Fiona tiene 17 años y es la encarga de cuidar de su casa, su padre y su perro, mientras estudia aún en el instituto. Su padre sufre una enfermedad rara que le ha dejado incapacitado y solo lo saben los médicos que lo tratan para evitar así tener problemas con los Servicios Sociales. Por tanto su alimentación le ha llevado a tener problemas de sobrepeso y a sufrir acoso escolar en el instituto por el mismo motivo. A pesar de llevar desde la muerte de su madre ocultando este hecho, la nueva tutora de Fiona intentará averiguar que ocurre con su padre ya que no acude a las reuniones del instituto y su coartada empezará a correr riesgo. A partir de este momento la vida de Fiona cambiará para siempre, sobre todo en su alimentación y salud, pero siempre con mucho AMOR.

Tarta de almendras con amor es una novela que se encuentra narrada en primera persona por su protagonista en una cronología lineal. Está divido en capítulos de larga extensión, que sinceramente me han llegado a cansar en algunos momentos y es que además el ritmo de la novela no me ha terminado de convencer, porque era muy irregular. Hay capítulos que se leen de forma muy amena y que son interesantes, pero sin embargo hay otros que te sacan de la historia, porque la información que se dan en ellos no me ha parecido trascendente.
Aunque no puedo olvidar comentar la forma tan dinámica por otro lado que tiene de introducir hastag típicos de twitter, preguntas de Yahoo respuestas, letras de canciones o mi favorito el dietario de Fiona.

Eso sí, me he encontrado con una historia original que toca temas muy actuales, como son las enfermedades raras que no tienen la investigación necesaria por ser minoritarias, el acoso escolar, acoso sexual, el aspecto físico, la obesidad e incluso el efecto de las redes sociales hoy en día. Me ha gustado la forma en la que está tratada cada una de estas circunstancias, porque lo hace de forma delicada y sin quitarle protagonismo las unas a las otras, sino que todas ellas están relacionadas de una forma u otra sin parecen forzada.

Con los personajes tampoco he conseguido empatizar, quizá porque desde mi punto de vista no se profundiza mucho en ellos y lo que conocemos es un poco más superficial de lo que me hubiese gustado. A la que tenemos la suerte de conocer más es a Fiona la protagonista de esta historia, una chica que ha tenido que pasar por momentos muy tristes y duros a lo largo de su corta vida, de hecho solo tiene 17 años y ya ha perdido a su madre, mientras que su padre ha contraído una enfermedad rara que muy pocas personas conocen. Es una chica que le gusta pasar desapercibida, algo insegura y que tiene más kilos de los que por salud debería tener, pero su alimentación está muy lejos de ser sana y su rendimiento físico tampoco es el adecuado. Es una chica que vive con miedo, pero que a la vez es valiente por querer superar todos los obstáculos sola a pesar de ser tan difícil. Creo que es un personaje que tiene una evolución alucinante, ya que no parece la misma persona que al principio y todo ello sin pretenderlo, simplemente aprende de la vida. Cuenta con la ayuda de sus dos mejores amigos que son Max y Carmen, dos personajes que creo que podrían haber dado un poquito más a la historia de lo que después aparecen. También estará Alberto, Aurora y la tía Mirna, de esta última no quiero desvelar mucho porque es genial descubrirla por sí misma.

Creo que hay un tema muy importante que se trata en esta novela y es la superación personal, el perder el miedo, sentir seguridad y sobre todo tener un estado de salud correcto. Al principio me daba un poco de miedo el motivo de la chica para perder peso o que se obsesionara por algún motivo en concreto que no fuese por ella misma, pero me ha gustado mucho la forma en la que la autora lo ha hecho, sin que fuese una obsesión y casi sin darse cuenta haciéndolo de una forma tan divertida y constructiva.

Tengo que decir que la relación de amor de este libro no me ha terminado de gustar mucho, porque creo que no era muy necesaria. De hecho me ha sobrado bastante y no he tenido mucho interés y la suerte es que no ha tenido mucho protagonismo.

