Albert Espinosa nos trae un nuevo libro escrito en la cuarentena. «Si nos enseñaran a perder, ganaríamos siempre» es una frase que se repite a lo largo de la historia, haciendo que cobre muchísimo sentido el título de la obra.

Podemos encontrar 19 relatos, un prólogo y un epílogo. Estos dos últimos son del autor hablándonos directamente a nosotros, rompiendo la cuarta pared. Me ha parecido bastante interesante el hecho de que se comunique con nosotros de manera indirecta, ya que a menos que le respondamos por redes sociales, no podemos responderle. Sin embargo, su mensaje ha llegado. Los 19 relatos que hay a lo largo del libro están acompañados de imágenes y colores. Cada título tiene un color distinto. Además, tienen una fuente distinta al resto del texto. En conjunto, crean una harmonía bastante bonita. 

Los textos que más me gustaron fueron: «Pentagramas en forma de autopista», dónde me di cuenta de la gran influencia que tiene el autor en mi forma de escribir. «El lado frío de la cama», donde podemos ver la soledad que puede sufrir una persona, independientemente de su edad. «Burbuja de libertad», dónde podemos ver la felicidad de un niño al ser recluido en una habitación hermética de hospital, dado que escapa de las manos de su padre. 

En su conjunto, es una obra que te lleva por un camino de emociones diversas. Son textos de distintos temas, algunos controversiales, otros que te tocan la fibra. Es una montaña rusa de emociones en todo su esplendor. 

Sin embargo, no es el mejor libro de Albert que he leído. Y eso que los he leído todos hasta la fecha. Sin embargo, también he de decir que he adorado cada palabra que ha salido de él.

En conclusión, es un libro corto, con 19 relatos medianamente largos que te transportan a lugares totalmente distintos y te crean sensaciones totalmente opuestas. Es un libro que merece muchísimo la pena leer. Sin embargo, no lo considero uno de sus mejores libros.

Me llamó mucho la atención la sinopsis de este libro. Prometía muchísimo, pero al empezar a leerlo, la edición del texto y la maquetación de las páginas en digital deja mucho que desear. Se cortan párrafos, se pierden líneas, y acaba siendo un caos enorme. Pierdes totalmente el hilo de lo que está narrando.

Podemos ver en primera persona la vida de una persona contada con una rapidez alarmante. Nos cuenta, filosóficamente, desde su niñez hasta el punto en el que se encuentra ahora. Haciéndote reflexionar sobre tu vida, viendo los obstáculos que ella encuentra en su camino hacia la felicidad, de algún modo. Incluso llega a romper la cuarta pared para hablarte directamente, preguntándote cosas que te hacen plantearte tu vida. Incluso remarcan frases, en letra muy grande y negrita, a destacar de todo lo que va contando. Dichas frases te hacn reflexionar mucho más que el texto en sí. Resumen la esencia del capítulo en unas cuantas líneas. Haciéndote ver el mundo desde una perspectiva completamente diferente. 

Realmente, si no me hubiera encontrado con la gran dificultad de leerlo sin desesperarme, podría haber sido una gran lectura para mí. Tiene apenas unas 150 páginas, llenas de reflexiones y puntos de vista distintos. Puesto que la persona que narra toda la historia va cambiando y evolucionando, poco a poco, y ves como su manera de pensar, actuar, e incluso de hacerte ver su punto de vista cambia prograsivamente hasta el punto de que cambias tú con él. 

En general, es una obra reflexiva, corta y ágil de leer con la mala fortuna de tener una edición pésima. Podría ser mucho mejor si simplemente se cuidase la forma en la que se presenta al mundo. Se puede ver el esfuerzo y la dedicación de la autora en cada página y en cada palabra. Cada frase reflexiva. Hay una frase que me ha encantado, y la dejaré como cierre:

Para encontrar el amor con el que sueñas, antes debes convertirte en tu primer amor; comenzar con el yo, mirarte en el espejo y trabajar en lo que quieres y mereces.

