Puedo afirmar que Catwoman es una historia alternativa de Celaena Sardothien. Cuando es adolescente y pelea en las luchas ilegales es la mejor, las más letal, la luchadora invicta, la que tiene más tatuaje que cualquiera porque ha ganado más peleas; y trabaja para un grande de la mafia. Después, por si fuera poco la obviedad, aparece una Liga de Asesinos y cuando Selina regresa a Gotham es rubia y una creída insufrible, desconfiada de todo el mundo y una mentirosa hasta con el lector. No sé a ustedes, pero a mí todo eso me suena conocido

Pero voy a ser sincera, si no fuera porque se me hizo repetitivo leer a Selina, es un personaje que me hubiera gustado. No es un narrador confiable, y solo te cuenta lo que le conviene que sepas para mantenerte enganchado. Como villana me gustó, aunque flaquea en algunas cosas, sus momentos de manipulación son geniales.

Luke Fox como Batwing es el ser más inútil que he leído en un libro (sí, Tom, te han superado). Como héroe no sirve y como personaje recurrente te estresa. Entiendo el trasfondo que se le quiso dar y la sensibilidad que representa, pero siento que Sarah quiso impulsar demasiado a Catwoman para que no fuera un personaje femenino que funcionara en favor del personaje masculino, y terminó haciendo el cliché, pero a la inversa y tampoco funcionó.

La trama del libro es interesante, y hay momentos donde la acción avanza y es un subidón de energía y te atrapa de verdad, pero seguían siendo los mismos personajes que no me gustaban, y eso afecto muchísimo para que no fuera capaz de disfrutarlo del todo. Aunque aplaudo a Sarah y sus capítulos cortos.

La trama romántica se me hizo confusa, y es que me gustaban más Holly y Luke, que Batwing y Catwoman, sé que son las mismas personas, pero la manera de relacionarse era distinta, y cuando todo se entrelaza, las cosas se ponen raras y concluí que no me gustó el romance en este libro, porque no era de esas relaciones bonitas y pasionales de la diosa J. Maas, era una relación hueca que no me transmitió absolutamente nada.

Ahora vamos a hablar de lo medianamente positivo de este libro, Poison Ivy. ¿La razón? Es lesbiana. No, hablando en serio, fue un personaje que me gustó. La amistad que entabla con Catwoman, su historia pasada, y todo lo potencial que tenía ese personaje me gustó mucho, y quiero un libro solo de ella. Aunque no me gustó del todo la manera en que Sarah manejó su orientación sexual (y me preocupa que tienda a hacer siempre lo mismo con sus personajes lésbicos), ese final medio esperanzador que le dio, lo apruebo un poco.

Y por último quiero hablar del final, me estaba gustando y tenía todo para poder levantar un poco todo lo que había sido el libro, pero es que… ¡Sarah, por qué seguimos haciendo lo mismo!. ¿Por qué seguimos jugando con el lector haciéndole creer que todo se fue al carajo y que el libro va a tener un final trágico, para después terminar todo con un happy ending? Básicamente me molestó, lo mismo que me molestó cuando leí el final de ACOWAR.

¡Hola, Hola! Bienvenidos a la primera entrada de #MUJERES2019, hoy vamos a hablar sobre un libro que me hizo reflexionar mucho y es ese tipo de lecturas que no suelo traer mucho por acá.

Antes de contarle de qué va un poco el libro, y como esta iniciativa se basa en hablar sobre mujeres o cosas que involucren a la mujeres, vamos a comenzar por saber un poco más sobre su autora.

Mareike Krügel nació en 1977 en Kiel, Alemania, y actualmente vive en la costa del mar Báltico (norte de Alemania) junto a su familia.

Trabaja como escritora y ha recibido bastantes premios; en 2008 se hizo con la Mención de Honor en el Festival del Libro de Nueva York por su novela Die Tochter meines Vaters, que fue publicada en 2005.

En 2003 fue reconocida también con el Premio de Escritores Emergentes de la Ciudad de Hamburgo, y el 2006 con el Premio Friedrich Hebbel.

Entre sus obras se encuentran: La Hija de mi Padre (Die Tochter meines Vaters, 2005), y La Viuda, el Maestro, el Mar (Die Witwe, der Lehrer, das Meer, 2003).

