La historia sigue principalmente a Jorge, un chico que sueña con ser escritor y que está perdidamente enamorado de Silvia, la hermana menor de su mejor amigo. Toda la vida fueron Jorge y sus dos mejores amigos, Manuel y Alex, contra el mundo; aventureros, sociables y divertidos a más no poder. Si querían algo, lo conseguían, el secreto es que estuvieran los tres juntos pues se complementaban a la perfección.

Asimismo, tenemos a Silvia, que con tres años menor que Jorge ya se sabía que iba encaminada hacia la grandeza. Al principio no lo volteaba ni a ver hasta que llegó el día en el que él se hizo notar y fue ahí cuando las cosas comenzaron a cambiar, hasta que Silvia tuvo que irse a Oxford a estudiar. 

Una de las cosas que al inicio me molestó un poco fue que la historia de amor entre Jorge y Silvia comenzó tan de golpe que incluso llegué a ver a Jorge como un obsesionado, sé que fue en principio un amor adolescente pero realmente no logré conectar con los personajes hasta que pasé la primera parte del libro. Y ese es otro tema, la primera parte del libro.

Se me dificultó un poco seguir con la lectura al inicio porque la primera parte de la historia me pareció un poco lenta, entiendo que fue para poner en contexto al lector pero sentí que hubo partes en donde se describían cosas de más sin necesidad de hacerlo. Al pasar esa parte todo se fue haciendo más fluido e inclusive no podía parar de pasar las páginas.

Quisiera aclarar que Silvia es más que una historia de amor, es un viaje por la vida de dos personas que se encuentran en constante crecimiento y que a pesar de que viven en distintos continentes, su amor sólo se hace cada vez es más fuerte. La verdad es que, pese a las dificultades que tuve al comenzar el libro, la historia me pareció muy real ya que te mostraba la verdadera cara de la vida, con sus altos y sus bajos. Realmente disfruté mucho la lectura, y aunque no logré la conexión que deseaba con los personajes, me sentí identificada más de una vez pues Memun no nos presentó protagonistas perfectos, tienen sus defectos, cometen errores y aprenden de ellos. 

Cerca del final noté ciertos errores ortográficos pero se los atribuí al hecho de que fue un adelanto editorial. Ya sólo me queda decir que la manera en la que José Memun escribe me dejó enamorada, fue una escritura ligera y llena de frases que no dudo que más de una vez ayuden a que alguien decida no rendirse en el cumplimiento de sus sueños.

[…] el tren de la oportunidad pasa pocas, si no es que sólo una vez por la estación de la vida, no vayas a perder el tuyo sufriendo por algo que aún no pierdes. Da pasos firmes, si son lentos, mejor; se pegan más al piso y entre más pegado estés, siempre estarás mejor plantado.