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«Reina roja» es un thriller ambientado en la capital de España y protagonizado por un tándem de personajes totalmente opuestos pero que lograrán complementarse a la perfección, por la cuenta que les trae. Habiendo leído toda la obra del autor, me atrevo a decir que este es su mejor trabajo…a día de hoy.

Ante un futuro gris oscuro, tirando a negro hollín, se encuentra Jon Gutiérrez, quien parece un director de marketing por su buen vestir, pero es un inspector de policía vasco, un buenazo con escasa tolerancia a la autoridad, soltero y algo apretado (no es que esté gordo). Jon se halla en una situación un tanto comprometida porque «oficialmente» está suspendido de empleo y sueldo por un grave delito que ha cometido, pero los cargos que pesan sobre él se van a paralizar cuando un misterioso personaje entra en escena. Su aparición va a suponer un resquicio de redención, aunque a cambio Jon tiene que poner en circulación a una mujer muy especial, Antonia Scott. La necesita para que le ayude en un caso harto complicado, una investigación estrictamente confidencial y que solo su mente privilegiada es capaz de resolver. Y es que Antonia Scott es el ser humano más inteligente del planeta. Pero ¿quién es realmente Antonia? 

Conforme avancemos en la trama iremos descubriendo a una mujer tan extraordinariamente inteligente que suele producir rechazo. Áspera y sarcástica, detesta a la gente y prefiere ignorarla sin que le importe lo más mínimo. Enojada con el mundo de una manera silenciosa e incapaz de abrirse a los demás, intentará dar sentido a su vida, a su incierto presente y su futuro insondable. Un camaleón asocial y esquivo que se camufla en caso de necesidad. No pertenece a ningún cuerpo policial ni criminalista, jamás ha cogido un arma pero ha salvado muchas vidas. Vidas de gente con la que nunca llegó a empatizar. Lleva tres años encerrada en su ático de un rancio edificio de Lavapiés, una prisión autoimpuesta que ha levantado tras un terrible episodio que volvió del revés su existencia, intentando sobrevivir a duras penas porque cada día dedica tres minutos a pensar en su posible suicidio. Pero tiene que salir de su agujero porque alguien la necesita y el reloj corre en su contra…

«Reina roja» representa a su autor en la cima de su potencial. Ha resultado ser una lectura intensa que te dejará sin respiración porque sus páginas no se deslizan entre tus manos, sino que vuelan a un ritmo desenfrenado, marcado a golpe de capítulos cortos y frases breves. Escrita con un estilo personal, natural y fresco, un lenguaje sin complicaciones, sencillo, narrado con la maestría dialéctica típica de Juan Gómez-Jurado y que según vas leyendo, te parece estar inmerso en las vívidas escenas por la forma en que el autor las narra.

Manifiesta es la rotundidad con la que el autor ha logrado crear a un personaje principal tan complejo que va a brillar con luz propia, eclipsando al resto, pergeñando una trama de aparente simplicidad, perfectamente imbricada y en la que hay espacio para la crítica social focalizada en sus personajes secundarios, que claramente aluden a gente poderosa de nuestro país a la que reconoceréis fácilmente, sin necesidad de ponerles nombre y apellidos. 

Sintetizando: «Reina roja» es un thriller cargado de tensión narrativa que crece gradualmente, a medida que el tiempo se agota y se van desvelando fragmentos de la vida de Antonia, de ritmo intenso que fluye desde la primera página. Una historia de sufrimiento y culpa, con una serie de giros asombrosos e inesperados y un personaje principal único, con innumerables aristas. Una mujer que se ha pasado un tiempo huyendo de lo que es y de lo que puede hacer, que carga con el peso de una culpa rayana en la demencia y la obsesión. Una novela que cuando arranques a leerla ya no podrás parar, porque te enganchará por el pescuezo sin que lo puedas o quieras evitar. Una recomendación para los amantes de este género literario, pues pocas novelas se pueden leer con el desasosiego de ésta y tengo la completa convicción de que Juan no les va a defraudar, porque es un experto en crear suspense y mantenerlo hasta el final. 

