OPINIÓN PERSONAL

Primero que nada: ignorad la sinopsis si no la habéis leído todavía, ya que solo le falta contar el final (no culpo a la editorial española, he visto una sinopsis de la edición original en inglés que es igual). Entiendo que la persona que la escribió quiso destacar el suceso clave del libro, pero es que eso es algo que tarda en ocurrir. Dicho esto, os diré que la historia no me ha desagradado, de hecho, hasta consiguió mantener mi atención gracias a un detalle, pero no le he visto fuerza al mensaje que creo que quería transmitir. 

La presunta protagonista  principal es Effie, quien con tan solo 13 años ha vivido siempre esperando su propia muerte. Nació con problemas cardíacos y eso la ha hecho privarse de muchas experiencias. Además, pertenecer a una familia de clase acomodada también ha condicionado su vida, pero al menos siempre ha contado con el apoyo de Luella, su hermana mayor, quien también es su mejor amiga. Un suceso inesperado será el que llevará a Effie a tomar un camino que la conducirá a un destino cuyo final no os dejará indiferentes…

La historia está ambientada en Estados Unidos, concretamente durante los primeros años del siglo XX. Se ven ligeramente los prejuicios de la época y que el hecho de tener dinero no significa ser feliz, pero no se hace hincapié en ningún aspecto. Hasta la mitad de la novela, lo que encontramos es la narración rutinaria de la vida de Effie y su familia. No hay ningún aliciente para querer avanzar con ganas en la lectura y da la impresión de que estamos ante una parte introductoria que parece no tener fin. No es que la lectura sea increíblemente tediosa, pero sí que es monótona. 

Tras darse el giro argumental que lo cambia todo, el libro se vuelve más ameno, pero sigue dando la sensación de que hay aspectos que no están bien tratados. 

No voy a entrar en detalles para evitar spoilers, así que solo diré que, en teoría, el objetivo de lo que ocurre es que conozcamos más lo que se hacía en lugares como la Casa de la Misericordia, una institución que es nombrada desde el inicio y en la que niñas y adolescentes eran encerradas por conductas presuntamente indecorosas o poco correctas. Aunque es un punto a favor el modo tan inusual en el que la autora decide que Effie descubra cosas de este sitio, faltó desarrollar más todo lo que implicaba la existencia de este tipo de «cárceles» cuya imagen intentaba ser blanqueada de cara a la opinión pública. He leído otras obras en las que me suena haber visto tratar este tema, pero aquí no logra impactar. Es complicado opinar sin decir nada que os pueda desvelar el rumbo que toma la trama, por eso tengo que ser muy escueta con esto. Vamos a dejarlo en que no se describe bien lo que se supone que sucedía en el interior de sitios así (nos centramos siempre en una tarea en concreto, pero nada más) y tampoco se permite que conozcamos verdaderamente a las chicas internadas allí. Las razones para que acabaran recluidas en casas de este estilo son descritas de forma muy superficial y el papel de las directoras/trabajadoras también está desdibujado porque son como presencias que únicamente aparecen para decir o hacer algo muy concreto. Lo de estas casas no era una tontería, por lo que considero que debería haber habido más fuerza o más sentimiento a la hora de hablar de ellas para que se entendiera el drama que suponía acabar allí (y más si era por motivos puramente machistas). 

Effie no es la única narradora. Hay dos más que tienen su espacio, pero a una no la puedo mencionar porque no sale hasta que la historia está muy avanzada.

La otra es la madre de Effie, que sí que entendí que tuviera que mostrar su perspectiva de lo que ocurría. Sus capítulos me gustaban y creo que ayudaban a entender su actitud y la jaula de oro en la que había vivido toda su vida. 

Sin embargo, lo de la tercera narradora no viene muy a cuento. Sí que es cierto que sus vivencias acaban entrelazándose con las de Effie, pero es como estar leyendo un libro anexo porque lo suyo te saca de la línea argumental principal. 

Si no habéis leído la sinopsis, probablemente sí que os cogerá por sorpresa el motivo por el que la vida de Effie toma un rumbo que ella nunca imaginó. A mí saberlo de antemano me estropeó un poco la lectura, pero sí que devoré el último tercio de la novela porque necesitaba saber cuál iba a ser el desenlace. Effie parece una niña en vez de una adolescente (aunque es comprensible por sus circunstancias), pero se va haciendo querer y logra implicarte en su historia. Eso hizo que mi impresión del libro mejorara ligeramente y que acabara teniéndome en vilo hasta el último segundo. A pesar de que intuía cuál era uno de los posibles finales, no pude evitar soltar algunas lágrimas en las últimas páginas. Ahí hay más sentimiento que nunca y es cuando me di cuenta de hasta qué punto Effie acabó importándome. Lo triste fue ver que los demás personajes me daban igual y que a varios de ellos los seguí viendo como desconocidos hasta el final. 

En la portada pone que ésta es «una historia de esperanza, coraje y sororidad». Pues bien, lo de «esperanza» lo acepto porque veréis que eso es fundamental para que varios personajes no se hundan. Lo de «coraje» también porque tanto Effie como otras chicas y mujeres deben demostrar dicho coraje para superar los golpes de la vida. Lo de «sororidad»… pues no lo veo. En contadas ocasiones se ve a mujeres ayudándose entre ellas, la mayoría de las de este libro se traicionan o se tratan entre ellas peor de lo que las tratan algunos hombres. Se habla de mujeres que intentan empoderarse, pero es más que cuestionable el perfil que se les da a algunas de ellas, así que no diría que la sororidad sea uno de los lemas adecuados para promocionar el libro.

Resumiendo: una historia plana a la que le faltó sacarle más partido a su lado dramático. Se deja leer y va remontando, pero no llega a dejar mucha huella. Para calar hondo, le hubiera hecho falta aprovechar mejor el potencial de los personajes y profundizar más en determinados aspectos de la trama.

Valoración del libro: 6/10 «Una historia que podría haber dado más de sí. Toca temas delicados, pero lo hace de una forma débil, lo cual impide sentir lo trágicos que son determinados sucesos. El último tercio del libro es el más adictivo, pero solo porque es inevitable querer saber cuál será el desenlace de la protagonista. Ese tramo final es el mejor y solo por eso le doy un aprobado a la novela. De resto, la lectura es simplemente pasable y no deja grandes mensajes». 

OPINIÓN PERSONAL

Los cuentos deberían haber sido más extensos para poder llegar a emocionar. Edición Anticipada me ofreció la oportunidad de leer esta obra y, aunque no parecía muy de mi estilo, me atrajo ver la cantidad de temas que según la sinopsis se iban a tratar. Debo decir que como lectura ligera no está mal, pero carece del sentimiento suficiente para lograr que sus reflexiones dejen huella. 

El libro supera por poco las 60 páginas y está compuesto por un total de 10 capítulos. Solo por el número de páginas, ya os imaginareis que es fácil leérselo de un tirón, así que eso es un punto a favor si buscáis desconectar de lecturas densas. 

Cada capítulo está centrado en una temática/sentimiento. Al inicio, vemos un pequeño párrafo en el que el autor hace una introducción y  reflexiona brevemente sobre el asunto en cuestión. Posteriormente, ya tocan los microcuentos, la mayoría de los cuales rondan las 3-4 líneas (algunos son ligeramente más extensos, pero lo máximo son unas 10 líneas aproximadamente).

Desde mi punto de vista, era mejor la introducción de cada capítulo que los propios cuentos. Ahí el autor se expresa con naturalidad y consigue darle un tono elegante y especial a lo que dice. Además, hace unas pequeñas reflexiones que no están nada mal. 

El principal problema de los microcuentos es que es imposible verles un verdadero contexto o un propósito por culpa de su brevedad. Os cuento un poco la temática de cada capítulo y ahí pondré algunos ejemplos para que entendáis a qué me refiero.

Resto de la reseña en el blog

Esperaba algo con más sentimiento. Edición Anticipada me ofreció este libro y, aunque vi que era muy breve (136 páginas), creí que sería un romance de esos que emocionan y que te mantienen en vilo. Lamentablemente, lo que me encontré fue una historia que parece escrita a la prisa y que no ahonda lo suficientemente bien en ciertos aspectos. No negaré que la lectura no es tediosa, pero eso no compensa otras cosas. 
 
Los protagonistas son Sarah y Mario, dos personas que se conocen en marzo de 2009 y que supuestamente verán cambiar sus vidas a partir de ese instante.  Pues bien, no sé qué razones les hicieron enamorarse o sentirse atraídos. Se ven por casualidad en un encuentro con amigos comunes y ya se da un supuesto flechazo cuya intensidad va aumentando a través de conversaciones en redes sociales y citas. El problema es que no se describen ni esas charlas ni lo que sucede cuando se ven. A veces sí que se nos muestra un pequeño extracto de lo que hablan, pero en otras ocasiones todo se resume en plan «me recogió en mi casa, hicimos esto y aquello, lo pasamos genial y teníamos mucha complicidad». Habrá gente a la que esto no le importe, pero es que a mí no me dice nada una descripción tan escueta de una cita presuntamente memorable.

Sarah trabaja como matrona y Mario es arquitecto. ¿Importa eso? No. El trabajo de Sarah tiene poca o ninguna relevancia, solo sirve para que sepamos que es un empleo que le gusta y que a veces le deja poco tiempo libre. En cuanto al trabajo de Mario, su importancia radica en que será el factor clave que los mantenga alejados. Y no diré más para no destripar la historia, pero no me gustó nada que él se escudara en eso para ser un gran egoísta. El caso es que sus profesiones podrían haber dado más de sí, por lo que es una pena que tampoco se ahonde en ellas.

La novela abarca casi 8 años en la vida de los protagonistas, pero no hay evolución. Cuando digo esto no me refiero a que ellos no pasen por diferentes fases, sino más bien a que no se perciben. Me explico: siempre se hace hincapié en el mismo tipo de acontecimientos, y cuando por fin pasa algo diferente, eso se menciona de pasada y volvemos a centrarnos en lo otro.  
 
La autora focaliza la atención en las despedidas de los protagonistas, ya que suelen verse obligados a pasar tiempo separados, y esas escenas siempre son muy similares. 
 
Era como entrar en un bucle que parecía no tener fin. Creo que mi aliciente a la hora de leer era ver si se daba algún giro inesperado. 

Si al menos se hubiera notado lo doloroso que era tener que decirse adiós, el libro hubiera ganado puntos, pero a mí me daba la impresión de que esos momentos se describían de forma monótona y como si fueran una simple rutina para los protagonistas. 
 
Como dije al inicio, a pesar de lo repetitiva que es, la lectura no llega a ser tediosa. Creo que influyeron dos factores en esto: la corta extensión de la novela y la velocidad a la que ocurría todo. Aunque pasara lo mismo constantemente, pues al menos no nos recreábamos más de la cuenta en cada escena, y entre despedida y despedida el odiar a Mario me ayudaba a avanzar (esto os lo explicaré en el siguiente párrafo). 

Los protagonistas son dos personas adultas, pero se comportan como críos. La diferencia entre Sarah y Mario es que él despierta más antipatía. Admito que soñar con que ella lo mandara a paseo me motivaba para seguir leyendo. Mario no hace ni un puñetero sacrificio por Sarah, es más, parece que atreverse a pedírselo sería hacer que el muchacho cayera en una depresión y fastidiarle la vida. En cambio, Sarah siempre debe pensar en la felicidad de él, llorar en silencio y darnos a entender que el amor verdadero consiste en que ella se adapte a él. Un ejemplo del egoísmo de Mario: ATENCIÓN SPOILER Ella le regala un viaje a él por su cumpleaños. Es cierto que van los dos, pero luego él le comenta tan contento que se va de Interrail con sus amigos y… ¿la invita? NO. Siempre le habla de viajar juntos y blablablá, pero los únicos viajes que ella hace son para ir a verlo donde él esté. FIN DE SPOILERS.

A nivel de actitud, es que son cursis hasta decir basta, todo se centra en abracitos, besitos y mucho amor casto. No esperéis ni una escena medianamente apasionada, Sarah y Mario son como dos amigos que solo parecen ser pareja porque ellos lo dicen. Ojo, que yo entiendo que no todas las relaciones son como hogueras ardientes, pero es que ellos no mencionan ni una vez que sientan deseo el uno por el otro, y eso a mí no me encaja. 

No hay otros personajes relevantes. Tanto la familia como los amigos o los compañeros de trabajo de los protagonistas son mencionados de refilón. Reconozco que no hubieran aportado mucho, así que eso lo perdono. Darles más presencia solo hubiera servido para añadir relleno innecesario. Realmente, los protagonistas tenían potencial para brillar por sí solos, y lo hubieran hecho si sus personalidades hubieran sido más maduras y si  los retos a los que se enfrentaron hubieran estado más desarrollados.

La idea de la trama no era mala y podría haber servido para ahondar en la dificultad de las relaciones a distancia, la impotencia de no encontrar un trabajo o de no saber qué esperar del futuro, lo difícil que es aceptar determinadas decisiones… vamos, que se podrían haber tocado muchos temas, pero todo es tan anecdótico que al final no consigue dejarte huella.

Parezco una mala bruja quejándome, en serio, es que hasta me sabe mal, pero es que me gusta explicarme para que se entiendan las razones por las que le doy una valoración baja a un libro, y aquí hay muchas cosas que decir. Me callo algunas porque tendría que mencionar demasiados spoilers, pero otras sí que he querido aclararlas. 

No os digo que no le deis una oportunidad, cada cual que haga lo que quiera. Además, sí que quiero recalcar lo de que es una historia que se lee rápido, así que al menos no os estancaréis con ella. Mario y Sarah no han conseguido llegarme al corazón, pero he visto opiniones de otras personas que parecen encantadas con su romance, así que tal vez tengáis suerte y os pase lo mismo.

