El libro nos presenta a Aarón, joven publicista, quien vive sumido en su trabajo, sin tiempo suficiente para disfrutar de las cosas simples de la vida.
Aarón siente que el tiempo pasa y se le escapa de las manos. Entre la rutina diaria y un trabajo exigente, le queda poco tiempo para disfrutar de una de sus más grandes pasiones, escribir.
El protagonista siente que escribe para quitarse de encima las cosas que lo agobian, por lo que plasmar sus pensamientos frente a una computadora, es como una válvula de escape que lo ayuda a seguir viviendo.
Sumado a esto, el rechazo de Karen, su Fuckbuddy, hace que se sienta aún peor, ya que cometió el error de enamorarse de ella.
Aún con el recuerdo de Karen en la mente, Aarón decide dejar Lima y emprender un viaje al norte del Perú, junto a su buen amigo Fernando, como una manera de despejarse del trabajo, olvidarse de la pena de ya no tener a Karen a su lado y de desconectarse del mundo, al menos por unos días.
Es aquí donde conoce a otros viajeros y se da cuenta que hay muchas personas en el mundo, que ven la vida desde otra óptica, que pueden vivir, realmente disfrutando la vida, que no todo debe ser trabajar, obtener ingresos y nada más.
Días de playa, noches interminables de diversión y buena música, es lo que encontrará nuestro protagonista y sin él aún saberlo, este viaje le ayudará a encontrarse a sí mismo.
Los personajes secundarios, me gustaron mucho, como Fernando, su mejor amigo, Anna de L.A, Felipe de España, Adam, Simona, Miguel, todos ellos aportarán algo importante en la vida de Aarón.
El autor nos va contando la historia en primera persona lo que hace que fácilmente empaticemos con el protagonista y descubrir nuevos lugares, a través de sus ojos, haciéndonos sentir como si un amigo nos estuviera contando sus aventuras y desventuras.
En conclusión, “Al norte del paraíso” es un libro que se lee fácilmente, con un lenguaje sencillo, que te divertirá por momentos y te dejará pensando y reflexionando en la vida agitada que llevamos.

Recuerdos que no se alejan, lugares que se quedan en la memoria de las personas, amores perdidos, momentos llenos de felicidad que no se olvidan y que marcaron nuestra vida. Es lo que encontraremos en estos escritos, algunos son pequeños, otros más grandes, los cuales se leen con facilidad y nos transportan a lugares lejanos, donde el autor, nos hace partícipe de sus sentimientos y emociones.

Debo admitir, que no soy de las que se embarcan en leer poemas, pero definitivamente, el sentimiento y la melancolía que este libro nos trae, hizo que lo disfrutara mucho.

Es así que, el autor nos lleva a través de sus viajes y sus recuerdos, como sus inicios en California, el mar en Nicaragua, las calles de Paris, Lyon, Cochabamba y Santiago. Describiendo con habilidad, los olores, las calles, la gente, la vida.

Recuerdos llenos de melancolía, mostrándonos pasajes de su vida, rememorando con nostalgia sus inicios, los cambios, los amores a primera vista en estaciones de trenes, los reencuentros y las despedidas.

Hay muchos de los escritos que me gustaron mucho, como la eterna decisión de partir y dejar partir, la necesidad de decir adiós, aunque no lo queramos y como bien lo dice el autor “conducir por la carretera del olvido”.

Algo que disfruté mucho fue que se mencionara a José Martí, Cesar Vallejo y Pablo Neruda. Como cuando el autor, junto a la tumba de Cesar Vallejo, nos enseña que con el tiempo los dolores se aprenden a cargar.

Hay muchas frases que han quedado revoloteando en mi cabeza, que nos hablan de la soledad y el constante recuerdo que “ella” se fue. Llantos, desapegos y alegrías, charlas amables con el tiempo, ese que nos quitó amores, que nos enseñó a querer y que acepta ser el culpable de tantas separaciones.

Espero se animen a leerlo y se dejen llevar en un viaje lleno de emociones que estoy segura los conmoverá tanto como a mí.