«La lectura es el modo de viajar de aquellos que no pueden tomar el tren». Lo escribió el comediógrafo belga Francis de Croisset y yo añadiría, si se me permite, que las mejores novelas son aquellas que te ayudan a viajar.

Hay dos cosas que me encantan en esta vida, una de ellas, obviamente, es leer y otra es viajar. Por ello, en un momento de mi vida me dediqué profesionalmente al turismo cultural y literario y gracias a ello soy una turista literaria incansable. Además soy una defensora a ultranza de las rutas literarias como destino turístico. Pero desde hace unos años, leo más y viajo menos y al final entendí la lectura como un viaje a lugares reales y universos inventados.

En esta ocasión, con la novela ‘Malasangre’ he viajado a un lugar al que tengo un cariño especial. Se trata de un relato de ficción histórica ambientado en la comarca leonesa del Bierzo en la segunda mitad del siglo XIX. Helena Tur ha escrito novelas románticas bajo el pseudónimo de Jane Kelder. ‘Malasangre’ es su primera novela de suspense.

Para hacernos un mapa mental de la novela, en una madrugada de agosto, tras la muerte de doña Eulalia, Henar queda desamparada tras pasar cuatro años a su servicio. De vuelta al hospicio que la había visto crecer y no pudiendo quedarse en él por la falta de vocación para ser monja, decide viajar a El Bierzo en busca de trabajo en una granja de abejas en Villaverde de la Abadía. Al final, Helena se hace cargo de la hija de los señores mientras ellos cuidan del ganado. En ese lugar, un pervertido se divierte siendo extremandamente cruel con niñas inocentes. Todo apunta al lobo de Allariz, Manuel Blanco Romasanta, el famoso sacamantecas o sacaúntos que fue juzgado por primera vez en Ponferrada. Bajo esta premisa, Henar se ve implicada en un misterio en el que encontrará el amor y se encariñará de la hija de los señores del colmenar. Tanto la época en la que está ambientada la novela como la cubierta produjeron un efecto como de potente imán para mí. El ambienta mágico del lugar en el que se desarrolla la trama, al que tengo el placer de haber visitado en alguna ocasión y haber pisado la tierra roja de Las Médulas, antiguas minas de oro y lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es una paisaje espectacular. La comarca de El Bierzo es un paraje ideal para ambientar una novela.

Amtiente físico, ambiente social y ambiente psicológico. Documentarse es siempre necesario para escribir una novela y no debe ser tarea fácil. En esta novela la autora lo ha hecho de manera eficaz. El escenario al que ha trasladado la historia es precioso y además el contexto social del mundo rural de la segunda mitad del siglo XIX está muy bien representado. Al mismo tiempo, es una lectura que muestra las costumbres y la vida rural de la comarca de El Bierzo. Es una lectura para retroceder en el tiempo y poder descubrir cómo era la forma de vida rural en 1858; sin luz ni agua corriente con el único calor de los animales. Igualmente la forma de actuar de la gente está en consonancia con la época en la que se desarrolla la historia. Incluso la historia de amor me recordó a las novelas clásicas, a tiempos pasados.

Me ha parecido una historia aparentemente sencilla y perfectamente narrada. Me ha gustado la manera que Helena Tur tiene de transmitir la trama al lector pero como lectora crítica, diré que el misterio ha sido lo más flojo de la novela. Me ha faltado algo más de sorpresa e incluso he echado en falta giros de trama para crear tensión. Sobre el desencadenamiento de la trama me resulto bastante evidente. 

Por suerte, he tenido la oportunidad de leer esta novela. ¡Ah! Si no lo digo reviento pero la edición del libro es preciosa con ese halo enigmático en la cubierta.

Es el segundo libro que no me envían. 

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Es la primera novela que leo de esta escritora. Es una autora irlandesa de superventas mundial de la que había leído bastante pero a la que hasta ahora no había tenido el placer de leer. De hecho, la saga de ‘Las siete hermanas’ la he tenido en más de una ocasión en las manos.

En esta ocasión y gracias a la editorial, he tenido la oportunidad de estrenarme con esta escritora y con esta novela que se escribió allá por el año 1998 y publicada en el año 2000, hace exactamente veinte años, con el título ‘Seeing Double’, bajo el seudónimo de Lucinda Edmonds, pero apenas vio la luz en aquellos años. Sin el éxito esperado, su editor rescindió el contrato, periodo que utilizó para estar con su familia. Tiempo después, ya con el nombre de Lucinda Riley comenzó a publicar de nuevo y tras sus éxitos cosechados decidió darle una segunda oportunidad a ‘Seeing Double’. 

