo volumen se van a poner los cimientos de este extraordinario remate para la serie.
En Fin de guardia, ese veterano crepuscular que es el inolvidable inspector retirado Hodges se vuelve a enfrentar de nuevo a Brady, pero de un modo algo diferente al de su primera confrontación en Mr. Mercedes. Si los dos primeros volúmenes, con toda la impresionante monstruosidad de los perfiles criminales de sus antagonistas, se ceñían a los cánones de la novela negra, con un enfoque realista, «Fin de guardia» nos devuelve a un terreno del que King es maestro: las oscuras fuerzas que pueden ocultarse en lo más profundo del ser humano, los poderes incomprensibles que pueden emerger en el momento más inesperado. Esta nueva pieza entra muy bien en la tercera y definitiva partida entre Bill y Brady. El magistral retrato de ambientes, personajes y situaciones, la finura con la que el lector puede explorar esos oscuros recovecos de lo que, en el fondo, es un retrato de los temores y peligros más reales de nuestra sociedad… todo confirma a King como el clásico moderno que es.
Como tantas obras del autor, Fin de guardia usa lo extraordinario para hacernos explorar de modo más profundo la vida real, lo que hay bajo la superficie. Una lectura más que recomendable, tanto junto al resto de la trilogía como por separado.

Esta es la primera novela del autor que tengo ocasión de leer. Su protagonista, Nelly, es una estudiante a punto de acabar su trabajo fin de carrera, secretamente enamorada de su profesor. Nelly, que vive en un París entre lo académico y lo bohemio, es dulce y hermosa, pero también idealista en exceso respecto al amor. A raíz de una decepción en su enamoramiento, y de su encuentro con un turista norteamericano, decide viajar a Venecia en pleno invierno. Allí la esperan experiencias que la harán volar en más de un sentido, personajes como Valentino Briatore y lugares únicos como el café Settimo Cielo.
Esta es una lectura excelente para alegrar las tardes otoñales, para románticos empedernidos y enamorados de las hermosas ciudades. Nelly, con sus pequeños miedos y sus grandes sueños, resulta una protagonista encantadora, la heroína de un romance que podría ser una joven real. Sus contrapuntos masculinos y femeninos (el profesor, Valentino… su amiga Jeanne) cumplen a la perfección su papel en la historia, creando una acción que avanza de modo equilibrado hasta un final que el lector puede presentir que será feliz.

Este volumen contiene once relatos de extensión y temas diversos, que van desde la que da titulo a la compilación (una novela corta) hasta la brevedad casi de microrrelato de cuentos como «Margot». El tema predominante es el amor, en muy diversas formas y facetas, aunque también tratan de otras cuestiones laborales o familiares.
«París para uno» es una breve novela romántica en la que una joven rompe con su zona de confort y encuentra lo que necesita durante una forzada estancia en solitario en la capital francesa. Destacaría el encantador retrato de su heroína y cómo evoluciona en su modo de ser.
«De tuit en tuit» es el primero de varios relatos con un giro inesperado al final. En este caso, un personaje público intenta solucionar un problema de reputación en Internet…
«Amor de tarde» nos presenta a un matrimonio sumido en la rutina y su torpe estancia en un hotel.
«Pájaro en mano» es una de esas historias sobre lo que tal vez pudo haber sido.
«Zapatos de cocodrilo» es un relato breve de ámbito laboral donde la protagonista experimenta el poder de determinadas prendas.
«Atracos» es la simpática historia de un robo en una joyería.
«Luna de miel en París» es, junto con la primera «novella», la historia de más extensión y ambición narrativa de esta colección. Nos presenta dos relatos paralelos de dos lunas de miel en París, una en la época de la bohemia y otra en la actualidad, sutilmente unidas por una obra de arte. En ambas, los recién casados pasarán por una crisis hasta descubrir en modo de quererse mejor y ser felices.
«El abrigo del año pasado» es una conmovedora historia de amor y devoción conyugal en tiempos de crisis económica.
En contraste, «Trece días con John C» es otra de esas historias con sorpresa final, muy del estilo de Roald Dahl.
«Margot» nos presenta a su protagonista sobrellevando una ruptura en un inhóspito aeropuerto hasta que conoce al vitalista personaje que da título al relato.
«La lista de Navidad», el cuento navideño que cierra esta antología, tiene en común con el anterior el tema de sacar todo el partido a la vida: la protagonista, agobiada por sus compras navideñas, conocerá a un taxista muy especial que le hará verlo todo de un modo diferente.
En conclusión, una agradable y recomendable lectura, muy aconsejable para quienes deseen una lección de optimismo informado y la compañía de personajes vitalistas y cercanos.