Del final me voy a quedar con las reflexiones finales que creo que era el objetivo de este libro, enseñarnos que no todo esta perdido y que la vida puede dar muchas vueltas, enseñarnos y disfrutar de ella a pesar de todos los obstáculos que se crean a nuestro alrededor y que muchas veces nosotros creamos también.

Cristina, más bien conocida como Crisi ha tenido unos últimos años complicados y su mente parece que no quiere que lo olvide y se lo muestra en forma de sueños, con dos pesadillas que no dejan de aparecen en sus noches. Una de ellas es sobre la noche que perdió la virginidad con uno de los amigos de su hermano y que no tuvo el final que ella esperaba y la segunda se trata del mundo laboral y de una tienda de antigüedades que regentaba junto a su socio, hasta que tuvo un problema de salud y que este aprovechó para arrebatársela.

Ahora no tiene el trabajo de sus sueños, pero vive más tranquila de lo que ha estado en los últimos tiempos, pero su hermano ha organizado una semana de vacaciones junto a todos sus amigos en la que irán a una casita junto a la playa. El problema surge cuando descubre que John también acudirá a ella y además no lo hará solo, algo que le dolerá, pero no conseguirá que se quede en su casa, porque tiene muchas ganas de disfrutar de toda la pandilla después de tanto tiempo, aunque la tentación de John seguirá muy viva.

Un puñado de amigos y dos cerezas está narrado en primera persona desde la perspectiva de Crisi, la protagonista de esta historia en una cronología lineal que se intercala con algunos flashback del pasado. La pluma de la autora me ha sorprendido gratamente, porque me ha parecido muy fresca, dinámica, coloquial, ágil y sobre todo muy divertida.

La trama me ha atrapado desde la primera página, está muy bien construida, con abundantes diálogos y narraciones que nos dejan descripciones cortas pero efectivas, además destaca por sus toques de humor, la amistad que encontramos entre sus páginas, que para mí es la gran protagonista de esta historia, el amor a través del tiempo o el misterio e intriga que encontramos en el ecuador de su lectura. Una historia que para mí no decae en ningún momento y mantiene un ritmo activo durante toda la lectura.

Ha sido maravillo conocer a los personajes, porque son un grupo de amigos muy peculiares con personalidades muy comunes y que puedes encontrar en cualquier lugar, pero quizá destacando aún más sus defectos o virtudes. A mí por ejemplo me ha recordado mucho a algunos de mis amigos y me he reído bastante con los parecidos, lo que ha hecho que hayan sido más reales para mí. Sin duda alguna me quedo con Crisi, la protagonista de esta historia y es que los personajes que se muestran tan alocados y divertidos me encantan, se va por las ramas a las primeras de cambio, tiene unos pensamientos divertidísimos y siempre está gastando bromas. Y no es que su vida sea o haya sido un camino de rosas, sino todo lo contrario, su vida amorosa es un desastre desde que tenía 17 años y no tiene el trabajo de sus sueños, pero busca el lado divertido de la vida, aunque también tiene sus altibajos y se monta alguna película en su cabeza bastante rara. A su lado estarán su hermano Carlos, Juanfran, Jose, Luciano, Kiri, Rosa, Laura, además de John y la chica que va de su mano, Miranda. No quiero hablar mucho de ellos, porque son dignos de conocer de primera mano y disfrutar de unas personalidades tan bien perfiladas y curiosas. Y por supuesto no quiero olvidarme de la madre de Crisi y Carlos, que sin duda alguna es extraordinaria.

«Sumamente confundida, las imágenes de todos ellos brotan a borbotones. Mis amigos. Mi pandilla de verano. La de mis diecisiete años. Les quería. Eran especiales. Eran únicos. Eran… mis amigos.»