En la nota de la autora explica que es una novela ambientada en aquellos años cuya trama resultaría del todo inverosímil debido a la apariencia de las nuevas tecnologías, sobre todo por los aparatos tan avanzados que emplean ahora nuestros cuerpos de seguridad. Una advertencia que tenemos que tener en cuenta puesto que ahora, en los tiempos que corre, los métodos utilizados por los cuerpos de seguridad nos parecerían irrisorios y algo anticuados pero que en 1995 era los utilizados.

Aclarados estos puntos, ‘La carta olvidada’ está ambientada en Londres en el año 1995 en la que aparecen muchos personajes. Por un lado está Johanna, una joven periodista que ambiciona llegar lejos laboralmente. Simon, amigo de la infancia de Johanna, se criaron juntos en el pueblo de Yorkshire y casualmente desde hace unos años son vecinos en un barrio de Londres. Simon trabaja como funcionario del Whitehall o eso es lo que Johanna cree. Zoe y Marcus son hermanos y nietos de Sir James Harrison. Zoe es una actriz en ciernes, soltera y con un niño de diez años. Marcus, es un bala perdida que despilfarra el dinero familiar en producir proyectos cinematográficos sin futuro. 

Todo comienza cuando Johanna tiene que realizar un reportaje del funeral en memoria de Sir James Harrison. Allí, se tropieza con un misterio cuando una anciana le hace entrega de una carta. Desconcertada, Johanna se va metiendo en una investigación y tendrá que ir atando cabos con la poca información que le había dado la enigmática anciana. Un secreto guardado durante más de sesenta años. El secreto mejor guardado del siglo.

La trama principal gira alrededor de la carta olvidada e iremos conociendo a los distintos personajes que tienen a su vez tramas secundarias.

Hay muchos giros argumentales y muchas vueltas de tuerca y ha habido momentos en la historia que he tenido que volver la vista atrás y releer algún párrafo para no perderme demasiado con los personajes y con la historia de la carta olvidada. Por lo demás es una historia de secretos e intrigas bien construida. 

No puedo comparar la prosa de Lucinda Edmonds con la de Lucinda Riley pero después de leer esta novela no me cabe duda del por qué de su éxito y no descarto leer más novelas de esta escritora. 

En fin, sido una lectura mucho más interesante de lo que había imaginado al principio. 

He tenido problemas para recibir este libro, de hecho, no lo he recibido aún. A pesar de ello, he querido leerlo por mis medios para no sufrir bloqueos en la plataforma. Igualmente he intentado ponerme en contacto pero no he obtenido respuesta después de casi dos meses, por lo que haré un resumen de las impresiones que he tenido una vez leído el libro.

La niña que miraba los trenes partir es una historia triste más de las que se han contado de la época del holocausto. Es una época de la que se ha escrito mucho y este libro narra los acontecimientos de manera brillante buscando siempre las emociones en el lector.

Encontraremos cuatro historias diferentes y varios personajes bien definidos e independientes pero que a medida que vayamos leyendo sus vidas se cruzaran en los terribles horrores de la Segunda Guerra Mundial.

Recomiendo esta novela a todos aquellos que les apasione este periodo de la historia. Sin duda alguna a pesar de los testimonios estremecedores de las víctimas hay un mensaje de esperanza en el futuro. No podemos olvidar el pasado para no cometer los mismos errores. Con una gran ambientación Ruperto Long nos ha vuelto a conmocionar. 

Comienza con fuerza. Juliette, la protagonista, está en la periferia de su vida, esperando una añorada vida que deberá conseguir a golpe de esfuerzo y perseverancia. Un amor predestinado a estar juntos a pesar de que su novio, Nate, rompa con ella después de seis meses de relación. Juliette luchará por recuperar ese amor pero la aplastante realidad siempre acabará cayendo.

Esta novela es como meterte en la mente de Juliette. Está escrita en primera persona, siempre desde el punto de vista de la protagonista. Ha sido agradable tener la sensación de que Juliette me contara su historia directamente, haciéndome partícipe de su vida. Es una manera funcional y  muy práctica de narración que me ha gustado mucho.

La tensión se mantiene en todo el cuerpo de la novela. Ha sido capaz de mantenerme enganchada a la obsesión que padece Juliette, la novia perfecta. Lo que comienza con una simple relación de pareja termina en… bueno mejor no hago spolier. ¿no?

Juliette es una digna protagonista, siniestramente encantadora. La autora ha conseguido mostrar a la protagonista en todo su esplendor, con la persuasiva e ingeniosa personalidad de Juliette que me tuvo en vilo durante toda la lectura. Sí que hubo momentos que comprendía por lo que la estaba pasando Juliette y comprendía sus pensamientos y decisiones, hasta, a veces en mi subconsciente, la apoyaba… otras no tanto. 