La historia nos presenta tres líneas distintas. Por una parte tenemos a Mar, una chica adolescente que se ve obligada a ir de vacaciones al pueblo con su abuela, y ella se pasa el camino pensando que será lo peor de su vida. Por otra parte tenemos a Ana, una chica que se muda a Madrid desde el norte. Y por último tenemos a Elvira, una joven del siglo X, que se ve obligada a ir al monasterio de La Luz.

Hay dos factores muy predominantes en esta historia: La religión y la historia. Durante toda la obra podemos ver la influencia de la religión católica. Desde el inicio. En la línea temporal de Elvira lo vemos muchísimo más claro que en el resto, incluido el machismo implícito que quiere hacernos enlazar la autora con la época en la que vive. Hay una frase bastante significativa en el libro que me hizo dejar unos minutos de leer.

Era una buena esposa. Incluso aceptaba sus cópulas en cama ajena con alguna de las jóvenes de la hacienda.

Por otra parte, se ve la base histórica y la investigación de la autora también. Sobretodo en todo lo relacionado al convento y el pueblo. Es una de las cosas que más me ha gustado de la historia. Toda la ambientación que la rodea, te hace querer estar ahí. Incluso puede transportarte sin siquiera conocer el lugar.

La historia para mí empezaba lenta y liosa, pero iba por buen camino. Te iba presentando a los personajes, y en 50 páginas ya sabías más o menos por donde iban los tiros. Tres líneas temporales, tres chicas jóvenes (de las cuales nunca supe realmente que edad tenían), que se une todo en un punto de la historia. En eso me recordó un poco a The Witcher.

Sin embargo, hay un punto en la historia en la que las cosas empiezan a tomar un rumbo diferente. Ya de por sí le rodeaba una aureola de misterio a la obra en sí, sin embargo, la autora quiso jugar un poco con lo policíaco, con el thriller… Y creo que no le quedaba para nada bien. Tal vez si hubiera seguido simplemente con el misterio y desvelando cosas poco a poco, hubiera sido una mejor experiencia para mí. La primera mitad del libro fue bastante bien, pero luego decayó.

Al principio no empatizaba nada con los personajes, me parecían extraños, planos, sin sentido. Pero a medida que avanza la historia, van cogiendo forma, moldeándose… En cierta forma creces un poco con ellas. Sin embargo, no he podido con el señor Pero, el padre de Elvira. Se me ha hecho muy cuesta arriba.

En conclusión, es un libro que empieza fuerte, te habitúas al ritmo poco a poco, te enganchas y luego te explota en la cara para dejarte caer en un pozo en el cual no sabes ni como has llegado. Es todo un poco confuso. Empieza pesada, pero luego se aligera. Sin embargo, no creo que sea una obra que yo recomiende. Han habido muchas cosas que no me han convencido. Tal vez hubiera sido mucho mejor con una vuelta de tuerca, y menos experimentación.

Lo primero que me fijé al empezar este poemario fue en la dedicatoria. Ahí ya empezó a quebrarse un poquito mi corazón, ya que va dedicado a la memoria de su hermana Trini.

Milagrosa Díaz centra toda esta obra al mar, y usa siempre metáforas que tengan que ver con el agua. Acompaña también sus poesías con imágenes de paisajes, que suelen incluir playas, animales que tienen relación con el agua o podemos ver en cualquier playa, como son las gaviotas. O podemos internarnos en un barco y ver la cola que deja al alejarse de la costa.

Sinceramente es una de las antologías poéticas más centradas en un tema en concreto que he leído nunca. Todo está relacionado, y aunque son poesías sin relación alguna entre ellas más que el tema marítimo, puedes sentir como se hilan entre ellas, como si la autora nos estuviera narrando sentimientos. ¿Extraño, no?

Me ha parecido una obra preciosa, llena de sentimiento, que te hace internarte en ella como si la necesitaras para vivir hasta que acabas. Parece ser una canalización de la autora, una extracción de sentimientos. Lo cual la hace mucho más única, pues ya no nos quedamos solo con el tema común, la musicalidad típica de las poesías con rima, si no que le sumamos la manera de ser y de sentir de la autora.