Katharina Theodoroulakis perdió a su madre con 17 años por culpa del cáncer, también a su abuela y a su prima. Tuvo que crecer un poco deprisa cuando era adolescente, pero aun así, siempre tuvo su futuro muy claro. Pero cuando estaba en la universidad conoció a Costas, y luego de hacer las cosas muy bien, quedó embarazada de Alex, su hijo mayor; un adolescente que siempre fue demasiado bueno y considerado, incluso cuando era un niño. Seis años después, cuando Kat estaba a punto de retomar su tesis para aprobar el doctorado y seguir con sus perfectos planes de futuro, llegó Helli, que tiene 11 años y un trastorno por déficit de atención con hiperactividad. 

Pero a pesar de todos esos contratiempos, la vida de Katharina iba bien, hasta que pasó lo de Berenike, luego Costas se quedó sin trabajó y pasó meses encerrado en su estudio y cuando volvió a salir, dijo que se iría a trabajar a Berlín y regresaría a casa con Katharina y los niños los fines de semana.

Así es como empieza esta novela y este único día donde conoceremos el pasado de Kat y todos sus planes, y como siempre tuvo que dejarlos en un segundo plano por complacer a alguien, y el presente que no le presenta nada favorecedor. Nunca ve a su marido y cuando lo hacen, discuten. Su hijo mayor crece y la menor la necesita todo el tiempo, no puede tener un trabajo «serio» y en el trabajo que tiene, los padres le reclaman que no manda tareas, y por si fuera poco, se ha encontrado un bulto en uno de sus pechos.

Cuando leí la sinopsis de este libro se me hizo parecido a Danielle Steel, pero cuando lo tuve en mis manos y volví a leer la sinopsis, me di cuenta que nada que ver. Aun así lo empecé, y desde la página tres ya estaba enamorada de Katharina, su pesimismo por la vida y como veía la muerte en todos lados.

Sé que no suena muy bien, pero es que desde que comenzamos el día hasta que lo terminamos a esta mujer no la dejan descansar. Desde sus hijos, su marido que le manda mensajes para reconciliarse luego de la pelea rutinaria del fin de semana pasado, los padres de los niños a los cuales les da clases de música, sus vecinos y hasta la secretaria del instituto.

Kat tiene un bulto en uno de sus pechos, pero aún no se lo ha dicho a nadie ni ha ido al médico, aun así, ella sabe que se va a morir, porque eso le pasó a todas las mujeres de su familia, y durante todo este día que dura la novela conocemos su relación con sus amigos, con su hermana, con sus vecinos y toda su familia.

Fue un personaje que me gustó mucho, no es perfecta ni intenta serlo. Es una esposa que ya no sabe cómo recuperar su matrimonio, pero tampoco está tan segura que le tenga miedo al divorcio, es una madre que es consciente que no estará para siempre junto a sus hijos y durante ese día ve sus defectos y sus virtudes, es una hermana y una amiga que debe contestar mails y llamadas por teléfono porque eso es lo que se espera de ella, aunque a veces no tenga ganas, pero cuando no tiene ganas y sabe que debe hacerlo, hace listas.

Kat hace listas para todo, tiene un cuaderno con diferentes tipos de listas (que para mí era un bullet journal de colecciones) y cualquier cosa que suceda la impulsa a crear una nueva. También es una amante de la música clásica, y da clases en una escuela para niños, aunque ella quería tener un doctorado, pero nunca terminó su tesis, porque nacieron sus hijos y su marido se quedó sin trabajo.

La importancia de la música y las listas en esta novela está muy presente, no solo porque nos muestran las listas de Kat y la autora describe muy bien las sensaciones que siente la protagonista cuando escucha una pieza, sino porque muchas veces da la sensación que la manera en la que está narrado es una lista de acontecimientos, y porque una de las cosas que se deja muy en claro es que cada uno de nosotros cantamos una canción.

De los dos hijos de Kat, mi favorita fue Helli, tal vez porque es la que más tiempo está junto a su madre, pero sentí que era una niña incomprendida por la sociedad y eso Kat lo sabe, y le molesta. Le da rabia que su hija tenga que cambiar de actividades porque los maestros no puedan con ella o porque los padres les da miedo que una niña con esa energía que no controla esté cerca de sus hijos.

Otros de mis personajes favoritos fueron los vecinos, Heinz y Theo son dos hombres trans que viven en la casa de al lado y tiene una relación muy estrecha con la familia de Kat, ya sea porque ella es demasiado amable para no echarlos de su casa cuando se instalan a sus anchas o porque al fin y al cabo, sabe que siempre pueden contar con ellos para lo que se le ofrezca. 