Como ya he comentado anteriormente este libro tiene un gran protagonista y es la amistad, nos muestra como un grupo de amigos que han pasado tanto tiempo juntos, que han vivido una infancia y juventud feliz los unos con los otros, a pesar del tiempo y la distancia al hacerse mayor, con lo que conlleva nuevas relaciones, la universidad o el trabajo posterior no es una excusa para separarse. Sino todo lo contrario, todas estas fases que surgen cuando uno crece les ha unido aún más y siguen teniendo una amistad envidiable. Y lo han demostrado en unas vacaciones que surgen para volver a estar todos juntos en un mismo sitio y vivir una semana llena de emociones, reencuentros, risas, noticias buenas y no tan buenas, pero con un motivo especialmente adorable.

«De repente, me invade el pánico. ¡Cielo santo! Yo no puedo hacer este viaje. No puedo pasar una semana seguida en compañía de John. Eso sería, como poco, masoquista. Pero, por otro lado, recuerdo a todos los amigos de la pandilla y, y… ¿por qué tengo que ser yo la que se quede sin verlos?»

La relación de amor que existe me ha gustado, pero me ha faltado conocer un poco más a John, ya que cuando quiere expresa todo lo que siente sin pudor, pero también lo he visto algo hosco en ocasiones. Creo que la autora ha jugado muy bien con estos dos personajes, porque son muy diferentes y además le ha añadido la tensión y la confusión de una noche hace muchos años en la que los dos tienen opiniones muy diferentes. Me he reído mucho y me ha parecido genial la mezcla de miedo, incertidumbre, con el deseo y el odio. Además a pesar de que todo surge en poco tiempo, está muy bien justificado cada movimiento de los personajes, algo que me ha convencido.

Como ya he comentado antes, también vamos a encontrar entre sus páginas misterio, intriga y acción, pero una vez más todo rodeado de locura, imprudencia y rozando lo absurdo, pero con un motivo muy bien pensado y demostrando que son capaces de hacer cualquier cosa por sus amigos. Pues bien, el final es una mezcla de todo, del misterio, de incertidumbre, de miedo, de amistad y sobre todo de mucho amor. Creo que ha sido el que tenía que ser y de una forma original una vez más.

Samuel es un hombre con una vida tranquila y algo aburrida, en la que lo más emocionante que le pasa es su trabajo de profesor en la universidad. La Navidad para él son fechas tranquilas igualmente, porque nada especial pasa, pero este año el día de Año Nuevo todo será diferente, un pequeño felino se colará en casa y viene decidido a quedarse. Gracias a Mishima, así es como llamará al gato, Samuel saldrá más de casa, conocerá a nuevas personas, algunas muy variopintas y se reencontrará con alguien que nunca pensó volver a ver más.
Un gato que le dará un cambio radical a su vida, dejando la soledad de lado y conociendo la adrenalina de lo nuevo.

Amor en minúscula está narrado en primera persona desde la perspectiva de Samuel, el protagonista de esta historia. Es la primera vez que leo al autor como ya he comentado con anterioridad y tengo que decir que he quedado enamorada de su forma de transmitir y escribir. Francesc Miralles utiliza un lenguaje algo complejo con metáforas, citas de autores y frases muy interesantes, que consiguen hacerte reflexionar sobre muchas cuestiones. Se trata de una lectura entretenida, ágil y original, que nos enseña que las pequeñas acciones o cosas también cuentan. Además se lee de una forma muy rápida, ya que los capítulos son muy cortos y el autor sabe como mantener al lector intrigado con lo que va a pasar.

Los personajes me han parecido muy especiales, cada uno de ellos tiene algo que hace que te llame la atención desde el principio. Samuel es un hombre con una vida sencilla, aunque algo triste porque no tiene con quien compartirla, pero tiene un gran amor y es su pasión por la literatura, lo que ya que este personaje es capaz de relacionar cada situación con algún pasaje literario. Además me ha gustado por todo lo que implica, es decir, lo conocemos como un hombre solitario, pero desde que aparece en su vida Mishima, es capaz de dar un cambio radical y crear una relación tanto con el gato como con otras personas. Mishima es el claro ejemplo de la importancia de los animales en nuestras vidas y creo que en muchas ocasiones es necesario recordarlo, sin duda se ha convertido en mi personaje favorito.