La primera novela publicada por Pablo Rivero es un thriller inquietante situado en el lado oscuro de los barrios residenciales de clase media, en las afueras de una gran ciudad, en la década de los noventa. Desde el comienzo de la narración, el lector sabe que una familia ha sido asesinada por uno de sus miembros, y asiste al relato de la última semana anterior a los acontecimientos. A través de un habilidoso uso del cambio de los puntos de vista, Rivero nos hace recorrer las vidas de los personajes: la madre que no querría serlo y ansía una carrera profesional, el hijo mayor obsesionado con el grunge y el terror, el hijo menor que echa de menos al padre… El padre, esa figura poderosa, amada y odiada, entre sombras, cuyo abandono al comienzo de la acción planea sobre las vidas de todos los demás. La novela es un juego de apariencias y espejos, y de ocultaciones de la verdad (¿qué fue de Jonathan, el vecino desaparecido?). Pero esta, con indicios hábilmente repartidos a lo largo de los capítulos, acaba por salir a la luz en un impactante final.
Una opera prima intensa, estremecedora y muy recomendable para quienes gusten de adentrarse en los lados oscuros de la sociedad y el alma humana, con una interesante ambientación en la última década del siglo pasado.

Esta novela cuenta una profunda y emocional historia que transcurre en dos planos temporales. En los Estados Unidos del siglo XXI, dos hermanas, Meredith y Nina, viven una relación difícil con su anciana madre, a quien ven como fría y lejana. Únicamente un cuento infantil que les relataba de pequeñas parece abrir una pequeña ventana a los misterios de su pasado. Solo el infinito amor y comprensión de su padre parece mantener unida a la familia. Por eso, cuando este expresa su voluntad de que las hijas conozcan mejor ese «cuento» de la madre, Meredith y Nina emprenden con ella un viaje a un pasado frío y doloroso, en el que su madre lucha por sobrevivir durante el cerco de Leningrado en la Segunda Guerra Mundial.
Kristin Hannah vuelve a deleitarnos con una narración llena de emociones y sentimientos, que en esta ocasión me parece de una mayor profundidad psicológica. La autora se toma su tiempo para construir los personajes y poner los cimientos de las dos historias, de modo que podemos sentir que conocemoslas peripecias antiguas y nuevas de un modo muy vívido. Los cimientos de la narración son extensos y detallados, ocupando una buena proporción de páginas del libro; las emociones y revelaciones de la segunda mitad, aunque se hacen esperar, son especialmente intensas cuando has llegado a conocer tan bien el tejido sentimental de los personajes. La descripción de ambientes tan dispares como la América actual de una familia acomodada y el Leningrado del hambre durante el cerco está muy lograda, y consigue que el lector se implique mucho más en la narración.

Al igual que su antecesora, la continuación de «La Catedral del Mar» se centra en la historia de un solo personaje, al que sigue desde la infancia hasta la madurez. En este caso, la vida de Hugo Llor, personaje que se relaciona al principio con Arnau Estanyol, el protagonista de «La catedral del Mar», pero que no tiene relación familiar con él. Aunque la novela tiene una estructura y extensión similares (un poco mayor) a la anterior, no es necesario haber leído la primera para disfrutar esta.
¿Qué nos ofrece «Los herederos de la tierra»? Las mil peripecias de Hugo Llor en la Barcelona medieval. Huérfano de padre y desamparado, de niño conoce a Arnau Estanyol y a su hijo Bernat, encuentros que marcarán su vida. Es una novela extensa, ramificada en gran cantidad de giros argumentales y personajes, pero organizada en torno a unos hilos muy perceptibles: el vino que Hugo fabrica y con el que comercia; las mujeres de su vida (las que ama, las que odia…); el conde de Navarcles, objeto de su odio… Y, sobre todo, el rico fresco que pinta de la Barcelona de la época que, una vez más, Ildefonso Falcones vuelve a retratar con todo lujo de detalles, infundiéndole vida y dotando de mayor interés, si cabe, a unos momentos históricos apasionantes.

