«Ave, Caesar, morituri te salutant». Por Ana Olivares.

                Un debut contundente el que nos trae Juan Tranche con Spiculus, o al menos es lo que nos anuncian las críticas. Podemos afirmar que sí se trata de una buena novela histórica ambientada en la Roma de Nerón, hacía el año 57 d.C. Además, narra la leyenda de este gladiador que recogen algunos textos antiguos, por lo que su paso por este mundo se hizo grande bajo el gobierno de uno de los emperadores más sanguinarios y excéntricos de la historia del Imperio Romano.

Sabemos que sus protagonistas serán Amicus y Spiculus, ya que la novela se inicia directamente con el inminente combate en el anfiteatro entre ambos gladiadores. Uno es aclamado por la plebe, el otro trabaja para el mismísimo emperador, ¿Quién demostrará su valía en la arena? Sin embargo, de repente volvemos al pasado y nos situamos en la infancia de Lucio, hijo de una de las familias patricias más famosas de Pompeya, sus padres son Emilia Plotina y Plubio Valerio Marón. Tienen un servicio de esclavos domésticos y que trabajan en la hacienda familiar de confianza, como Cadin y Caron y su hijo Ronet, que les ayuda con los viñedos. Ambos jóvenes crecen juntos y fantasean con ser gladiadores, entrenan y pelean hasta que la realidad de ambos mundos se va imponiendo a medida que el tiempo avanza.

                La acción se divide en tres ciudades que albergaron importantes anfiteatros en los que poder celebrar los juegos, o bien poseían unos ludus de calidad, como fue el caso de Pompeya y Roma en esta época, y después tomaría el relevo Capua. Las descripciones de este tipo de actividades, de la sociedad, de la vida cotidiana y en general de la sociedad romana del momento enriquece el ambiente haciendo que nos sumerjamos de lleno en la historia. Además, las notas a pie de página sirven para aclarar cualquier término. De no ser por una trama bastante estudiada y un argumento convincente, no dejaría de ser otra novela histórica más que recoge el declive de lo que un día fue la gran Roma en manos de Nerón, uno de los emperadores más excéntricos que ha conocido el Imperio. Por lo que las intrigas políticas, las conjuras y los escándalos están asegurados, al igual que la sangre, que correrá por las calles de una urbe con ansias de venganza. Sin embargo, hemos de recordar que dicho emperador hizo de los juegos una de las bases de su política para ganarse el apoyo de la plebe, y es que si tenías a éstos, podías continuar gobernando sin problemas. Es más, creó un ludus imperial con el que poder gozar de poseer sus propios gladiadores y hacer sus apuestas y exhibiciones públicas de las que tanto disfrutaba. Por fortuna, la historia personal del dominus y el esclavo, la forma en la que se reflejan los distintos estratos sociales y los privilegios o no que estos conllevan, nos acercan de lleno a la trama de la novela, que realmente consiste en un choque de gladius al más puro estilo Espartacus. Lejos de los clichés a los que estamos acostumbrados, se trata de la historia de dos hombres marcados por su destino que deciden tomar las riendas de este cueste lo que cueste. Y aunque podamos llegar a apreciar la leyenda de Spiculus, por momentos odiaremos a Lucio; ni siquiera su condición de patricio acomodado pueden justificar una mente tan fría y calculadora como la suya, por lo que su destino no es cuestionable. El destino de Ronet, el esclavo, es totalmente acorde con lo que se esperaba en aquella época. Todo este periplo vital de dos amigos y rivales les conducirá a separarse y a volver a cruzar sus caminos en un momento culminante para ambos ¿ganará la amistad que una vez les unió o el poder por la gloria?