La semana antes de irse a la universidad, Kerry Dowling decide organizar una fiesta en su casa aprovechando que sus padres están fuera de la ciudad. Cuando se encuentra recogiendo todo el estropicio ocasionado tras el evento, alguien la sorprende golpeándola en la cabeza con un objeto contundente y acaba con su vida. A la mañana siguiente, el cuerpo de Kerry es descubierto por su familia en el fondo de la piscina y será el detective de homicidios Michael Wilson, de la fiscalía del condado de Bergen, que está de guardia ese día, quien se haga cargo del caso. Como siempre ocurre en estos casos, todo indica que pudo ser algún miembro de su círculo más cercano ¿quizás su novio, con quien discutió durante la fiesta delante de muchos testigos? ¿Uno de sus compañeros de clase? Como era de esperar, la policía pondrá el foco de su investigación sobre el novio pero las pruebas contra él, a pesar de ser contundentes, no serán concluyentes. Lo que el detective no sabe, pero sí el lector, es que hay un testigo del trágico asesinato, pero alguien muy cercano a esta persona impedirá que lo denuncie…

Con este premisa tan prometedora, que no dejará indiferente al lector al sembrar un atisbo de duda y sospecha en él, comienza una novela cuyo argumento está centrado en descubrir quién mató a Kerry y los motivos que lo instaron a cometer el crimen. Un crimen que afectará de diferente manera a tres familias y de cómo lidiaron con el terrible suceso. Todo el mundo tiene secretos que ocultar, por eso todos se van a convertir en sospechosos potenciales.

«El último baile» está escrita con un lenguaje claro y conciso, tiene una escueta ambientación, un ritmo narrativo contenido que solo se incrementa conforme nos acercamos al desenlace, y una intriga correctamente planteada pero que se difumina en el mismo momento en que sale a escena cierto personaje, porque mis sospechas cayeron a plomo sobre él. Y por mucho que la autora se esforzó en ponerme en bandeja otros posibles sospechosos, por obviedad yo los iba descartando, por lo que el factor sorpresa brilló por su ausencia. Cuenta con un argumento articulado en un total de ochenta y tres capítulos de muy corta extensión, algunos de una sola página, y un epílogo, lo que contribuye a dar fluidez a la lectura. 

Lo que me ha resultado un tanto discordante ha sido el constante cambio de punto de vista en el narrador, que pasaba de tercera a primera persona de una frase a otra, en el mismo capítulo. Me ha sorprendido el comportamiento incoherente de los padres y la hermana de la víctima, por la ausencia del duelo y la devastación que se les presupone después de haber perdido a un ser querido y de una manera tan trágica. Tampoco he visto nada lógico que el detective, al llegar a un callejón sin salida que le impide el avance en la investigación, implique en ésta a la hermana de la víctima.

Con un desenlace demasiado previsible y una historia de amor que no me he llegado a creer en ningún momento, la autora ha dado prioridad a la acción, dejando de lado a los personajes, que me han parecido en exceso fríos al estar esbozados sin muchas pretensiones, al estilo de un guión de película de sobremesa dominical de la Primera, careciendo de profundidad psicológica y carisma, lo que impide que el lector consiga empatizar con alguno.

Sintetizando: «El último baile» es una novela de misterio y suspense, cuyo planteamiento utiliza recursos manidos en una trama predecible que contaba con mucho potencial, pero una serie de carencias la han dejado en un quiero y no puedo. Un entretenido libro de fluida lectura que a pesar de mis objeciones, que no son más que una opinión personal, me atrevería a recomendar a un público joven que comienza a adentrarse en este género o a los que huyen de historias sangrientas o de complicado argumento.

