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Gimena G Olmos Viajera y Lectora

Argentina

registrado desde diciembre de 2018

http://gimenagolmos.com/

Libros y reseñas

La audacia de vivir

Gabriel Masfurroll

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Valoración:

La audacia de leer

Las primeras dudas

En parte con las historias de vidas difíciles que cuenta el narrador, validaba esa primigenia empatía.  A poco tiempo empezaron a saltarme a la vista la iteración, los latiguillos, las definiciones, y eso, confieso, comenzó a molestarme. Al principio creí que era error de la aplicación en el celular al pasar las hojas, eso de  leer dos veces el mismo pasaje. Luego, descubrí que las citas de inicio del capítulo estaban textuales dentro de él.

Vengo acostumbrada a frase célebres, pasajes de renombrados autores que van de acuerdo al contenido que se desarrolla, que lo apuntalan, orientan pero no estoy habituada a que sean exactas  las mismas palabras del autor, como si fuera un #spoiler.

El contexto en que se lee

El primer tercio, me dejó un sabor amargo y una gran duda: ¿era un libro de autoayuda, una biografía escrita por su propio autor, un libro de máximas, una carta abierta o todo eso junto? Según se define así mismo, en forma humilde y sin autobombo ni pretendiendo dejar legado, vale. Pues entonces empecé a indagar. La búsqueda del autor me dejó perpleja y revisando mis criterios al momento en que elegí este libro para leer. Probablemente la abstinencia de lectura, sumado al cambio de modo durante el aislamiento, la alta expectativa que dejó el último libro y un empuje hacia la espiritualidad,  me dejó en un estado de vulnerabilidad a un título interesante y un mail escueto. Venia pegándole bien al gusto con las reseñas anteriores. 

Para paliar la situación, que ya se estaba dilatando con tan poca gana ponerme a leerlo y  sabiendo  que debía terminarlo para liberarme, me puse a ver el índice de capítulos. ¿Para qué?  El hecho de ver que eran todos tan cortos y tantos, sabiendo ya que traían párrafos repetidos, y algunos  ampliaciones de temas ya tratados.  Hasta el relato de su propio contexto familiar, se sintió un guiño forzado al feminismo, la gesta del taller de modas, solo la primera parte me pareció bien, pero  al referir  a eso por cuarta o quinta vez me resultó un hastío y una deliberada reminiscencia al estilo del tiempo entre costuras.

Rescatando lo positivo

De todo el texto rescato, el relato del matrimonio joven, la gesta en la administración de salud que era un área novedosa en dicho tiempo, sumado a la pérdida de un hijo y la creación de una fundación en su nombre para ayudar a otros  en igual situación. Esos tramos me parecieron adecuados y bien relatados. Al  igual que la situación de crecer juntos, tanto los padres jóvenes, como los hijos nacidos antes y después. Es decir el orden, la crisis y la recomposición de la dinámica familiar, más allá del dolor. Esta parte es la faceta intima, diría el real testimonio; y, posiblemente, un legado valioso.

También tiene mérito toda la parte relacionada a la  natación, la competitividad y el rol del deporte, así como la gesta de la administración de salud y el lugar de las personas mayores, me parecieron buenos pilares, especialmente contados desde la perspectiva del narrador en primera persona.  Las alegorías al agua abundan en la primera parte del libro y desaparecen después;  sin embargo la constante comparación del pasado con la actualidad tecnológica, tiene frases destacables y a veces es sólo eso.

El contexto global y los sexagenarios

A una generación que nace, crece y se reproduce entre un mundo donde la innovación es la bandera y escribe el texto un emprendedor la rapidez en la sustitución técnica no debiera sorprenderle tanto, pues, han cambiado dispositivos desde la época de la imprenta, y aquí estamos leyendo un libro.  La revolución se da en la información,  ahí si le valido la cita que evoca la basta accesibilidad a la información y la cantidad de mentiras publicadas. Todas las gotas de agua que hacen al océano son distintas, iguales y únicas, es un colectivo que lo compone pero no lo determinan. El océano es, pues, más que la suma de las gotas de agua que lo forman, por seguir con las alegorías acuáticas. Aquí no se si le escribe a un audiencia determinada o tanto a sexadolescentes como a milenial y centenials para traducirles cómo fue su tiempo o explicarles como es el de ellos.

