Esta novela tiene una pequeña historia:
La recibí por correo convencional en el mes de julio. Justo estaba leyendo una novela histórica con tanta acción que cuando recibí ‘El café de los pequeños milagros’ sabía de antemano que no la iba a leer a menos que me necesitara cambiar de novela, – la que me estaba y estoy leyendo es ‘Dime quién soy’ de Julia Navarro, un novelón de 1000 páginas.

Entonces llegó el día: me cansé de la, a veces, sucia historia del siglo XX. Buscaba algo distinto y en la cabecera de mi cama reposaba este libro de color rosa y azul. Lo cogí y lo empecé. Lo dejé. Hasta esta última semana que lo volví a empezar de nuevo y por fin lo he acabado.

¿Qué contar de esta novela? Pues poco. Es un relato fácil de leer. Temáticamente trata de que chico conoce a chica y se enamoran locamente. ¿Dónde? En Venecia ¿Cuándo? Cuando la protagonista cansada de su vida se sumerge en un viaje en solitario de París hasta Venecia, en tren. Y ¡Pum! Por arte de magia se enamora.

Esta novela está cargada de tópicos. Por ejemplo: el uso constante del color rojo en el bolso de la chica, los escenarios artísticos de Venecia, así como las descripciones de sus canales, sus restaurantes y cafés. El ideal de belleza del chico también muy común. La historia en general es un tópico.

No estamos ante una obra maestra de la literatura contemporánea puesto que no añade nada nuevo al género, -según mi opinión.- Sin embargo, consigue engancharte, al menos para terminar el relato. No se hace pesada gracias a que tiene un ritmo narrativo bastante activo: constantes diálogos entre los personajes. Pero cabe destacar que es un relato predecible desde el minuto uno.

Recomiendo esta novela a aquellas personas que disfruten con la lectura de historias románticas o cómo yo diría: ñoñas, y a aquellas personas que quieran leer algo y no sepan qué, que cojan este libro porque sin duda se les pasará la tarde bastante entretenida.

No recomiendo esta novela a los que busquen la acción o al contrario algo nuevo en el género.

La narrativa de Javier Cercas siempre será complicada. Estamos hablando de un profesor de literatura de universidad, con una lista de publicaciones casi kilométricas y novelas de una calidad literaria impecable. Por ejemplo El Impostor o Soldados de Salamina.

Cercas no es un tipo fácil para leer, a mi me cuesta bastante. Esta novela está recomendada para personas que realmente les guste la historia de nuestro país o la historia en general. Es un relato lento, carente de diálogos pero si de informaciones muy interesantes y reales: informes sobre el ejército o la íntima fotografía familiar de su tío abuelo Manuel Mena con la vestimenta bélica característica.

El monarca de las sombras es un derroche literario. Está lleno de recursos estilísticos pulcros como metáforas o alteraciones sintácticas para enfatizar ciertos adjetivos y que recaigan fuertemente en la mente del lector, es interesante estudiar la obra desde este punto. El claro ejemplo lo encontramos hasta sin abrir el libro, en la sinopsis: «Exploración a la vez local y universal, personal y colectiva, novela belicosamente antibelicista.»

En contrapartida comentar que al ser un relato lento, donde el inicio es un contexto histórico de cómo se fue gestando y desarrollando la Guerra Civil Española para después  llevarlo hasta su pueblo Ibahernando (Extremadura), mucha de la información que aparece en estos interminables párrafos, parecen no añadir nada. 

También me pasó con El Impostor. Supongo que para leer a Cercas se ha de estar con calma y agudizar la paciencia.

‘Háblame bajito’ es un libro que ha de estar en una estantería. ‘Para las mujeres que buscan su voz’, así dedica su Macarena Berlín, periodista radiofónica de la Cadena Ser. Macarena se ha acostumbrado a hablarnos de noche, bajito, siempre bajito, y en su libro lo hace también a un volumen mínimo, para que pensemos y no nos asustemos a la primera de cambio.

La historia de Pita, una mujer de cuarenta y pocos años que vive en Madrid, que es periodista radiofónica, también, acaba de sufrir una ruptura sentimental, por aburrimiento. Ahora se enfrenta a una vida nueva y empieza creando su nuevo hogar. En todo momento cuenta con la ayuda de su padre, el apoyo emocional de su tía, psicóloga, de su amiga Lola, madre luchadora donde las haya y también del trabajo rápido del equipo de redacción. ‘Háblame bajito’ es un paseo por el parque del Retiro, un café en la Castellana, una disección de cómo funciona la radio y un aprendizaje de vida en un viaje. En una furgoneta llena de tablas.

 Pita es una mujer fuerte aunque aparentemente no lo sabe. Han de ocurrir circunstancias para que empiece a disfrutar la vida con su propia voz y empiece a valorar cada una de sus opiniones. Es un tema muy actual: empezar a vivir la vida en el momento presente, dejarnos caer en las sábanas del tiempo para que nos balancée a su merced. No ahogarnos en estrés.

 La novela de Macarena Berlín no es un libro de autoayuda, pero te va a hacer pensar. ¿Cómo vives? ¿Cómo quieres vivir? ¿Con quién quieres vivir? ¿Eres feliz con lo que haces? Son algunas de las preguntas que me ha sugerido hacerme la novela.

 El relato en primera persona, las oraciones cortas pero intensas: “los periodistas estamos siempre mirando a través del retrovisor de la vida” o “ […]Puedes dominar a una persona, a una bestia, pero al mar no lo domina nadie”, hace que la lectura sea rápida y entretenida.

Sin duda un relato que le abre las puertas a la reflexión.

Aceptar la vida tal y como es, es el objetivo de Pita, y de cualquiera de nosotros. Ella se encarga de decírnoslo bien claro. Intenta que aceptemos que la vida nunca se soluciona. Se acaba, cambia, sin ningún por qué, pero unos cambios necesarios que cuando llegan hay que abrazarlos con amor. Y hablarles bajito para que se calmen los miedos.

 Cabe destacar, por último que este relato no solo se queda en el plano emocional, también traspasa al social. En él hay un par de entrevistas que Pita realiza a una serie de personas que han sobrevivido a circunstancias extremas. Macarena Berlín las redacta en la voz de Pita como queja, enfado e injusticia social. ¿Pobreza? sí. ¿Faltas de respeto que algún político ha levantado? También.

Palabras fáciles que ha de leer toda  persona que esté buscando un algo más en su vida. Para las que no sepan por dónde empezar, Macarena Berlín te lo dice en este relato: ¡Vive!

 Lo dice bajito pero cala muy fuerte.