Se nota que la autora ha trabajado como asistente de vuelo y es gracias a ello capaz de transmitir veracidad al relato en un perfecto escenario de altos vuelos.

El final me ha pillado con el pie cambiado. Ha sido increíble, aun siendo un cierre redondocon un desenlace poco común que deja al lector con la sabia elección de qué va a ocurrir próximamente, no lo hubiera ni imaginado, siendo la sorpresa aún mayor.

No puedo poner ninguna pega a este intenso thriller porque me ha tenido enganchada hasta el desenlace final. Este libro es sin duda como un banco de arenas movedizas que te absorbe hacia su interior sin que te des cuenta.

Os recomiendo esta novela y  ¡Abróchense los cinturones! Se aproximan turbulencias.

En esta ocasión, he tenido la oportunidad de leer esta novela negra escandinava de Samuel Bjørk gracias al ejemplar enviado por la editorial Penguin Random House Grupo Editorial.

Esta novela, como las dos anteriores  “Viajo sola” y “El búho”, están protagonizadas por Holger Munch y Mia Krüger, miembros de la Unidad de Homicidios de Oslo.

El hermoso paisaje de Noruega influye en la novela negra, climatológicamente hablando. Esta paradoja climatológica apoya, de nuevo, al género negro nórdico para crear ambientes que acompañan a la trama principal. 

No había leído ninguna de las dos novelas anteriores de este autor y con “El niño en la nieve” me encuentro con un caso de asesinato frió, calculado y planificado… o ¿no? y con dos personajes principales que arrastran cargas del pasado que tendrán que hacer frente a una investigación doblegando su vida personal.

La primera página del libro sirve de carta de presentación y Samuel Bjørk sabe dejarnos con la miel en los labios. Con este atrayente comienzo nos proporciona una búsqueda, nos deja la puerta abierta al suspense y nos promete una ardua investigación de asesinatos.

La historia principal, la columna vertebral de la novela y como no podía ser de otra manera, en casos de asesinatos nos iremos haciendo varias preguntas: ¿Es un asesino en  serie? ¿Es un asesino que mata por placer, que finge elegir sus víctimas al hacer o está todo planeado? ¿Hay alguna conexión entre las víctimas, después de todo o son todo conjeturas? ¿Hay un mismo modus operandi, los lugares de los hechos parecen escenificados? ¿Hay un solo asesino? ¿El asesino es un hombre? o ¿Simplemente es un juego mental de un perturbado? Estas preguntas serán las que tendremos que ir averiguando mientras vamos pasando de página.

Sea como fuere, nos sumergiremos en un mundo de ficción con buenas dosis de suspense psicológico. Samuel Bjørk intenta jugar con el factor psíquico y la velocidad de la narración es tremenda. A pesar de sus 456 páginas los abundantes diálogos del libro aceleran la lectura y nos quedaremos sin libro antes de que nos demos cuenta. 

Al final, todo se resuelve de una manera en esta investigación. Abierto, eso sí, para continuar con estos dos personajes, Holger Munch y Mia Krüger, en sucesivas entregas acompañados de su equipo de investigación.

Iba a ser un buen libro. Lo había pensado en el momento que vi por primera vez la cubierta del libro. ¿Lo recomiendo? Sí, es una buena lectura al mismo nivel que Jo Nesbø.

~ Acababa de cumplir los diecisiete años cuando maté a un hombre.

~ Aquel disparo, de alguna forma, también me mató a mí. O, al menos, mató a la persona en la que me estaba convirtiendo. Aquella noche alguien murió para que yo renaciese.

~ Otra vida fue interrumpida. La vida de alguien que era yo y que ya no fui nunca más.

Así comienza “Las cenizas de la inocencia”. Un thriller con una tonalidad vintage, de otra época. La historia se remonta a los difíciles años 40. Una época sombría y desesperada después de la guerra. El hambre, la locura y la desesperación castigaban a la sociedad madrileña. Bajo este contexto, Fernando Benzo, escribe su última novela.

~ Aquella época en la que todos éramos víctimas, los que morían y los que mataban.

Toda la trama se desarrolla en torno al Dixie, un local clandestino y peligroso con reglas propias, donde una orquesta, la única especializada en jazz en Madrid y de toda España se dedicaba a tocar cada noche. Allí acudían los personajes más pudientes de la sociedad, aquellos hombres que se dedicaban a negocios de dudosa procedencia y las más exuberantes mujeres.

Esta novela tiene como principal protagonista a Emilio “El Monaguillo”, hijo de Marita “La Olorosa”, un muchacho que  el hambre y la necesidad le arrebataron su juventud e inocencia mezclándose en el mundo del estraperlo y el mercado negro madrileño.