Fueron dos personajes muy carismáticos, y creo que la autora llevó bien el tema de la transexualidad, desde que Kat siempre se dirige a ellos en masculino hasta los comentarios mal intencionados de otras personas. 

Pero creo que una de las cosas que más me gustaron de este libro fueron las reflexiones de la protagonista. Cada cosa que sucede es un detonante para que Kat comience a reflexionar sobre su pasado o sobre las cosas que le gustaría cambiar del presente, y sí, el feminismo está presente. Pero Kat no es esa feminista que sale con la bandera o te lanza el discurso en voz alta, es esa feminista que reflexiona y se desconstruye a si misma.

«La última frase que ha dirigido a su novia parece esconder todo el anticuado y lamentable reparto de roles contra el cual esta generación tiene la oportunidad de oponerse por primera vez».

Habla mucho sobre lo perfecto que muchas veces nos parece el futuro y lo poco que nos preocupamos por el presente, porque lo que vendrá después siempre será mejor. Sobre las relaciones de los padres con los hijos, las nuevas generaciones y tecnologías, y hace muchas reflexiones sobre si misma. Se somete todo el tiempo a un análisis auto-critico, muchas veces se da coraje y otras vergüenza, pero sigue sin decir nada en voz alta.

Tiene un final sin resolución, más que nada la autora hace otra lista de acontecimientos a futuro desde la mente de Kat, una mujer que por fin decide que «si morir realmente se asemeja a quedarse dormido, entonces no hay motivo para tener miedo».

Resumiendo, lean Un día casi perfecto si quieren encontrar una historia de una mujer que te invita a reflexionar sobre la juventud y la adultez, sobre los que hacemos bien y lo que hacemos mal, y sobre si reflexionar todo el tiempo no será demasiado.

Si quieren saber más sobre el libro les dejó el link a la página de Penguin Random House.

Espero que les haya gustado y nos estamos leyendo mañana.

Bye, Bye!

¡Hola, Hola! Hoy les traigo la reseña del segundo libro de la saga de Máquinas Mortales, y ya les adelanto que me ha gustado mucho, quizás más que el primero.

El Oro del Depredador comienza dos años después de los acontecimientos en que finalizó el primer libro, con Anchorage, una ciudad del hielo abandonada en la miseria y dejando muy en claro que «todos están muertos». Tenemos a Tom y Hester que han tenido altibajos en su vida como aviadores, pero han podido sobrevivir y ahora podemos decir que tienen una relación estable entre ellos.

Y si leyeron Máquinas Mortales, saben que al señor Reeve le gusta escribir varias subtramas que se entrelazan para formar la trama principal, por lo que tenemos unas tres historias más que van ayudando a las de Tom, Hester y Freya, nuevo personaje principal de este libro.

Por un lado tenemos al profesor Pennyroyal que pasa de ser un simple pasajero a bordo de la Jenny a navegante en jefe en Anchorage, una nueva organización liderada por un personaje secundario del primer libro, y un grupo de ladrones adolescentes que andan por la vida siendo parásitos.

Este libro es más finito que el primero, pero aplaudo al señor Reeve por poner toda la información necesaria en menos de 350 páginas, y es que este libro es un torbellino de información que se entrelaza con cosas que sabíamos del libro anterior y nueva información que vamos a necesitar para entender lo que vendrá.

Santiag del blog Lector de Mil Historias me había prevenido que este era el más flojo de los cuatro libros que comprenden la saga, pero he decir que a mi no me lo pareció en lo absoluto. De hecho, le tengo más miedo al tercero, porque considero que con todo lo que se libera en este libro, con un libro más para resolverlo sería suficiente. Esto me hace pensar que tal vez el tercero es el de transición, pero a la vez tengo a Santiag diciéndome que es genial y que libro a libro mejora, así que…ya les contaré cuando los lea.

Tenemos varios personajes nuevos, entre ellos la ya nombrada Freya, una margravina de Anchorage, la antigua ciudad del hielo que en algún momento gozó de gran prestigio y felicidad. Y es tal vez este personaje el que tiene una evolución más notoria durante todo el libro, empieza siendo una joven sin ganas de vivir y guiada por sus antiguas tradiciones, y termina siendo una gobernante con todas las letras.

El profesor Pennyroyal es uno de los primeros personajes en ser presentados y desde la primera línea se me hizo un doble del profesor Gilderoy Lockhart. Les juro que es igual, lastima que este no pierde la memoria, porque le vendría muy bien.

