Después de informarme un poco sobre el autor y este libro, lo primero que me llamó la atención de este relato fue su portada. A priori materialista pero no debemos olvidar que un libro SÍ entra por los ojos. La forma de ilustrar de Gemma Martínez me ha parecido maravillosa y la edición al completo es de lo más agradable.

Lo segundo que convierte a un libro de mediocre a bueno, o incluso indispensable es la calidad de su interior y lo que nos quiere contar.
Proyecto Ficción me ha impresionado para bien, la manera de David de narrar, sus descripciones llenas de pequeños detalles, la manera de introducir temas «tabús» en nuestra sociedad hoy día como el maltrato familiar o el colectivo Lgtb+ es de admirar.

Los personajes son maravillosos y sobretodo con una personalidad muy fuerte. Sin duda, en Ben se verá reflejado más de un adolescente. Quizás lo más destacable es su forma de escribir, los saltos en el tiempo, la capacidad de introducirnos tanto en el pasado como en el presente sin que ninguno de los dos nos defraude.

No he podido evitar compararlo en alguna ocasión con la narración de Zafón y su mundo mágico pero real en nuestro mundo y esa forma de vivir cada cosa que les ocurre a los protagonistas como tampoco acordarme del gran Francesc Miralles en la manera de construir a sus personajes y la forma de concebir los problemas.