Cuando me decanté por este libro iba totalmente a ciegas porque desconocía la faceta televisiva de su autor, Pablo Rivero. Simplemente me dejé llevar por la atrayente sinopsis y esa siniestra portada. Hoy os traigo mis impresiones sobre No volveré a tener miedo, una novela que, a pesar de contar con todos los ingredientes necesarios para ser un buen thriller, no ha logrado cumplir con las expectativas que tenía puestas en ella. No estoy diciendo que sea una mala novela, sino que me esperaba algo más.

A grosso modo la trama de este libro fluctúa sobre los acontecimientos acaecidos durante los siete últimos días de vida de una familia, que finalmente será asesinada por uno de sus miembros. ¿Cuál será la identidad de la mano ejecutora? ¿Quiénes serán víctimas y quién el verdugo? Mediante una cuidada introspección de sus personajes lo iremos descubriendo, aunque a mí se me hizo demasiado evidente conforme avanzaba en la historia, desvaneciéndose por completo esa sorpresa del final.

Madrid, 1994. Toda esta espiral criminal se desencadena cuando el progenitor, harto de aguantar la situación, abandona el hogar después de haber tenido una sonada bronca con su mujer. Es entonces cuando la realidad del día a día se hace insostenible en la casa porque él era la única persona que aportaba cierta estabilidad entre los miembros de la familia. Poco a poco se va evidenciando la ausencia del padre, el temor a perderlo hará mella en algunos integrantes de la familia, en otro no tanto. Conforme avanzamos en la lectura nos adentramos en el seno de un hogar poco convencional, porque todos sus componentes sufren cierto trauma en mayor o menor medida. Laura se queda sola con sus dos hijos: Raúl y Mario. El ambiente del hogar se torna irrespirable y la aversión, el miedo y el rechazo entre sus miembros se hace tan patente que casi puede mascarse.

Gracias a un narrador omnisciente, con acceso a los diferentes escenarios y a los diversos puntos de vista de todos sus personajes, iremos descubriendo más íntimamente a cada uno de ellos e indagando en sus miedos, sus obsesiones, su dolor y los posibles motivos que tienen para desencadenar una tragedia de tal magnitud. Laura tiene una relación obsesiva y enfermiza con su marido, y está celosa de sus hijos porque le robaron la atención del hombre al que amaba. Es una mujer envidiosa y obsesionada por mantener las apariencias, que vio como su carrera de actriz se detenía por completo antes de arrancar siquiera, fabricándose su propia realidad donde no faltaba el glamour que veía en las películas antiguas que se tragada a diario. Era la única manera de poder evadirse de lo que tanto la asfixiaba: su miserable vida y en especial sus hijos, que nunca fueron deseados y fueron los causantes de que su carrera se truncase. Raúl es un adolescente de 16 años obsesionado con lo gore y con las hormonas disparadas, que odia todo lo que le rodea y acusa la pérdida de su mejor amigo, Jonathan, quien desapareció hace un año en misteriosas circunstancias. Alivia sus frustraciones con ciertas prácticas obsesivas. Mario es el pequeño de la casa, y con solo 12 años es un niño asustadizo y dependiente de la figura paterna y será quien más sienta su marcha. Mientras leía la novela no dejaba de preguntarme si quizás el pequeño no padecía algún leve trastorno de asperger porque sus marcadas rutinas de pequeños rituales, su comportamiento, sus obsesiones, manías y miedos son típicos de estas personas.

No volveré a tener miedo es una novela que a pesar de tener un reducido elenco de personajes, la mayoría me han resultado demasiado planos y de conductas exageradas, lo que ha impedido que empatizara con ellos. También se me ha hecho demasiado repetitivo las continuas referencias y alusiones a programas de la época, películas americanas o la música de Nirvana. Me ha parecido que contiene situaciones confusas e inconcebibles, sueños que se confunden con la realidad, comportamientos exagerados y quedan algunos cabos sueltos, dudas que no llegan a ser resueltas. Su ritmo es marcadamente contenido porque se centra demasiado en asuntos que poco o nada aportan a la trama y eso ralentizaba la lectura e iba diluyendo mi interés por ella.