Por último, el niño Caul. Es un amor, y espero que tenga la relevancia que se merece en los próximos libros. Es ese personaje que siempre se le han mostrado una parte de la realidad y cuando la conoce de verdad, se da cuenta que es no es tan así y comienza a mostrarse interesado en ese nuevo mundo que conoce. Creo que representa muy bien la juventud y es un personaje que puede hacer un gran equipo con Tom y Hester.

Y justamente de nuestros dos protagonista quiero hablar ahora. (Aviso que a partir de ahora se me va hacer imposible no hacer spoilers del primero libro). 

No estuve nunca en desacuerdo con la relación amorosa de ellos dos, si es cierto que me hubiera gustado que quedaran más como amigos, pero no puedo negar que se me hacen muy tiernos los dos juntos.

Tom sigue siendo el mismo niño que ha vivido toda su vida en una ciudad y volver a una lo pone otra vez en su zona de confort, y creo que eso hace que no veamos mucha evolución en el personaje, aunque al final se pone las pilas. Igual, tengo que decir que me gusta el concepto de héroe que no es 100% valiente y considero que Tom es un personaje muy realista, aunque eso no le quita sus momentos de idiota.

Por otra parte, Hester empieza siendo un poco menos hosca al primer libro, pero situaciones que suceden la hacen volver a su personalidad del anterior y termina como la asesina que hizo su primera aparición en Máquinas Mortales, y obviamente, la amé mucho por eso.

El señor Reeve sigue teniendo ese problema con la belleza femenina, pero tengo que admitir que es menor al primer libro, aunque hay un momento en que Tom y Hester se reúnen luego de un mes y al muchacho lo primero que se le ocurre pensar es «no recordaba de fuera tan fea». Dos años de relación, Tom, really?

Y ya lo último que quiero comentarles es el mundo. De verdad, mis más grandes respetos al señor Reeve por el worldbulding de Máquinas Mortales. En este libro se extiende a otro escenario completamente diferente y nos presenta otras maneras que mover las ciudades, todo el mercado que hay entre ellas, nuevas organizaciones que prometen una revolución y presenta una nueva esperanza que ya adelanta que en el siguiente libro tendremos más información sobre el mundo de esta saga.

Resumiendo, si les gustó Máquinas Mortales les puede suceder dos cosas con El Oro del Depredador, amarlo como yo o no gustarle mucho como a Santiag. Y si el primero no les convenció, please, sigan leyendo, lo vale.

Recuerden que en enero se estrena la adaptación del primer libro y aún tienen tiempo para darle una oportunidad. La saga está publicaba al completo en nuestro país y son publicados bajo el sello de Penguin Random House.

Espero que les haya gustado y nos estamos leyendo.

Bye, Bye!

