Cuando uno desarrolla una pasión como la lectura, lo único que quiere es seguir sumergido en las fascinantes historias que podemos conocer gracias a las páginas de los libros. Pero no todos los libros son iguales. Para que un buen libro, y en nuestro caso una novela histórica, te enganche de verdad no solo tiene que ser de una temática o género que te guste, sino que debe contar con una serie de requisitos: una trama sólida y correctamente construida, una red de personajes bien definida, una documentación y un rigor de altos niveles de calidad, o unos diálogos inteligentes e interesantes. Y el libro que es objeto de la crítica literaria de hoy, “Todos tus nombres”, reúne de sobra todos esos requisitos.

Ambientada en la España de la II Guerra Mundial, la nueva novela del galardonado Fernando García Pañeda nos traslada a un mundo en el que el espionaje, el contrabando de obras de arte y la búsqueda de mayores y más letales formas de matar al enemigo están más en boga que nunca. Con una trama que abarca apenas cuatro meses (junio – septiembre de 1944), la novela nos presenta a sus dos personajes principales, Monique de Bissy y Martín Inchauspe, sobre los cuales va a girar una historia de atracción y desconfianza. Al menos en mi humilde opinión, creo que uno de los grandes puntos fuertes de esta novela es el in crescendo de la emoción y la intriga desde el principio hasta el final. Así, los lectores partimos de un inicio más frío, quizás un poco lento en sus descripciones, para llegar después a un final apoteósico, adrenalínico y esclarecedor.

Otro de sus grandes méritos es que, a lo largo de los 22 capítulos que componen “Todos tus nombres”, el autor consigue que el lector se evada del mundo para bucear de lleno en la trama de intrigas políticas que nos propone, haciéndonos ver que nada es lo que parece. Esto me parece especialmente destacable, teniendo en cuenta el mundo en el que tenemos que vivir en la actualidad, tan repleto de potenciales distracciones tecnológicas en las que caer. Por ese mismo motivo, estoy seguro de que la calidad narrativa, la excelente ambientación, el elegante estilo y los fantásticos personajesjugaron un papel fundamental en la elección de la obra como ganadora del Premio Caligrama de Talento 2017. Por todos estos motivos, y muchos más que te invito a descubrir por ti mismo, tienes que leer lo antes posible “Todos tus nombres”. La recomiendo en general a todos los lectores, pero creo que Fernando García Pañeda gustará mucho especialmente a todos los aficionados a la novela histórica, la novela negra y a la Historia de la II Guerra Mundial.

Vivimos en muy malos tiempos para el desarrollo personal del pensamiento crítico y la reflexión. Y es lógico que sea así. A medida que el nivel de todos nuestros políticos es cada vez más mediocre, también se incrementa su necesidad de conseguir una sociedad lo más parecida a un dócil rebaño de ovejas que conducir. Para conseguir este objetivo a largo plazo, la receta más fácil es no tener un buen sistema educativo, tal y como ha pasado en España desde tiempos inmemoriales. Esta condición la expresaba ya el filósofo inglés Herbert Spencer a mediados del siglo XIX: “El fin de la educación debiera ser formar un ser apto para gobernarse a sí mismo, no un ser apto para ser gobernado por los demás”.

Un sistema educativo que quita la filosofía como asignatura obligatoria del instituto es un pésimo sistema educativo. Al igual que sucede con otras cosas como la lectura o la Historia, la filosofía es una materia que por lo general se ha enseñado bastante mal en los institutos. Esto tiene como consecuencia directa que los alumnos solo lean por obligación, o que se memoricen los conocimientos de Historia o filosofía para vomitarlos en un examen y aprobar, no para aprender de verdad.

Y precisamente es eso, aprender de verdad, lo que podemos hacer con este libro. En un ameno formato de novela gráfica, Patton y Cannon recorren más de 2500 años de filosofía occidental para desvelarnos las principales aportaciones de los mayores filósofos de la Historia: desde Tales de Mileto o Sócrates hasta Nietzsche o David Chalmers, pasando por Platón, Hume, Hobbes, Kant, Descartes, Locke, Aristóteles… Creo que el mayor logro que ha conseguido este libro es hacer que algo que a la mayoría de alumnos siempre les ha parecido aburrido, tedioso e incomprensible sea algo ameno y fácil de entender.

Para hacer este recorrido, Patton y Cannon dividen “Filosofía en viñetas” en seis grandes capítulos: la lógica, la percepción, la mente, el libre albedrío, Dios y la ética. En cada uno de estos capítulos, el que va ser nuestro guía, el filósofo presocrático Heráclito, va conociendo y viviendo diversas historias con los grandes filósofos de la Historia que han tratado estas temáticas. Como no podía ser de otra manera, en la novela gráfica se explica primero que esas seis temáticas se encajan en las cuatro grandes ramas en que se divide la filosofía: la lógica, la axiología, la metafísica y la epistemología.

Si tuviera que ponerle una pequeña pega a “Filosofía en viñetas” de Michael Patton y Kevin Cannon, señalaría la total ausencia de mujeres en este repaso de la Historia de la filosofía occidental. Sin embargo, esto no es fallo de los autores ni mucho menos, sino de la Historia. A lo largo de la Historia, sin duda deben haber existido grandes mujeres filósofas, pero la Historia siempre marginó e infravaloró intencionadamente sus aportes. Más allá de esto, creo que es un libro sumamente necesario y empatizo mucho con él por el hecho de querer lo mismo, y es que las ramas de estudio a las que nos dediquemos dejen de ser tan incomprendidas por la sociedad.