Hay dos personajes secundarios que me han gustado muchísimo y que me ha encantado conocer, Tifus y Valdemar, porque son de ese tipo de personajes complejos, originales, misteriosos que siempre es genial encontrarlos en una lectura. Son dos prototipos de hombres de diferente edad y con diferentes intereses, pero que dan mucho juego en la historia.
Sin embargo hay un personaje con el que no he conseguido empatizar y se trata de Gabriela, creo que no he tenido la información suficiente para conocerla y entenderla.

Hay una historia de amor que sinceramente a mí no me ha convencido mucho, como ya he comentado antes el personaje de Gabriela no lo he entendido muy bien, por lo tanto, no ha ayudado tampoco a entender la relación entre ambos. De hecho, creo que no era necesaria y me hubiese gustado que esta historia hubiese surgido con otro personaje que aparece también en la lectura y que me ha parecido más interesante, aunque en general no ha tenido casi ningún protagonismo.

Finalmente la historia termina y nos deja el verdadero protagonista de esta novela que no son ni los personajes, ni la historia de amor, sino el mensaje que nos transmite con cada una de sus páginas. Nos enseña que no podemos dejarnos llevar por la soledad, a no desistir por lo que queremos por muy difícil que este la situación o a confiar en las personas que acabamos de conocer y que pueden convertirse en grandes amigos.

Esta es la historia de dos hermanastros con una conexión muy especial que debido al destino deberán separarse en varias ocasiones y luchar contra todos los obstáculos que se van a encontrar en su camino. Lena y Guillén comparten casa en un pueblo de montaña y viven una vida tranquila desde que sus padres decidieron unirse en matrimonio. Pero todo cambia cuando un día Guillén descubre un avión accidentado en el que viajaba un piloto francés y que falleció en el siniestro. La viuda de este en forma de agradecimiento le ofrece una educación y una nueva vida en Francia con un gran futuro por delante, una oportunidad que no puede rechazar por todo lo que implica y que a sus 15 años, será el comienzo de una vida llena de cambios, tanto a nivel educativo, como a nivel personal.
Pero aunque su vida en Francia es estable, cuando comienza la Guerra Civil y piensa en el peligro que puede estar corriendo su familia en Oviedo no se lo piensa y acude en su busca para ponerlos a salvo, sobre todo a esa niña que dejó atrás y de la que está completamente enamorado, aunque ahora se ha convertido en una enfermera que trabaja para el bando sublevado.

El invierno en tu rostro está narrado en tercera persona por un narrador omnipresente desde la perspectiva de Lena y Guillén, los grandes protagonistas de esta historia, que nos irá informando del camino que sigue cada uno de ellos por separado y lo que sucede cuando se cruzan en él. Además, el libro lo encontramos dividido en tres partes que diferenciaran varios periodos de tiempo que irán bien indicados con la fecha del mismo.
Como he dicho al principio de la entrada, es la primera vez que leo algo de esta autora y ya puedo confirmar con absoluta certeza que voy a volver a repetir y pronto. Su pluma es maravillosa, te envuelve entre hojas sin apenas darte cuenta, con una prosa casi mágica y unas descripciones que nos dibujan cada rincón del suceso narrado. Es cierto que no tiene un ritmo muy dinámico, pero a pesar de ello se lee con suma facilidad y te atrapa por completo.