La división del legado

Por mi parte, hubiera hecho tres libros del texto, cada uno con no más de 6 capítulos algo más extensos que los del  libro en cuestión.  Un manual de emprendedor, con sus logros en la administración de salud, la fundación y la faceta deportiva. Una guía para sexadolescentes, un  acercamiento al mundo que los rodea y cambia permanentemente, incluyendo la guía de cómo ser abuelo en estos tiempos que corren con frenesí. Finalmente un diario íntimo, en el cual iría  con su colección de frases, resúmenes de encuentros con celebridades, selección musical  y álbum de fotos.

La audacia de puntuarse

Su audacia de escribir me genera más respeto por el escritor que hace de las letras su profesión habitual. Pues nadie está impedido de serlo. Con agrupar palabras en oraciones coherentes basta y probablemente un fin loable como ayudar a una fundación sean mérito suficiente en esta sociedad de la información en la que se dicen tantas cosas. Y quizás, justamente por ello,  ahora revalorizo el rol del narrador y el valor del relato, y quizás el ejercicio más difícil sea ponerse en los ojos del lector pero del lector adverso, como yo.  Que tuvo que pasar hoja por hoja para hacer la reseña y poder recibir la próxima, no es lo mismo que dejar un libro abandonado en la biblioteca. Así pues, no me queda más que citar al autor porque hay algo de conocimiento en sus propias palabras siendo una autobiografía lanzada en una cena benéfica para la fundación creada luego de la muerte de su hijo: “demasiadas veces nos auto-disculpamos con benevolencia” oración seguida dice: “pero si tuviera que ponernos una nota, me atrevería, y perdonad la petulancia, con notable alto”

Como él ya se ha puntuado solo me queda publicar la reseña contando mi experiencia y como diría Charly García: Say no more.

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Al oeste del Guairá

Gimena Campos Cervera

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Valoración: ★★★★

Una novela ambientalista

Con una estructura de 5 capítulos distribuidos en casi doscientas hojas se nutre un relato de dos hemisferios, una represa, impacto ambiental, tráfico de pieles de animales en extinción, poblaciones aborígenes y otras tensiones globales que se vislumbran entre la diferencia de un hemisferio y el otro en el grado de desarrollo de los países en la historia. El manejo de los recursos naturales y su necesidad de protección. 
Desde el principio te identificas con el personaje de Paloma, su descripción de la realidad que vive no resulta extraña a nadie, la acompañas en sus problemáticas diarias de una vida que se achata. Y que de repente se vuelve a iluminar ante la perspectiva de un cambio radical en el hemisferio sur. 
Es en Sudamérica, donde transcurre toda la historia, y la vida del personaje cambia completamente, al principio por propia elección y luego por el decurso de las aventuras que corre junto con sus consecuencias. Personalmente, sentí que faltó un poco de intriga y suspenso o más muestras de sentimientos tanto en momentos agradables como en los otros.  Quizás uno quiere tener más empatía con el personaje en los momentos significativos, grandes dolores pasan por un mero compilado de hechos.  
Hasta mitad del libro no reconocí el lugar del que hablaba, no era exactamente ese lugar en el tiempo, el que conocí sino el que fue después de los hechos que se relatan. Visité la represa de Itaipú allá por el 2012 y cuando nos contaron parte de su gesta, evoqué recuerdos de niña en la escuela secundaria estudiando cuestiones ambientales que marcaron particularmente esa época. Ya casi por el final del libro, la imagen mental se completó y la descripción de helicópteros sobrevolando los saltos fue el detonante de los recuerdos.  
El rol de la embajada es digno de una película de superhéroes, así como la amiga española que parece surgir para cubrir huecos de la trama para no expandirse a un novelón en detalles, pero es un buen recurso. La región se describe muy bien, en cuanto a paisajes, fauna, flora, costumbres y lenguajes locales, tiene el mejor color en todo el relato junto al almacén hindú en el pueblo español.  
Una historia muy vigente que te enreda en la trama y te hace perder la noción del tiempo. En lo personal, los correos electrónicos y las tarjetas de memorias no eran la moneda corriente en la zona donde transcurren los hechos. Puede que en la lectura de subterráneo se me pierda señal y se me haya escapado una bisagra temporal en el relato (a veces se te pasa más de una página junta)  
Recomendable lectura, es una historia de aventuras consecuente, con una protagonista femenina y con un final que puede derivar en otra historia. 
 