En general, creo que este libro debería ser leído por todos aquellos jóvenes que aborrecen una rama del estudio tan imprescindible como es la filosofía. Y no solo para los jóvenes, ya que hay infinidad de adultos que una vez fueron también alumnos de instituto que no llegaban a entender la filosofía. Para finalizar, quería recomendaros que sigáis este enlace para leer la entrevista que un conocido diario online español le hizo a los autores de “Filosofía en viñetas”.

Excalibur es la primera de las cuatro entregas de “Britannia”, la saga creada por los autores Ana Alonso y Javier Pelegrín. Siempre he sentido cierta fascinación por el mito artúrico, lo que me ha llevado a ver todas las películas y series de televisión relacionadas con el mundo de Camelot y su Corte. Sin embargo, no he terminado de conectar con este libro que nos introduce a Gwen, Lance, Arturo y Merlín como principales protagonistas. No tengo ninguna duda de que se trata de una novela de fantasía épica bien construida, con personajes bien definidos y una trama sólida, pero no he llegado a sumergirme del todo en la historia contada por sus protagonistas. Personalmente creo que el motivo por el que pienso esto es porque está orientada a un público más juvenil que adulto, por lo que estoy convencido de que si hubiera leído esta novela hace unos años me hubiera gustado mucho más que ahora. No obstante, el trabajo que realizan Ana Alonso y Javier Pelegrín es muy elogiable, ya que no es nada sencillo crear una novela en la que se junten elementos de la fantasía con la mitología y la Historia y obtengan encima un buen resultado. También creo que es un libro irregular, ya que tiene partes que son más difíciles y tediosas de leer, como el principio, y partes con una buena dosis de acción y giros inesperados de la trama, sobre todo en el último tercio de la obra. Por un lado, no se llega a entender bien qué es el velo o la existencia de Britannia como concepto tecnológico y virtual. Por otro lado, la narración de las batallas y partes de acción es muy atrayente porque está bien construida, lo que te motiva a seguir leyendo. Sinceramente, esperaba más de este libro, seguramente porque tenía las expectativas muy altas al pensar que sería como una especie de simbiosis entre el mito artúrico, el universo de la Tierra Media de J.R.R. Tolkien y el universo de Poniente de George R. R. Martin. Tras haberlo leído, creo que uno de sus puntos débiles reside también en presuponer que el lector tiene una mínima base de conocimientos previos sobre el mundo artúrico y sus personajes, lo que lleva a esta novela a ser un poco densa para todos los “no iniciados”. Con todos sus defectos y sus grandes aciertos, lo que más me ha gustado de este libro es la nueva vuelta de tuerca que se da a este mundo y a estos personajes tan conocidos mundialmente. Por ese motivo, en general recomiendo esta novela a todos los jóvenes devoradores de libros de literatura fantástica que han disfrutado con la reciente serie de Merlín de la BBC, la miniserie de Merlín de la BBC de finales de siglo, o las múltiples películas que Hollywood y el cine europeo han dedicado a Arturo y sus caballeros de la mesa redonda en Camelot.

Una de las cualidades fundamentales que puede tener una novela es la de sorprender al lector con una trama y unos giros argumentales que no sean tal y como te los estás imaginando en la cabeza cuando estás leyéndolo. Y «Te dejé ir», la nueva novela de Clare Mackintosh, aprueba con nota esa premisa. Uno de los principales puntos fuertes de este libro es que, desde la primera página, la autora sabe cómo atrapar al lector en el mundo de sus protagonistas, desvelando a cuentagotas las pistas que hacen falta para resolver el misterio en torno al terrible accidente que ocurre en el prólogo del libro. Al empezar a leerlo, te sumerges en las vidas de los personajes que van surgiendo, descubriendo su vida, su personalidad, sus miedos y sus ambiciones. Nunca he sido especialmente fan de las novelas de suspense, pero tengo que reconocer que me ha enganchado. Me ha enganchado porque no me ha aburrido en ningún momento, porque cuando creías saber algo, en la siguiente página te demuestran que estabas equivocado, y por los personajes, tan realistas y bien construidos que podrían ser personas que conozcas o te pudieras encontrar por la calle. Otro de los aspectos que más me ha cautivado del libro son las sub tramas, los pequeños conflictos que afligen a los protagonistas y secundarios. Éstos, que no tienen que ver directamente con la trama principal, están estratégicamente colocados como si de una especie de descanso se tratara, antes de abordar el avance de la trama principal. Donde nada es lo que parece, quieres seguir leyendo página tras página hasta llegar al impactante final del libro, donde, tras varios sensacionales giros argumentales de 180 grados, conoces la verdad oculta tras el misterio. Puestos a ponerle alguna pega, no vaya a ser todo elogios, diría que es un poco confuso el tema de los flashbacks, ya que al no indicarse el contexto temporal del mismo, por breves momentos te sientes perdido hasta que lees en las páginas siguientes lo que te hace falta para situarte. En general, recomiendo este libro a todo el mundo que quiera leer un buen thriller, aunque es especialmente recomendado para todas aquellas personas que han disfrutado con otras grandes novelas de misterio, algunas de ellas adaptadas al cine, como La chica del tren o Perdida. Si sigue el camino de estas adaptaciones y Te dejé ir también se convierte en película, lo único que espero es que, para variar, sepan captar la atmósfera de tensión, miedo y suspense que se respira en el libro. Cruzad los dedos.