En resumen, No volveré a tener miedo es un thriller psicológico intimista de fácil lectura  y ambientado en la década de los noventa, que cuenta con los ingredientes necesarios de suspense e intriga para acaparar la atención del lector y nos introduce en el seno de una familia con diversos conflictos y secretos ocultos. Una lectura oscura que en ocasiones genera angustia y en otras perplejidad ante ciertos comportamientos llevados al extremo. Un libro que quizás yo no he sabido disfrutar porque no me encontraba en el momento más idóneo para hacerlo.

Que el thriller es uno de mis géneros favoritos no es un secreto a día de hoy, por eso cuando vi que la editorial Suma publicaba esta novela, ni me lo pensé. Y yo a ti más es la primera entrega de una saga que tiene como protagonista a la agente de policía Tessa Leoni. Hoy os traigo mis impresiones de un libro que ha colmado plenamente mis expectativas porque es muy adictivo, te agarra por el pescuezo y te obliga a seguir leyendo para desentrañar todas las incógnitas que impregnan sus páginas… que no son pocas.

¿A quién quieres? Una frase, un solo planteamiento y una única respuesta válida. Todo depende de lo que conteste Tessa Leoni, una agente de la policía estatal de Massachusetts. Instantes después, su marido Brian Darby es acribillado en la cocina de su propia casa, siendo ella la única testigo y su verdugo. ¿Qué pasó para que una agente de la policía disparase a su marido? Y lo que es peor aún ¿dónde está Sophie, su hija de tan solo seis años? Todos los indicios apuntan a un caso de violencia de género porque Tessa ha recibido una paliza de muerte que la llevará directamente al hospital. ¿Le disparó en defensa propia o fue un asesinato con premeditación y alevosía?

La policía estatal no puede hacerse cargo de esta investigación porque la sospechosa es una de sus agentes, por lo que el caso será llevado por la sargento D. D. Warren, del departamento de Homicidios de Boston, y su compañero Bobby Dodge, quienes inician una intensa búsqueda a contrarreloj para dar con Sophie, viva o muerta. Pero la historia que ha contado la sospechosa carece de sentido, no se sostiene y además comienzan a surgir secretos inesperados que no voy a contar y que podréis descubrir si leéis el libro.

Y yo a ti más es una novela que cuenta con un inicio que te atrapa y anima a continuar con su lectura desde el mismo momento en que descubrimos que una niña pequeña ha sido secuestrada o asesinada, quizás, por su propia madre. De este modo se convierte en una lectura que engancha gracias a su intenso ritmo y a la alternancia de dos narradores, que contribuyen a mantener el suspense y la tensión.

La novela se estructura en cuarenta y cinco capítulos de corta extensión que van a marcar el dinamismo de la lectura y a lo largo de los mismos su autora irá combinando en la trama dos puntos de vista: el de los investigadores, y el de la sospechosa tratando de ir un paso por delante de ellos todo el tiempo. Los capítulos pares están narrados en primera persona por Tessa, en un monólogo interior intimista, y a través de una serie de flashback nos cuenta cómo conoció a su marido y nos da acceso a su mente para mostrarnos su agónico sufrimiento, su angustioso dolor y la culpa por no haber sido capaz de proteger a Sophie. Poco a poco iremos percibiendo lo brillante estratega que es. Ella no confía en la policía porque ellos miran pero no ven, preguntan pero nunca escuchan. Necesita encontrar a su hija y lo hará sola, sin la ayuda de nadie. Mientras que los capítulos impares están narrados en tercera persona y muestran los avances de la investigación llevada a cabo por el equipo de Warren y los diferentes puntos de vista del resto de sus personajes.

Son varios los temas que se van sucediendo en esta novela, aunque el eje central sea la búsqueda de la pequeña Sophie. También se aborda la dificultad de conciliar la vida familiar con la laboral, los problemas de pareja, la adicción, la traición, y sobre todo el amor y el sacrificio de una madre por su única hija, su mayor tesoro en esta vida. La combinación de todos ellos dan como resultado una lectura que mantiene la intriga y la tensión en todo momento.

