El título del libro, inspirado en un proverbio etíope,  ya lo dice todo: es imprescindible la unión para enfrentarse a determinados problemas, mucho más si estos son graves. Un león lo es, la Vida, la empresa, el cambio climático, el poder político, etc., también. 

El libro habla de habilidades, tres en concreto, con las que encarar los retos. Seguridad, vulnerabilidad, y un propósito firme serían piezas clave de un proceso en el que cualquier persona se verá, alguna vez en la visa, inmerso. 

A partir de ahí irá desgranando las fortalezas y debilidades que se conjugan en el proceso. La unión hace la fuerza, eso está muy claro, y el sentido de pertenencia del grupo debe ser manifiesto, los eslabones deben querer pertenecer a la cadena para hacerla menos vulnerable. Esa sería la primera fase. El éxito de la segunda estaría en compartir la vulnerabilidad. No pasa nada por pedir ayuda, y es básico compartir el dolor emocional. Por ultimo, y no menos importante, definir un objetivo, tener un objetivo, una meta común. 

Un equipo no se forma de la nada, este libro enseña que empezar por pequeñas cosas, cambiar hábitos, valorar hechos, formar personas que desarrollen su espíritu de equipo  es esencial para llevar a cabo una buena selección y pisteriormente un buen trabajo. Sacar partido a las fortalezas que todo ser humano tiene, y compartir debilidades. Esto lo debe llevar a cabo un buen líder, y este libro es de gran ayuda. 

Básicamente la historia es la que sigue: en el siglo I d. C. en plena campaña expansionista, en la que se pretende completar la conquista de Europa, la Roma imperial lleva a dos de sus legiones hasta Britania para lidiar contra la insurrección de las tribus bárbaras. La II Adiutrix, acuartelada en Deva Victrix, es una de ellas y el joven Clavo, uno de sus soldados. Clavo resulta ser un escéptico legionario romano que se convertirá en protagonista de una de las confrontaciones militares más increíbles de la historia, por la que entra en contacto con la magia celta y su capacidad de dominar la Naturaleza, conocerá el poder de los druidas, los brujos ancestrales, y se enamorará de un espíritu del bosque. 

Le falta gancho a esta narración histórica que, en principio, podría resultar interesante. Sin embargo se puede aprender más sobre ambas culturas: la romana y la celta, ambas muy alejadas la una de la otra. La primera de ellas basada en la práxis, lo racional, empeñada en conquistar el mundo; la segunda unida a la Naturaleza, dependiente de ella, llena de magia, encanto, hechizo. No es una lectura apasionante, pero puede resultar didáctica. Para amantes de las historias de romanos que, creo, la disfrutarán de igual modo.

El hecho de no haber leído las dos anteriores entregas dificulta mucho hacer una balance de esta última, pues no le encuentro ni pies ni cabeza a tanto desatino. Imagino que un colisionador de partículas ha abierto una brecha en el espacio tiempo, que esa brecha es lo más parecido al infierno y que debido a ello las fuerzas malignas campan a sus anchas por el mundo, de ahí que  Cromwell o Enrique VIII puedan compartir protagonismo con el mismísimo MI5, por ejemplo. Un mundo como el nuestro, un infierno en la tierra, plagado de todo lo peorcito (¿Ah pero que no existe ya?) donde asesinos, vagabundos, políticos corruptos, científicos perversos y psicóptas viven a sus anchas. Pues la verdad es que no entiendo, ni me gusta, la manía de escribir series en las que una historia de alarga hasta el infinito, y tampoco me gusta ni el uso de tanta palabrota, ni los personajes psicóticos, ni el recurso de hablar de un mundo caótico para enganchar a leer. Personalmente no me ha gustado ni un poquito, al margen dejo la valía del autor y su obra que imagino será estupenda…o no. Las fantasías apocalípticas no son lo mío… Ya veo todos los días el telediario, y con eso me basta.