Este es uno de esos libros que utiliza un marco narrativo para transmitir una reflexión sobre aspectos de la existencia humana. Como muchos de los clásicos de este género, es breve y algo sentencioso, a la vez que de fácil lectura.
La novela nos cuenta en primera persona y con leve ironía la historia de Samuel, un profesor de filología alemana con una vida triste y aislada emocionalmente, más dispuesto a la soledad que a sufrir por las decepciones que pueda causarle el contacto humano. La primera mañana del año, un gato se cuela inesperadamente en su cada, dando lugar a una cadena de acontecimientos que lo llevará a la búsqueda de lo que pudo ser un viejo amor y a conocer a varios personajes que le harán reflexionar sobre el sentido de la existencia e incluso sobre nuestro propio lugar en el universo.
El otro pilar que sustenta este libro es la «antología» de pensamientos que se entrevera con las peripecias del personaje, con los pretextos de su profesión filológica y de un libro que se compromete a recopilar para un amigo. Todas estas ideas, muchas veces en forma de citas, se relacionan con el modo en que se va desarrollando la historia de Samuel.
Con estos elementos se construye una lectura mucho más amena que otras de este tipo narrativo-espiritual, pues la historia central siempre aparece reforzada por la parte de las ideas. En conclusión, una breve lectura muy recomendable para quienes gusten de las historias que te ayudan a reflexionar sobre temas como la soledad y la búsqueda del amor y la realización personal.

En manos de las furias es la tercera novela de la norteamericana Lauren Groff.  Cuenta la historia de Lotto y Mathilde, presentados desde el principio como una pareja esencial, destinada a conocerse y estar junta.  En esta novela es fundamental la voz narrativa en tercera persona, o, mejor dicho, las voces, así como el punto de vista. Construida como un díptico, tenemos en la primera parte el foco sobre el dramaturgo Lancelot “Lotto” Satterwhite, su vida desde la infancia, estudios, carrera profesional y, lo más importante, su matrimonio. En la segunda parte, algo menos extensa, es a Mathilde, su esposa, a quien seguimos. Además de una narración en tercera persona que nos va desgranando las vidas de esta pareja, una voz entre corchetes acompaña, juzga o apostilla, a modo de coro del teatro griego, muchos momentos de la narración.

Esta obra tiene muchos valores destacables, aparte del mayor o menor ingenio de los giros argumentales, que no voy a detenerme al comentar;  es el modo en que la autora construye la trama, los vacíos estratégicamente situados a lo largo de la primera parte que sigue a Lotto, silencios de narración, detalles dejados caer como con prisa y que luego serán fundamentales al tejer el otro lado del relato, es la mirada de Mathilde, o sobre el hombro de Mathilde, lo que da a En manos de las furias gran parte de su atractivo.

Groff ha construido un relato que puede leerse a varios niveles. Por un lado, una intriga absorbente, al mejor estilo de los thrillers más vendidos, que mantiene al lector pendiente de las peripecias de sus personajes, y sobre todo de su lado más oscuro. Por otro lado, ha creado una novela  más literaria, escrita con maestría, con una voz narrativa que es un personaje más y un lenguaje entre lo objetivo y  el juicio más intenso (a veces un poco denso, pero nunca lejano). En tercer lugar, es una novela que los lectores amarán si gustan de las referencias clásicas: desde las furias del título (las Erinias perseguidoras de los culpables de graves crímenes) y los hados (ese “fate”, ese destino del título original), hasta el simbolismo del nombre heroico de Lancelot (otro mito occidental), que parece más bien un Don Juan hasta que se une a Mathilde, pasando por las innumerables referencias a Shakespeare… la novela está entreverada de algunos de los mitos más básicos de nuestra cultura.

Pero la base de todo este edificio, y el valor fundamental de esta obra, estriba en sus personajes. Lotto y Mathilde no despiertan mi empatía, pero hay algo que atrae en sus sombras, en sus ocultaciones, en sus silencios. Cada uno es definido en múltiples ocasiones desde la óptica del otro: ella es “una santa”; él es “inocente”. El recorrido por la mirada de Lotto  nos da una parte del rompecabezas, pero es el relato que sigue a Mathilde, su aparente impasibilidad, su modo de influir en las situaciones, la que acaba por hacer vacilar las certidumbres del lector. Hay vidas que se construyen sobre un momento crucial, una tragedia inesperada sobrevenida antes de salir de verdad al mundo; tal vez la consciencia de este destino marque la diferencia entre inocencia o culpabilidad.