A pesar de tener muchas ganas de leerlo la historia pierde algo de fuelle en esta última parte. De ritmo lento y evolución predecible. No he empatizado con la protagonista quizás por su edad.

Si bien es cierto que la ambientación ha estado a la altura, haciéndome sentir parte de la historia, aunque solo fuese como mero espectador. El ritmo me ha parecido lento al principio, puede ser porque en mi interior creo que estos libros no los he leído en el
Momento adecuado. Hay algo más de acción que en las anteriores pero sigue pareciéndome insuficiente. Insisto que estoy algo reacia a leer fantasía juvenil o quizás leer tantas historias con protagonistas de edades parecidas con características similares este pasándome factura. Sobre el final decir, que ha sido correcto. 

Espero leer algo más de la autora en un futuro, quizás en este ocasión haya más suerte y lo disfrute en condiciones. 

Agradecer a la editorial el envío del ejemplar para reseña, aunque no haya conseguido sorprenderme. 

Como todos los libros de Susana, adictivos y divertidos. Pero creo que me ha pillado en un momento agridulce con la lectura y no he sabido disfrutar al cien por cien de esta primera parte de la historia que la autora nos plantea y quizás es por eso por lo que no se lleva el pleno de estrellas. La saga de Alexia la disfruté muchísimo, lectura ágil y rápida. En esta ocasión el plato fuerte es la estructura de la novela. Nuestra protagonista Noa debe hacer un trabajo fin de máster de psicología y recurrirá a sus amigas para hacerlo, les hará entrega de una grabadora para así tener acceso a sus pensamientos más íntimos, ella a su vez añadirá sus propias impresiones. Personalidades totalmente diferentes pero unidas por la amistad. Seremos testigos de situaciones reales, relaciones que no llegan a buen puerto, problemas personales que dejan huella, y otras muchas más que nos mantendrán pegados a sus paginas, como de costumbre. Y es que el estilo de Susana Atrapa siempre. Como digo, una historia muy divertida y plagada de giros argumentales de la que espero leer su continuación, pero en el momento adecuado.

Nos encontramos con la historia de unas valientes mujeres que luchan contra el patriarcado en los años treinta. Mujeres que sufren al ser sometidas por los hombres y que sus creencias van en contra de las estipuladas por la sociedad de esa época. He disfrutado cada página de esta maravillosa novela. Nos enorgulleceremos cuando las protagonistas planten cara a hombres autoritarios, pero también sufriremos con ellas ya que en una sociedad tan arcaica y conservadora los derechos de la mujer eran mínimos comparados con los de los hombres. 

Nuestras protagonistas alentadas por la primera dama estadounidense deciden acercar la lectura a los habitantes de un pequeño pueblo minero, creando una biblioteca itinerante. De esta forma cada una de ellas tendrá una ruta asignada y visitarán a las familias que viven en dicho pueblo para llevarles libros una vez a la semana. En un principio muchas de las familias son reacias a este sistema, ya que para la iglesia y para los habitantes más conservadores lo consideran libertinaje, pero poco a poco lograrán que las familias participantes deseen recibir su visita.

La narración de la autora me ha parecido exquisita. A pesar de su extensión se lee de forma muy amena y rápida. No ves momento de pausar la historia.

La ambientación está totalmente conseguida, me ha metido de lleno en la historia hasta tal punto de encontrarme bajo la piel de nuestras protagonistas. 

He amado a la mayoría de los personajes, pero también he odiado a alguno de los que aparecen, lo comprenderéis bien al leerlo. Hubo momentos en los que me hubiese metido en la historia para tomar represalias con alguno que otro. Tendremos amor, odio, deseos de venganza, pero sobretodo muchas muestras de amistad. 

En resumidas cuentas, os lo recomiendo encarecidamente. Es la primera novela que leo de la autora y no será la última

Nos encontramos con un thriller psicológico que guarda muchas similitudes con la novela «La chica del tren» no solo la ambientación, sino parte de los acontecimientos. Si has leído ésta novela y te gustó, Naranja de sangre también lo hará. 

