A veces, sumergirnos en una lectura nos trae varios problemas si empatizamos con los protagonistas, pues sufrimos con ellos, amamos e incluso sentimos el sabor de sus comidas; pero otras… no conseguimos sentir más que rabia, asco e incluso indiferencia, y en esta ocasión soy más del segundo grupo, Yo nunca ha sido una lectura casi nefasta por culpa de su protagonista.

Es que no recuerdo ni su nombre, quiero borrarlo de mi mente, así que me veo obligada a abrir el libro y ver como se llama. No quiero una persona así en mi vida, y no es que con esto esté destripando la historia, porque esto va más allá de hacer cosas malas o buenas, que no soy nadie para juzgar esas cosas, porque realmente una persona nunca sabe como actuaría en determinados momentos, es su forma de ser desde la primera página, comentarios que no me gustan nada de las personas, porque como siempre digo hay momentos para todo y algunas de sus frases para mi, son innecesarias.

Pero Luis, en Yo nunca, tiene una actitud que no me gusta para nada, como digo comentarios innecesarios y ofensivos que sobraban totalmente. (No quiero tampoco destripar cosas, mejor si lo han leído o quieren que les llene de spoiler me lo piden y en privado hablamos, yo encantada de la vida)

Odio infinito al personaje principal.

El resto de personajes, son más pasables, algunos entrañables y con la mayoría si que se puede empatizar al menos un poco más, pero no entendía ciertos lios a tres bandas que para mi sobran totalmente, pero aún así, no son los culpables de que la lectura no fuera tan buena como esperaba, porque realmente me esperaba algo muchísimo mejor, pero el protagonista es totalmente el culpable de que muchas veces quisiera cerrar el libro, ponerlo en la estantería y olvidarme de él.

Soy una cabezota, lo sé, no me gusta dejar libros a medias y por eso seguía con la historia, por eso y porque tenía esperanza de que la cosa fuera mejorando un poco.
La historia mejora, a mitad del libro aproximadamente, se pone todo más interesante y es cuando el thriller psicológico aparece de verdad; donde no sabes que puede ser real o no, la locura avanza por toda la trama y me dejó un poco en shock en algunos momentos, pero eso es lo que quería, de una vez por todas, sentir.

Con ‘Yo nunca’ a veces sentía que estaba en una película de la tele, donde siempre después de alejarse de su vida se encuentran con un caos muy peligroso.

Eduardo, no escribe mal, solamente creo que la forma de ser del protagonista no fue la más acertada. Quitando eso, su narración es muy buena, la descripción de esos lugares, que sentía que estaba allí en Galicia (mis ganas), pero en la descripción de los personajes… creo que ciertos comentarios sobraban, que una vez que acabas el libro puedes medio entenderlo, pero no va conmigo ese modo de escribir, me gustan las cosas claras e ir sabiendo el por qué de ciertos aspectos y en este caso hay cosas que jamás entendí y creo que no entenderé nunca.

La cosa es que esos capítulos cortos y el enganche de decir ‘por favor que este hombre no sea así siempre’ más ‘quiero saber que demonios está pasando aquí’ hicieron que no pudiera soltar el libro. Que quería, no lo voy a negar, pero tampoco me arrepiento de haberle dado una oportunidad; porque sin duda lo que siempre busco en un libro es sentir y aunque en esta ocasión sentía cosas totalmente diferentes a lo normal, puedo decir que disfruté finalmente de la lectura. (Aunque sigo odiando al protagonista)

¿Lo recomiendo? Si quieres una lectura rápida, con una trama que termina enganchando, sí.
Lo peor: El protagonista y que a fin de cuentas es más de lo mismo, persona que quiere alejarse de ciertos entornos y al final pasa algo que zasca.
Lo mejor: La narración, realmente Eduardo es bueno escribiendo, pero creo que le falta pulir algunos pequeños detalles para que ya sea casi perfecto.

Siempre digo que me encantan los libros que me hacen sentir, que es por eso por lo que amo leer. Esto también pasa con lecturas ágiles y “de piscina” como es ‘Soñar bajo el agua’, una novela que se lee en dos ratos, digna de leer acompañada de aire fresco que transmite la piscina o playa, mientras la gente se sumerge en ella.

Libby nos relata la historia de dos mujeres que luchan por lo que quieren: les cuesta, pero con sus más y sus menos, las cosas en contra, el desanimo y todo hace que ambas tengan una relación peculiar que va más allá de la edad, juntas luchando porque no cierren una piscina, algo que puede parecer normal se convierte en un trasfondo precioso, divertido y humano.