Una historia frívola que empieza sumida en la más absoluta de las tragedias. En el Berlin de 1938 no es suficiente ser un reputado profesor al que condecoraron por sus méritos, o un avispado y simpático cachorro de fox terrier que se ha ganado el cariño de la gente. En la Alemania nazi poco importaba si eras una persona culta, buena, o educada, si eso significaba que eras judío. La familia Liliencron lo es y su perro, al parecer, también ¿Se puede saber si un perro es judío? En este, en concreto, resulta evidente, su nombre es: Levi. Un perro judío que levanta, eso si, su pata al más puro estilo hitleriano. Sirius, la Can mayor, una estrella del cielo, parece ser más apropiado para los tiempos que corren, así que si su dueño decide llamarle así.

La familia tiene que huir de Alemania y se exilia, gracias a los contactos de Rahel (la madre que ha sido actriz) en Hollywood, donde sus vidas cambiarán de manera drástica. El cabeza de familia se convertirá en chófer de un conocido actor, y los chicos se podrán seguir dedicando a practicar piano, la chica, el chico a estudiar medicina. Levi se acabará convirtiendo en Hércules, una estrella canina, y América en la patria de toda la familia, pues la meca del cine parece un barrio de Berlín por la cantidad de exiliados que coinciden allí: Fritz Lang, Marlene Dietrich, Otto Preminger… La vida no va a ser fácil, porque tendrán que adaptarse a un mundo muy diferente. Los jóvenes lo tendrán más sencillo, el matrimonio a duras penas logrará sobreponerse a la nostalgia. Pero esto no es lo más importante, ni mucho menos.

La novela encadena acontecimientos y nombres propios de manera fluida, teniendo como protagonista a Levi/Sirius/Hércules/Hansi. El perrito comienza en Alemania una plácida vida familiar, se ve exiliado en Estados Unidos donde se convierte en estrella de cine, más tarde en perro de circo, y acaba volviendo, las cosas del destino, a Alemania para ser la mascota favorita del Führer, trabajar para la resistencia y contribuir a la derrota del régimen nazi. Él es el auténtico protagonista, siendo testigo de uno de los acontecimientos más desagradables de la historia, y participando activamente en su desarrollo y conclusión.

La historia demuestra como todo es relativo: los monstruos tienen una extraña sensibilidad, y un corazón escondido rodeado de tinieblas (Hitler es un amante de los animales, sobre todo de los pájaros); el tiempo sigue su curso fielmente, a pesar de la presencia de la guerra (se celebra la Navidad, se ruedan películas, la gente canta, se enamora, estudia…); fuera de la Alemania ocupada, a miles de kilómetros, la gente puede ser igual de mezquina, cruel, o egoísta, y la vida simple, a menudo vacía de una sociedad de bienestar sirve para devolver a la realidad a un idealista (el eminente doctor Liliencron tiene que trabajar de chófer, o de portero si quiere seguir sobreviviendo). Sin embargo, hay algo que es inmutable a pesar de todo, y que aparece a lo largo de todo el libro: la presencia del árbol, de la Naturaleza, que conversa con el perro. Y es precisamente eso, para mí, el trasfondo y lo fundamental de esta historia. Los humanos somos perecederos, la Naturaleza, incluso, a pesar de nosotros, no.
«- Tu casa está donde se encuentre tu corazón

– ¿Mi corazón? – pregunta Sirius

– Sí – dice el árbol – ¿Dónde se siente en casa tu corazón?

– Con las personas que quiero – responde Sirius

– Pues ya está – dice el árbol – Ya has encontrado tu casa. Ahora ella te tiene que encontrar a ti»

Libro de autoayuda, o de superación personal, pero al fin y al cabo historia de una vida. De un sueño, de una meta que no llega nunca a batirse porque, como la vida, se va haciendo poco a poco y se transforma. La magia existe, yo no me canso de repetirlo, de sentirlo, de vivirlo, porque así es, y libros, no, mejor dicho, vidas como ésta son la demostración de que así es.

