Aviso: no soy lector de ciencia ficción, es un género que no me atrae. Por eso mismo, tiene aún más mérito lo mucho que este libro me ha enganchado: es ciencia ficción, pero no lo parece; te llegas a creer todo. 

El libro es muy bueno,  plantea una historia muy interesante, una trama movida, una visión desde dos ópticas diferentes pero complementarias, tiene montones de detalles que después encajan perfectamente… Además, los personajes son muy reales: sus motivaciones, sus preocupaciones, su carácter… De hecho, he puesto cara a más de uno de ellos. Junto a los maravillosos personajes, lo que más me ha atraído es la gran documentación de los autores a la hora de abordar los fundamentos físicos del libro. Seguramente para el lego en física y mecánica cuántica los conceptos pueden resultar algo confusos o áridos en algún punto debido a la propia complejidad del tema, pero la magnífica exposición de los autores y los ejemplos planteados resultarán más que aclaradores.

El ágil ritmo de la narración ha provocado que haya devorado el libro en solo día y medio, pero no por ello es una lectura fácil. Hay que estar muy atento a los detalles, de modo que al final podamos tener una visión de conjunto de la historia y la trama (en este sentido, los autores son muy amables y nos dan una pequeña ayuda final).  Un más que notable libro  para entretenerse y aprender un poco de una de las teorías físicas más atractivas y estimulantes.

El libro cuenta la historia del asesinato de dos niñas en una pequeña zona de Missouri y la madre de una de ellas, que se pondrá a investigar qué es lo que realmente pasó. La idea es atractiva y resultona, pero el resultado es muy irregular.

De un lado, la lucha de la madre es constante y energética, otra lucha más dentro de una vida donde nada le ha resultado fácil, desde una infancia traumática hasta problemas en sus relaciones sentimentales. Pero esta no es una lucha más, es la lucha por su hija, por la que había cambiado y la que había supuesto un punto de inflexión en su vida. A lo largo de su investigación los sentimientos de la protagonista van alternándose entre la culpabilidad y la búsqueda de venganza, y son estos altibajos y esta lucha interna lo mejor que tiene el libro.

Sin embargo, aunque ese rasgo de la madre es muy atractivo el resto no solo no atraen, sino que no parecen en absoluto reales; algo extensible a todos los personajes de la novela. El libro recoge en su trama a variados personajes, de diferentes condiciones por muchos aspectos, por lo que hubiese tenido la ocasión de representar dichos estamentos, pero en cambio todos los personajes hablan exactamente igual (a excepción de algún \\\\\\\\\\\\\\\»joder\\\\\\\\\\\\\\\»), son muy maniqueos y, la verdad, bastante planos.

En cuanto a la trama en sí, yo no he visto ninguno de los giros argumentales que alababan otras reseñas. Hay giros sí, pero no son en absoluto sorprendentes, y cuando lo son, son bastante inverosímiles. Parece ser que el final gusta bastante por inesperado, pero creo que un final no solo debe ser inesperado sino que también debe tener sentido y ser medianamente plausible. No creo que aquí se de el caso. Este aspecto me impide darle un aprobado al libro, por lo que lo dejo en dos estrellas. Sí debo reconocer que se lee de una forma muy fluida y te entretiene durante un rato, pero no me parece suficiente.

El libro presenta diferentes \»reflexiones\» y presuntos consejos del modo de ver la vida de Samantha Vallejo-Nágera, perteneciente a una famosa familia de la que se ha tornado el miembro más conocido, debido a su papel como juez en el concurso MasterChef. La premisa ya chirría, pues es claro que el libro solo pretende seguir el tirón comercial que el programa tiene (ahora mismo van por la 20º edición en 8 años); y que dicho sea de paso, yo sigo regularmente. Evidentemente la idea no funciona.

Son evidentes los esfuerzos para que el texto ocupe más espacio (letra desorbitadamente grande, frases resaltadas en letra aún mayor…). Aunque el propósito del libro parece bastante claro en el título, no se encuentra por ningún lado: Samantha comienza con una diatriba que mezcla datos y su andanza vital y que da momentos inolvidables como aquel en el que cuenta con todo lujo de detalles como hace la compra y ordena la nevera o aquel en que cuenta como va progresando en París (con la ayuda de los contactos de la familia, obviamente). También nos cuenta, por ejemplo, lo imprescindible que es para ella el masaje mensual o el servicio doméstico, algo que\»no todo el mundo se puede permitir\» (¿Era ese el secreto para llegar a todo?). Obviamente nos aclara que todo eso lo tiene\»porque trabaja mucho\».

La única parte salvable del libro es aquella que dedica a su hijo Roscón y al síndrome de Down, asunto al que dedica un capítulo. En esta parte sí hay alguna reflexión interesante y Samantha muestra su amor de madre, lo que vale mucho más que las perogrulladas previas. Si algo justifica la lectura del libro es este capítulo.

En definitiva, si buscan algo de mínima calidad no escojan este libro. Si por el contrario desean un libro corto y ameno para echar un rato y Samantha les interesa, pueden probar a ver… Pero no tengan las expectativas muy altas.

Este atractivo libro (ya desde el principio, cuando se nos indica que la numeración de las páginas será una cuenta atrás, vemos lo novedoso de la historia relatada por Baptiste Beaulieu) ganó puntos en mi particular clasificación desde el principio, pues al abrirlo me encontré con dos bellas frases introductorias a modo de prefacio, una de Edipo en Colono y otra de una de mis obras de cabecera, la celebérrima Cien años de soledad.

El libro nos cuenta la historia de un apático doctor (cuyo nombre ni siquiera sabemos), sin ganas de vivir y de una extravagante y adorable anciana (considero que todos conocemos al menos a una señora así) que, con rasgos y humor muchas veces surrealista (es propio de ella arrancar las últimas páginas de una novela de misterio, una puntualidad extrema y obsesiva…) hará las delicias de todo lector que desee pasar un buen rato (confieso que lo he leído en apenas dos días, es uno de los libros más amenos que he leído en bastante tiempo).

A lo largo de las páginas la anciana va intentando sacar al galeno de su propio y autoimpuesto infierno, narrándole historias (que nunca sabemos si son ciertas o falsas) o haciéndole pasar experiencias bastante duras a veces (para él) e irrisorias (para nosotros).

Así mismo, estos dos personajes no son fijos y en ellos se van viendo cambios no muy pronunciados, pero sí constantes en el tiempo; en lo que recuerda al proceso de quijotización-sanchificación que ocurre en el Don Quijote de la Mancha, por lo que la lectura no pierde vitalidad en ningún momento y se huye del maniqueísmo propio de otras obras.

En conclusión, esta obra presenta todos los elementos para, ahora que llega el verano, poder disfrutar de ella en la piscina, playa…o tranquilamente en casa. Dichos elementos no son otros que buenas dosis de humor, capítulos breves que impiden al lector cansarse, defensa de la vida y, por supuesto, un argumento seductor.