Lisa Gadrner utiliza una prosa sencilla y clara, con abundancia de diálogos y predominio de un ritmo tremendamente ágil que hace imposible dejar el libro a un lado. Su intensa trama está correctamente planteada y desarrollada, logrando mantener la intriga en torno a lo que está sucediendo hasta los últimos capítulos, cuando consigamos encajar todas las piezas de un complicado puzle de forma coherente y sin dejar cabos sueltos.

Uno de los puntos fuertes de Y yo a ti más lo encontramos en sus dos protagonistas femeninas. La autora ha llevado a cabo un extraordinario análisis psicológico de cada una de ellas y las ha dotado de un gran contenido emocional. Mujeres creíbles, de carne y hueso, que pueden llegar a flaquear, dudar o incluso a tener miedo. Ambas son testarudas y trabajan en un ambiente predominantemente masculino, convirtiéndose Tessa Leoni en la protagonista principal. Una madre trabajadora que está desbordada por todo lo que tiene que llevar adelante y a quien conoceremos durante uno de los peores momentos de su vida, sumida en un estado de ansiedad capaz de tumbar al más fuerte y bajo un abrumador sentimiento de culpa. Al utilizar la narración en primera persona nos hace partícipes de sus sentimientos y paulatinamente irá descubriendo su pasado, de lo dura que ha sido su vida y a todo lo que ha tenido que renunciar por su hija.

En resumen, Y yo a ti más es un thriller psicológico de lectura adictiva, cargado de suspense, con terribles secretos, mentiras y dolor, mucho dolor. Es un libro que está narrado a dos voces muy bien diferenciadas y cuyo original planteamiento logra captar el interés del lector desde el mismo prólogo. Ha sido una lectura intensa que he disfrutado y que recomiendo porque no da tregua al contener muchos giros argumentales inesperados que te helarán la sangre. Su trama es autoconclusiva y está llena de tensión, suspense, misterio. Una historia muy turbia donde nada es lo que parece. Es una saga que continuaré leyendo, aunque aún tendremos que esperar un tiempo para ver publicada en España la segunda y tercera entrega.

Opinión personal:
Me decidí a leer La pareja de al lado tras ver las opiniones tan positivas que comenzaron a invadir las redes sociales, antes incluso de que se hubiera publicado la novela, pero con cierto temor a que las expectativas no se cumplieran. Poca cosa os puedo contar que no sepáis ya, puesto que el libro se ha convertido en todo un bestseller que inunda las librerías. Hoy os traigo mis impresiones de un auténtico «page turner», una novela que se lee sin darte cuenta pero de la que me esperaba algo más.

Anne y Marco Conti son la pareja perfecta. Viven en un idílico barrio de casas adosadas en una localidad al norte de Nueva York. Hace apenas seis meses que han sido padres de una preciosa niña por la que se desviven plenamente, pero cuya llegada anuló por completo su vida social y ahora casi nunca salen. Por eso, cuando sus amigos Cynthia y Graham Stillwell les invitan a una cena en su casa, no dudan en acudir. Los anfitriones son sus vecinos de al lado y viven pared con pared, pero en esa invitación no está incluida Cora, su bebé, porque Cynthia no aguanta los lloros de la niña. A regañadientes, Anne confirma su asistencia porque contratan a una canguro que se hará cargo de la pequeña, pero ésta avisa de que le será imposible ir un rato antes del evento. Tras alguna que otra discusión, porque Anne se niega a dejar sola a Cora, deciden continuar con sus planes para la cena, comprometiéndose a turnarse para echarle un vistazo a la pequeña cada media hora. Con algunas copas de más y un enorme cabreo, Anne y Marco vuelven a casa para comprobar, con horror, que alguien se ha llevado a su bebé de la cuna. Comienza la peor pesadilla para unos padres que no dejarán de culparse por haber dejado sola a una niña tan pequeña.