En resumen, es una obra llena de sentimiento, musicalidad y agua. Es bastante única y emocionante de leer, tiene pocas hojas pero para mí son más que suficiente para hacerme una idea de como se sentía la autora cuando la escribió: nostalgia. Es lo que más abunda o lo que más he percibido.

De verdad que la recomiendo muchísimo. Sea cual sea la etapa de vuestra vida.

La historia nos presenta a una familia. Un viaje en caravana. Suspense y misterio. Todo lo que a mí me llama de un libro.

Es el primer libro que leo de este autor, y la verdad es que me ha gustado en general. Sin embargo he notado cosas que no me han acabado de cuadrar. Hay ocasiones en el que em libro es algo insulso. Por lo que me ha costado mucho tiempo en leerlo. Tuve que empezarlo varias veces, también, porque no entiendía nada de lo que estaba ocurriendo, hasta llegar más o menos al capítulo tres.

Creí que iba a decepcionarme. Pero lo cierto es que ocurrió todo de una manera bastante extraña. Pues al principio no me convencía pero fuí enganchándome según pasaban los capítulos.

Los personajes me parecieron algo sosos también, aunque he de decir que cuanto más avanzaba la historia más cuerpo cogían, por lo que vi una evolución en ellos.

En general es un libro que recomiendo para los amantes del género y los viajes. A pesar de lo que cuesta arrancar con este libro, considero que merece la pena darle una oportunidad.

He de decir, que es el primer libro de la autora que leo. No leí Cincuenta sombras, ni ninguno de sus derivados, así que me estreno con este libro. 

La historia nos presenta a Maxim, un joven que acaba de perder a su hermano, Kit, y ha heredado la responsabilidad de ser conde de Threverick y todas sus responsabilidades. Cosa que le disgusta bastante, por cierto. A los pocos días de la muerte de Kit, Christina, su asistenta se va a su país y en su lugar aparece Alessia, una joven albanesa que ha llegado hace poco a Londres. Y ahí empieza un remolino de sexo, amor y locuras. 

Lo cierto es que cuando lo empecé me perdí un poco, pues está narrado de dos formas distintas. A Maxim lo leemos en primera persona, de forma que estámos muy al tanto de sus pensamientos y de como vive la llegada de Alessia a su vida, sin embargo, a Alessia la leemos en tercera persona, con un narrador omnipresente que lo sabe todo. Mientras que Maxim se mete en nuestra mente, a Alessia la tenemos como alguien distante. En cierto modo, tiene mucho sentido, pues así Alessia se mantiene en un plano de misterio necesario para la historia. 

Por otra parte, a Maxim lo descubrimos nada más empezar el libro. Sabemos quien es y que está pasando en su vida, también sabemos como ha llegado hasta ahí. Sin embargo a Alessia no acabamos de descubrirla hasta que no llega el final del libro. 

Hablando del final… Me ha parecido muy precipitado, como hecho con prisas. Como si a E. L. James le hubieran estado apuntando a bocajarro con una escopeta… Y nunca mejor dicho. También cabe añadir que el transcurro de la historia es algo repetitivo, en el sentido de que cuando empieza a haber sexo, prácticamente después hay escenas de sexo porque sí. Sin razón ni sin sentido. Y mejor ni hablar de la evolución super rápida de Alessia en ese sentido. Hay unas cuantas escenas más que se repiten, cuando llegan a ciertos lugares, que me hicieron ponr los ojos en blanco más de una vez. 

En general, no sé que tal son los libros de cincuenta sombras, pero he de decir que este libro no está mal del todo, pero tiene mucho por lo que mejorar. Es entretenido, te mantiene a la espera de conocer todo sobre Alessia, pero es lo único que te hace querer seguir. Al menos por mi parte. Es un libro que recomiendo a lxs amentes del romance y la erótica, pero con pies de plomo, pues no es de los mejores libros que he leído.