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Tragos para una milonga

Juanjo Pasarríos

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Valoración: ★★★★

Muchos tragos y poca milonga

Mi lectura, un poco de contexto.

Termino de leer el libro justo el último día de mis vacaciones que fue el momento que más pude dedicarle a su lectura. Leía en el desayuno, en la piscina mientras tomaba sol, en los tiempos de descanso cuando vuelves de excursión y te tiras a reprogramar en la cama. Desde el ebook, ya me estoy acostumbrando a su uso para estas lecturas. Tiene una buena cantidad de páginas pero la forma de escritura en primera persona, lo hace llevadero.

La primera parte no me resultó cautivadora, había leído unas 16 páginas en los viajes de subte y no le encontraba relación con el título. Seguí por una cuestión que el relato empieza en la previa de navidad y bueno pues ya casi estamos ahí nosotros también. Es ese puente entre el momento que el autor quiere transmitir y aquel al que uno va llegando, que genera una curiosidad para seguir la lectura. Pues estamos de acuerdo que no es lo mismo leerlo en pleno febrero que en el cono sur es pleno verano, con otras expectativas en general, más de sosiego y estío que estrés  y parentela.

El personaje principal

Simón es un tipo que todas nos hemos cruzado alguna vez, quizás por eso enseguida se toma el lado de Lola, hasta que algo en la descripción te la deja medio gris, digamos…  El encuentro con ex compañeros con abruptos cambios de vida, en esta particular época del año, genera una intriga y uno comienza a suponer para donde irá el relato. Esto sucede varias veces a lo largo de la lectura. El cambio de escenarios, del norte de España a Roma, da un giro que cambia todo para el lector. Las descripciones de paisajes y sitios turísticos o emblemáticos son muy buenas, mejores que las puteadas en español, al menos para la lectura de un argentino.

Toda la etapa de Roma podría ser el libro. El preludio español no sirve más que para conocer al personaje, pintarlo de granuja simpático y establecer la situación con su familia y su vida en general. Pero nada le agrega a la historia que se viene a contar. El romance a la italiana y las penurias de hotelería son parte obligada que le aportan color al relato. Vale la pena destacar que me tuvo en ascuas con el romance con la Argentina, estuvo bien contado y balanceado el misticismo de ciertos momentos que se develan después.  

¿Cuándo empieza la milonga?

El giro o conexión con el tango o la milonga, es medio efímero, ella es Argentina y toca un tango cuando se conocen, el resto pasa por otro lado. No sé si atribuir la elección del título a una forma de referirse a caracteres argentinos, no encontré otra referencia o asociación con el baile. El pasado de ella es el verdadero nudo, que le impide a Simón disfrutar de su trabajada felicidad pero no resultar un actor de acción, infiltrado caradura porque no se sabe cómo convence a todos de tomar parte en una redada internacional siendo enfermero ex novio de una jueza, quedará en la libertad literaria.