Valoración del libro: 3,5/10 «Un romance que podría haber sido más memorable si la base hubiera estado más trabajada y si la narración hubiera tenido más sentimiento. Es cierto que la lectura es más o menos amena y que no hay excesivas descripciones, pero los acontecimientos son casi siempre los mismos y el protagonista parece que solo mira por sus propios intereses y considera adecuado que ella sea la que tenga que sacrificarse. No vi la gran historia de amor que esperaba, pero al menos el libro no se me hizo eterno».

No sé ni por dónde empezar esta reseña, ya que mi opinión se podría reducir a la siguiente frase: una lectura soporífera en la que predomina el caos y que carece de un objetivo. Reconozco que no me lancé a leerlo porque la sinopsis me atrajera locamente, más bien es que busqué opiniones y mi curiosidad se despertó. Varias de dichas opiniones lo ensalzaban y destacaban lo especial que era a pesar de su brevedad (supera por poco las 100 páginas), pero a mí se me ha hecho eterno y no he conectado con ningún personaje.

Como supuesta protagonista principal tenemos a Melissa, una joven de 23 años que es considerada una de las grandes promesas del ballet en Europa. Cuando digo «supuesta» me refiero a que, en teoría, todo gira en torno a ella, pero nunca llega a brillar y no se ve nada que ayude a entender ni su comportamiento ni sus decisiones. Al acabar el libro, para mí siguió siendo una completa desconocida. 

Desde mi punto de vista, el gran error de esta novela es no seguir un orden cronológico claro. Mezclamos sus vivencias de adulta con hechos ocurridos cuando era una niña o una adolescente, y todo eso sin que haya una diferenciación clara que permita que tengamos claro de qué momento de la vida de Melissa estamos hablando. 

Si os estáis preguntando qué objetivo tiene la historia, pues ya os digo que no lo sé. 

No es ver el camino hacia el éxito de Melissa, eso seguro, ya que desde el principio se nos dice que está triunfando y en la lectura pasa de no ser nadie a ser una bailarina aclamada sin que se vea realmente su esfuerzo o los retos a los que tuvo que hacer frente. 

Conocer sus relaciones familiares y sentimentales tampoco es el propósito de la historia. No nos adentramos en ninguno de esos vínculos y solo vemos cómo surgen amores u odios de forma esporádica y sin que se nos cuente nada que nos haga haga entender esos sentimientos. 

Lo de hacer pensar en determinados temas también queda descartado como posible finalidad. Al no ahondar correctamente en la lucha de Melissa por ser la mejor en su campo, no podemos reflexionar sobre las adversidades que hay que superar para conseguir nuestros sueños. Asimismo, y sin venir mucho a cuento, se toca el tema de los abusos sexuales, pero es de manera meramente anecdótica y sin que se aprecie la impotencia o las secuelas emocionales que produce vivir una agresión. 

A nivel de personajes, creo que la autora se excedió al nombrar tantos. Salvo Margot, que es la abuela de Melissa, los demás casi no aportan nada. Se va nombrando constantemente a gente que ha tenido algún tipo de vínculo con Melissa o su familia y llega un momento en el que no sabes quién es quién. Esto se debe a que, al contar la vida de Melissa de forma tan caótica, pues no queda claro en qué instante se incorpora cada uno de estos personajes a su vida y cómo se han forjado los sentimientos que les unen a ella. Hubo un instante en el que hasta vi el inicio de un presunto gran romance y al par de capítulos casi que se le describía a él como a un monstruo y salía de escena.  

No me importaba absolutamente nada de lo que se contaba, solo sentí una ligera curiosidad por algo que surge entre Margot y un conductor de autobús. Durante un breve lapso de tiempo, creí que el libro iba a atraparme gracias a eso, pero luego volvió a darse un desarrollo apresurado de los acontecimientos y me quedé indiferente. Sé que Margot no era la protagonista, pero ya que no se profundiza en el gran cariño que la une con su nieta, pues al menos quería suspirar un poco de amor viendo el romance tan inesperado que vivió cuando menos se lo esperaba. Además, la señora era peculiar y considero que su carisma hubiera servido para mostrar la fuerza que a veces hay que tener para sobreponerse a ciertos golpes del destino… 

Lo anterior lo he dicho porque al final se dan varios descubrimientos que podrían haber sido verdaderamente desgarradores, pero se narran con la misma falta de pasión que todo lo demás. De hecho, hasta entra en juego una especie de cambio de narradora y me costó enterarme de quién era porque su aparición fue muy abrupta. 
 
Me sabe mal ser tan dura, os prometo que no disfruto despotricando contra un libro, pero no puedo fingir que le he visto algo positivo a éste. Eso no quiere decir que os aconseje que no os acerquéis a él ni en broma, cada cual tiene sus gustos y estoy completamente segura de que otras personas pueden amar esta historia. Mi opinión es una más y acepto que alguien pueda no estar de acuerdo con todo lo que he dicho aquí. Si os da por leerlo, espero de corazón que os resulte más ameno y emocionante que a mí. 

Valoración del libro: 2/10 «A pesar de su brevedad, no es una lectura precisamente ligera, ya que el caos que predomina en ella no te invita a querer avanzar. No se sigue un orden claro para narrar la historia de la protagonista y no se ahonda en ningún suceso en concreto. Hay exceso de personajes y falta algún tipo de propósito en lo que se cuenta. Puede que otras personas disfruten más de este libro, pero a mí no me ha dejado un impresión positiva».

No ha sido tan apasionante como yo esperaba. Conocí esta obra gracias a Edición Anticipada y me sentí atraída por el halo de misterio de la sinopsis. Si la leéis, veréis que, aunque realmente no desvela gran cosa, sí que parece ofrecer una trama inquietante y adictiva.  Pues bien, finalmente no fue eso lo que encontré. Desde mi punto de vista, es un libro que concentra sus mejores momentos al inicio y que luego va perdiendo fuerza a un ritmo vertiginoso.

El protagonista es Álvaro Zaera, un investigador que intenta obtener respuestas sobre la desaparición de una chica de 20 años. Los padres lo han contratado tras ver que la policía y otros expertos han sido incapaces de encontrar pistas, pero apenas se nos dan más datos que sirvan para que entendamos mejor el punto de partida de la historia. Esto lo perdoné porque di por hecho que más adelante ahondaríamos más en el perfil de la chica desaparecida y en el de otros casos similares que Álvaro menciona. Además, a pesar de ser ligeramente brusco, el inicio engancha porque vemos a Álvaro sufriendo un accidente de helicóptero y enfrentándose rápidamente a determinados retos. 

Ahí las preguntas que iban surgiendo en mi interior me animaban a leer con ganas, aunque reconozco que ya veía cosas que me chirriaban. 
 
El estado de Álvaro tras sobrevivir a lo del helicóptero es verdaderamente llamativo… digamos que es muy milagroso todo. Y ya ni hablemos del comportamiento extraño del resto de la gente con la que se va topando cuando llega a Granadilla, un pueblo de Extremadura (España). Es allí donde entran en juego otros personajes y proGENVI, una empresa farmacéutica que parece tener algunos secretillos. 

Puede que me esté equivocando totalmente, pero a partir de ese momento a mí me dio la impresión de que el autor iba improvisando y hasta se olvidaba de la presunta base de la trama. 

El pueblo al que llega Álvaro no es normal y, aún así, eso queda como algo meramente decorativo. Pasan cosas raras y la gente actúa de forma artificial, lo cual te hace pensar que se le va a sacar partido al tema y que ahondaremos en algo siniestro, pero no. Ni se dice ni ocurre nada que respalde esos comportamientos o que les dé un sentido. Por eso mencioné lo de la improvisación, ya que no encuentro una razón que me haga comprender el motivo por el que eso se acaba dejando de lado. 
 
Lo siguiente es ver a Álvaro de un lado para otro y  obteniendo pistas casi de milagro. Y no solo eso, ya que también  observamos cómo se va metiendo en mil problemas más cuya unión con las desaparición del principio es muy débil. Tengo que admitir que llegó un punto en el que ya me fui perdiendo y ni me quedaba muy claro quiénes eran algunos personajes que se iban incorporando. Me costaba mantener la atención porque no veía una línea argumental clara y me parecía que el autor se estaba enrollando con varios temas sin ahondar correctamente en ninguno.

Secuestros, desapariciones, asesinatos, conspiraciones, virus, ataques, robos, sociedades secretas y hasta un romance sacado de la chistera, no se puede negar que el libro tiene de todo, pero está narrado de una forma en la que faltan explicaciones y elementos que hagan creíbles ciertos aspectos. 

El romance es para alucinar, está metido a presión y sus protagonistas son demasiado cursis teniendo en cuenta que como mucho están teniendo un rollete, ya que se lían sin apenas haber pasado momentos juntos y sin que se nos cuente nada que nos haga ver qué les atrajo.Y lo peor es que hay varios capítulos que de repente se centran en eso. 

Otra cosa que creo que faltó pulir fue el uso de tiempos verbales. Durante la primera mitad, hay mucha mezcla de pasado y presente dentro de una misma frase. Os pongo algunos ejemplos: «… presencié cómo una extraña mujer mayor, algo encorvada, algo tambaleante, se rasca el brazo» (capítulo 2)// «la cogió y la miró, y sonriendo se acerca y me mira» (capítulo 3)// «… bajé abandonando por fin la habitación. Y me encuentro con Justino al hacerlo…» (capítulo 5). No es que no se entienda lo que dice, pero sí que a mí por lo menos no me pega alternar el pasado y el presente de forma tan aleatoria. Tal vez a otras personas les dé igual, y lo respeto, pero fue algo que me resultaba chocante. Afortunadamente, llegó un punto en el que ya eso fue desapareciendo (o me habitué y dejé de prestarle atención… no estoy segura). 

Asimismo, también es ligeramente repetitiva la forma en la que se el protagonista ejerce de «traductor». Hay frases que están en inglés porque los personajes deciden alternar ese idioma con el español y, en vez de poner una nota al pie de página con la traducción, el autor hace que el propio protagonista se ponga a hacer la traducción, así que es como estar leyendo dos veces lo mismo.

No me quiero cebar con el libro, simplemente es que a mí no me ha gustado y he intentado argumentar mis razones. No digo que todo el mundo lo vaya a odiar, pero no puedo maquillar mi opinión. Yo le vi potencial en las primeras páginas, pero, lamentablemente, luego no pude evitar perder el interés. Si os llama la atención y le acabáis dando una oportunidad, espero que os deje mejor impresión que a mí.

Al parecer, es la primera parte de una saga, de hecho, el desenlace deja dos interrogantes bastante llamativos, pero, en el momento de escribir esta reseña (junio de 2021), la continuación no está publicada. No os diré que no pienso leerla porque no me gusta decir eso de ningún libro, pero tampoco es que me muera de ganas. 

Valoración del libro: 3/10 «Con unas primeras páginas que resultan prometedoras, esta historia va perdiendo puntos por la forma en la trama se va enredando sin nada que realmente lo justifique. Los personajes son presentados superficialmente y no ahondamos de verdad en los casos que lo desencadenan todo. El ritmo se va ralentizando cada vez más y hasta da la impresión de que sobran páginas. Si ciertos aspectos del libro hubieran estado mejor aprovechados, la novela hubiera ganado puntos».

Uno de los libros más raros que he leído. Había visto críticas muy negativas sobre él y, aunque eso me hacía tenerle miedo, debía leerlo sí o sí porque era un asunto pendiente que tenía. Os lo cuento de forma breve para que me entendáis: en abril de 2019, Edición Anticipada me ofreció un ejemplar de esta novela para que hiciera una reseña. No sé qué pasó, pero nunca recibí dicho ejemplar. Como poco tiempo atrás les había pedido que me perdonaran otra reseña de un libro en digital (en aquel momento no tenía un dispositivo en el que usar la app necesaria para leerlo), pues me dio vergüenza reclamarles el envío de «La mujer que tú quieras» porque no quería que pensaran que pedía libros por capricho y que luego me arrepentía de leerlos (que conste que nunca me han tratado mal, sencillamente es que yo puedo llegar a ser así de vergonzosa… y sí, sé que no fue culpa mía que el libro no llegara). Aprovechando que ahora está en oferta y que solo cuesta unos 5€ y pico en físico, decidí comprarlo y entregar por fin la reseña (en esa web no hay plazos para entregar una reseña. Cuando pides un libro, ese libro queda fijado en tu perfil y no puedes solicitar otros hasta que no lo reseñes, pero lo que yo de verdad quería era cumplir por fin con esa tarea pendiente). Me ha quedado larga la anécdota, pero siempre me gusta explicar por qué he realizado cada lectura xD  
 
Centrándome ya en lo que es la historia, os diré que me ha parecido menos mala de lo que esperaba. Creo que el problema principal ha sido que ni la autora (o el autor, ya que Carrie Blake es un seudónimo y no he visto por ningún lado la identidad real de esa persona) sabía cómo quería orientar esta obra, así que parecía ir improvisando. 

Como protagonistas principales tenemos a Isabel y Matthew. 
 
Isabel se mudó desde a Iowa a Nueva York para convertirse en una gran actriz. Como siempre se le dio bien actuar, creyó que sería fácil hacer algunas audiciones y lograr un papel que la lanzara al estrellato, pero pronto descubrió que allí nadie parecía ver ningún talento especial en ella. Para no volver a casa como una fracasada, decidió buscar cualquier otro tipo de empleo, y acabó consiguiendo uno como dependienta de una tienda de colchones. 
 
Ahogada por la rutina y cansada de que nada le proporcionara una chispa de interés a su vida, comenzó a usar webs de citas para quedar con hombres y encandilarlos fingiendo ser el tipo de mujer perfecta que ella creía que buscaban (nada de sexo, simplemente encontrarse con ellos y darle uso a sus dotes de actriz para divertirse).
 