Al principio el ritmo es lento, nos está poniendo en situación y nos presenta a los distintos personajes mientras las subtramas se van sucediendo alrededor de la historia principal, lo que nos permite conocer de cerca ambas realidades sociales que conviven en Roma y tratan de luchar por sus intereses y su nombre enfrentándose a cualquier enemigo que pueda surgir en el proceso. Los caracteres de estos personajes son fuertes por lo que nos obligan a empatizar o no con ellos dependiendo de sus acciones, lo que nos permite participar como lectores de forma involuntaria. Y por supuesto, que es una novela que llena y convence. Te animo a descubrir esta novela histórica fabulosamente ambientada. Que nos ofrece uno de los espectáculos más emocionantes y crueles que nos acerca a uno de los Imperios más grandes del Mundo.

Gánsteres a lo español.

Esta semana os presentamos una novela de Fernando Benzo, autor madrileño que compagina la creación literaria con su larga carrera profesional en la Administración Pública, ocupando varios cargos de renombre durante su trayectoria. Sus novelas hablan por sí mismas, ya que desde que publicó su primer libro en 1989, no ha dejado de ganar distintos premios literarios en nuestro país.

“Las cenizas de la inocencia”. Un título tan sugerente responde a la necesidad de plasmar la vida de Emilio “el monaguillo”, un joven de apenas diecisiete años que malvive con su madre Marita en una corrala (típico barracón de Lavapiés) en plenos años cuarenta en España. Comienza hablándonos de ese momento de inflexión en el que una sola acción cambia tu destino para siempre. Nos cuenta su pasado en primera persona, a modo de diario o autobiografía, mientras que la acción se sucede a través de un narrador omnisciente en tercera persona.
Emilio ha sido capaz de matar, pero la recompensa ¿merece la pena? En realidad sí si pensamos en la figura de su madre, Marieta, y su inmensurable ternura, la cual ilumina con su sonrisa hasta la noche más oscura. Otra de las figuras clave en la vida de nuestro protagonista será Asia Luján, esa discreta cantante y de belleza genuina que ameniza las noches en el Dixie. Allí trabaja como camarero, donde conocerá a Nico, un joven algo mayor que él, que trabaja cómo contrabandista para Matías Sampedro, un famoso mafioso. Éste recluta a Emilio y a partir de este momento nuestros protagonistas se verán envueltos en diferentes actividades delictivas mientras disfrutan de su nueva posición y de su nueva amistad. Todas esas ambiciones que se tienen de joven y que al fin se materializan ante tus ojos a cambio de vender tu alma al diablo se aprecian en la narración. Pero las mieles del éxito -a las que cualquier humano se aferra- le permiten continuar sin consecuencias, o eso es lo que él se imagina, ya que el comisario Gante será el personaje que introduzca la parte policial en la trama.

La ambientación de un Madrid de la época resulta atrayente y perversa, sobre todo al frecuentar los lugares de la capital con renombre, cómo el Dixie, un discreto club de jazz que sirve de centro neurálgico de la banda, en el que se planean los asuntos y negocios que preocupan a Don Matías y Jorge Lanza entre cócteles, música y bellas mujeres. La atmósfera de la noche, con música de jazz de fondo y el pillaje convierten la capital española en una especie de emulación de cualquier antro americano que se precie, ensalzando una trama de gánsteres en toda regla, pero con una jerga muy española. Las calles son ahora el escenario de una guerra de contrabandistas que luchan por el control del mercado negro. Las fuerzas de la autoridad lo pondrán fácil, ya que existen policías y políticos corruptos que harán la vista gorda. Y en mitad de todo esto encontramos al joven Emilio, quien sólo ansía salir de la pobreza y prosperar a cualquier precio, tal y como le demuestra su amigo Nico. La evolución vital de los personajes es muy interesante, encontramos mucha acción, violencia y venganza, pero también amor, redención y humildad.

La información que nos ofrece su autor acerca de los acontecimientos de la época sirve también para conocer otros aspectos de un período poco “explotado” en el panorama literario actual. Cómo los últimos coletazos del franquismo, la corrupción de ciertos individuos que representan las fuerzas políticas o del orden en la capital dejan cierto vacío de poder que aprovecharán los grandes magnates y maleantes oportunos para llevar a buen puerto sus negocios turbios, mientras que los “iniciados” en el pillaje, cómo Emilio, prueban suerte. Además de denunciar cómo las clases más privilegiadas se enriquecieron y se aprovecharon de la miseria de los más pobres. El tema de la postguerra en España está poco explotado y la novela negra aún tiene mucho que aportar en este sentido, por lo que “Las Cenizas de la Inocencia” cumplirá con creces su objetivo.

