A pesar de ser un libro muy cortito, los sentimientos que me ha provocado han sido enormes. Ha habido varios momentos en los que he tenido que dejar el libro a un lado y me he puesto a hacer otras cosas para intentar superar ciertas situaciones.

«Ekhi» es sin duda una historia que merece la pena leer. 

He empatizado tantísimo con la protagonista y la vorágine de sentimientos por la que pasa… Yo no sé qué habría hecho en su situación. Por otro lado, al estar narrada en primera persona los sentimientos que transmiten los protagonistas son aún más intensos.

Me ha encantado la sinceridad y la crudeza con la que se narran los hechos. Solemos estar acostumbrados, o al menos yo, a leer historias idealizadas sobre la maternidad donde nunca pasa nada malo, y donde todo es perfecto y maravilloso. Por ello, poder leer este punto de vista, me ha servido para abrir los ojos y contemplar las diferentes situaciones que se te pueden presentar a lo largo de los años. Porque, al final, nada es predecible. Y lo que debe prevalecer es el amor que se profesa por tus seres más queridos, y nunca, repito, nunca, rendirte. Sin duda, las fuerzas y el gran ejercicio de superación que realizan estos padres me parece monumental. Aunque en algunos momentos, la autora se muestre derrotada, como afirma en esta frase: 

La lucha ha terminado y ahora solo queda rendirme.

Pero la realidad es que no lo hace. Junto con el apoyo de su esposo Iñaki, y otros allegados, consigue superar uno de los mayores obstáculos que la vida te puede presentar.

La filosofía de esta obra es genial. Hay que leer este libro hasta el final.