43/19 Cari Mora, Thomas Harris. «El silencio de los corderos» fue el primer thriller que leí, y reconozco que hasta ese momento era un género que no me había llamado mucho la atención. Pero todo cambió cuando primero vi la película y, poco tiempo después el libro se cruzó en mi camino. Thomas Harris creó en ese libro unos personajes y una historia perfecta, así que estaba deseando leer su nuevo libro y descubrir si había vuelto a hacer magia. Lo primero que tengo que decir es que, para mí, Cari Mora no se acerca ni de lejos al nivel del Silencio de los corderos, pero sí es cierto que es una novela muy entretenida, de las que no puedes dejar de leer. Me han gustado mucho los personajes principales, aunque creo que les falta un poco de desarrollo, porque se quedan un poco planos. Y es una pena, porque Hans-Peter es el malo perfecto, sádico y sin escrúpulos, pero a su historia le falta consistencia y no llegas a entenderlo muy bien, con lo que su personaje queda un poco diluido. La protagonista femenina Cari, está mejor construida, es una superviviente que tiene una dura historia a su espalda, pero también creo que se le podría haber sacado algo más de jugo. Del resto de los personajes apenas se nos ofrece una pincelada, y es una pena, porque algunos son realmente interesantes. En resumen, creo que es una buena lectura, pero que si la empiezas pensando que vas a encontrar una obra maestra de Thomas Harris, te sentirás un poco decepcionado.

La hija del fotógrafo es una historia de amor y de amistad.

Está dividida en dos partes claramente diferenciadas.

La primera parte, que transcurre entre los años 1954 y 1956, está escrita a modo de diario del protagonista,  un adolescente de 13 años llamado Sebastián, que está tan enamorado del lenguaje, que colecciona y clasifica palabras. Su vida transcurre tranquila en el pequeño pueblo de Jarana, soñando con ser escritor y viviendo una en ocasiones tensa relación con su padre, que no comprende a su hijo. A través de su diario asistimos a un hecho que pondrá su existencia del revés, la llegada al pueblo del nuevo fotógrafo y de su hija Amelia, de la que se enamora perdidamente, y a la que, a pesar de su timidez, conseguirá conquistar. Gracias a su diario conocemos también sus preocupaciones y sus emociones, la relación que mantiene con sus amigos, y asistiremos al desarrollo de sus sexualidad y la culpa que ésta genera en él. Cuando dos años después Amelia se traslada a Madrid, Sebastián no soporta la separación e intenta localizarla, para conseguir estar con ella. 

En la segunda parte de la novela, escrita a modo de memorias, cambia el estilo y el tono de la narración, y seguimos la historia de Sebastián, convertido ya en escritor de éxito pero que se encuentra en plena crisis creativa. En esta segunda parte la novela, desde mi punto de vista mejora, ya que se abren diferentes tramas y mejora el ritmo (un podo lento al principio). Además tiene un punto de intriga que te anima a continuar con la lectura. Respecto al final, me ha faltado que se cierre la historia de algunos de sus personajes, para sentir así que la novela es redonda. 

He podido leer este libro en papel gracias a @edicionanticipada, y no puedo más que darles las gracias, porque me han hecho descubrir una historia preciosa, de esas que te dejan con ganas de más. Ambientada en la Alemania de principios del siglo XX, narra la historia de los Melzer, una adinerada familia de la industria textil, en cuyas vidas perfectamente ordenadas irrumpe como un torbellino Marie, una joven huérfana que entra a trabajar como ayudante de cocina. Marie se convierte poco a poco en alguien imprescindible para los Melzer, hasta que un oscuro secreto sobre su pasado hace tambalear su vida y la de los que la rodean. A través de esta historia, y  en paralelo a ella, el libro nos permite conocer cómo eran las condiciones de vida en las ciudades industriales de principios del siglo pasado (tanto las condiciones laborales en las fábricas como las relaciones entre los señores y sus criados), y nos deja ver cuál era el papel que la mujer tenía reservado en ambos mundos. Una historia adictiva, con un ritmo rápido y una gran ambientación histórica, que a pesar de sus más de 600 páginas no puedes dejar de leer.