Por otro lado y creo que es uno de los puntos más importantes que he encontrado en la novela, es la documentación realizada por parte de la autora para crearla. Son muchísimos años los que abarca, desde la Guerra Civil, Segunda Guerra Mundial y Postguerra, que están muy bien acreditados en cada una de las situaciones que viven los protagonistas. Una historia que está llena de anécdotas y sucesos que están basados en hechos reales y que cobran más importancia al saber que muchos de ellos le ocurrieron a la familia de la autora y que es maravilloso que haya querido compartirlo con los lectores. Como dato curioso y uno de los que más me llamó la atención, es el hecho de que tres hermanos lucharan en diferentes bandos durante la guerra.

Los personajes los he disfrutado mucho, porque me han parecido reales, luchadores y que evolucionan de una manera justificada muy acorde a las sucesos que les toca vivir a lo largo de su vida. Cada uno de ellos va a crecer de una forma diferente, por lo que su vida irá siguiendo el camino de lo que están viviendo, lo que hará que sus ideales cambien considerablemente. No he llegado a empatizar del todo con ellos, porque a pesar de que se muestran tal y como son, hay algo que no me ha dejado verlos por completo. Por un lado tenemos a Lena, una chica que desde pequeña demuestra ser una persona generosa, amable, inteligente y que a lo largo de los años nos muestra su valentía, ofreciéndose a ser enfermera voluntaria y viviendo momentos muy duros por salvar la vida de los demás. A su lado estaba Guillén, un chico de 15 años algo tímido, cohibido, que recibe la gran oportunidad de dejar las montañas y convertirse en alguien diferente, con estudios, idiomas y que cambia su forma de ser por alguien más abierto y sabio, cambiando también sus ideales.

Por supuesto, habrá muchos más personajes que tendrán papeles muy importantes en estas hojas, como he comentado antes esta historia abarca muchos años, por lo que serán muchos los nombres que vamos a encontrar entre sus páginas, con la curiosidad de algunos personajes reales.

«Yo te quiero sin atender a razones, Lena… De modo que no tengas miedo. Siempre estaré a tu lado.»

Como bien indica en la sinopsis de esta historia, en el transcurso de la novela nos vamos a encontrar con una historia de amor que no será nada sencilla desde su principio, ya que la distancia, el orgullo, los ideales y miles de obstáculos más se encargaran de ello. Los personajes se van a enfrentar en momento de difíciles decisiones que pueden cambiarlo todo, ya que sus ideas le harán enfrentarse a personas que quieren y que les alejará más de lo que les gustaría.
Además no solo se enfrentaran a la distancia, también a la pérdida de personas importantes que aparecen y desaparecen por miles de motivos en su camino y a la venganza e injusticias.

El final me ha parecido muy emotivo y la verdad es que se me ha encogido el corazón en varias ocasiones, es un final feliz y triste a la vez, pero muy coherente y justificado referente a la historia que hemos leído.

Después de un tiempo alejado del Cuerpo, ha llegado el momento de que el inspector Ramiro Sancho vuelva a incorporarse tras el famoso caso de Augusto Ledesma. Pero no tendrá una incorporación tranquila, sino que nada más llegar se encuentra con el caso de la desaparición de una menor durante las fiestas de la ciudad. Aunque al principio no están muy seguros, pronto se darán cuenta de que se trata de un secuestro, algo no muy común en España.
El inspector no solo tendrá que lidiar con esta investigación, sino que además Olafur contactará con él y terminará viajando a España e instalándose en su nueva casa.

Antes de nada tengo que confesar que no he leído la trilogía anterior protagonizada por este peculiar inspector y la verdad es que aunque se puede leer de forma independiente, porque es un nuevo caso, si que hay algunas referencias que me hubiese gustado entender mejor y que me han dado mucha curiosidad, por lo que terminaré leyéndola tarde o temprano.

La narración está realizada en tercera persona por un narrador omnipresente en una cronología lineal. No conocía las anteriores obras del autor, por lo que es la primera vez que leo algo suyo y me ha sorprendido mucho, porque creo que es muy difícil crear una historia como lo ha hecho él. El autor con una pluma directa y agresiva consigue crear incertidumbre y ansiedad desde la primera página, siendo imposible soltar esta lectura hasta descubrir cual será su desenlace. Se trata de una novela real y llena de crueldad, con descripciones desgarradoras que consiguió dejarme sin respiración en más de una ocasión.