Escrito de modo autobiográfico, Poder múltiple, va desvelando las vicisitudes que llevaron a su autor a convertirse en entrenador de caballos para raids, nadador habitual, participante en un triatlón, estudiante universitario fuera de plazo, bróker, traductor e intérprete, escalador en el Monte Fuji, y…. ¡Quién sabe será lo próximo! Y todo esto no tendría demasiada trascendencia si no fuera porque lo que hizo que llevara a cabo todas esas cosas fue ni más ni menos que la “casi” imposibilidad de llevarlas a cabo, porque a Bernat Soldado le diagnosticaron una esclerosis múltiple cuando tenía sólo veintiocho años, y toda la vida por delante.

Pinceladas de humor: “Ser realista es un arma de destrucción masiva de sueños”; hechos ciertos que no deberíamos olvidar nunca: “Tu cuerpo puede aguantar casi cualquier cosa. Es tu mente a la que tienes que convencer” (Vince Lombardi); y once lecciones de vida finales que aplicar (como todo libro de autoayuda que se precie). Puede parecer que todo los libros de superación, de autosuperación de…como quieran llamarlos son iguales, lo cierto es que cada uno de ellos muestra la vida de un ser humano excepcional, único, valioso, especial… como somos cada uno de nosotros a poco que nos permitamos serlo. Lo bueno sería que no tuviéramos que despertar con los palos que, a veces, da la Vida.

Mi frase favorita: “La intuición es una facultad espiritual, y no explica, simplemente muestra el camino”.

La mayor tormenta solar que afectó a la Tierra sucedía el 1 de septiembre de 1859, y este hecho supone el punto de partida de esta genial trama. Nunca Madrid me resultó tan extraña. La ciudad de aquel tiempo está sumida todavía en descampados, suciedad y pobreza, mientras se vislumbran los nuevos tiempos. Un Madrid de cafés, incipientes obras, nuevo alcantarillado, derrumbes, manolas, bocadillos de calamares, chocolates y churros, delincuentes comunes, estafadores con caché, videntes famosas….

Quizá ya haya encontrado el origen de la estatua que reposa en El Retiro. Si, el ángel caído, como ese que aparece en el patio de la prisión de El Saladero. ¿Es un hombre, o una mujer? Caray, es cierto lo ángeles no tiene sexo, y sin embargo… éste si lo tiene, es una mujer y se llama Nadezhda Balan, Nadya. Eso bien lo sabe Elisa Polifeme, La Divina, la vidente que parece saberlo todo a pesar de ser ciega. Su destino, el de Elisa, está unido a un hombre, un descreído, un borracho, un adicto a cualquier cosa que le haga olvidar que los milagros no existen, que el alma humana está corrompida, que los ángeles… Ese hombre fue en otro tiempo un estudioso, un sabio, un trabajador a cuenta de la iglesia, Leónidas Luzón, el que fuera discípulo de Echarri, el ahora vicario general de la sede episcopal. Qué hombres estos, cada uno con sus pasiones, a pesar de todo, a pesar de la invalidez de uno, y del alzacuellos del otro, pero hombres al fin y al cabo. Hombres como el conde del Fierro, vacío de sentimientos, henchido de poder, ambición sin límite, ni ética ni moralmente capacitado siquiera para la empatía por otro ser humano, menos aún por un perro. 

Una historia que se va hilando página a página, descubriendo personaje a personaje que las entrañas de Madrid esconden otra ciudad, la de los túneles allí, más abajo de los pasos de la gente. Pero no sólo es una ciudad física bajo los escombros de otra incipiente, también es una metáfora que esconde la hostilidad, la injusticia, la pobreza, la ciudad  que permite que los niños de diez años trabajen en las obras del nuevo alcantarillado, y que un despótico conde se burle de una solterona, hasta el punto en que ella se quita la vida. Y así transcurre la historia: entre las banalidades de unos y las miserias de otros, pero todos, todos ellos, madrileños, gatos de pura cepa…. ¿o no?