Como conclusión, vale la lectura, es agradable excepto los puntos ya destacados, queda a mitad de camino de novela romántica, turística y de acción, podría dejarse en aventuras. Las aventuras de Simón nos dejan como testigos de su transformación y el reconocimiento de cuando es amor y cuando no en el ejemplo de sus dos relaciones. Un dato de color es lo bien que se llevan entre “ex” todos los involucrados. Caracalla y el niño ayudan en la transformación de simpático granuja a paciente hombre de familia de Simón Blach (no negro, la h no suena, etc)

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Algo absolutamente extraordinario

Hank Green

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Valoración: ★★★★

sí, me sorprendió!

Esta semana terminé la lectura, que hice en los viajes de subte al trabajo, me resultó un oasis escaparme a una especie de ciencia ficción que esconde mucho más de realidad de lo que parece, fue una lectura ágil, los personajes se desarrollan y crecen a lo largo del texto.
El arte, las formas de aproximación tanto a sus manifestaciones como a lo extraño que tenemos como seres humanos, la fama digital, las herramientas tecnológicas y el uso que le damos son el eje de la historia.
Es para zambullirse en el libro porque hace un análisis sobre la construcción y decadencia de la fama digital, internet y redes sociales, su naturaleza efímera, la deshumanización del ser humano en los «likes» intentando llevar un mensaje que finalmente consume al mensajero.
Tiene tramos dignos de películas de acción y de ciencia ficción geniales y por eso no te das cuenta que es un texto de cierta extensión.
Me enganché perdidamente cuando comenzó el sueño, la descripción de los paisajes oníricos, las pistas y los acertijos, te atrapan pero luego baja la realidad como un manto ineludible, sutil y permeable que todo lo impregna. La historia dentro de la historia o el libro dentro de sí mismo, un giro para sostener el relato en primera persona bien usado, los agradecimientos al final apuntalan la parte técnico-científica y le dan humanidad al escritor. En resumen, es una lectura que resulta ser muy fiel a su título.
Altamente recomendable. Que lo disfruten

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Golpe a la inocencia

Emilce Graciela Fernández

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Valoración: ★★★★

Acompaña a Laura en su búsqueda

El prólogo en primera persona con un frío como el de ahora te empieza a integrar al relato, recomiendo su lectura en invierno cuando estamos más permeables a empatizar con Laura en provincia de Buenos Aires y su búsqueda. Dos partes y el resto de los capítulos solo numerados.
Los personajes son de líneas simples, descripciones suficientes, algunos con solidos principios y otros tan deleznables. compartirás sus anhelos, la razón de vivir que los empuja más allá de las circunstancias que les toca atravesar. El lector deviene en un testigo, crece y madura junto con los personajes sus propias emociones, sus dolores y alegrías.
La línea de tiempo sigue su curso regular, se divide en dos etapas, momentos muy claros. El primero la época de la dictadura militar en Argentina, contado desde la vida de sus víctimas directas o indirectas, mostrando que las consecuencias de las decisiones, más allá de las buenas intenciones, son impredecibles. El curso de los hechos impacta diferente en cada uno de los personajes.
En algunas partes se notan términos ajenos a la época del relato en si, conceptos que se forjaron
Con posterioridad, como la expresión de “en cautiverio” pero refuerzan las descripciones de esa época: interrogatorios, cadenas de obediencia, muertes dudosas, cantidades de niños asilos, orfanatos. Hubo un momento en esta parte que me pregunte si podía seguir con la lectura. Aún me debo Nunca más porque después de Missing de Thomas Hauser en la adolescencia, sentarte en bancos de desaparecidos durante la carrera, y leer Operación Masacre de Rodolfo Walsh, junto con los otros muchos casos de DDHH
Para el formato testimonio se requiere otra preparación. La autora supo mantener la distancia emotiva justa para involucrarse lo suficiente con cada personaje, entender su rol y motivación sin dilucidar demasiada información, eso te invita a seguir a los personajes en su camino, entenderlos, perdonarlos.
Recomiendo esta lectura planteada desde la empatía de una búsqueda con el afán de continuar la vida, de sobrellevar el dolor con cada personaje y descubrir que los caminos se tejen y destejen pero al final convergen.

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