Por otro lado se nota el largo trabajo que hay detrás de este libro en forma de documentación sobre la privación de la libertad que es el secuestro. Nos narra de un modo extraordinario como el ser humano no tiene límites, mostrándonos su cara más depravada, perversa o ruin, simplemente por hacer daño al prójimo, por dinero o por cualquier otro motivo.
Pero no solo se queda ahí, sino que la parte que más me ha angustiado sin duda alguna, es cuando conocemos los sentimientos y estado de la persona secuestrada, como su mente va asimilando la situación de diversas maneras.
Así como también lo hace con los estados anímicos de la familia, como cada uno lo enfoca de una manera diferente y como va evolucionando según van pasando las horas.

Para mí como ya he comentado antes, es la primera vez que me encuentro con estos personajes, pero me han parecido maravillosos. Son muy diferentes entre sí, pero están genialmente perfilados y caracterizados, algo que hace la lectura mucho más sencilla.
Ramiro Sancho es un personaje bastante complejo, me ha parecido muy interesante, por su carácter obcecado y perseverante, al igual que Sara Robles de la que estoy convencida que nos ofrecerá mucho más en futuras entregas.
Pero si hay que destacar a algunos personajes, lo tendría que hacer con los secuestradores, con los que he pasado verdadera miedo por su violencia y crueldad.

El secuestro será el tema principal de la obra, pero irá acompañada de otras subtramas que añadirán más inquietud en el lector, dejándonos en más de una ocasión atónitos y boquiabiertos con los giros que nos tiene preparados durante toda la lectura, que estoy segura que darán mucho juego en futuras continuaciones.

Del final no quiero hablar mucho, porque la verdad es que es bastante inquietante y sobrecogedor, en el que esperaba otro desenlace mucho más alentador.

En conclusión, Sarna con gusto es una adictiva obra con una trama bien construida e hilada, de forma intensa y directa, que nos narra de primera mano los horrores a los que el ser humano está dispuesto a llegar por conseguir su objetivo y la psicología de unos personajes fuertes y valientes.

Sam siempre ha tenido una vida muy acomodada, gracias al negocio de sus padres, unos famosos cirujanos plásticos. Siempre han pensado que él sería el heredero de la clínica y que seguiría sus pasos, pero un caramelo se cruzará en su camino y lo cambiará todo.
Gracias a un profesor muy peculiar que tuvo en la universidad, decidirá viajar a Siria como voluntario en un hospital para ayudar a los inocentes que están sufriendo a causa de la guerra.
Damasco será un lugar de descubrimientos, porque se conocerá a sí mismo, sus límites, su fuerza, pero además un café le llevará a conocer a una chica llena de juventud, madurez y entereza.

Cardamomo está narrado en tercera persona por un narrador omnipresente desde la perspectiva de Sam y en una cronología lineal. La pluma de la autora es sencilla, ágil y dinámica, pero me ha chocado en algunas ocasiones, la forma de hablar de Sam, ya que para ser tan joven y en una época tan actual, tiene un lenguaje muy señorial o formal. Las descripciones y diálogos están muy presentes durante toda la lectura, lo que consigue introducirnos en la historia de una forma sencilla y activa. Por otro lado creo que la trama está muy bien llevada, porque es difícil crear una historia de amor tan bonita en un lugar tan castigado por la guerra.

Algo que me llamaba mucho la atención de este libro era su ambientación, porque es un tema que por desgracia está muy de actualidad y del que he leído mucho en las noticias. De hecho, este no es el tema principal de la trama, ya que lo es la historia de amor, pero si es cierto que vamos a conocer como es la vida en un lugar en el que el desastre y el horror esta muy presente y nunca se sabe que podría ocurrir.