Una novela apta para todos los públicos que abarca numerosos temas sociales como trasfondo a nuestra protagonista y narradora: Fiona. Una joven huérfana de madre; con diecisiete años y adicta a la comida basura que tiene que lidiar con la secreta y extraña enfermedad de su padre a la vez que se enfrenta a su último año de instituto con todos los problemas que eso acarrea.

Todo comienza a torcerse cuando la señorita Aurora insiste en visitarla. Nadie se imagina que Fiona ha estado mintiendo a todos fingiendo que su padre es capaz de cuidar de ambos.
La realidad es que ésta lleva años ocupándose de su hogar y de su familia sin ayuda alguna. Teme que los servicios sociales la separen de su padre, que parece un mueble más de la casa pero en ocasiones cita a celebres autores como medio de comunicación; sobre todo desde que adoptó a “Fuet”, una perrita abandonada. Quizá se sintió identificada con ella, aunque sabe que no está sola. Sus amigos Max y Carmen (el friki y la “emo”) y la inesperada incorporación a su vida de Mirna- tía de la señorita Aurora- la harán recuperar la confianza en sí misma e iniciarse en el mundo culinario. Incluso la animarán a presentarse a un concurso de cocina online. Todo ello sin olvidar que su archienemiga Lylla (y antítesis) está saliendo con Alberto, su amor platónico desde la infancia…-Nadie dijo que la vida era justa-.
De hecho, su obsesión por la comida basura cesará en cuanto caiga en sus manos el libro de cocina de Mirna. Según ella, el secreto para cocinar postres suculentos no es el azúcar, sino el amor.
Así comenzará Fiona su metamorfosis, sustituyendo la “comida basura” por otra sana y elaborada por sus manos. Lo que a su vez la hace sentir mejor porque está alimentando bien a su padre. Por su fuera poco, está conociendo a Alberto y éste la considera una amiga; y encima, los videos para el concurso de cocina están causando furor en las redes sociales…-A veces, la vida también te sonríe-.

Magnífica es la forma que tiene su autora de transportarnos a la difícil etapa de la adolescencia. Si a ello le sumamos que su protagonista no se queja de su drama familiar, sino que lo afronta como mejor puede, nos deja un relato valiente y lleno de significado; con moralejas que nos ayudarán a tomarnos la vida con humor y con ganas de afrontar todo lo que nos depare el destino.
Porque si sacamos algo en claro de este libro es que todo cambio llega y suele ser positivo.

Una novela fresca, amena y divertida que te sacará más de una carcajada (lo garantizo). Con personajes geniales y variopintos que te enseñaran valiosas lecciones de vida.
Con una advertencia: te entrarán unas enormes ganas de cocinar o bien, de devorar maravillosos manjares “hechos con amor” como esta rica y atípica Tarta de Almendras de Ángela Vallvey.

TIENES HASTA LAS DIEZ de Francisco Castro

<<Suspense hasta después de la muerte>> Por Ana Olivares

Esta semana os presentamos Tienes hasta las diez, una novela de misterio formada por diferentes tramas que aúnan la intriga a oscuros secretos familiares.

Antonio Correa, director del periódico el Eco de Vigo, y su hijo, Antonio Correa García de Costas (Toni) protagonizan esta ingeniosa historia que tiene como telón de fondo la maravillosa relación de este padre e hijo basada en el amor por las letras. Una relación que contrasta con la mirada de una madre distante acostumbrada a vivir entre el decoro y las sombras.