Todo cambia cuando conoce a Matthew y siente una atracción inmediata, es más, se encuentra tan cómoda con él que se sincera y le cuenta su jueguecito. Lo interesante empieza cuando Matthew no se espanta y deja claro que a él también le gusta gustar, aunque tiene menos límites que ella….

Todo esto lo vemos en las primeras 30 páginas (son 333 en total), así que creo que es innegable que el inicio es bastante prometedor. Tanto él como ella son narradores y, aunque al principio los capítulos de Isabel eran los mejores, luego son los de Matthew los que más interés tienen. 

Isabel es un personaje que va de más a menos. Comienza resultando casi fascinante gracias a su aparente actitud camaleónica, pero luego se viene abajo. Yo tenía muchas ganas de ver cómo iba a utilizar ese supuesto talento y también quería descubrir cuáles eran las intenciones de Matthew con ella. Lo malo es que, a medida que él va haciendo más acto de presencia, ella va perdiendo todo su carácter. 
 
Isabel se convierte en una marioneta que se limita a hacer lo que Matthew y cualquier otra persona quiere. Y ojo, Matthew no la obliga, es ella la que, inexplicablemente, decide ceder a cualquier petición de él sin ser presionada de ningún modo. De hecho, su personaje matiza varias veces que todo lo que ocurre es consentido. La mayoría de peticiones son de índole sexual, pero también la incita a hacer otras cosas que dan la impresión de estar evaluando su sentido de la ética o de la honestidad.  
 
Lo que yo vi intrigante es que daba la impresión de que todo tenía un trasfondo oscuro u algún objetivo que ni Isabel ni los lectores podíamos adivinar fácilmente.

Matthew trabaja para alguien que es famoso y rico, pero no quiero ahondar en él porque uno de los alicientes para no perder el interés en la lectura es conocer más a ese personaje e intentar adivinar qué pretende exactamente y hasta qué punto maneja a Matthew. En casi todo momento parece relegado a un segundo plano, pero cada vez se irá notando más su papel clave en muchos hechos. 

En cuanto a Matthew, él acaba eclipsando a Isabel gracias a que, incluso siendo un títere en algunos instantes, siempre parece tener más personalidad que ella y sabe ir justificando sus actos para que se les vea cierta lógica. 

Cuando al principio de esta entrada dije que el libro era raro, me refería a que no me atrevería a calificarlo como erótico, pero realmente tampoco es exactamente un libro de misterio o un thriller. De hecho, si tenemos en cuenta algunas escenas, hasta se le ve cierto toque de humor, así que diría que es una mezcla extraña de muchos géneros.

Las escenas eróticas son muy concretas y ni siquiera son extensas o increíblemente explícitas. Digamos que poco a poco se va viendo que hasta tienen un propósito. Misterio hay porque no estamos ante un romance y se ve que hay intenciones ocultas. Thriller… esto es sobre todo en la recta final, pero, al mismo tiempo, no sé hasta qué punto, ya que se podría calificar de accidente lo ocurrido… y no digo más para no spoilear. Lo de humor lo digo porque, una de dos, o me cabreo muchísimo o me tomo como un intento de comedia lo que Isabel hace en el desenlace. El cierre es lo peor de la novela por culpa de cómo ella piensa y se comporta. Si alguien me hubiera hecho una foto leyendo esa parte, fijo que hubiera tenido la boca abierta, ya que leía incrédula y estupefacta lo que a mí me parecía una broma absurda. Aunque en el momento de escribir esta reseña no hay 2º parte, debería haberla para que se den muchas explicaciones. El final no es autoconclusivo, quedan muchos detalles en el aire y son de muy libre interpretación.

A nivel general, la lectura no es increíblemente adictiva, pero tiene un «algo» que te invita a no dejarla. A mí no me provocaba un ansia desesperada por avanzar, pero sí que es verdad que cogía el libro y me tragaba 50 páginas de un tirón sin apenas darme cuenta porque quería saber qué rumbo iba a tomar la trama. Además, el ritmo no es malo y los sucesos se van dando con bastante agilidad. Nunca me quedó del todo claro el objetivo de la historia, pero no negaré que al menos sí que me resultó entretenida. Creo que Carrie Blake comenzó queriendo hacer un libro picante y luego cambió de idea y quiso ir dotándolo de más complejidad mediante determinadas subtramas inquietantes. Lo malo es que no supo desarrollarlas y por eso el resultado fue extraño. En todo caso, no me ha parecido que fuera horrible, más bien considero que es una historia aceptable para pasar el rato. Puliendo muchos detalles, hubiera podido llegar a ser verdaderamente memorable. 

Valoración del libro: 6/10 «No es una historia extraordinaria, de hecho, es tan extraña que ni siquiera podría decir que me ha gustado, pero tampoco sería sincera diciendo que no la he disfrutado nada. He leído con interés lo que iba ocurriendo entre los protagonistas y, aunque uno de ellos iba exasperándome cada vez más, sentía curiosidad por saber qué rumbo tomarían los acontecimientos. No me parece un libro previsible, pero deja una sensación agridulce porque quedan muchos interrogantes sin resolver y porque hay aspectos de la trama que están trabajados de manera muy pobre. Aún así, como me ha mantenido entretenida, pues no veo justo darle una valoración demasiado baja». 

No sé ni qué decir en esta reseña, esta lectura no ha sido para nada lo que yo esperaba y la verdad es que me ha costado bastante terminarla. He mirado varias reseñas antes de empezar a escribir y casi todas eran bastante positivas, así que espero que nadie se tome a mal mi opinión, yo respeto a todas aquellas personas a las que les ha encantado y realmente me hubiera gustado ser una de ellas. 

El libro tiene 313 páginas y solo las primeras consiguieron despertar un poco mi atención, luego ya leía por leer. 

En teoría, el protagonista principal es Emilio, aunque en diversos instantes queda totalmente eclipsado por otros personajes. La historia está ambientada mayoritariamente en el Madrid de los años 40 y acaba a principios de los 50. En esos años, España no estaba en su mejor momento y el racionamiento y los conflictos estaban a la orden del día. Emilio contará cómo fue su niñez, cómo es la vida con su madre y los hechos que siendo adolescente cambiaron el rumbo de su vida…

Desde mi punto de vista, esta historia está narrada con frialdad, lentitud y de forma algo caótica. Emilio no me hizo sentir prácticamente nada, da igual lo que le ocurra, yo nunca le vi ni eufórico ni preocupado. Es un personaje lineal que a pesar de verse en situaciones límite o inusuales, siempre conserva una especie de calma que le hace irreal. Emilio tuvo una infancia más o menos normal teniendo en cuenta las circunstancias y, de repente, se ve accidentalmente envuelto en temas de contrabando y tratando con gente que puede ser peligrosa. Sin embargo, se adapta con una increíble facilidad a esto y logra salir bastante airoso de los problemas que le van surgiendo. 

Me hubiera gustado sentir más inquietud ante lo que se iba contando, pero con Emilio siempre tenía la sensación de que iba a salir indemne pasara lo que pasara. Más interés que él me suscitaban personajes como Marita, su madre, o Nico, el chico que en cierto modo mete a Emilio en asuntos ilegales. En el caso de Marita, es un poco decorativa en varios instantes porque habla poquito y es como si no tuviera carácter, pero luego se ve metida en complicaciones y es posible atisbar su lado más sensible y dan ganas de conocerla mejor. Respecto a Nico, él no está tan «protegido» como Emilio y su destino es menos previsible. Creo que logra robarle el protagonismo a Emilio y que un libro centrado en él hubiera dado más de sí. La amistad que se va desarrollando entre ambos no llegó a emocionarme y me la creí más por parte de Nico que de Emilio porque vi que no se limitaba a utilizarlo, sino que realmente estaba dispuesto a ayudarlo si era necesario. 

El resto de personajes están desdibujados, o esa es la impresión que me quedó a mí. A veces me costaba distinguirlos y jugaban papeles similares (tipos peligrosos con los que no se debía jugar y que, lamentablemente, no lograban transmitirme el supuesto temor que inspiraban). 

También se le da mucha importancia al Dixie, un club donde se cuecen muchos planes y en el que cantaba Asia, una joven cuyo carisma también me pareció que brillaba por su ausencia. Hace las apariciones justas y luego resulta que se le da una relevancia exagerada en el desenlace. Salvo una decisión dura que estuvo dispuesta a tomar por alguien, era un personaje cuya presencia era muy decorativa. 

No vi amena ni trepidante esta novela. Me faltó también verle un objetivo o algún tipo de misterio que me motivara a pasar las páginas, ni siquiera hubo ningún giro argumental llamativo. Las descripciones de cómo estaba Madrid en esos años no estaban mal en lo referente al pesimismo que seguramente sentían muchos ciudadanos, pero las vi un poco repetitivas. Puede que alguien que viva allí reconozca mejor los escenarios y eso le ayude a verlas con otros ojos o con más interés.

Aunque vi una mejoría en la recta final, no fue suficiente para poder llegar a decir que esa parte me enganchó.

No ha sido el tipo de historia que a mí logra atraparme, pero si la sinopsis os llama la atención, yo os animo a que comparéis opiniones y decidáis si queréis darle una oportunidad. 

Valoración del libro: 2/10 «Con unos primeros capítulos que despertaron un poco mi interés, luego la historia comenzó a decaer y mis ganas de continuar con la lectura desaparecieron. Me obligué a terminar esta novela y considero que a la narración le faltó fluidez, sentimiento y también detalles que me hicieran verle un propósito a lo que se contaba. Habrán opiniones para todos los gustos, pero yo no tengo prácticamente nada positivo que destacar». 

No os podéis imaginar las ganas que tenía de leer este libro. Lo conocí hace meses, cuando ni siquiera estaba en español, y me enamoré de la portada y de la sinopsis, ya que todo parecía apuntar a que sería de esas historias de amor dramáticas que me rompen el corazón y son inolvidables. A todo esto había que sumarle la gran cantidad de críticas positivas que la avalaban, así que nada podía fallar… ¿o sí?. Pues debo decir que sí, me da mucha rabia, pero a mí me ha fallado casi todo. En serio, sé que muchas personas están adorando este libro y lo respeto, pero yo me he sentido decepcionada. No lo he odiado, sino que sencillamente no era lo que yo esperaba.

El inicio fue un prólogo realmente hermoso, era sencillo y aun así transmitía emotividad, lo que hizo que mi entusiasmo con la lectura aumentara. Luego ya arranca lo que es la historia en sí y nos sitúa en Nueva York, pero no en un día cualquiera, sino en el 11 de septiembre de 2001. Ese día se conocen Lucy y Gabe, dos estudiantes de la Universidad de Columbia entre los que se da el instalove más impresionante que he visto nunca. Os juro que no me lo podía creer, es mirarse y ya hay algo, luego pasan unas horas juntos y son suficientes para que Lucy vea a Gabe como el hombre que ha cambiado su mundo, a pesar de solo han tenido una conversación sosa y se han besado porque había una atracción que no sé de dónde salió. Os cuento todo esto porque sucede en los primeros capítulos, antes de llegar a la página 30, así que no es spoiler. Tras esto, y como bien dice la sinopsis, comienza el relato de lo que ocurre en los 13 años siguientes, años de encuentros y desencuentros entre Lucy y Gabe en los que pasa de todo en sus vidas.

No me he creído el amor de Lucy y Gabe en ningún momento, así de claro. El instalove inicial fue un error garrafal, considero que la pareja tenía el suficiente potencial como para que entre ellos surgiera el amor de un modo más creíble. La autora lo justifica diciendo que en el 11-S mucha gente se vio abrumada por la tragedia y surgieron unas enormes ganas de vivir que llevaron a muchos a mantener relaciones, concebir hijos, etc. No voy a entrar en si eso sucedió o no, cada cual haría lo que consideró oportuno y sobrellevó el dolor del atentado como pudo, pero no vi que Gabe y Lucy realmente se enamoraran. Puedo entender que en un momento determinado hubo una unión, pero no que un solo día se despertara un amor tan profundo. Además, ni siquiera se quedan juntos tras el 11-S, ya que Gabe hace algo que demuestra claramente que Lucy no le importó lo suficiente como para intentar comenzar ahí una relación…

A lo largo de los 13 años, el tiempo que Lucy y Gabe están juntos es mínimo. El periodo más largo es de poco más de un año y yo solo vi una relación basada más en lo físico que en lo emocional. Y no solo eso, sino que ni siquiera parece que haya verdadera complicidad y confianza entre ellos. Cada uno va a su rollo y encima tienen actitudes egoístas. Muestran un ligero desprecio por la gente que escoge vivir una vida normal y corriente, Gabe siempre está diciendo que quiere cambiar el mundo siendo fotógrafo y Lucy lo mismo trabajando en una serie infantil. A mí me parece genial que se propongan metas así, pero sobre sus trabajos siempre se repite lo mismo y a mí no me transmitió que estuvieran siendo tan importantes como ellos decían.

La novela es como una extensa carta que Lucy le escribe a Gabe, pues siempre se dirige a él con frases como «espero que recuerdes aquel día» o «tú nunca harías algo así» cuando Darren hace algo que ni siquiera es malo. Os estaréis preguntando quién es Darren, así que os diré que es alguien que juega un papel muy relevante en la vida de Lucy, pero no entraré en detalles porque eso sí que sería dar spoilers.

Como solo sabemos de Gabe por lo que Lucy cuenta, tampoco es que se pueda conectar mucho con su personaje. Siempre va por libre y, sinceramente, nunca da a entender que esté dispuesto a sacrificar absolutamente nada por Lucy. No digo que tengas que ceder siempre en una relación, pero sí que creo que es necesario hacer concesiones y Gabe nunca lo hace.