Los personajes me han gustado mucho, ya que me han parecido reales, aunque como ya he dicho antes el lenguaje me ha parecido demasiado serio para la edad de los protagonistas. Por un lado tenemos a Sam, un chico de 24 años que vive en Sydney y que ya tiene la vida solucionada. Al principio lo vamos a ver un poco más caprichoso e influenciable, pero realmente es un chaval muy inteligente, con mucha fortaleza y sobre todo valiente y arriesgado, con ganas de superar sus propios límites. Nour es una chica que me ha gustado mucho, porque su vida no es nada fácil, tiene que trabajar cada día para mantener a sus dos hermanos (Omar y Nabil) y a su “madre de leche” (Tarifa) que está enferma. Perdió a sus padres y tuvo que dejar los estudios, por lo que no tiene la vida de una chica de su edad y por si fuera poco vive en un país que está en guerra y corre peligro cada día. Tiene una evolución que me ha gustado mucho y que además está muy bien justificada en todo momento.
Por otro lado tenemos al Doctor Smith, un profesor de universidad muy variopinto, el Doctor Karam o a Walter, el mejor amigo de Sam.

También nos enseña la diferencia de un amor verdadero y uno que no lo es, las preocupaciones verdaderas, el no tener que aparentar o mostrar a los demás, que no importe lo que el mundo piense, … sólo lo que el corazón nos va diciendo a cada paso que se da junto a la persona que se ama. Es cierto que el enamoramiento es muy rápido, pero después el proceso va más despacio, lo que hace que sea más real. Aunque eso sí, es algo azucarado, pero para quienes nos gustan mucho las historias de amor, como es en mi caso, lo disfrutamos.

Se trata de una historia que nos hace reflexionar sobre la vida, la codicia, la falsedad, la frivolidad o las apariencias, cuando realmente hay personas que sufren cada día por algo que está fuera de su alcance y que no llegan a entender, el porqué.
A través de la perspectiva de Sam vamos a conocer dos escenarios muy diferentes, el primero en Sydney, donde nos va a mostrar su acomodada vida, en la que su mayor preocupación es enseñarle su coche nuevo a su mejor amigo o sus peleas con su excéntrica novia. Y por otro lado, el momento en el que llega a Damasco y se da cuenta de que ha pasado del todo al nada, viendo como la vida de cada persona que vive allí pende de un hilo, porque en cualquier momento puede haber un atentado.

El final te deja con el corazón destrozado y lágrimas en los ojos, pero como bien nos explica la autora al terminar, no podría haber sido de otro modo. Un cierre real y duro, que nos muestra como la vida nos puede cambiar en apenas segundos.

En conclusión, Cardamomo es una bonita y dramática historia de amor en un lugar atormentado por la guerra y la violencia, pero también nos muestra como somos capaces de superar nuestros límites, cuando nos encontramos en situaciones desesperadas.

Thomas Spencer se ha criado en una familia acomodada y feliz, con la que ha pasado su infancia y juventud en Nueva York, compuesta por su padre, un prestigioso abogado, su madre de profesión enfermera y su humilde y sencillo hermano, Jaime.
A pesar de lo que pueda parecer, para Thomas esta no es una vida de ensueño, sino que es todo lo contrario, demostrando desde pequeño que no está cómodo en su casa, ni en el colegio, ni con su familia, sólo siente verdadero estima por su padre.
A lo largo de los años vamos a ver como su vida va cambiando, con el comienzo de los estudios, su traslado a Londres, el trabajo, o las relaciones sentimentales, pero a pesar de lo que pueda parecer, lo que de pequeño parecía una actitud para llamar la atención, vamos a ver que en realidad es su forma de ser y va a ir a peor, mostrándonos comportamientos perversos, inmorales y llenos de maldad.