Como villanos, los dos jefes de las bandas de estraperlistas, Matías Sampedro y Jorge Lanza, enfrentados por hacerse con el mercado del otro. Raimundo Giralda, dueño del club Dixie. El Comisario Gante, miembro de la Policía Armanda y corrupto hasta la médula. Asia Luján, cantante del Dixie. Nico, joven que trabaja para Matías Sampedro. El Ruso, matón a sueldo de Matías Sampedro. Marita “La Olorosa”, madre de Emilio “El Monaguillo”. Eulogio Durán, falangista de los de antaño, personaje de poca monta en la trama de la novela, que representa a los tipos duros que se abrían paso a golpes en el mundo. Hay otros personales de segunda, como Armando Mosquera, “El Tuerto” que en su papel de figurante, comete todo tipo de fechorías.

El argumento es creíble y sólido. Una trama diferente con una atractiva intriga hasta las últimas páginas. Lectura a dos voces; una en primera persona, donde Emilio “El Monaguillo” narra su historia, una vida de contrastes que cambia drásticamente desde que conoce en un lance de buena fortuna a Nico, quien se convertirá en su amigo. Y en tercera persona, narra la historia de los demás personajes de la novela y el movimiento de la sociedad madrileña.

Intensidad, intriga y buena literatura. Ha sido agradable pasar el tiempo entre gánsteres de los años 40, teniendo como telón de fondo la ciudad de Madrid, como si fuera el Chicago de Al Capone. Un Madrid atestado de estraperlistas, rateros y timadores. 

La novela es una reconstrucción perfecta de la sociedad de la época, un espejo de las florecientes redes del mercado negro, especuladores del momento y tipos astutos trabajando al margen de la ley.

Ha sido como un drástico viaje en el tiempo a la década de los 40, a una sociedad difícil que se resistía y luchaba por la salir de la decadencia. 

Leer esta novela ha sido entrar en otro mundo y he tenido una agradable sensación y empatía por ciertos personajes igual que he sentido desprecio hacía otros.

No es una novela a menospreciar. Es una mirada al pasado, un relato de las trágicas consecuencias de la guerra, una historia novelada, llena de aventuras y de posibilidades  promesas.

Lealtad, amistad, amor, redención, culpa y miedo por la supervivencia, son valores y sentimientos  que hay detrás de esta novela.

Y  el final, no sabes cómo va a terminar. De eso se trata ¿Verdad? Espero que la disfrutéis tanto como yo.

Desde siempre me ha gustado la novela negra y el thriller, siendo uno de mis géneros favoritos, así que cuando tuve la oportunidad de elegir este libro entre otros, no lo dude ni un segundo. Y es que si te paras a leer un poco la sinopsis de la novela no puedes resistirte, ya te absorbe. 

Quiero dar las gracias a Penguin Random House Grupo Editorial, en especial al sello Caligrama, por haberme dado la oportunidad de leer la edición anticipada de esta novela que en sus escasas doscientas cincuenta y seis páginas vamos a descubrir una cautivante historia. 

La estructura de la novela es sencilla, dividida en dos partes claramente diferenciadas.

Una primera parte narrada en primera persona por un anciano Jeremías que relata su historia cuando era un niño de unos doce años. La trama principal gira en torno a la historia familiar de Jeremías. En ella descubriremos a su padre que lucha contra todo pronóstico para sacar adelante a la familia. Jeremías se nos muestra como un chico valiente y luchador en una sociedad dura y difícil y a su lado conoceremos a otros personajes que darán consistencia a las tramas secundarias necesarias para recrear una negra y oscura sociedad ambientada en Canadá de 1893. Importante tener en cuenta las creencias y doctrinas de la época que influenciaran en la cultura social y la vida familiar de los personajes.

Un duro golpe azota a la familia de Jeremías que dará comienzo a una segunda parte donde seremos conscientes, sobre todo, del cambio de comportamiento del padre de Jeremías. Si hasta ahora la historia había ido tocando la fibra sensible del  lector, es ahora cuando se incremente el estado de intranquilidad y mayor congoja del libro.

La historia está bien elaborada dejando en suspensión la atención del lector. Cada protagonista tiene su peso específico dentro la historia, y no seremos capaces de no mostrar empatía o cariño por alguno de ellos.

El estilo del autor es sencillo y muy cómo de leer. Es capaz de tenernos con el corazón en un puño con esta historia labrada a base de duras escenas que nos tendrán enganchados hasta el final.

La novela me ha sorprendido mucho. No quiero revelar demasiados detalles de ella, puesto que el lector tiene por delante una sucesión de aventuras y misterios muy recomendable para estas tardes lluviosas y desapacibles de adviento mientras escuchamos el tamborileo de las gotas de lluvia sobre los cristales.