RESEÑA: Una Noche Mágica ¡Hola, Hola! Hoy les traigo una reseña de un tipo de libro que no suelo reseñar en el blog, pero este me ha gustado mucho y por eso quiero compartirles mi opinión. Gracias a Penguin Random House por el ejemplar. Entre los asistentes a la glamurosa Cena Blanca de París hay un grupo de amigos para los que nada volverá a ser como antes. Una oferta de trabajo pondrá a prueba a la pareja perfecta que forman Jean-Philippe Dumas, promesa del mundo de las finanzas, y su esposa Valerie, editora de Vogue. Dharam, un carismático empresario indio, acudirá solo, así como la guionista Chantal Giverny. Mientras que Benedetta y Gregorio Mariani, dueños de una firma de moda milanesa, se enfrentarán a partir de ese momento a una crisis en su relación y en su negocio. Acompañaremos a los personajes durante esa noche mágica y, dando la vuelta al mundo, también durante los 365 días siguientes, un año en el que nacerán nuevos amores y amistades y su vida cambiará para siempre. La novela comienza la noche de la Cena Blanca de París, una celebración donde solo unos selectos 800 afortunados pueden presumir de ser invitados. Se celebra durante el verano cada año, y consiste en una cena que se lleva a cabo en algún lugar relevante para la historia y cultura francesa, donde 15 minutos antes de comenzar la celebración se manda la ubicación exacta y los invitados se presentan vestidos de blanco con su comida, sus platos y vasos de cristal y las mesas para sentarse con sus grupos de amigos. En esta historia conoceremos el futuro de uno de esos grupos de amigos, porque luego de la Cena Blanca nada volverá a ser igual para ellos. Jean-Philippe sabe que si quiere triunfar en el mundo de las finanzas no se puede quedar en Francia y debe expandir sus horizontes, y cuando recibe una propuesta para trabajar en Pekín, está seguro que debe aceptar. Pero su esposa Valerie se niega abandonar París. Tiene un trabajo como editora en Vogue Francia y aspira a ser editora en jefe en un futuro cercano, abandonar Francia y dejar su trabajo sería como tirar todos sus años de carrera a la basura y está decidida a no hacerlo. Benedetta y Gregorio son el matrimonio por excelencia dentro del mundo de la moda y el diseño, pero cuando una de las tantas aventuras de Gregorio con una modelo rusa termina en un embarazo no deseado, todo se complica para ellos. Para Benedetta es la gota que está a punto de derramar el vaso, y en Gregorio nacen unos sentimientos que tendrá que aprender a entender. Por un lado, está el amor de padre que nace en él y por otro, el amor que dice sentir por Benedetta. Dharam es un empresario indio, nuevo en el grupo y que termina sintiendo unos sentimientos que no está seguro sean correspondidos. Pero cuando el matrimonio de Benedetta y Gregorio parece ir cuesta abajo, y ella debe lidiar sola con la prensa, la empresa y un marido indeciso, Dharam se convierte en su puerto seguro y a uno que tal vez quiera volver. Y por último tenemos a Chantal, guionista francesa y la mayor en edad del grupo. Es madre de tres hijos que están repartidos por el mundo y no parecen considerar que su madre sea un ser humano, sino un robot programado a sus necesidades. En la Cena Blanca, Chantal tiene la oportunidad de pedir un deseo gracias a unos farolitos chinos que le ofrece un desconocido, pero cuando las coincidencias de la vida la vuelvan a reunir con ese desconocido, entenderá que su deseo se hizo realidad. Danielle Steel no es una autora nueva para mí. He leído cinco de sus muchas novelas, y todas me han gustado, siendo Volar mi favorita, y si les soy muy sincera, Una noche mágica me ha sorprendido gratamente. Comencé su lectura sin muchas expectativas y únicamente con las ganas de leer una novela reciente de la autora, y sumar algo diferente a mis lecturas. Creo que la mayoría de las novelas que he leído este año retratan relaciones románticas adolescentes o de personajes que rondan los 20, y en esta novela, la autora nos narra las peripecias que surgen en matrimonios ya consolidados y las nuevas oportunidades en el amor. Tenemos dos matrimonios en crisis, Jean-Philippe y Valerie deberán buscar la manera de que su relación funcione a distancia, por ellos mismos y por sus tres hijos pequeños. Benedetta y Gregorio entran en la fase donde se debe tomar la difícil decisión de volver a intentarlo y arreglar lo que ya no se puede solucionar, o dar un saludable paso al costado. Dharam será un hombre enamorado de una mujer con el corazón roto demasiadas veces, pero que está decidido a esperararla detrás de bambalinas hasta que esté completamente sana para volver a amar. Y Chantal deberá aprender a dejarse amar por un hombre más joven, olvidarse por un momento de sus hijos y pensar en ella misma. La verdad es que la novela es bastante adictiva por todos los elementos de película romántica de domingo a la tarde que tiene. Es esa trama que parece sencilla y lo es, pero que inevitablemente quieres saber más, y aunque sabes cómo va a terminar, quieres leer ese final. Final que para mí pasó muy rápido y no me di cuenta que ya había terminado la novela. Empaticé tanto con todos los personajes, aunque odié a Gregorio y amé a Chantal, quería saber de todos. Qué pasaba en la vida de todos y cómo solucionaban sus problemas. No voy a decir que es una novela que va a aportar algún elemento valioso en sus vidas o valores que los van hacer reflexionar, pero tampoco voy a decir que pasó por mis lecturas sin aportarme nada. Me gustó los mensajes de superación y segundas oportunidades que da la autora, y la historia de Chantal me pareció preciosa. Y como esto se está haciendo super largo vamos a dejarla por aquí, no sin antes decirles que se las recomiendo mucho y pueden agregarla a la lista de libros de Navidad. Espero que les haya gustado y nos estamos leyendo. Bye, Bye!