En cuanto a Lucy, es un personaje cuyo mayor fallo es su obsesión por Gabe. Independientemente de que no me creyera el amor entre Gabe y ella, no me parece sano el modo en el que piensa en él a la hora de dar cualquier paso en su vida. ¿Qué pensaría Gabe de esto? ¿Qué haría si decido esto? ¿Le gustaría que que hiciera tal cosa?. Además, cuando él se digna a hacer acto de presencia, es para hablar de sí mismo, los asuntos de ella no son su prioridad. Encima, como dije anteriormente, posteriormente entra Darren en la vida de Lucy y da igual lo que él haga, siempre le compara con Gabe. No sé lo dice a él, pero siempre lo piensa, y si tiene un buen gesto, se queja porque seguramente Gabe no lo hubiera hecho así.

Con tanta queja, daréis por hecho que le voy a dar un suspenso al libro, pero no. Me ha costado mucho decidir qué valoración darle, de hecho, sigo sin estar completamente segura de la que finalmente he escogido. No es que tenga dudas de si concederle un 3/10 o un 8/10, no, no es una diferencia tan abismal, pero los que suelan puntuar los libros me entenderán cuando diga que a veces una diferencia de medio punto es muy importante.

Tras muchas deliberaciones interiores, he decidido darle un 6/10 y voy a argumentar mis razones:

– La narración fluida. La autora escribe de un modo muy ameno y es increíblemente fácil avanzar. De un tirón me leía hasta 50-100 páginas sin apenas darme cuenta, ya que no había descripciones eternas y se iba narrando de un modo ágil todo lo que les iba sucediendo a los personajes.

– La originalidad de que parezca que Lucy le está escribiendo todo a Gabe. Dentro de lo que cabe, eso ayuda a que conozcamos mejor a su personaje. Ya he dicho lo de que no me gustaba su fijación con Gabe, pero vi curiosa esta forma de narrar su vida y lo que vivió con él.

– Algunas reflexiones son interesantes. Lucy reflexiona sobre la amistad, los cambios que hay que ir afrontando en la vida y otros temas de un modo realista y con cierta belleza. De verdad, por eso me enfada incluso más lo de no haber conectado con el romance, ya que el estilo de la autora es bueno y podría dar más de sí.

– La presencia justa de personajes secundarios. Lo que está claro es que ésta es la historia de Lucy y Gabe, así que una presencia exagerada de otros personajes solo hubiera servido para rellenar. Darren es el que más peso tiene de los secundarios y a pesar de eso queda claro que ejerce un papel complementario. Vi injusto el trato que Lucy le dio en varios instantes y lo que me molestó es que los «fallos» de él me parecieron forzados para justificar lo que ella hace/piensa.

– En parte, me sorprendió el desenlace. A ver, es muy fácil intuir que lo que sucederá, pero lo que no me esperaba es el «cómo» eso pasó. Si me pongo a pensarlo, es algo que hasta podía haber dado pie a crear un pequeño debate sobre ciertas decisiones. Yo tendría clara mi posición, pero si hubiera estado más desarrollado, hubiera podido ser más interesante de cara a analizar las implicaciones emocionales y la dificultad de actuar en un caso así.

Una de las frases promocionales de «La luz que perdimos» es «El amor no necesita ser perfecto, solo verdadero». Personalmente, estoy de acuerdo con que un amor no tiene que ser perfecto, pero no he logrado creerme que el de Lucy y Gabe sea verdadero, motivo principal por el que me he sentido decepcionada y por el que le resto puntuación a la historia.

Si os apetece darle una oportunidad, hacedlo, mi opinión es una más y no significa que no os pueda gustar. Esta novela es muy aclamada e, inevitablemente, como con cualquier obra, hay opiniones como la mía que dejan claro que es imposible que todo el mundo quede igual de cautivado con una historia.

Valoración del libro: 6/10 «A pesar de ser una historia con potencial, falla prácticamente desde el principio al mostrar un instalove que no creo que esté justificado. Es una novela que se lee fácil y tiene algunas reflexiones interesantes, pero fui incapaz de disfrutarla como deseaba porque no me resultaba creíble el amor de los protagonistas». 

No ha sido lo que yo esperaba. Comencé la lectura con cierto entusiasmo, ya que es un libro que viene avalado por una buena cantidad de críticas positivas, pero pronto me di cuenta de que a mí no me atrapaba y que había varios detalles que no me convencían. 

Para empezar, debo decir que es una historia a la que le cuesta muchísimo arrancar. Anna, la protagonista, es una mujer que sufre agorafobia y lleva casi un año sin salir de casa. Divorciada y con una hija pequeña, se relaciona con muy pocas personas y pasa sus días sumergida en una rutina que la mantiene algo aletargada. Cara a cara, solo mantiene contacto ocasional con su fisioterapeuta y con David, un hombre que es su inquilino y que vive en el sótano (él sí sale y lleva una vida normal). Aún así, la vida de los demás parece importarle mucho, pues se dedica a espiar a sus vecinos a través de la ventana y eso le permite conocer ciertos secretos de algunos. Lo que Anna no esperaba es que la llegada de los Russell a su vecindario pudiera alterar toda su vida…

¿Veis lo que pone la sinopsis de que «Anna ve algo desde su ventana que no debería haber visto»? Pues eso no pasa hasta que no has leído más o menos un tercio de la novela. Los capítulos no son excesivamente largos, pero recuerdo ir por el 20 y estar sorprendida de que no hubiera pasado nada todavía. Conocer el día a día de Anna está bien, pero llega un momento en el que eso cansa y yo necesitaba que pasara algo. 

Actividades principales de Anna: beber (lo hace con frecuencia, aunque no llega a ser una alcohólica que pierda el sentido de manera asidua), espiar a sus vecinos con su cámara de fotos, ver películas antiguas, dormir, tontear con su inquilino, participar en un grupo de ayuda en Internet (Anna es psicóloga) y dormir. De resto, casi no hace nada más y se nota que le da pereza hacer cualquier actividad que se salga de lo acostumbrado. Así que durante muchos capítulos nos dedicamos a conocer todo esto y también vemos la llegada de Jane Russell a su vida, con quien parece iniciar algo parecido a una amistad. Decir qué es lo que Anna ve me parece spoiler, más que nada por lo que dije de que sucede cuando ya la lectura está avanzada. El caso es que ve algo inesperado y lo cuenta, pero nadie la cree porque parecen haber varias pruebas que demuestran que lo que Anna vio es imposible y que está confundida o desequilibrada…

Dicho esto, aclaro que yo nunca dudé de lo que Anna vio,  ya que me parece que se cuenta de un modo que deja claro que no es un sueño ni una alucinación, aunque reconozco que ciertas cosas no eran lo que parecían. Sé que no es bueno comparar, pero Anna me recordaba mucho a Rachel, la protagonista de «La chica del tren». Ambas tienen un perfil similar: saben las rutinas de aquellos a los que ven, no son consideradas testigos fiables, hay una duda constante sobre lo que han visto… Eso me molestó un poco al principio, pero luego Anna varió un poco.

Aún así, Anna me provocó indiferencia durante la mayor parte del tiempo. Sentía que su personaje no estaba debidamente desarrollado y que siempre repetía los mismos pensamientos y acciones, lo que me impedía profundizar más en ella. El resto de personajes son complementos, pero tampoco se les conoce demasiado y parecen un poco encorsetados, es decir, aparecen, dicen lo mínimo, salen de escena, vuelven a aparecer y hacen justo lo que se espera de ellos. Ni siquiera se indaga demasiado en los Russell, que deberían haber sido más analizados para dar más juego.

La parte de misterio queda en un segundo plano en varias ocasiones, además, el ritmo lento con el que se desarrolla hace que a veces parezca que ni siquiera es un factor importante en la trama. Aunque lo que Anna ha visto es realmente impactante, el modo en que incluso ella piensa en eso hace que parezca simplemente una anécdota. En ningún momento llegué a odiar el libro ni lo quise abandonar, pero mi grado de interés era muy irregular y no siempre tenía las mismas ganas de seguir avanzando en la lectura.

Si hablamos de giros argumentales impresionantes, para mí no hay ninguno. Hay una supuesta gran sorpresa que considero que se puede intuir porque se dan varias pistas y se pueden ir atando cabos. Respecto a la resolución de la incógnita principal, solo acerté con los implicados, pero tengo que admitir que fallé con mis teorías sobre cómo se dieron los hechos. A pesar de todo, no sé por qué, pero no logré sentirme impresionada, creo que esperaba descubrimientos más llamativos.

Es imposible que un libro pueda gustarle a todo el mundo y, lamentablemente, yo no he sentido que éste sea el thriller revelación del año. Respeto a los que lo ven así y me alegro por ellos, pero yo no quedé con esa opinión. 

Valoración del libro: 5/10 «Una novela con una parte introductoria que se alarga demasiado y una historia que no sabe mantener la intriga en todo momento ni dar grandes sorpresas. Para mí, esta lectura ha sido pasable, pero sé que no me ha dejado huella y que la olvidaré fácilmente». 

Sinceramente, esperaba otra cosa. Conocí este libro meses antes de su publicación en español, ya que vi algunas opinión en inglés y me enamoré de inmediato de la premisa de la historia, pero ahora que lo he leído, me ha parecido que no ha sido para tanto. 

Para empezar, el inicio es demasiado brusco. Carys y Max, los protagonistas, han quedado a la deriva en el espacio, están lejos de su nave y se tienen que enfrentar a un problema terrible: sus depósitos de oxígeno están dañados y solo les queda aire para 90 minutos. En esos instantes, es posible intuir que Carys y Max no son solo amigos o compañeros de misión, así que eso, en teoría, añade dramatismo a su situación, pero yo fui incapaz de sentirlo. Llamadme insensible, pero para yo sentir pena y un dolor inmenso por los personajes en la primera página, la autora debería tener una forma de escribir muy excepcional, cosa que para mí no tiene, así que me puse a reflexionar fríamente sobre lo que les pasaba a Carys y a Max, pero no conectaba con ellos.

Personalmente, considero que no hubiera estado mal conocer un poco más a los protagonistas antes de llegar a esa situación.

Después de esos primeros capítulos, la novela no se centra solo en el presente, sino que también nos cuenta mediante flashbacks el pasado de Carys y Max (cómo se conocieron, lo que surgió entre ambos, los problemas que tuvieron…).

Os tengo que ser sincera, me dormía con esos flashbacks, no porque no me importara lo que se contaba, sino porque para mí hay frialdad en la forma de narrar de Katie Khan.

Carys y Max parecen robots por lo poco que transmiten y no hay justificación para eso. Ellos viven en una especie de sociedad futurista que está mal presentada. Lo que yo entendí: el mundo que conocemos se ha ido al traste, varias naciones se pelearon, han quedado zonas deshabitadas, ahora no hay «países» sino Vaivodas y no se recomienda establecerse en ninguno, sino que cada ciertos años hay que rotar. Además, hay normas para emparejarse, para comunicarse, para divertirse, etc. Me quejo de esta sociedad porque no resulta creíble, es decir, se habla de Vaivodas y de Europia, pero luego te mencionan nombres de países como Estados Unidos. Australia, etc. ¿Para qué inventarse eso de «vaivodas» si luego vas a llamar a los sitios por su nombre?. Bueno, supongo que para dejar claro que no es la sociedad actual, pero sigo sin encontrarle demasiado sentido. Luego está lo de las «normas» que, vamos a ver, las cumplen porque les da la gana, porque no me pareció que hubiera nadie que les impidiera hacer lo contrario, así que no me cuadra la mentalidad que supuestamente tiene la gente. A todo esto le tenemos que añadir que en la sociedad se busca que todos sean felices y que experimenten para que no se frustren siendo jóvenes, así que eso hizo que me resultara aún más incomprensible la actitud de Carys y Max, porque no estaban oprimidos ni nada.

De las 330 páginas que tiene el libro, las 100 primeras se me hicieron eternas. Afortunadamente, luego empecé a notar que la historia comenzaba a remontar. No es que se convirtiera en la lectura del año, pero la trama ganó bastante agilidad y reconozco que me intrigaba saber qué iba a ser de Carys y Max.

 A nivel general, la parte relativa al presente es la que más me gustaba. Los protagonistas intentan descubrir métodos para regresar a su nave y se sabe mantener la duda sobre si tendrán éxito o no. Además, me agradó que los detalles técnicos no resultaran incomprensibles y que fueran explicados de una manera clara y amena.

Respecto a los recuerdos del pasado, hay una mejoría notable en la forma de narrarlos a medida que se va avanzando en la lectura, de hecho, llegó un momento en el que incluso me dio cierta pena lo que tuvieron que pasar los protagonistas. Lamentablemente, a pesar de todo, seguí sin verles como dos enamorados, para mí eran personas que se tenían un ligero aprecio.

Y no es que vea mal que solo se tuvieran cariño, al contrario, lo vería genial si no fuera porque se intenta dar a entender que hay un amor especial entre ellos.

Hay romance, pero es muy sutil. Realmente tenía mucho potencial, pero faltó desarrollar más la relación de Carys y Max y dotarla de sentimiento.

Aprovecho también para decir que los personajes secundarios son prácticamente inexistentes. Desde mi punto de vista, esto no es un error, los protagonistas son los que son y otros personajes no tenían cabida. Hay uno que puede sorprender un poco y que podría haber aportado más, pero adiviné demasiado pronto el secreto que le rodeaba.

Y ahora voy a decir lo más original de esta novela: su tramo final.

Es inusual y muy original. Desde un principio, creo que es posible deducir que los protagonistas tienen 4 destinos posibles. No los especifico porque tal vez otros lectores no lo vean así y porque tampoco quiero que nadie me acuse de soltar spoilers. El caso es que la autora muestra 3, pero no son exactamente finales alternativos, es decir, son algo así, pero no son eso exactamente. No voy a decir cómo lo hace, pero primero quedé desorientada, luego me puse a elaborar las teorías más raras que os podáis imaginar y finalmente entendí lo que sucedía. En mi caso, nunca había visto nada similar en ningún otro libro.