Será el inspector Rasbach el encargado de la investigación y pronto se va a percatar de que nada es lo que parece y que todas las personas implicadas son sospechosas en potencia. La policía no encuentra pruebas de que alguien entrase en la habitación de la niña para llevársela. No puedo contar nada más del argumento sin incurrir en el spoiler, por lo que voy a dejar que seáis vosotros, los potenciales lectores, quienes descubráis cómo continúa este drama.

Como ya he comentado anteriormente, La pareja de al lado es un «page turner», un thriller psicológico que devoré en apenas dos días porque, aunque su ritmo sea desigual, no da un respiro. A ello también contribuye el estilo de su autora que es directo y sencillo, con abundancia de diálogos que le imprimen fluidez y frescura a la lectura y a la reducida extensión de sus 37 capítulos. Aunque también es cierto que a mitad de la novela se descubre qué le pasó a la niña y eso frenó por completo el ritmo.

A pesar de contar con un elenco muy reducido de personajes, la mayoría apenas están esbozados y no llegamos a conocerlos en profundidad, por lo que me fue imposible empatizar con ninguno de ellos. La autora se saca de la manga la relación entre dos de sus personajes para justificar la acción de uno de ellos, conexión que está cogida con alfileres y muy forzada. Y respecto a su final… tan solo decir que ha sido un añadido innecesario.

La tensión se incrementará mediante el uso de una voz narrativa omnisciente en tiempo presente, lo que es un punto a destacar, siendo muy visual, casi cinematográfica, con los detalles justos para situar al lector en los escasos escenarios donde se va a desarrollar su trama. La prosa es sencilla y concisa, sin florituras de ningún tipo y carece por completo de ambientación. En esta novela lo importante es descubrir el paradero de la niña y su estado, lo demás es simple atrezzo. Otra cosa destacable también es la habilidad de la autora para sembrar, de manera dosificada, pequeñas semillas de duda que aumentan la tensión y engañan al lector. Nadie es tan inocente como pudiera parecer. Conforme nos adentramos en su trama irán emergiendo a la superficie oscuros secretos que plantearán dudas en el lector, incitándolo a sospechar hasta del apuntador.

En resumen, La pareja de al lado es un thriller de suspense plagado de secretos y mentiras, donde sus personajes ocultan tantos misterios que automáticamente se convierten en sospechosos en potencia. Una novela de lectura entretenida que contiene un arranque impactante y unos giros argumentales totalmente inesperados, para lograr mantener al lector pegado a sus páginas y así descubrir qué le ocurrió a la pequeña Cora.

Falcones, con su último libro, nos invita a realizar un viaje en el tiempo, cuyo destino es la Barcelona gótica de finales del siglo XIV y principios del XV.

Los herederos de la tierra comienza tres años después de donde lo dejamos en La Catedral del Mar. Barcelona 1387. Hugo Llor es un muchacho de 12 años que observa cómo la galera Santa Marta lucha contra el oleaje de un mar bravío a la espera de ser llevada a la atarazana donde pasará los meses de invierno. Es una nave de gran envergadura y el mar hace peligrar la operación. Hugo es el aprendiz de Domenico Blasio, un preso procedente de Génova experto en la construcción de navíos y su cometido es el de sostener la bola de hierro que porta este esclavo. El joven es huérfano de padre y este trabajo se lo debe a Arnau Estanyol, uno de los prohombres más importantes de la ciudad que lo tiene bajo su protección y que desea que el joven se convierta en constructor de barcos. También colocó, como buenamente pudo, al resto de la familia de Hugo: a su hermana pequeña Arsenda la puso a servir con una monja del convento de Jonqueras y a su madre le encontró trabajo como criada en la casa de un guantero.

El rey Pedro IIV de Aragón acaba de fallecer, se avecinan tiempos difíciles para Barcelona y para Arnau Estanyol, ya que con la llegada al trono del rey Juan, regresan los Puig dispuestos a llevar a cabo una venganza que quedó inconclusa en la anterior novela. Detienen a Arnau acusado de traición al reino, una acusación falsa e injusta que acaba con el futuro prometedor de Hugo en las atarazanas, y se verá obligado a huir para que Roger Puig no acabe con su vida.