La diversidad de lugares, de personajes es muy buena, ya que cada uno está definido de una forma correcta, sin equívocos, todo hace que te llegue mucho más la historia y sin duda alguna ningún personaje sobra, cada uno existe por alguna razón y ninguno debería de no estar, ya que cada uno hace que la historia la vayas entendiendo cada vez más. Gracias a los personajes y gracias a la autora y su forma de narrar toda la historia, porque no simplemente se centra en la piscina, nos cuenta la razón de porque hay que luchar por ella y si de verdad merece la pena, todo gracias a unos flashbacks (¡me encantan!)

Gracias a Kate, una de las protagonistas principales y su labor de buena periodista, (¡por fin!) Rosemary se dará cuenta de los sentimientos que lleva dentro, de los recuerdos, de la lucha interna que lleva y podrá seguir luchando hasta conseguir lo que siempre ha deseado pero quizás no era del todo consciente.

Soñar entre momentos nos enseña que luchar por  lo algo tan simple para algunos como es una piscina te lleva a lo más grande.

La verdad es que me esperaba algo diferente, una periodista que mete las narices en donde no debe, tonta de mi. Lleva tanto este libro contado de una forma tan buena y ágil que no pude parar de leer (aunque las obligaciones son las obligaciones…) me sorprendió muchísimo que fuera el primer libro de la autora; pues está escrito sin fallos de un principiante, es directo y mágico, todo lo que un escritor aprende con el tiempo. (Me sorprende porque he leído libros de algunas escritoras que son de las que leen más de cien libros al año y tienen mil fallos de concordancia y demás) y no me costó nada sentir que yo luchaba junto a ellas, que era una más.

El final a mi me encantó, dolió y aunque ciertas cosas son predecibles, todo puede ser de una forma siempre, o no… la verdad es que creo que fue totalmente acertado, sobre todo por lo que ocurre al final del todo, ese sabor agri-dulce de la realidad.

¿Lo recomiendo? Sin duda alguna, Libby sabe hacerte llegar lo necesario. Leerlo junto a una piscina debe ser incluso más maravilloso.
¿Lo peor? Nada.
¿Lo mejor? El final y que nos enseñe que siempre hay que luchar por todo; ocurra lo que ocurra.

La verdad es que pensé que este libro iba a contar una historia de alguien que sufre en su piel lo que es ser introvertido y como consigue el éxito. Y aunque en parte fue así; porque la autora relata ejemplos de personas que realmente son verdad, casos reales que pueden ser como el mio, el tuyo o el de cualquier introvertido.

Podríamos considerar el libro como un manual de autoayuda para todos los introvertidos pero también para los que no lo son; me explico; Una persona que en su entorno tiene uno o varios introvertidos sabrá lo que estos sienten e incluso como poder ayudarlos en ciertos momentos como puede ser en reuniones con mucha gente, momentos de agobio, etc.

Vivimos «engañados» pensando que por ser introvertidos somos peores que los extrovertidos.
Siempre se cree que una persona introvertida es alguien que jamás sale de casa, que se pasa la vida entre pantallas; ya sea de ordenadores, como de móviles o aparatos varios. Pero no necesariamente es así, Sylvia nos cuenta que varias personajes famosos son introvertidos; como puede ser Avril Lavigne, en su momento Michael Jackson, entre otros. (algo que a mi personalmente me hizo flipar un poco, no me esperaba que pudieran ponerse en un escenario y ser así.
Yo también vivía engañada y puede que dentro de una burbuja de seres introvertidos con carteles del tipo ‘prohibido salir eres muy aburrida’)

Gracias a El éxito de los introvertidos he aprendido cosas sobre mi misma y sobre todo el mundo de todos nosotros, los introvertidos. Ya que como digo tenía una idea casi equivocada, que no es que yo sea una persona encerrada, o si, pero es otro tema. Es que Sylvia me ha enseñado tanto en este libro con ejercicios incluidos que no puedo más que agradecer la existencia de él.

Una lectura ágil y totalmente recomendable.
Una narración fácil y sencilla que te llega, como digo, seas o no uno de esos seres introvertidos; porque te sorprendes con los ejercicios, ya que puede que al final estés en un termino medio o que te des cuenta que puedes salir; hacer vida y disfrutar de todo lo que te propongas con todo el éxito del mundo.

No hay que cambiar, simplemente conocer nuestros limites, saber que somos igual de válidos y no dejar que nos tengan apartados.¿Lo recomiendo? Sin duda alguna, es un libro que todo el mundo debería leer, usar y con él hacer que todos tengamos éxito.
¿Lo peor? Quizás hubiera estado bien una historia y luego todo el tema.
Quiero decir un libro como este de apuntes, de definiciones, pero una historia donde nos hace ver más claramente que no somos unos «apestados».
¿Lo mejor? La claridad con la que la autora explica cada cosa.

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