En resumen: aunque no fue ni de lejos una lectura tan buena como yo pensaba que sería, consiguió acabar siendo entretenida y logró asombrarme con su desenlace.

Valoración del libro: 6/10 «Aunque me parecía una lectura más prometedora de lo que fue, tuvo algunos detalles positivos, entre los cuales destaca su original desenlace. Si los personajes no me hubieran resultado tan fríos, es posible que la historia me hubiera dejado una opinión más positiva, pero al menos me fue resultando cada vez más entretenida a medida que avanzaba». 

Tenía buenas expectativas con esta lectura, pero no ha sido lo que yo esperaba. Aunque es relativamente fácil avanzar y tiene algunos momentos buenos, no le vi un propósito concreto a la historia, ya que se dedica a contar la rutina de 4 chicas y no hay nada intrigante. 

Primero que nada, ¿qué os hace pensar la sinopsis?. Tal vez fue que yo me hice una idea equivocada, pero entendí que el libro iba sobre cuatro mujeres que iban a comenzar a vivir juntas y que se iba a ir desarrollando una amistad entre ellas. Pero no, la novela comienza cuando ya llevan mucho tiempo viviendo juntas, de hecho, dos de ellas ya llevaban 9 años en el apartamento y las otras 5, así que el libro no va de cómo se adaptan a la convivencia ni de cómo surge su amistad. Dejando a un lado mi confusión inicial al ver que la trama iba a ser diferente a lo que yo pensaba, le reconozco a la autora su capacidad para ir presentando a las 4 protagonistas de un modo bastante claro, lo que me permitió ir haciéndome una idea de la personalidad de cada una y de su cómo eran sus vidas. 

El apartamento en el que viven es un loft bastante amplio que se pueden permitir porque al parecer está situado en una zona de Nueva York que no era muy buena en el pasado y eso hizo que el precio para alquilarlo fuera más bajo de lo que normalmente cuesta vivir en una propiedad así. Claire fue la que lo encontró y decidió buscar compañeras de piso para poder pagarlo porque, aunque fuera más barato de lo que debería, tampoco es que estuviera regalado. 

Actualmente, las edades de todas van desde los 28 a los 32 años, lo que hace que más o menos estén en el mismo punto de sus vidas y que les toque tomar decisiones importantes tanto a nivel personal como profesional. 

A lo largo de todo el libro se va conociendo con mayor detalle el pasado de cada una, sus circunstancias familiares y la manera en que deben afrontar situaciones que van a alterar sus rutinas. La cuestión es que no os puedo destacar ninguna porque eso sería daros spoilers y tampoco es que pase nada impresionante. Desde mi punto de vista, es una lectura sin sobresaltos y que combina momentos de humor con instante dramáticos, pero es tan previsible que lo dramático creo que ni causa impacto. 

En cuanto a las protagonistas, tres me resultaron simpáticas y la otra fue ganándose mi antipatía a medida que avanzaba en la lectura. A continuación, os las voy a describir brevemente de manera individual.  Claire es diseñadora de zapatos, pero en la empresa en la que trabaja no le permiten desarrollar su creatividad y está frustrada. Está totalmente negada al amor porque cree que un hombre solo sirve para impedir que una mujer triunfe y ella quiere llegar lejos. Lo de que no quisiera ataduras sentimentales a mí me parece totalmente respetable, pero es que luego es totalmente incoherente con lo que dice y hace. Ella es la que me cayó mal a medida que la fui conociendo, ya que considero que la autora quiso dar a entender que es una luchadora y para mí es una creída. Además, hay instantes en los que incluso parece que menosprecia a aquellos que han decidido llevar un tipo de vida previsible, cosa que me pareció una falta de respeto, pues cada cual puede llevar el tipo de vida que le dé la gana y no por eso es menos que otros. Morgan trabaja en Wall Street, adora su trabajo y tiene una relación consolidada, pero poco más puedo decir, ya que juega un papel muy secundario. En cuanto a Abby, es una escritora que no ha encontrado su camino y que está liada con un tipo que cualquiera ve que es un aprovechado, pero ella está ciega y su personaje deberá aprender que hay que ser más espabilada. Y por último, Sasha, mi favorita. Es ginecóloga en prácticas y disfruta al máximo de su profesión, no le importan las largas guardias ni nada porque para ella todo esfuerzo tiene su recompensa. Es la más madura de las 4 y, aunque está trabajando durante el 90% del libro, disfruté viendo cómo era su día a día y los cambios a los que se tuvo que ir adaptando. 

Morgan y Abby tienen menos protagonismo que Claire y Sasha, pero dentro de lo que cabe, ninguna es un personaje puramente decorativo. 

Eso sí, quiero destacar que es un poco raro lo perfecta que es su convivencia, pues nunca discuten ni tienen problemas con las tareas domésticas. Personalmente, creo que incluso aunque convivas con gente muy similar a ti, es imposible que nunca tengas choques con las otras personas ni que no se produzca ni una pequeña pelea porque alguien se ha olvidado de hacer algo. Todo es tan perfecto que resulta irreal, pero supongo que es que la autora quería que pareciera que vivir en ese apartamento era como estar en el paraíso. 

A ver, no quiero que dé la impresión de que odié el libro, porque no es así, sencillamente me parece que solo sirve para entretener y que no logra dejar huella. Lo bueno es que no se excede en descripciones inútiles y que hay varios personajes secundarios que consiguen a veces animar la trama. Además, hay pequeños toques de humor, la parte de romance es aceptable y lo que sí que me gustó es cómo se plantea el temor que en ocasiones podemos tener al futuro porque no sabemos si nos estamos dedicando a lo que realmente nos gusta y el miedo a que los años pasen y los hayamos desaprovechado. 

Valoración del libro: 6/10 «A nivel general, es una historia que entretiene y que presenta a cuatro protagonistas muy diferentes entre sí, pero le faltó generar más intriga o que la trama tuviera algo para no resultar tan previsible y simple por momentos. Es una novela para pasar el rato, pero no tiene nada memorable «. 

Aunque empecé con entusiasmo esta lectura, pronto me di cuenta de que no iba a ser tan trepidante y apasionante como yo pensaba. Suele gustarme leer sobre temas a los que no estoy acostumbrada, y al ver que la sinopsis hablaba de  una conspiración relacionada con niños nacidos gracias a la fecundación in vitro, pensé que era bastante original.

Esta novela ciencia ficción comienza con un prefacio que nos sitúa en marzo de 2028. Ahí nos presentan a una pareja que está tranquilamente en un restaurante con sus hijos y que está a punto de enfrentarse a una tragedia, pues la mujer sufre de repente un ataque que le causa la muerte. Ella tenía 47 años y estaba aparentemente bien hasta que notó algunas molestias y cayó fulminada. Por un lado, me intrigó ese principio, pero por otro lado, es que fue surrealista cómo reaccionó su marido, hasta le dijo que se fuera en paz y que todos estarían bien. Pero me dije a mí misma que sería que en 2028 la gente tal vez fuera más fría y sería normal actuar así… 

Tras esto, conocemos a los que serán los verdaderos protagonistas de esta historia: Jonathan (un especialista en medicina materno fetal de 55 años), Jim (experto en técnicas de fecundación in vitro de 65 años) y Amanda (ginecóloga de 30 años). Al autor le tengo que reconocer que supo introducir bien a los personajes, pues nos los describe de un modo adecuado y claro para que entendamos su papel en la historia. Los tres trabajan en un hospital de Chicago y se podría decir que tienen puntos de vista diferentes sobre cómo se ha desarrollado todo lo relacionado con la fecundación in vitro. 

Lo que produce un cambio en sus vidas es la aparición de más pacientes que presentan ataques similares a la mujer del prefacio y que mueren sin que se pueda hacer nada por ellos. Todos están cerca de los 50 años, parecen haber sufrido un repentino deterioro típico de edades más avanzadas que hace que fallezcan de manera irremediable y… fueron las primeras personas que nacieron gracias a la fecundación in vitro. En estas páginas estuve enganchada, pero una vez pasados los primeros capítulos ya noté cómo la historia iba decayendo de manera preocupante. 

Se repite una y otra vez la misma información, lo que provocó que me hartara de ver cómo le estábamos dando vueltas a lo mismo y que penas pasara nada. No sé ni cuántas veces se explicó la función de la placenta y el hecho de que es un órgano que dura como máximo 9 meses. 

A medida que avanzaba en la lectura, yo esperaba que se fuera analizando más lo que se supone que causaba problemas a los que no eran gestados de manera natural, pero no, en pocas frases se podría resumir lo que se dice que sea relevante. Los personajes debatían bastante, pero yo vi mucho relleno en lo que decían. En verdad, más o menos siempre se mantenía el mismo juego: uno exponía sus argumentos, el otro se empecinaba en que no era así y vuelta otra vez a lo mismo. 

Además de esto, lo que me pareció un error importante fue dejar a las personas que estaban muriendo en un segundo plano. Siendo los protagonistas médicos, lo normal hubiera sido que intentaran acercarse más a esta gente. No todos morían de un momento a otro, se nos dice que algunos pasaban un tiempo hospitalizados antes de su trágico desenlace, así que… ¿por qué no hay ni una visita a ninguno de ellos?. A veces me daba la impresión de que a Jonathan y a Jim lo que más les gustaba era retarse y medir su ego, lo que hacía que ignoraran a los pacientes. 

Eso me lleva a hablar un poco más de ellos. Jonathan se supone que es el bueno, el que quiere hacer lo correcto, pero no es el que más se la juega por averiguar qué sucede. Amanda le quita el protagonismo y con ella tuve sentimientos contradictorios. Creo que el autor tenía algo pensado para su personaje y luego cambió de idea, ya que no me encaja cómo se comportaba al principio. No puedo entrar en detalles porque supondría dar spoilers, pero esa fue la percepción que a mí me quedó. Ella se arriesga más que Jonathan, pero no es normal la facilidad con la que logra todo lo que se propone. En cuanto a Jim, me da pereza hasta mencionarlo, aparece lo justo y es muy plano, dice lo que se espera de él y da la sensación de que se deja llevar. Aparte de ellos, hay algunos personajes secundarios que tienen relevancia en instantes concretos, pero lo que tienen en común con los 3 protagonistas es que me dejaron indiferente. Ningún personaje transmite, yo no sentía su alteración en supuestas situaciones tensas ni su dolor en los momentos en los que se contaba algo trágico. 

Hay una pequeñísima parte de romance que desentona totalmente en la trama y que no sé a cuento de qué fue añadida. Dotar a los personajes de más emoción hubiera estado mejor. 

El desenlace fue un poco más animado, pero más o menos me quedé con la sensación de estar como al principio. Además, aunque se describe una situación que debería ser muy preocupante, no parece que el mundo esté reaccionando. 

Dicho todo esto, ya supondréis que mi valoración final de este libro es bastante baja. Tiene 26 capítulos y antes de la mitad ya me costaba mucho avanzar. Llegó un punto en el que me obligué a seguir con la lectura, pues no veía que fuera trepidante ni que diera sorpresas. Y que la historia esté ambientada en el futuro tampoco supone nada, no hay tecnologías que no puedan darse en la actualidad ni nada que resulte llamativo. 

Obviamente, como con cualquier obra, habrán opiniones para todos los gustos, pero yo tengo que ser sincera y no puedo decir que «El expediente McCarthy» sea de esos libros que yo recomendaría. 

Valoración del libro: 4/10 «La base de la historia era prometedora y el inicio es de los que crean buenas expectativas, pero el desarrollo de la trama es lento, repetitivo en lo referente a la información que se da y poco sorpresivo. Respecto al final, se podría decir que más o menos te deja en el punto de partida». 

Aunque de John Green leí «Bajo la misma estrella» y me encantó, no sentí interés por leer nada más suyo hasta ahora. «Mil veces hasta siempre» prometía ser una historia interesante, pero para mí no fue todo lo buena que esperaba. Eso no significa que me aburriera, más bien el problema que tuve es que sentí que no se profundizaba bien en algunos personajes y en ciertos aspectos de la trama.

La protagonista de esta historia es Aza, una adolescente que sufre un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Su mente le impide parar de pensar en las bacterias, microbios y elementos infecciosos que hay a su alrededor, lo que ocasiona que le sea difícil comer tranquilamente o tener demasiado contacto físico con otras personas. Su mejor amiga es Daisy, una fanática de Star Wars que parece ser opuesta a Aza en muchos sentidos. Los días en su vida pasan de un modo rutinario hasta que ambas se enteran de la desaparición de Russell Pickett, un millonario que casualmente es vecino de Aza y cuyo hijo, Davis, fue amigo suyo en la infancia. Disponer de información sobre su paradero tiene recompensa, concretamente 100.000 $ y Aza y Daisy deciden que tal vez ellas puedan ser las beneficiarias de ese dinero. Para eso, deberán comenzar ya a investigar y… ¿qué mejor que intentar acercarse a Davis?. 

A mí el principio del libro me atrapó, Aza era un personaje realmente inusual y su forma de pensar me resultaba intrigante. Además, hubieron varias frases que me hicieron reflexionar bastante a pesar de su sencillez. La sutileza con la que esta novela logra que te plantees varios temas, como las obsesiones, la soledad o el valor de la amistad, fue para mí uno de los puntos fuertes. 

Pero sobre todo, destacaría que estar en la mente de Aza te hace darte cuenta de cómo es vivir con una obsesión y ver que la persona que la sufre tiene serias dificultades para evitar determinados pensamientos nocivos. 

El problema fue que si hablamos de la trama, considero que ésta fue perdiendo fuerza a medida que avanzaba y llegó un momento en el que dejé de interesarme por el misterio principal, que en teoría era la desaparición de Russell Pickett. 