Un buen día el pequeño se topa con el joven Bernat Estanyol, que se encontraba de viaje cuando el rey confiscó todos los bienes de su padre. A sus 16 años Bernat sabía leer y escribir, dominaba varias lenguas así como las matemáticas, la legislación comercial y la contabilidad, pero ya nada le queda en la ciudad condal, por lo que se marcha casi con lo puesto y con una sola idea en la cabeza: vengar a su padre. Y Hugo se verá obligado a abandonar el barrio de la Ribera para ponerse a las órdenes de Mahir, un judío que le trasmitirá su pasión por el mundo del vino.

Los herederos de la tierra es una novela lineal cronológicamente que va desde el año 1387 al 1423, con una trama interesante y un riguroso trasfondo histórico. Está narrada en tercera persona por un narrador omnisciente, dividido en cuatro grandes bloques y un total de 37 capítulos. A pesar de su extensión, con algo más de 890 páginas, se lee fácilmente porque hay un perfecto equilibrio entre la parte narrativa y los diálogos. Su ritmo es ágil pero se ralentiza y se vuelve tedioso cuando el autor introduce excesivos datos históricos que, en mi opinión, son prescindibles.

A pesar de ser una novela coral, todos los personajes están perfectamente construidos y el autor ha sabido dotarlos de vida, hacerlos accesibles, reales y creíbles, de carne y hueso. Su autor ha creado un personaje principal muy potente, con una fuerte personalidad y de corazón noble. Un luchador que intentará sobrevivir y salir adelante a pesar de que el destino se obstine una y otra vez en complicarle la vida a él y a sus seres más queridos. Me ha gustado mucho que en esta novela tengan un papel destacado y un carácter muy fuerte las mujeres.

Ildefonso Falcones ha realizado una excelente labor de documentación que vemos plasmada en la perfecta ambientación de la sociedad de los siglos XIV y XV, una sociedad medieval totalmente injusta, sin derechos de los más humildes y con el noble siempre avasallando. Una época en la que el vino era la única bebida que se tomaba, porque si bebías agua corrías el riesgo de morir infectado, de ahí que existiera toda una cultura vinícola.

Escrito con un lenguaje sencillo y directo, conjugando acontecimientos reales y ficticios, Ildefonso Falcones nos traslada a la Barcelona gótica con sus costumbres, su organización administrativa y política, sus hombres y sus miserias. El autor consigue recrear el entorno con tal realismo, que parece que te encuentres allí entre el bullicio de sus calles, sumergido en los aromas y en los ruidos ambientales que había dentro de la ciudad, donde todo era anunciado a base de griterío, contrastando con el aroma a tierra, a sarmiento y a mosto de la zona rural.

En resumen, Los herederos de la tierra es una ambiciosa novela de ficción histórica ambientada en la Barcelona del siglo XIV-XV de lectura fácil y fluida. Contiene un argumento interesante y bien hilado, y una excelente documentación del contexto histórico que le permite al autor describir, con todo detalle, el asalto y destrucción de la judería ocurrida en 1391, el nacimiento y desarrollo del Raval, un barrio humilde situado en los arrabales y que contaba con innumerables huertos y viñas, o en la construcción del Hospital de la Santa Cruz, el más grande de Europa. Una historia de superación personal donde convergen la ambición, las pasiones, las venganzas, las intrigas de poder, el sufrimiento, el engaño y la amistad. Una lectura que recomiendo a los amantes de la novela histórica y en especial a los que ya disfrutaron con La Catedral del Mar.

Opinión personal:
Cuando me ofrecieron la posibilidad de leer este libro ni me lo pensé. La prosa tan exquisita de «La luz que no puedes ver», con la que su autor recibió el Pulitzer en el 2015, me enamoró hasta tal punto que se convirtió en una de mis mejores lecturas del pasado año. Por este motivo llevaba unas expectativas muy altas que no han terminado de cumplirse.