Prohibido Creer en Historias de Amor nos narra la historia en primera persona desde la perspectiva de Cali, la menor de una familia de youtubers bastante conocida. A Cali y a su hermana, sus padres les propusieron abrir un canal de youtube como una forma de unir a la familia nuevamente, pero que con el paso del tiempo, ha hecho todo lo contrario. A eso, hay que sumarle, su novio youtuber, su mejor amiga youtuber, su mejor amigo artista instragrammer y el mejor amigo youtuber de su novio youtuber. O sea, el mundo de las redes sociales e influencers está muy presente en este libro, y eso lo hace bastante cercano para el lector, teniendo en cuenta que la novela se puede considerar literatura juvenil. 

La historia comienza con una Cali que inicia un nuevo curso escolar, y con él, una nueva oportunidad para expandir su futuro más allá de las redes y su familia, pero esa oportunidad viene con una contra que la frustra bastante: debe ayudar a un chico bastante problemático a adaptarse al instituto y asegurar que pase el año con buenas notas. 

En un inicio, nuestra protagonista se muestra reacia a su nuevo compañero, pero cuando el pasado de Héctor se mezcla con su futuro, y ayuda a cambiar su presente, las cosas cambian. 

La combinación de una canción del pasado, un cine abandonado, un grupo de jóvenes que quieren tener un secreto que sea solo suyo, y la búsqueda de una identidad que habían perdido, es lo que encontraremos en esta historia con mensajes y reflexiones que quieren ir más allá de sus páginas. 

Personalmente, me ha gustado mucho. Es una lectura ágil, y fácil de comprender, con reflexiones internas profundas, pero para nada rebuscadas. La prosa del autor es muy sencilla, y sus capítulos son cortos, muy cortos.

 
 
 
 
Cali es un personaje muy real, con sus miedos e inseguridades. Nos muestra un lado del mundo influencer del que oímos hablar, del que nos quejamos algunos, pero que pocos conocemos. Quiere algo más, necesito algo más, pero tampoco sabe qué hacer para conseguirlo. Está cansada de que le digan que hacer, y como hacerlo. Quiere decidir ella, pero a la vez tiene miedo de poder herir a otras personas en el camino, y eso hacer que muchas veces ponga a otros por encima de ella. 

Héctor, a simple vista, se puede decir que es el típico chico malo con un pasado trágico, pero el autor toma ese cliché y lo convierte en algo verdadero pero con una justificación lógica. Las cosas malas que hace Héctor son por todo lo que ha tenido que pasar, pero también las cosas buenas son por lo que ha aprendido de las malas. Como cuando afirma que él es el culpable de todas las cosas malas que le pasan a las personas que le rodean, y no entiende que él enseña a las personas a su alrededor. 

Está desesperado por encontrar algo de su pasado y saber quién es, y para eso, solo tiene una canción que suele cantar en el metro con la esperanza de que alguien al escucharla la reconozca, y le dé respuestas. 

Los amigos de Cali me encantaron. Tesa y Silas son increíbles, y ojala tener amigos como ellos, aunque sí es cierto que me hubiera gustado saber más de ello. Son personajes bien construidos, pero que te quedas con ganas de saber qué pasa con ellos luego de todo lo que sucede. 

Con el novio de Cali tengo mis sentimientos encontrados. Entiendo su actitud, pero no la justifico. Entiendo por lo que estaba pasando, pero eso no le da derecho a tratar a Cali de la manera en que lo hace, y sobre todo, a utilizarla como lo hace. Pero también es cierto, que son las situaciones que se dan a través de él, las cuales el autor utiliza para dejar mensajes importantes. 

En la familia de Cali es en donde encuentro más fallas, simplemente no me la creo. Tal vez no puedo creer que existan padres así, más pendiente de lo que digan los demás que lo que les pasa a sus propios hijos, pero simplemente no me los banco a ninguno de los dos. A la hermana, más o menos, me cayó, y también la comprendo, pero los padres de Cali son insufribles. 

En cuanto al final, siento que estoy teniendo una racha de libros con finales felices muy película de la tarde, pero con este libro no me molesto, si es cierto que en cuanto a la familia, todo termina demasiado perfecto, para todo lo que tuvieron que pasar, pero supe ignorarlo. Leí todo el libro como si estuviera viendo una película de un Disney verdaderamente moderno, y creo que es por eso, que las fallas del final no me molestaron tanto. 

Para terminar, ¿el libro me gustó? ¿Lo recomiendo? Sí y sí. Me gustó mucho, fui muy fangirl durante toda su lectura, y me declaro mega fan de Cali, y su forma de expresarse.