El tema de la recompensa y búsqueda de Pickett me acabó pareciendo una simple excusa para que Aza y Davis retomaran el contacto y para que ciertas situaciones hicieran que Aza tuviera que analizarse a sí misma desde otras perspectivas. El trastorno de Aza es lo que centra la atención la mayor parte del tiempo y no es que se haga de mala manera, pero llega un momento en el que se añora que más elementos dinamicen la trama. 

Y ya advierto que el romance es casi inexistente, hay un poco, pero no creo que sea destacable. Por un lado, considero que se hubiera podido caer en tópicos si esto hubiera sido más importante, pero por otro lado, un poquito más de «sentimiento» no hubiera estado mal.  

Si hablamos de personajes, Daisy y Davis son los secundarios que más relevancia tienen, ya que la madre de Aza y el hermano pequeño de Davis también aparecen, pero de forma ocasional y para decir poca cosa. Daisy me resultaba simpática, pero tampoco en exceso y en la parte final es cuando más sincera la vi. En cuanto a Davis, está muy desaprovechado. Desde mi punto de vista, su personaje tenía más complejidad de la que aparentaba y solo en el desenlace se abrió más. 

Si os fijáis, en ambos personajes destaco cómo dan lo mejor de sí en el último tramo del libro, pero no solo ellos, Aza también, ya que ahí es cuando te das cuenta de que su situación no es una tontería y que puede llegar a límites insospechados. En cuanto a la resolución del misterio de Pickett, me sorprendí y hasta me dieron más ganas de haber conocido mejor al personaje. 

En conclusión, es una novela de fácil lectura y da que pensar en algunos aspectos, pero le faltó más chispa.

Valoración del libro: 7/10 «Con un inicio que engancha, es una historia que no se centra en una investigación, que es lo que parece que da a entender la sinopsis, sino que más bien focaliza la atención en explicarnos cómo es vivir con un trastorno obsesivo-compulsivo. Entretiene y te hace reflexionar sobre ciertos temas, pero a la trama le faltó algo más». 

No sabía qué esperar de esta lectura, pues aunque la sinopsis te da una idea, tampoco es que diga demasiado. Yo pensé que iba a ser una historia de amor inusual y no fue eso exactamente lo que encontré, pero aún así no me ha parecido un mal libro. 

Kaoru Nakamura es el protagonista de esta novela en la que los giros y sorpresas del destino juegan un papel muy importante. Tiene 28 años y su vida se rige por un orden y una planificación estrictas en la que no hay lugar para la improvisación. Tiene un horario muy bien definido para realizar sus tareas, sus comidas son siempre las mismas, se fija en cualquier detalle, etc. Al inicio nos cuenta cómo es su día a día y había algo en su obsesión que me resultaba fascinante. No sabría explicarlo, pero me encantaba ver la manera en que se fijaba en todo y lo meticuloso que era. 

 
El problema para él empieza cuando Sonoko, una chica con la que trabaja en una tienda de zapatos. le propone salir. En ningún momento le dice que sea una cita, sino más bien parece que es una quedada entre compañeros de trabajo, algo que en verdad poco importa, pues Kaoru no está dispuesto a salirse de su rutina por ningún motivo. Al día siguiente, un accidente y la repentina marcha de Sonoko de la empresa provocan que la vida de Kaoru comience a cambiar de un modo que él no esperaba…

 
Cuando esto pasó, la novela entró en una fase en la que pensé que se iba a ir todo al traste. Sentí que la tranquilidad que tenía Kaoru se estaba dinamitando demasiado rápido. Las cosas se empezaron a desarrollar de un modo precipitado y me pareció poco creíble la facilidad con la que el mundo de Kaoru se desmoronaba. Podía entender que ciertos sucesos significaran una gran alteración su vida, pero vi exagerada su actitud y lo rápido que se desestabilizó. Además, empezaron los momentos en plan flashback para conocer los hechos que le marcaron y ahí me aburrí un poco, pues vi que ese tema se alargaba demasiado. En esa parte lo que más me gustó fue conocer la leyenda del hilo rojo del destino, que al parecer une a las almas destinadas a estar juntas. 

 
Afortunadamente, el último tercio del libro tuvo más ritmo y volví a sentirme enganchada a la lectura. Todo lo que se había contado hasta ese instante empieza a cobrar sentido y es hora de que se descubran muchas verdades. En el desenlace se dieron algunos hechos inesperados y mis sentimientos fueron una mezcla de incredulidad y sorpresa. Además, el cierre me pareció un poco abrupto.

 
Si os habéis fijado, hasta ahora solo he mencionado a dos personajes: el protagonista y Sonoko, pero es que poco más puedo decir de los demás. Hay personajes secundarios que aparecen para darle sentido a lo de que hay seres que están conectados y no son conscientes, pero su presencia en la trama es bastante limitada. Me atrevería a decir que incluso Sonoko pasa a un segundo plano durante demasiado tiempo, lo que hace que su personaje tampoco pueda brillar. 

 
Respecto a la ambientación, todo transcurre en Japón en la época actual. A ver, se dan algunos detalles del lugar, pero no me pareció que la novela estuviera orientada a enamorarte del entorno, ya que no es que se profundice mucho en él. 

 
Y antes de terminar, me gustaría aclarar que no es un historia de amor. ¿Por qué digo esto? Pues porque en la contraportada se dice que es «Una historia de amor poco convencional«. Esa no fue la percepción que se me quedó a mí y considero que es un error que alguien quiera leer el libro pensando que es eso. Hay un poco de amor, pero es muy sutil. No digo que eso estropee la historia ni mucho menos, de hecho, creo que si hubiera tenido más romance del que tuvo, el surrealismo hubiera sido demasiado. ¿Hay sentimiento en este relato? Sí, pero no centrado en el amor de pareja. Kaoru es un hombre que resulta muy distante al principio y tengo la teoría de que el objetivo de la trama fue enseñarnos que debajo de esa apariencia había alguien sensible cuya vida había estado marcada por determinadas personas y por su amor al arte o al orden. No puedo precisar una de sus pasiones porque eso sería spoiler, ya que fue lo que realmente le marcó y fue el detonante de mucho de lo que sucedió. 

Os la recomendaría si queréis una historia ligera (no llega a las 300 páginas) en la que es fácil avanzar y cuyo protagonista es algo inusual. No considero que fuera perfecta, pero tampoco me arrepiento de haberla leído.

Valoración del libro: 6/10 «Con un comienzo prometedor e intrigante, es una historia que sufre altibajos en su parte central, pero luego logra retomar el ritmo y sorprende con un final en el que se mezcla lo inesperado y lo surrealista al darse algunos hechos que no son fáciles de creer».

Aunque de Jojo Moyes leí «Yo antes de ti» y «Después de ti» y me encantaron, no lograba sentir demasiado interés por sus otras obras hasta que vi ésta. ¿Por qué me atrajo «París para uno y otras historias»? Pues porque recopilaba 11 relatos y eso me hacía pensar en una lectura entretenida. Finalmente, es lo que ha sido, me ha gustado, pero no me ha parecido espectacular.

Como es lógico, no todos los relatos me han gustado de igual manera. Unos me han parecido dignos de ser ampliados y otros me han dejado prácticamente indiferente. Hay dos que son mucho más largos que los demás y fueron mis favoritos, ya que logré conectar mejor con los personajes.

A continuación, voy a dar una breve opinión de cada uno sin dar spoilers.

París para uno (126 páginas)

Nell, la protagonista, es una chica de Londres que está emocionada porque va a pasar un fin de semana romántico con su novio en París. ¿El problema? Él no aparece en la estación y lo único que hace es mandarle un mensaje diciéndole que se vaya ella, pues él llegará más tarde y cogerá otro tren. Creo que yo me enfadé más que la propia Nell. Ella se queda ligeramente sorprendida, pero se lo toma con demasiada calma. Yo esperaba que se cabreara, pero ella confía en que él realmente cogerá el siguiente tren, algo que obviamente no sucede.

 
Tras esto, es cuando conocemos más a Nell y entendemos que es una persona que nunca corre riesgos y que lo planifica todo al milímetro. Pasar un fin de semana sola en París es todo un desafío para ella, pues significa tener que improvisar y afrontar situaciones inesperadas. Además, no olvidemos que París es la ciudad del amor y todo puede pasar…

Aunque al principio la historia no me estaba gustando demasiado, luego empezó a atraparme y me sacó más de una sonrisa. Nell evoluciona en poco tiempo y no lo hace de un modo que parezca absurdo, sino que te hace pensar en que a veces, sencillamente no nos atrevemos a arriesgarnos porque estamos atrapados en una rutina, pero basta un pequeño imprevisto para que nos planteemos qué es lo que queremos realmente y nos atrevamos a sacar a la luz una parte escondida de nuestro carácter. En conclusión, una historia tierna y con momentos cómicos que os hará pasar un buen rato.

De tuit en tuit (12 páginas)

Un famoso presentador se ve metido en un lío cuando una mujer afirma en Twitter que ha tenido una relación amorosa con él. Pero él está casado y si la gente comienza a prestar atención a esos tuits, se verá metido en una polémica que puede acabar con su carrera y con su familia.

Por eso acude a una empresa especializada en resolver problemas de reputación, especialmente cuando éstos han surgido en medios digitales. Él jura que todo lo que se está contando en la red es falso y que no va a mentirles a la hora de responder a las preguntas que ellos le hacen.

Con las pocas páginas que tiene, no puedo desvelar mucho más. Te enganchas rápidamente porque quieres saber si este hombre es infiel o no, pero tampoco es una historia que aporte mucho. Si acaso, una pequeña risa al final.

Amor de tarde (12 páginas)

Tras 14 años casados, un hombre sorprende a su esposa con una pequeña escapada a un hotel para celebrar su aniversario (aunque eso fue hace semanas y parece una simple excusa por parte de él). A ella le sorprende esta sorpresa tan repentina y pronto vemos que, cuando llevas tanto tiempo casado con alguien, puede que ya la chispa de la pasión se haya acabado y hasta sea difícil conversar.

Esta historia me dejó bastante fría. Puedo entender lo que la autora quería transmitir, pero, básicamente, te pasas 12 páginas viendo a dos personas quejarse de su rutina y siendo incapaces de disfrutar del momento.

Pájaro en mano (14 páginas)

Beth y Simon son una pareja que acuden a una fiesta que a ella no parece hacerle especial ilusión y a la que prácticamente va obligada. Desde el principio puedes deducir que no es solo el evento, sino que el simple hecho de ir con su pareja parece deprimirla. Allí encontrará un invitado inesperado para ella que le causará cierto shock…

Tontería pura. En esta historia me pareció que había actitudes hipócritas y que la protagonista se contradecía a sí misma. Se lee fácil, pero no le vi un objetivo.

 
Zapatos de cocodrilo (12 páginas)

 Tras una confusión en el gimnasio, una mujer acaba llevándose una bolsa que no es suya. Dentro hay unos zapatos que no son para nada de su estilo, pero que se ve obligada a utilizar porque luego tiene una reunión y no puede ir con deportivas.

Se le da una importancia exagerada a los zapatos. Considero que la historia te quiere transmitir que a veces solo hace falta tener confianza en ti mismo para tener éxito, pero es un relato muy simple que solo sirve para entretenerte unos minutos.

Atracos (14 páginas)

No os imagináis lo que me divertí con esta historia. Es surrealista, pero me encantó. ¿Debería ser más larga? Sí, pero aún así, me dejó satisfecha.

La empleada de una joyería se ve en una situación que no esperaba y es que una serie de asaltantes han entrado para atracar el negocio. Uno de ellos la tiene retenida en una habitación separada del resto y eso hace que puedan «conocerse». Ella parece querer hacerse la simpática y es fácil notar que el delincuente no tiene mucha experiencia en robos y que ella le atrae.

Su conversación es de lo más cómica y el final te deja con ganas de haber seguido disfrutando de estos personajes.

 
Luna de miel en París (78 páginas)

Aquí se cuentas dos historias:

– Por un lado, tenemos a una pareja en el año 2002 que acaba de contraer matrimonio y que ha ido a pasar su luna de miel a París. Por asuntos de trabajo, él la deja sola y le dice que sólo serán un par de horas y que aproveche ella para hacer turismo. Eso la enfurece, algo totalmente lógico ya que ¿a quién le gustaría ir de luna de miel y que su pareja le hiciera eso?. Debido a esto, ella empieza a reflexionar sobre su matrimonio y se pregunta si ha hecho lo correcto en casarse.

– Por otro lado, tenemos a otros recién casados en el año 1912. Ellos viven en París y no disponen de muchos recursos económicos, especialmente porque él es demasiado generoso, pero eso no les impide disfrutar de su amor al 100%. Todo se complica cuando ella es menospreciada por una ex de él y comienza a dudar de la fortaleza de su relación.

Mi debilidad fue la pareja de 1912, aunque ambas tienen algo especial. Me emocioné con algunas situaciones, no en plan de llorar, pero sí en el sentido de que podía sentir lo que ellos estaban pasando y los dilemas a los que se enfrentaban.

¿Es el amor suficiente para que una relación funcione? Aquí las parejas te enseñan que, viviendo situaciones muy diferentes, todo se reduce a plantearte si confías o no en la persona que has escogido como pareja y la necesidad de hablar de las dudas que puedan surgir. No podía parar de leer porque sentía mucha curiosidad en saber cómo iban a resolver sus problemas y disfruté mucho viendo lo bien que se transmitían sus sentimientos.

El abrigo del año pasado (12 páginas)

En este caso, nos encontramos con una protagonista que está pasando dificultades económicas. La crisis ha afectado a su familia y no se pueden permitir salirse del presupuesto y darse caprichos. Un día, ve un abrigo que le gusta en un escaparate y piensa que sería genial poder comprarlo, ya que el único que tiene ahora está roto, pero el que ha visto es demasiado caro y su marido también considera que debería comprar uno más económico….