Historia de un canalla, la encontramos narrada en primera persona por su protagonista, Thomas y dividida en cuatro partes, con los siguientes títulos: infancia, juventud, madurez y declive. La pluma de la autora me ha parecido fascinante, porque realmente nos cuenta una historia llena de momentos duros, de maldad, con violencia, manipulación, chantaje… y lo hace de una forma tan sencilla, que consigue atrapar al lector desde la primera página, con una trama original, sorprendente y sobre todo desgarradora.

El protagonista nos va narrando su vida desde la infancia hasta la actualidad, pero con un toque de curiosidad, porque hay pasajes en cursiva, en la que nos muestra lo que podía haber hecho en contadas ocasiones para que las cosas sucedieran de forma diferente a como lo hacen. Pero que realmente no estaría dispuesto a volver atrás a cambiar los hechos, sino más bien, mostrándonos que sabe que lo hizo mal y que no se arrepiente de ello.

Los personajes tienen algo que los hace especial y sobre todo reales, aunque tengo que decir que al personaje protagonista, lo he odiado desde el principio, porque es el único sentimiento que transmite al lector. Thomas Spencer es un ser despreciable, sin principios ni escrúpulos, que le gusta vivir al límite y que además es un narcisista, que solo piensa en su bienestar y le da igual arrasar con el resto del mundo. Lo conocemos desde su infancia y cada paso que daba en su vida va a peor, su maldad no tiene límites y no le importa demostrarlo, pero en realidad es un cobarde.
Son muchos más los personajes que van a aparecer, como por ejemplo la familia de Thomas, que tendrán gran trascendencia en su vida.

Las mujeres también tendrán importancia, porque buscan tener su protagonismo y demostrar lo que valen, a pesar de los muchos obstáculos que encontrarán. Sin embargo, quiero hablar un poco de Esther, porque creo que es un personaje importante y que a pesar de su inteligencia, no toma las decisiones acertadas en los momentos adecuados y tendrá que pagar las consecuencias de sus actos, por actuar con el corazón y querer ayudar a Thomas.

Uno de los puntos que más me ha impactado sin duda en esta lectura y supongo que era la intención de la autora, ha sido descubrir a este “canalla” que para mí se queda en un calificativo muy leve, con el que yo utilizaría. Se nota lo psicoanalizado y estudiado que esta este personaje, hasta plasmarlo en esta novela, porque realmente nos demuestra la maldad que puede haber dentro de un ser humano. A partir de aquí me he hecho miles de preguntas, porque dentro de mi cabeza era imposible imaginar que pudiese existir alguien tan ruin, como para no ser capaz de demostrar sentimientos ni siquiera por alguien de su familia.

Es una sensación difícil encontrarte con este personaje, porque realmente no he entendido muchas de sus acciones, porque aunque en algunas de ellas tenía un “fin” con algún interés para el protagonista, en otras muchas, no había ninguna justificación, ni alguna razón a parte de hacer daño y humillar al otro.

Además el trabajo de Thomas también tendrá gran importancia en la trama, porque gracias a sus pocos escrúpulos va consiguiendo mejores puestos de trabajo, hasta que consigue su propia compañía. Hasta que llega a este punto, vamos a ver como se va a rodear de personas relacionadas con la política, que tampoco tiene reparos en destrozar a otras familias para conseguir su objetivo. Una vez más se demuestra que las ansias por el poder y el dinero, saca lo peor de las personas.

El final me ha gustado, porque en ningún momento quería ver un cambio en el protagonista, porque sabía que no me iba a convencer después de todo lo que nos había mostrado a lo largo de la lectura, sin embargo, creo que es el más adecuado para terminar una historia de alguien que hasta el último momento ha querido seguir haciendo daño a los demás.

En conclusión, Historia de un canalla nos dibuja la vida de Thomas Spencer, un ser miserable capaz de cualquier cosa por conseguir sus objetivos, destruyendo a cualquiera que se ponga en su camino. Una novela compleja, llena de maldad, manipulación, chantajes y violencia, que no dejará indiferente a nadie.