Alison, nuestra principal protagonista, está casada, es madre y abogada de éxito, pero no todo en su vida es aparentemente idílico. Tiene serios problemas con el alcohol, y pasa muchas horas fuera de casa trabajando, ésto dificultará su relación familiar. Su marido, Carl, es un psicoterapeuta que ha sido despedido y la mayor parte de su tiempo la dedica al cuidado de la hija de ambos, Matilda de 6 años. 

Por si todo esto fuera poco, Alison mantiene una relación extramatrimonial con un compañero de trabajo, y a pesar de querer dar por finalizado ese «romance», nunca es capaz de hacerlo. 

Llega su primer caso de asesinato, algo que lleva esperando mucho tiempo pero no todo son buenas noticias, ya que deberá llevarlo junto a Patrick, su amante. Ambos representan a Madeleine, una mujer que presuntamente ha asesinado a su marido. 

Esta narrada en primera persona bajo el punto de vista de Allison. Pasamos la mayoría de la novela recorriendo Londres en tren, algo que me ha resultado un poco pesado. 

Nuestra protagonista por momentos la he odiado, es profundamente egoísta, solo piensa en ella y así nos lo hace ver la autora. Quiere ejercer de madre pero siempre antepone tomar unas copas o un encuentro con su amante a pasar tiempo con su hija. Pero en todos los personajes hay luces y sombras. Cuando llegas a empatizar con uno, ocurre algo que te provoca rechazo. No puedo profundizar mucho más para no hacer spoilers. 

El ritmo de lectura es bastante ágil, y la trama muy entretenida. Aunque a medida que avanza la historia podamos intuir cuál será el desenlace, éste será cuanto menos sorprendente. En una novela adictiva e inquietante, por momentos algo cruel y dura. Desde luego, recomiendo su lectura. 

Raquel, nuestra protagonista, ha perdido su trabajo como directiva en una empresa de cosmética y a su marido. Vive en un piso que no le pertenece, sin ingresos y sin ninguna expectativa laboral a la vista. Tan solo le quedan sus caras cremas, su ropa y accesorios de marca. Mantiene relaciones sexuales con extraños que conoce a través de Tinder. Un día en la piscina de su urbanización conoce a Maxi, el socorrista, un chico de barrio sencillo y amable, con un buen cuerpo que llama su atención. 

Maxi, el otro protagonista de la historia, es un treintañero que a penas tiene ingresos, da clases de boxeo en un gimnasio. Su vida se resume al gimnasio, salir con su chica, que acaba abrir un salón de tattoo, y cuidar a su padre por las noches, cada vez más enfermo de alzheimer. Tras encontrar el trabajo como socorrista su vida está a punto de dar un giro de 180 grados. Conoce a Raquel, una pija rubia que llama su atención de inmediato. 

Raquel acude a una despedida de soltera de una de sus amigas, entre ella y sus amigas contratan los servicios de un gigoló como regalo para la novia, ésta lejos de rechazarlo, queda encantada con sus servicios y no duda en compartir su experiencia con sus amigas. Raquel decide contratar a este chico por un par de horas. 

Sorprendida por el trato y los encantos del gigoló, vuelve a tener una cita con él, para que éste le cuente de primera mano los entresijos de la agencia para la que trabaja. Ya ha encontrado un nuevo rumbo en su vida, abrirá la mejor agencia de gigolós de Madrid y tiene claro quién será su chico estrella, Maxi. 

Una vez hecha la propuesta, a Maxi le abordan miles de dudas, cómo mantener el trabajo sin que la relación con Isa, su novia, se vea afectada. Por otra parte, la enfermedad progresiva de su padre avanza y necesita cuidados profesionales, debería ingresar en una residencia pero la única que se pueden costear está muy lejos, así pues decide aceptar la oferta de Raquel. 