Aquí el problema es el mismo que con el relato de «Zapatos de cocodrilo». Entiendo que el abrigo es una excusa para darnos una lección sobre ciertas situaciones de la vida, pero es que yo tampoco entendía tanto revuelo por un dichoso abrigo. Me parecía una actitud un poco pesada la que tenía la protagonista. Todos queremos cosas que no podemos tener y nos tenemos que adaptar a nuestras circunstancias.

 
Fue un relato que para mí pasó sin pena ni gloria y en el que la autora intentó emocionarme y no lo logró.

 
Trece días con John C (14 páginas)

Miranda está aburrida de su vida, así de sencillo: cree que le falta emoción y su marido no le hace demasiado caso. Todo cambia cuando encuentra un móvil y ve unos mensajes que le llaman la atención. En ellos, un hombre parece desesperado por reunirse con la dueña del teléfono y a Miranda no se le ocurre nada mejor que hacerse pasar por ella.

No le vi ni la gracia ni la moraleja. Bueno, sí, tal vez sería «no vayas de lista porque las cosas se pueden volver en tu contra». Miranda me pareció un personaje cuya sensatez era inexistente y cuyo comportamiento parecía el de una niña encaprichada.

 
Margot (8 páginas)

El vuelo de Em se ha retrasado y ella está en el aeropuerto algo desesperada y alterada emocionalmente. Allí conoce a una señora que hace que su ánimo mejore. No me pidáis que os explique más, porque apenas sucede nada.

 Más que un relato, parece que te están contando el final de la típica película navideña en la que hay alguna lección de paz, amor y gente que quiere ayudar a los demás. No digo que esas películas sean malas, a mí me gustan, pero leer un relato que parece el final de una de ellas no me divierte tanto.

La lista de Navidad (11 páginas)

La protagonista de esta historia está desesperada porque debe comprarle unos regalos a su suegra para navidad. El tiempo se le ha echado encima y se siente agobiada, pero un taxista la intentará ayudar a conseguir su objetivo. Rápidamente, descubrimos que su marido es un insoportable y la cuestión que ella debe plantearse es ¿merece la pena vivir amargada comprando cosas para una mujer que no soporta por orden de un marido que la trata como si fuera su asistente?.

También parece la típica película navideña, pero los personajes están más definidos y la trama evoluciona un poco más que en el relato anterior.

—————————————————————————-

Valoración del libro: 7,5/10 «En esta recopilación de 11 relatos escritos por Jojo Moyes. encontrarás historias que lograrán entretenerte, pero no serán inolvidables. Algunas son bastante curiosas y se disfrutan, mientras que otras no parecen tener un objetivo claro. A pesar de esto, todas son de fácil lectura y puedes avanzar rápidamente sin darte apenas cuenta».

Tenía grandes expectativas con este libro, pero no se han cumplido. Según leí la sinopsis, sentí una atracción inmediata, ya que parecía un buen thriller y consideraba curioso lo de que la trama se centrara en los últimos 7 días de vida de los personajes. ¿El problema? La monotonía. Ahora me explicaré mejor…

El comienzo es prometedor. Primero hay una página que te define lo que es un parricidio y luego otra en la que hay un pequeño texto muy similar al primer párrafo de la sinopsis. Posteriormente, la narración se sitúa en el 3 de abril de 1994 y empieza lo que es la historia en sí. Saber que la familia a la que vamos conociendo va a morir, te hace analizar en detalle su comportamiento y sus circunstancias. 

Tenemos 3 personajes principales: Laura (una mujer con un temperamento bastante fuerte), Raúl (un adolescente que parece odiar a todos los que le rodean) y Mario (un niño asustadizo que es atormentado por su hermano). Además, el marido de Laura y padre de Raúl y Mario juega un papel importante, pero no diría que es un personaje principal porque lo que descubrimos de él es mayormente gracias a recuerdos. Parece que todo gira en torno a él, pero no está realmente presente. El 3 de abril tuvo una discusión muy fuerte con su esposa y su marcha es la que desencadena varios acontecimientos. Sinceramente, no sabría decir cuál de todos los personajes está más desequilibrado mentalmente. Ninguno genera simpatía y te preguntas cómo todo puede ir tal mal en una familia. Laura es una déspota y sus hijos son muy peculiares, además de que están llenos de obsesiones. No digo esto como algo negativo, es más que nada por dar una valoración general de ellos. Hay personajes secundarios, pero prácticamente ninguno tiene una excesiva relevancia. 

Aunque para mí los primeros capítulos fueron buenos, luego me pareció que la trama empezaba a decaer. El transcurrir de los días es lento, cuando vas por el 3º o el 4º apenas notas variaciones y lo a mí me mantenía enganchada era que tenía curiosidad por saber quién había acabado con la vida de los distintos miembros de la familia. No es que mi vida sea una montaña rusa de emociones, pero cuando estoy leyendo busco sorpresas o elementos que despierten mi interés. 

Y eso me hace hablar del final. Había leído reseñas en las que destacaban lo impactante que era y eso para mí es un gran aliciente, ya que adoro los giros argumentales que te dejan en shock. Pero no, en este caso me lo veía venir porque creo que el autor dio varias pistas y había ciertos indicios que me hicieron intuir cuáles eran los secretos que escondían los personajes. Así que, debido a esto, me sentí decepcionada y hasta un poquito enfadada porque tengo la sensación de que quedó un cabo suelto. 

Pero quiero aclarar que no he odiado el libro ni nada parecido, es de esas historias en las que puedes avanzar fácilmente (incluso cuando hay poca acción) y logran entretener. También me gustaron las referencias a algunas cosas que estaban de moda en los 90 y el toque de nostalgia que eso despierta. Si los personajes hubieran tenido más misterio o se hubieran dado más sucesos, es posible que hubiera quedado más satisfecha.

Valoración del libro: 6,5/10 «Con un comienzo prometedor, es una historia que va cayendo en la monotonía y que te da demasiadas pistas sobre el misterio principal. Aún así, la lectura es fluida y no se hace pesado avanzar».

Para mí, un buen thriller tiene que sorprenderme en algún momento y «La chica de antes» lo ha logrado. Desde que conocí su existencia, la sinopsis de este libro me pareció tan integrante que no veía la hora de leerlo, y ahora que lo he hecho, debo decir que ha sido una lectura adictiva que únicamente flaquea en algunos detalles al final.

Más que una historia, son dos, ya que la narración se alterna entre lo que vivió Emma y lo que le está sucediendo ahora a Jane. Ambas tienen algo en común: consiguieron cumplir todos los requisitos para poder alquilar una espectacular casa en Folgate Street, 1. 

Ninguna de las dos protagonistas deseaba específicamente esa vivienda, sino que les fue ofrecida por casualidad y quedaron cautivadas por sus características y por su precio tan asequible. Tanto Emma como Jane habían vivido situaciones difíciles poco tiempo antes, por lo que vieron la casa como un nuevo comienzo. ¿Por qué la casa significaba un cambio radical en sus vidas? Pues por las condiciones tan estrictas que deben cumplir sus habitantes (no se pueden añadir más cosas de las que ya están allí, está prohibido tener algo tirado en el suelo ya que si el servicio de limpieza lo comunica serás expulsado de la casa, no se puede plantar nada en el jardín…) y porque antes de vivir allí, el arquitecto y propietario de la casa, Edward Monkford, exige que se responda a un cuestionario bastante peculiar (ejemplo de una pregunta: «¿te sacrificarías para salvar a diez desconocidos inocentes?») de cuyas respuestas dependerá que él acepte o no a los posibles inquilinos. 

El inicio me atrapó, pues me parecía fascinante la descripción de la casa, dotada de los últimos avances tecnológicos y de estilo minimalista, y que su dueño pusiera tantas condiciones para vivir en ella. Además, la lectura resulta muy fluida y es fácil avanzar y sentir interés por lo que les va sucediendo a ambas protagonistas. Hay que tener en cuenta que, al ser Emma la antigua inquilina, sabemos desde un principio que algo le pasó, y su relevancia en el presente hace que te preguntes qué fue y si Jane está en peligro ahora.

Los personajes están bastante bien definidos y, aunque Jane y Emma parecen personas muy diferentes, pronto veremos que tienen actitudes similares. Eso sí, para mí la gran sorpresa de este libro es Emma, una mujer que empieza como alguien débil y sin mucha personalidad, y que luego te va haciendo dudar de todo lo que creías saber. Jane es más predecible, pero no por ello me pareció un mal personaje.

Lo que realmente no me esperaba en este libro es que tuviera un toque erótico. No está centrado en eso ni nada, pero hay algunas escenas bastante subidas de tono que inicialmente parece que van a estropear la trama, aunque luego te das cuenta de que son necesarias para entender ciertas facetas de la personalidad de los distintos personajes. 

Al irles conociendo se irán tratando temas como las obsesiones, los traumas con el pasado, los celos y las consecuencias de las mentiras. Todo esto hace que la lectura no se estanque  y sientas que es más compleja de lo que parecía en un principio.

Respecto al final, considero que era mejorable. No tengo dudas de lo que pasó, pero ciertos sucesos se dan con demasiada facilidad y algunos personajes muestran de repente una debilidad que no es acorde a lo que se había visto hasta ese momento. A pesar de eso, recomendaría la lectura porque es adictiva y no te deja con la sensación de que sólo entretiene. 

Valoración del libro: 9/10 «Lo que empieza siendo una historia intrigante, pero aparentemente sin grandes sorpresas, se convierte pronto en una de esas lecturas que te enganchan y en las que no puedes dar nada por hecho con respecto a los personajes. De narración ágil, descubrirás que el antes y el ahora se parecen más de lo que crees». 

Después de ver muchas críticas positivas de este libro, debo decir que esperaba acabar más contenta su lectura. El comienzo es bueno, pero luego empieza a decaer hasta llegar a un final algo insulso.

Todo comienza cuando la pareja formada por Anne y Marco deciden dejar sola a su hija de 6 meses para ir a cenar a la casa de sus vecinos. Anne no está convencida de haber hecho lo correcto, pero su marido la ha convencido de que si visitan a la niña cada media hora y están atentos al monitor para bebés, nada malo sucederá. La cena está siendo un desastre, ya que Anne se siente molesta por la actitud seductora de su vecina con Marco y la aparente alegría de él con esa situación. Tras conseguir convencerlo de volver a casa, ambos descubren que su bebé ha desaparecido y que la gran pesadilla de su vida está a punto de comenzar…

Este inicio me gustó bastante, ya que no se pierde el tiempo en cosas irrelevantes y es interesante ver las reacciones de la pareja.

Desde un principio se nota que ambos están completamente distanciados emocionalmente, pero que por su hija están dispuestos a luchas conjuntamente para recuperarla.

Además, se comienza a saber más sobre los padres de Anne y sus vecinos, y vamos viendo que nadie está libre de secretos.

Hasta aproximadamente la mitad, me gustó cómo se mantenía el misterio, pero ahí se nos revela algo fundamental y entonces, al menos para mí, se pierde el interés. Personalmente, creo que cuando en un libro el autor/a decide desvelar tan pronto una de las incógnitas principales, se arriesga a dejar de sorprender al lector, y solo puede arreglarlo con un giro argumental de los que dejan en shock o haciendo que los personajes sean tan especiales que te dé igual que ya no hayan sorpresas. En este caso, no sentí que hubiera ninguna de estas dos cosas.

Luego está el tema de los personajes, pues me pareció que se fueron volviendo cada vez más repetitivos en sus actitudes a medida que se avanzaba en la trama. Desde el principio vemos que para Anne la maternidad no ha sido un camino de rosas y que su marido se está viendo agobiado por varios problemas, pero no me transmitieron ninguna conexión entre ellos. Entiendo que están pasando por un momento difícil y que ya de por sí su relación no estaba bien, pero son como dos desconocidos que deben afrontar juntos una situación (e incluso así, parece que cada uno va por su lado). La investigación policial también deja que desear, ya que me pareció que era en plan «vamos a ver qué sucede y ya veremos qué hacemos». Considero que indagar un poco más no hubiera estado mal…

Respecto al final, en varias reseñas he visto que para mucha gente fue una de las grandes sorpresas y lamento que para mí no fuera así. Me pareció un cierre rápido del asunto y cierto suceso yo me lo esperaba desde mucho antes. En general, me dejó indiferente.

En todo caso, tampoco quiero que quede la impresión de que he odiado el libro. En general, es de esas lecturas que puedes terminar en poco tiempo por la agilidad de la narración y si ciertos detalles se hubieran ocultado más tiempo, la intriga hubiera sido mayor.

Valoración del libro: 6/10 «Aunque la premisa de la historia no era original, el inicio del libro consigue atrapar de modo inmediato, el problema es que el interés comienza a decaer una vez pasada la mitad. A pesar de esto, es de esas lecturas fáciles que entretienen y terminas en poco tiempo».

Siempre me gusta probar nuevos tipos de libros y éste es uno de esos ejemplos. Cuando se dio la oportunidad, acepte leerlo porque me pareció que sería divertido y quería ver si disfrutaba de una historia contada en viñetas. Finalmente, me ha parecido entretenido pero no me ha maravillado. 

Al parecer, aquí se muestran los orígenes de la Volátil, un personaje que se dio a conocer en «Diario de una Volátil». Tal vez muchos la conozcáis, pero yo no sabía absolutamente nada de ella y me ha alegrado ver que eso no hacía que no entendiera algo de este libro. 

En «Érase una vez la volátil» hay muy poco texto, es una novela gráfica con la que puedes terminar en menos de una hora. Yo, para no saturarme, la fui dosificando y le dedique varios ratitos a lo largo de un día. 