Con algo más de 550 páginas el libro está dividido en seis bloques llamados «Libros», que representan las seis puntas de un copo de nieve, visto bajo el microscopio. Estos bloques, a su vez, se subdividen en capítulos de corta extensión. Sobre Grace nos narra la vida de David Winkler. Lo vamos a conocer justo en el momento en que se encuentra a punto de tomar un avión que lo llevará de nuevo a casa, un viaje que lleva postergando 25 años. Nuestro personaje principal, que cuenta ya con 59 años, es algo peculiar porque tiene un don, unos «sueños» que no son ni augurios, ni visiones, ni premoniciones. A veces sueña cosas que luego suceden en la vida real. Por culpa de uno de estos sueños, en el que ve cómo mata a su pequeña hija sin querer, al intentar salvarla de una inundación, toda la vida de David se desmorona porque tomará la decisión equivocada.

David, a través de sus recuerdos, traslada al lector a 1975, cuando vive en Alaska y es un hidrólogo que siente fascinación por el ciclo del agua, las nubes, la nieve y la física de los cristales de hielo. Trabaja como analista ayudante en el Servicio Nacional de Meteorología. Un día se topa, en el súper, con el amor de su vida, Sandy, una chica que trabaja en una sucursal bancaria y está casada. Al poco tiempo comienzan una relación que acaba con la huída de ambos a Ohio, donde comenzarán una nueva vida juntos. Al poco de nacer su hija Grace es cuando comienza a tener el mismo sueño recurrente de la inundación, que lo obsesiona hasta tal punto que casi pierde la cordura. Para evitar que se cumpla su visión David toma la decisión de huir, abandonando a su familia y poniendo rumbo a Nueva York donde cogerá un barco que finalmente lo deja en la isla caribeña de San Vicente, Kingstown. Allí conocerá a una familia de expatriados chilenos con los que convivirá durante mucho tiempo. Pero hay una incógnita en su vida que no le permite estar en paz consigo mismo, y es que ni siquiera sabe si su hija está viva o no. Llega un momento en que necesita conocer la respuesta, para bien o para mal.

Sobre Grace tiene un comienzo prometedor. Los tres primeros libros son más llevaderos porque la historia tiene un punto de misterio que obliga al lector a querer seguir leyendo. Esta acción, que nos encontramos en su argumento, compensaba la falta de desarrollo de sus personajes. Luego la trama parece entrar en una espiral sin fin, donde todo se repite y todo son conjeturas. Después de finalizar el tercer libro, mis expectativas habían pasado a un estado gaseoso y se fueron evaporando con el paso de la lectura. Es un libro al que le sobran unas cuantas páginas.

Escrito con una prosa sencilla, cuidada y exquisita, que invita al lector a saborear las palabras y a deleitarse con ellas, Sobre Grace está narrado en tercera persona por un narrador omnisciente y contiene demasiada descripción y pocos diálogos, lo que le ha restado fluidez a la trama. Su protagonista me ha parecido, con sus comportamientos, un cobarde, un hombre frustrado y, en ocasiones, hasta un psicópata acosador. En ningún momento he llegado a empatizar con ninguno de sus personajes, que me han parecido pasivos, superficiales, poco desarrollados, al igual que sus interacciones con otras personas. En una palabra: sositos.

Lo peor de esta novela ha sido su ritmo, que era dolorosamente lento, así como su final, que me pareció demasiado predecible. Es obvio que Doerr es un escritor con talento, pero éste no es uno de sus mejores libros.

En resumen, Sobre Grace es la historia de David, el brillante hidrólogo que tomó decisiones que me resultaron totalmente incomprensibles, verdaderos actos de cobardía que hundieron la vida de sus seres más queridos. Una novela escrita con una prosa exquisita pero a la que le falla la historia que el autor quiere contarnos. Una historia de remordimientos, de obsesiones, de miedos, de incertidumbres y de compasión.