¿Cabe la posibilidad de que un ser humano desarrolle alas o, al menos, lo parezca? Existe una pequeña estirpe de nómadas en el Este de Europa que se denominan así mismos como los «arcángeles» y que presentan una deformación congénita, una hipertrofia de los omóplatos conocida como «escapula alada» o alas de ángel. ¿Realidad o ficción? ¿Donde termina la historia y comienza la leyenda? Aparece un símbolo en la pared, además de la figura de una mujer, ¿Quién es, y que significa? Acaso pueda tener alguna relación con la existencia de la llamada Sociedad Hermética. Si, ya sabemos que a los ricos, desde el albor de los tiempos, les ha gustado el esoterismo, el juego del bien y del mal, la alianza de la ciencia y la magia. ¿Podría ser eso? ¿Podría estar implicada la sociedad en los acontecimientos acaecidos en estas fechas? Las auroras en el cielo de Madrid, la caída de un ángel sin alas, el descubrimiento de un diminuto cadáver…

Las pistas que sigue el comisario Melquiades Granada no dejan lugar a dudas. El círculo se va cerrando. Ya lo vio La Divina, ya lo intuía Echarri, y lo temía Luzón. Lo que todo el mundo sabe, esto si, sin ningún tipo de error…

«- Hay hombres buenos y malos. No hace falta recurrir a demonios para explicar los actos terribles de algunas personas.

– No existen los demonios.

– Existen Señor. Lo que pasa es que están disfrazados de personas.»

Se acercan las Navidades  y los Vanderbilt están inmersos en los preparativos, pero entre los numerosos invitados que esperan recibir hay uno muy especial que puede aguarles la fiesta a Serafina y Braeden. Un inspector de policía que indaga la desaparición de un hombre,  el señor Thorne, un hombre que ambos conocen muy bien, y que está ligado a su reciente pasado.

A la llegada de este personaje se une el extraño comportamiento de los animales, todos los animales: ratas, perros, ciervos, caballos, zorros, pájaros, arañas, cucarachas…. ¿Qué está sucediendo en Biltmore? Ni siquiera Serafina puede controlarlos, ella que es la JBAR (Jefa de la Brigada Antirratas) no encuentra explicación a los ataques, incluso Gidean, el perro de Braeden, su mejor amigo, parece haberse vuelto loco. ¿Tendrá algo que ver en todo esto la extraña figura que ha visto en el bosque portando un bastón?  

“NO SON LAS BATALLAS QUE PERDEMOS O GANAMOS LAS QUE  NOS DEFINEN SINO AQUELLAS QUE ESTAMOS DISPUESTOS A LIBRAR”

Y de batallas ella sabe mucho, ella, una catamount como su madre, mitad humana mitad animal, una pantera negra que con apenas doce años ya se ha enfrentado a los peligros de la magia, la magia negra de una capa. ¿Acaso aquella capa negra tendría algo que ver con el bastón que vio en el bosque hacerse dueño de la voluntad de los animales?

Los acontecimientos se precipitan, y Serafina poco a poco va descubriendo todo: La señorita Rowena, que desde el principio no le cayó bien, muestra quien es en realidad. Los animales enjaulados en el bosque. Un nuevo encuentro con la figura negra del bastón, y el descubrimiento de sus verdaderas intenciones, la desaparición del inspector…

“El corazón de Serafina se acelero en su poderoso pecho según iba observando la figura con atención. Los músculos se le abultaron en el cuerpo y el aire entró a raudales en sus pulmones.

Plantándose a cuatro patas echó un vistazo a su espalda para asegurarse de que la señora Vanderbilt siguiera a salvo en su habitación.

Y cuando Serafina se volvió a mirar a la figura del bosque una vez más descubrió que había desaparecido.”

¿Lograrán disfrutar de las Navidades? ¿Encontrará por fin su sitio en la vida Serafina? ¿Sabremos, al fin, que le sucede a la tía de Braeden, la Señora Vanderbilt? ¿Quién es en realidad el hombre del bastón?

Queridos, lo que os digo siempre, tendréis que leerla para descubrir todas estas cosas y muchas más. Historia de Norteamérica, naturaleza salvaje, misterio, magia negra… De todo un poco tiene esta segunda parte. Yo no me he leído la primera, no he tenido ninguna dificultad en seguir la historia, y me ha gustado tanto que ahora me leeré el primer libro, así que os lo recomiendo encarecidamente. Al final hay un capítulo donde te explican que la casa existe en realidad y algunos de los personajes también lo cual resulta aún más interesante.