Por eso nuestro protagonista no quiso seguir los pasos de su padre como periodista, no porque no lo admirase, sino porque no quería convertirse en la marioneta de su madre. Desde la Coruña dirige una pequeña editorial centrada en guías de viaje, donde trabaja con Celia. Personaje que también será clave en la trama pues actúa como confidente y compañera de “aventura” de Toni. Así comienza esta “búsqueda del tesoro”, con la repentina muerte de Antonio Correa, el mismo que le envía un email después de muerto a su hijo donde asegura: <<Tienes hasta las diez>>

¿Quién se esconde detrás de este macabro juego?

Numerosas citas y alusiones a grandes autores nos acompañarán durante la lectura, ya que su protagonista tendrá que ir resolviendo los acertijos que celosamente guardan las distintas obras de Stevenson o Julio Verne; deleitándonos de paso con algunos fragmentos de prosa poética de otros libros dentro del ya descrito que nos muestra un marco de invención y ternura en la narración.

Tras cada “mensaje de ultratumba” se nos antojará probar cualquier variedad de chocolate alemán de los caros, ya que Toni obtendrá chocolatinas como refuerzo positivo al resolver las pistas-al parecer su padre lo trata como una rata de laboratorio en el más simpático de los sentidos-. En este punto hallamos la parte histórica, nos sitúa durante la Transición en España, período en el que perduró la represión franquista sobre toda ideología distinta a la impuesta. Lo que supone una denuncia implícita de tantos casos silenciados por la manipulación informativa y por las fuerzas del Estado. Tanto es así, que a día de hoy aún perdura la censura -recordemos la famosa Ley Mordaza-.

Por otro lado, Toni vivirá la ensoñación del amor, y a su vez, descubrirá una antigua relación amorosa repleta de contradicciones que marcarán un antes y un después en su vida.

                Francisco Castro es un escritor y editor nacido en Vigo que ha recibido numerosos premios literarios y de periodismo con obras como Memorial del Infortunio, Spam o Me llamaba Simbad.

Sin embargo en su última novela Tienes hasta las diez, agudiza su ingenio regalándonos una historia única. Y teniendo en cuenta el amplio panorama literario del que gozamos actualmente es toda una hazaña.

Un thriller basado en un juego de pistas que no dejará indiferente a nadie.

Alejándose todo lo posible de su familia viaja a otro país pero huye a ciegas porque no tiene posibilidad de saber si Grace sigue viva. Ha perdido toda comunicación con su vida anterior. Sólo y sin recursos emprenderá un viaje redentor hacia ninguna parte. Sin embargo, encontrará buenas personas que le ayudarán a comprender que los milagros existen. Entonces estará preparado para regresar y enfrentarse a la verdad y a todo cuanto dejó atrás.

¿Serías capaz de abandonar a tu familia para protegerla del destino? Pero, ¿el destino está escrito o se puede modificar? -Quizá esta sea la cuestión más relevante de la trama-. Con un lenguaje envolvente y sugestivo David nos empujará a reflexionar junto a él junto a bellos paisajes descriptivos que aportarán mayor solidez a la ambientación. Ello, sumado al lenguaje emotivo-reflexivo de la narración despertará nuestros sentidos sumergiéndonos en una atmósfera etérea, demostrándonos una vez más que la sensibilidad envuelve toda la obra.

Por otro lado, creo que su autor no ha sabido explotar el don con el que ha “bendecido” al protagonista. Lo usa en contadas ocasiones convirtiéndolo en una excusa para justificar su partida. Además el tiempo de auto descubrimiento que se brinda nuestro protagonista es demasiado largo. Evidentemente para cuando decide regresar el pasado se ha transformado, al igual que él y ya sólo le queda averiguar su si su hija sobrevivió o no a la catástrofe que predijo años atrás. Bien es cierto que David huye pensado que de esta forma modificará su futuro pero tarda mucho en querer saber sobre Grace haciendo que este razonamiento haga tambalear el argumento.

Una lectura entretenida e interesante en cuanto a los planteamientos vitales que se nos presentan. No olvidemos que esta es la primera novela de Anthony Doerr, por lo que nos emocionará y sorprenderá con muchas otras.