Raquel, conoce a Omar, un apuesto árabe que busca trabajo y tras un encuentro sexual con él, considera que sería un buen candidato para su agencia. Pone un anuncio en internet, a través del cual aparece otro de sus candidatos, Telmo, argentino de nacimiento, que ya ha hecho sus pinitos como strepper. Ya tiene a los chicos necesarios para lanzar la agencia. Pero como necesita pulir algunas cosillas para convertirlos en unos auténticos galanes. Para ello recurre a la ayuda de un gurú de las relaciones, Juan Salvador, un mexicano que según dice ha estado con miles de féminas con su arte de seducción. Todos ellos deberan pasar un fin de semana encerrados en una casa, para modelar sus actitudes. Y como punto final a la enseñanza, los tres candidatos pasaran una prueba final. A partir de ese momento, comienzan a tener citas. Maxi, como era de esperar, es el candidato mejor valorado en la web de la agencia. 

Cuando decidí darle una oportunidad a esta historia, iba con cierta reticencia, ya que no acostumbro a leer este tipo de novela. Hace años leí  el primer libro de «50 sombras de grey» pero al leer el segundo perdí las ganas de continuar. Múltiples escenas de sexo, algunas de ellas sin sentido hicieron que lo aborreciese. 

En este caso, la historia también logra captar mi atención, y sencillamente me ha gustado. Narrada en tercera persona va contándonos cómo se sienten nuestros protagonistas, y su forma de enfrentarse a la vida, cuando sin esperarlo se tuercen las cosas. 

Tanto la ambientación en los barrios de Madrid como los personajes tan variopintos que aparecen han conseguido mantenerme pegada a sus páginas. La parte donde aparece el gurú, me ha parecido tremendamente divertida. Se lee con facilidad y es perfecto para épocas como el verano donde las lecturas fresquitas se hacen notar.

El único pero que le pongo a esta novela, es que alguna de las escenas más cañeras del libro tienen más tintes de pornografía que de erotismo. 

Me encuentro ante un libro con una edición preciosa, letras de la portada en relieve, el borde de sus hojas en color fucsia… pero lo mejor está en su interior. 

Una preciosa y divertida historia de amor pero sin caer en estereotipos, la mar de entretenida. Desde el primer momento conecté con ambos personajes, diferentes entre si. Por el momento solo les une una cosa, buscan compañero de piso. 

Nos encontramos con Tiffy, una editora que acaba de romper con su novio. Lleva 3 meses viviendo en su piso pero debe abandonarlo ya que éste tiene nueva novia. Por lo tanto debe buscar urgentemente un piso, pero como en cuestiones económicas no está para tirar cohetes, debe compartir. 

León, un enfermero de cuidados paliativos, cuyo hermano está encarcelado por error y el abogado de éste ultimo debe costearlo él mismo. Decide compartir su piso, de una forma un tanto peculiar, no llegaran a verse nunca.  Él usará el piso durante parte el día y el resto del tiempo será su compañero/a quien lo use. Por los problemas legales de su hermano la relación de León y su novia, Kay, se verá afectada. 

Ambos personajes utilizan post-it para comunicarse y es tremendamente divertido. Me he reído lo que no está escrito con sus mensajes. En principio son relativos a cosas cotidianas del día a día, poco a poco se vuelven algo más personales. 

Dentro de la trama principal hay otras historias secundarias pero que merecen ser contadas, como la del Señor Prior, un veterano de guerra en el final de su vida desea reencontrarse con su amor de juventud. El ex-novio de Tiffy, un personaje manipulador al que no le gusta perder el control, que intentará recuperarla de una forma u otra. Los amigos de Tiffy, dispares entre sí pero leales a ella. 

La historia está contada a dos voces, la de Tiffy y la de León, de esta forma conoceremos sus sentimientos de primera mano. El libro también se divide en meses por lo que es fácil situarse en el tiempo que transcurre desde su primer contacto hasta el último. 

Es un libro con una lectura ágil y amena. Te sorprenderá gratamente y no podrás dejar de leer. Diálogos divertidos y verosímiles con personajes más auténticos si cabe. Una comedia romántica perfecta para hacerte reír.