Las ilustraciones, aunque son sencillas, para mí tienen mucho mérito, ya que creo que no es fácil contar una historia de esta manera y transmitir algo con imágenes simples.

La historia en sí que se cuenta es la de cómo la Volátil supera una ruptura amorosa. No se trata solo de pasar página respecto a la relación, sino también de encontrarse a sí misma, ver lo que desea hacer con su vida y superar situaciones o problemas cotidianos. 

Y ahora debo mencionar algunos detalles para que entendáis la valoración final que le voy a dar al libro. ¿Por qué no me ha maravillado? Pues porque yo no le he visto nada extraordinario a lo que se cuenta y tampoco es que me haya reído a carcajadas con momentos que se supone que eran graciosos. En cualquier historia, la personalidad del lector influye mucho, pero en una novela gráfica creo que el sentido del humor también juega un papel importante. No me considero una persona seria en el sentido de ser incapaz de reír, pero tampoco soy de risa fácil ni de verle la gracia a cualquier cosa. Algunas viñetas de este libro me han sacado alguna sonrisa, pero otras muchas me han dejado fría y desde luego ninguna me ha causado una diversión extrema. 

Luego está que creo que la autora quería transmitir que nunca hay que decaer y que la vida da giros inesperados y, sin duda, a la Volátil le van surgiendo cosas inesperadamente y puede pasar de sentirse desdichada a optimista en poco tiempo. Tal vez sea porque yo no empatizo tanto con dibujos como con una historia narrada en texto, pero me he entretenido sin más, no he sentido que nada se remueva en mi interior. 

¿Lo recomendaría? Si tenéis ganas de desconectar de lecturas densas, creo que es una buena opción. Si ya conocíais al personaje, me imagino que ya sabréis qué esperar y no creo que os aburráis. 

Valoración del libro: 6/10 «Con unas ilustraciones sencillas pero trabajadas, es una historia que entretiene y te saca alguna que otra sonrisa. En todo caso, creo que dependerá mucho del sentido del humor del lector el poder divertirse en mayor o en menor medida».

Empecé esta lectura con curiosidad, pero no esperaba que me cautivara como lo hizo. No es un libro muy largo, tiene 144 páginas que se leen en un suspiro y que están cargadas de emociones. 

El comienzo es muy directo, vemos a Addie visitando a su vecino Louis y haciéndole la propuesta de pasar las noches juntos. Esto es chocante porque, aunque ambos son vecinos desde hace más de 40 años, nunca han tenido una relación cercana y al fin y al cabo, sea como sea, ¿no es raro que alguien venga a tu casa pidiéndote que le acompañes en las noches? Ella solo quiere dejar de sentirse sola y tener alguien con quien hablar, por lo que Louis decide aceptar su propuesta. 

Ambos son viudos y no tienen obligaciones con nadie, pero realizar esto generará cierta controversia. A lo largo de todo el libro, iremos viendo el aumento de la complicidad entre ellos y el modo en que afrontan ciertos imprevistos y sucesos. 

Una cosa que me fascinó de esta historia fue que, a pesar de su sencillez, las conversaciones entre Addie y Louis tienen un toque de emotividad que te hace desear que no acaben nunca. No se dicen nada del otro mundo ni utilizan frases con mucha floritura,  pero creo que precisamente por ser tan directos, lo puedes ver todo como algo real y te crees la evolución que van sufriendo los personajes. Lo que empieza como algo sencillo, acaba siendo algo más profundo y las reticencias iniciales de Louis comienzan a desaparecer y eso hace que se cree una conexión muy bonita con Addie. 

 
Pero el libro no se centrará solo en sus conversaciones por la noche, también conocemos a algunos personajes muy cercanos a ellos que se posicionarán de manera diferente ante lo que ellos están haciendo. Me pareció increíble la manera en que algunos les criticaban y decían que lo que estaban haciendo era una vergüenza y más a su edad. Yo no entendía tanto escándalo, ya que Addie y Louis eran dos personas libres que tenían derecho a hacer lo que quisieran y tampoco es que lo suyo fuera algo erótico, pero si lo hubiera sido, era cosa suya y no algo que tuvieran que decidir otros. En todo caso, no me enfadó que esto se añadiera al libro pues es como la vida misma, es decir, hagas lo que hagas, siempre habrá alguien a quien le pueda molestar. 

La valoración que le voy a restar es por dos motivos:

– No hay una puntuación en los diálogos. Cada vez que uno habla, en el cambio de línea no está la típica raya (-) que te indique que es otra persona la que habla. Además, tampoco se hace una marca para diferenciar entre lo que el personaje dice y su pensamiento o alguna descripción. Es algo a lo que te vas acostumbrado a medida que avanzas, pero a mí por lo menos me siguió pareciendo raro. 

– El final. Voy a intentar explicarme bien: no me disgustó el final en el sentido de que acabar disconforme con lo que pasó, el problema es que para mí fue más un final de capítulo que un final de libro. No sientes que sea un cierre, sino que la historia podría seguir. El autor falleció tras entregar las últimas correcciones de esta novela (esto es mencionado en la biografía que viene suya en el libro) y la sensación que me quedó es que esta obra está inconclusa, que el final no era el final sino que la historia iba a seguir. Esto no es algo de lo que yo esté segura, es solo mi opinión y como no he leído nada más de este escritor, no puedo tener una idea clara sobre su estilo para terminar sus novelas. 

A pesar de estas dos cosas que he señalado, recomendaría «Nosotros en la noche» y os diría que si tenéis la oportunidad, no dudéis en leerlo. Como ya he dicho, es una historia sencilla, no encontraréis giros argumentales que os dejen en shock ni una trama trepidante, pero veréis la belleza que tienen los pequeños detalles del día a día y la manera en que una persona puede mirar atrás y arrepentirse o sentirse agradecido por cada cosa que ha vivido. Es tanto el realismo que no pude evitar que se me saltarán las lágrimas en algunos momentos. 
 

Valoración del libro: 9/10 «Una historia que enamora con su sencillez y que logra encontrar la belleza en los pequeños detalles».

Tras ver la sinopsis de este libro, se despertó en mí el interés de leerlo rápidamente, ya que me parecía que la trama no iba a ser muy «normal» y me iba a sorprender. Al terminarlo, no he acabado tan satisfecha como esperaba pero, a pesar de eso, ha sido una lectura entretenida con la que es muy fácil avanzar.

«Normal» comienza con la policía de Madrid investigando un crimen que en teoría no debería ser difícil de resolver, pues a sido a plena luz del día y en presencia de varios testigos. ¿El problema? Todos los testigos definen al asesino como alguien «normal»: no saben describir vestimenta, altura, detalles específicos de la cara, etc. ¿Cómo es posible que varias personan vean algo tan impactante como un asesinato y no sepan dar el más mínimo detalle de la persona que lo cometió?.

Las primeras páginas me atraparon de manera inmediata, ya que me moría de ganas de ver como la investigación iba a avanzar y descubrir el motivo de la poca capacidad para recordar de los testigos, pero luego la historia decayó un poco.

El protagonista principal es Félix Fortea, un policía que se aleja del estereotipo de agente de la ley seductor y único en su trabajo. Él trabaja con un equipo de lo más variopinto, entre los que se encuentran su mejor amigo (Manu), un policía con problemas de autocontrol (Pablo), un equipo de informáticos y una psicóloga recién llegada (Lara). Me gustaba lo diferente que eran estos personajes entre sí, pero al mismo tiempo, creo que hubo una parte del libro que se centró demasiado en describirles a ellos y a sus circunstancias e hizo que la investigación pasara a un segundo plano y no se le diera la importancia que yo creo que merecía. Además de que se añade un pequeño insta-love que a medida que se desarrolló no me molestaba, pero lo vi un poco raro al principio.

Una vez que todo esto pasa, la trama vuelve a cobrar ritmo, ya que se van produciendo más asesinatos y las pistas siguen siendo muy escasas. El hecho de volver a centrar la atención en la investigación, resucitó mi interés y como también se va sabiendo más del asesino, no podía evitar querer saber si iban a llegar hasta él y al mismo tiempo interesarme por los motivos por los que cometía los crímenes.

Los últimos capítulos son trepidantes y no puedes parar de leer, aunque al mismo tiempo no puedes evitar pensar que algunas cosas suceden de un modo algo precipitado. El final resuelve los temas principales pero deja la puerta abierta a una continuación y por el modo en que se cerró el libro, me quedé pensando si me había perdido algo, ya que alguien que no esperaba, toma protagonismo. Eso si, hay un personaje que hace algo que me pareció totalmente fuera de lugar, ya que no encajaba y creo que se añadió más por crear impacto que por lógica.

Si me preguntáis, ¿debería darle una oportunidad a «Normal»? Yo diría que sí. La puntuación que le bajo es, además de por ciertos detalles que he nombrado, porque creo que hay cosas del asesino que no quedan del todo claras y su actitud me pareció que podría haber dado más juego, especialmente si nos hubiéramos adentrado más en conocer la manera en que llegó a convertirse en alguien así.

Valoración del libro: 7,5/10 «No se puede decir que «normal» sea la palabra para describir esta historia, ya que tiene una base que es buena y sabe captar la atención del lector. Sin grandes pretensiones, es una novela que consigue entretener pero que necesitaría mejorar algunos detalles para ser perfecta«.

Empecé este libro con cierto temor, ya que era la primera obra que leía de la autora y no sabía si su estilo me iba a gustar y más aún teniendo en cuenta que se iban a tratar temas históricos y bélicos, algo que podía hacer que el ritmo de la trama fuera lento. Finalmente, salvo por ciertos detalles, «El invierno en tu rostro» ha sido una novela que me ha atrapado y que me ha hecho reflexionar de un modo que no esperaba.

El libro comienza en 1990, con un prólogo en el que Lena (una de los dos los protagonistas principales), recuerda como siendo una niña sucedió algo que sería el detonante de que su vida y la de Guillén (su hermanastro) empezaran a tomar un rumbo inesperado. Siendo ahora anciana, se dispone a contarnos lo que ella misma define como «unas vidas paralelas como las vías del tren».

Después de ese prólogo, la trama da un salto a 1927, que es cuando la vida de Lena y su familia empezó a cambiar. A lo largo de las 756 páginas del libro, iremos viendo como evoluciona su vida y la del resto de personajes desde ese momento hasta el año 1950 y ya os digo que no os asustéis por el número de páginas, ya que en general, es un relato ameno.

El inicio debo decir que me atrapó, Lena y Guillén son muy jóvenes en ese momento y, aunque no son hermanos de sangre, tienen una buena conexión y se nota como se protegen el uno al otro. Se nos cuenta de su familia y de la vida en su pueblo y es a raíz de algo inesperado cuando Guillén debe marcharse a Francia donde tendrá una vida privilegiada en sus inicios.

Esta será la primera de muchas despedidas entre los distintos personajes, cosa que me mantenía en alerta, ya que solían ser inesperadas y no dejaban indiferente.

La narración alterna lo que va viviendo Lena con lo que vive Guillén. Dedicamos unas hojas a ella y luego toca ver que está viviendo Guillén en ese mismo instante y eso creo que es un punto a favor, ya que aunque estén separados, nunca olvidas que ambos tienen la misma importancia en la trama. Eso si, a nivel personal, creo que llega un momento en el que Lena se convierte en el centro de todo lo que sucede.

La evolución de los personajes es increíble, pasando de una cierta ingenuidad infantil a una gran madurez a medida que crecen y que comienzan a vivir cosas más duras. Además, al principio yo di por hecho como se iban a desarrollar las cosas entre Lena y Guillén, pero al final, nada sucedió como esperaba y ese factor sorpresa me gustó.

Respecto a la parte histórica del libro: aunque la acción comienza en España, luego se traslada a diversos sitios como Francia, Alemania, Polonia, etc. y en una periodo en el que la situación mundial no estaba precisamente bien, ya que se estaba produciendo la 2º Guerra Mundial, en España estaba la Guerra Civil y el franquismo, Alemania estaba en pleno auge del nazismo… Todo esto hace que vivas de primera mano junto con los protagonistas el sufrimiento de una gran parte de la población, los bandos que se iban formando, sus ideales y las decisiones que mucha gente debía tomar.

Como puntos positivos, veo que la autora consigue que aprendas mucho sobre estos sucesos sin sentir que estás en la típica clase de historia donde mayoritariamente te aprendes fechas y datos pero de un modo frío. «El invierno en tu rostro» lo relata de un modo tan humano, que en mi caso realmente me afectó saber hasta que punto llegó el sufrimiento en ese época. Además, como lo que sucede afecta a los protagonistas, te involucras mucho en la historia. Como punto negativo, diré que a veces se mencionan diversos grupos militares, partidos políticos y bandos de la época y eso te puede hacer sentir desorientado (mis conocimientos de historia no son malos, pero tampoco son perfectos y me perdía con algunas cosas).

Otra aspecto negativo que me gustaría señalar es que, el libro se divide en 3 partes y la 3º, aunque es la más corta, me pareció algo forzada e incluida solo con la finalidad de dar cierre a una de las bases de la trama.

Ahí desconecté un poco, ya que no le veía el sentido a lo que estaba pasando, aunque reconozco que me emocioné con uno de los momentos finales.

Y para terminar diré que lo mejor del libro es que deja una enseñanza muy importante que como lectora fui asimilando a medida que avanzaba: estar en un bando en una guerra, no te define como persona, lo que de verdad lo hace son tus actos.

Valoración del libro: 8/10 «Acción, intrigas, guerras, pequeñas dosis de romance y una historia que no dejará indiferente son los principales ingredientes de esta novela. Junto con los protagonistas, Lena y Guillén, el lector irá viviendo sucesos muy importantes y, aunque en la parte final la trama se ralentiza un poco, cuando acabas el libro te da pena despedirte de los personajes».